Somos tu familia.

By RenRenv

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[YOI/ AU] [Victuuri] [Familia/hijo Yurio] [Mpreg/Omegaverse] Si algo ha aprendido Yuri Katsuki al enamorarse... More

1• Eres nuestro.
2• Noticias.
3• Así es.
4• Patines
5• Iguales.
6• Katsudon.
7• Todo y Nada.
8• Amigo.
9• Yo decido.
10• Disculpa.
11• Regalo.
12• Gritos.
14• Lia.
15• One love: Ágape.
16• Appassionato.
17• Yuratchka.
18• Ilusión.
19• Destino.
Extras• 1&2
Extras• 3&4
• El fin.
•Algo que nadie esperaba.
• Yuratchka & Yullian
• Un Beka para Yura.
•Vacaciones.

13• Ónix & Jade.

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By RenRenv

[15 años]

— Al parecer Makkachin tendrá crías con la caniche de tu vecina —La risa de Zet sonó amortiguada desde la bocina del móvil —. Yullian intenta convencer al tío Yuri para que lo deje quedarse con un cachorro.

Yurio resopla divertido al imaginarse a su adorable hermano menor con un puchero en sus labios de corazón y viendo suplicante a su madre.

— Eso significa que pronto habrá otra mascota en casa.

— Y sin embargo el hijo pródigo no regresa porque es demasiado orgulloso —Ataca Zet y Yurio decide ignorarlo — ¿No los extrañas, Yurio? Ian siempre habla de tí.

El rubio gira en la cama hasta quedar boca arriba y ver detenidamente el pequeño candelabro que cuelga del techo.

Yullian mantiene contacto directo con Zet y es su mejor amigo quien le informa a él de todo lo que sucede en Yutopia.

Fue por el de ojos miel que estuvo al tanto de lo que pasó hace ocho meses, cuando Yuri se enteró de su exilio auto impuesto a Rusia.

Según lo que supo; Víctor le hizo creer a su esposo que su rubio hijo mayor estaría un par de días con la familia Nishigori, pero una vez la salud de Yuri se estableció y exigió ir a ver a su hijo, Víctor confesó.

Aún le cuesta trabajo creer que Yuri se enojó a tal punto de no dirigirle la palabra a su amado esposo durante una semana. La semana en que se convenció de que era lo mejor aunque quisiera ir a Rusia él mismo y regresar a Japón con Yurio de las orejas.

No ha hablado con ninguno durante varios meses. La única vez que respondió a una llamada de su madre fue hace cuatro meses y colgó en el momento que Yuri le dijo lo mucho que lo quería y cuánto lo extrañaba.

Los ama. Ama a su familia con cada fibra de su ser, de eso no tiene la menor duda y fue a la conclusión que llegó después de un par de días en casa de Yakov, pero en su corazón la sombra de la mentira y la incertidumbre no desaparece.

— Bien, ya entendí —Suspiró derrotado Zet — Hablemos entonces del par de días que Otabek pasó en Hasetsu.

— ¡¿Qué?! —Levantandose tan rápido que casi cae de la cama, Yuratchka toma el celular y quita el altavoz viendo cada rincón de la habitación, asegurándose que no hay ojos ni oídos juzgándolo — ¿De que hablas, Hámster?

— Si me hablas así no me dan ganas de decirte nada...

— ¡Rayos, Zet! ¡Por favor! —Suplica aunque sabe que su amigo está bromeando. Lleva casi toda una vida burlándose del gusto de Zet por las ratitas esponjosas esas.

Aún siente escalofríos al recordar el día que Fluff casi se traga el hámster favorito de Zet.

— Sólo estuvo un par de días, quizá dos días y una noche. Yulls me comentó que fue tío Yuri quién lo mando a llamar.

¿Su madre había buscado al chico con el que hizo una promesa de verano hace dos años y al que no había vuelto a ver desde entonces más que en las transmisiones del GPF por la televisión?

— ¿Por qué?

— Tu hermano no quiso responder cuando le pregunté. Como sea —Yurio puso los ojos en blanco ante la manera abrupta de su mejor amigo para cambiar de tema y lo dejó ser. Realmente no quiere darle muchas vueltas a ese asunto aunque le intriga demasiado —¿Todo listo para la final?

Yuratchka hecha un vistazo a la gran maleta con estampado de leopardo que espera paciente en un rincón del cuarto.

Yakov y Lilia lo acogieron sin preguntas y de la forma más amable que pudieron, sorprendiendo a Yurio. Lilia fue prima ballerina en el Ballet Bolshio de Rusia y ahora es directora del mismo. Fue ella quien le armó una nueva rutina y la coreografía para su programa libre y ciertamente fue una experiencia tan nueva como aterradora en un comienzo.

Tan acostumbrado al ritmo de enseñanza y baile de su madre y su tía Minako, la forma de enseñanza de Lilia fue algo gratificante y tomó el ritmo de inmediato.

Internamente agradeció ser hijo del mejor bailarín del London Ballet. De otra forma le sería imposible seguir las exigencias de Lilia.

Ya habiendo entrenado con Yakov cuando era niño, todo tomó un buen curso hacia su debut como Senior.

Iba dispuesto a ganar, pero sus pensamientos aún pesaban.

Su primer competencia fue en el Skate de Canadá. Dónde se topó con JJ y a quién logró esquivar magníficamente. Sin embargo, su error fue en el programa corto.

Su secuencia de pasos era excelente, la velocidad de los giros era la adecuada; aún cuando era la primera vez que lo dejarían hacer saltos cuádruples en competencia, los ejecutó a la perfección y tenía todo para ganar. Excepto motivación.

Su programa corto era Ai ni tsuite: Ágape. El amor incondicional. Y por primera vez la persona que más amaba no estaba con él. Así que como consecuencia falló un Axel triple, el salto favorito de Yuri.

Logró reponerse en la rutina libre, pero aún así quedó en segundo lugar. Por debajo de JJ. Por primera vez, en toda su carrera como patinador, no obtuvo el oro y fue cuando supo lo difícil que sería llegar al podio. Sobre todo sintiéndose tan inseguro.

Fue lo mismo en la Copa Rostelecom. Obtuvo una puntuación alta en ambos programas, pero aún así JJ volvió a obtener el oro, dejándolo a él con la medalla de plata y clasificando en quinto lugar para la final del Grand Prix.

Su error consiste en no poder concentrarse en Ágape. El amor que lo llenaba era el de su familia y dada sus dudas con respecto a ese tema no tenía ni idea sobre cómo actuar.

— Sí —Responde y lleva su mano al colgante en su cuello. Girando el relicario ovalado entre sus dedos se siente un poco más tranquilo —¿Y tú?

— ¡Estoy ansioso! ¡Ya quiero ir a Barcelona contigo! Ah, aunque probablemente me abandonarás para irte con tu novio.

Yurio siente las mejillas arder y refunfuña bajito ante la risa de su amigo.

Zet obtuvo el segundo lugar en el trofeo NHK, donde enfrentó a Otabek. Y ganó el oro en la Copa de China, clasificando en cuarto lugar para el GPF.

Otabek fue el tercero en obtener un lugar para la final del Grand Prix ganando el oro en el trofeo NHK y quedando segundo en el Skate de América.

Por fin lo verá de nuevo.

— Ah, papá me llama —Dice Zet de repente y lo escucha gritar algo en Coreano —Debo colgar. ¡Nos vemos en un dos días, Yuri!

Yurio apenas y logra despedirse y sonríe ante la efusividad de su amigo.

Se levanta de la cama, dirigiéndose al baño para tomar una larga y caliente ducha.

Se detiene frente al espejo y observa detenidamente su rostro. Lleva una mano al coletero para soltarse el cabello y suspira cuando las capas de fino y lacio pelo rubio caen en sus hombros.

"Lo dejáremos crecer si eso quieres... pero te verás aún más atractivo que Víctor"

"Gatito, amarrate el cabello. ¿Cómo que por qué? ¡No puedo verte la cara!"

"El cabello te está creciendo mucho..."

La voz dulce de Yuri resuena en su cabeza, robándole una nostálgica sonrisa.

¿Que si los extraña? Por supuesto.

No hay día que no piense en ellos cada minuto. Ya ha perdido la cuenta de las noches en las que aún busca los brazos de su madre después de una pesadilla, reprimiendo las ganas de llorar al recordar que no está cerca.

Extraña jugar con Yullian en su habitación y hacerlo reír con alguna tontería.

Extraña las bromas que se hacen Víctor y él entre los descansos de su entrenamiento.

Extraña la deliciosa comida de su abuela, la voz graciosa de su abuelo mientras ve algún partido en la televisión junto a los demás clientes y la sonrisa cómplice de su tía Mari al burlarse de Víctor.

Extraña el olor dulce y relajante de Yuri, sus abrazos cálidos, su sonrisa suave y la forma en que le acaricia el cabello para calmarlo.

Por supuesto que extraña su hogar.

Se ha reprimido a él mismo por tomar sus cosas y volver a Japón, rogar por perdón y suplicar por una sonrisa. Pero no lo hace porque algo dentro de él no lo deja.

Un sentimiento extraño de traición le pincha y no siquiera sabe por qué se siente de esa manera.

¿Se siente traicionado por Víctor y Yuri? No. No del todo al menos.
¿Siente que el traiciona algo?

Creé que es algo como eso, pero ¿Por qué?

Hace meses que vive con éstos pensamientos inseguro e incompletos. Y está comenzando a odiarse por ello. Yuri lo educó para ser fuerte ante cualquier situación y lo está arruinando completamente al sentirse tan frágil.












Se encontró con Zet Chulanont en el aeropuerto. Exactamente quince minutos después de que su avión aterrizara.

Iba caminando rumbo a la salida junto con Mila -la fastidiosa pero agradable pelirroja que conoció hace dos años en el campamento de patinaje de Yakov y finalistas del GPF femenil-, Yakov y Lilia; cuando escuchó que gritaban su nombre y se giró a tiempo para ver a Zet dejando solo al equipo Tailandés para correr a abrazarlo.

Claro que los periodistas y fans alrededor no dudaron en sacar fotografías y comenzar con los rumores.

Hace años que eso dejó de importarle.

Desde las primeras veces que Zet y el se topaban en eventos como ese, las habladurías no se hicieron esperar. Sobre todo porque el hijo de los Nikiforov jamás ha sido amable con nadie y, sobre todo, jamás se le vió permitiendo un contacto cercano con alguien fuera de su familia.

Excepto Zet Chulanont.

La amistad cercana que tiene con el Tailandés ha dado de qué hablar desde que eran pequeños.

Nadie se ponía a pensar que son así porque crecieron viéndose constantemente, ni que a Yurio ya no le sorprenden las descaradas muestras de cariño de su amigo de la infancia y por eso las soporta, ni mucho menos que él ya tiene un Alfa a quien querer. No. Para ellos sólo serán el pan embadurnado con chisme de cada mañana durante una semana.

Pero sobre todo, será otra confirmación más a lo mal padre que a sido Yuri Nikiforov con él.

Desde la tarde que se presentó a su primera competencia como Senior sin Víctor como entrenador ni Yuri a su lado, las especulaciones de que huyó de casa porque su madre no era suficiente ni bueno para criarlo, llenaron el mundo.

Y de nuevo su odio ante la prensa amarillista creció junto a ese sentimiento de inseguridad y confusión que lo ha acompañado desde que abandonó Japón.

Ignoró todo y salió del aeropuerto con Zet colgando de su cuello.

No pudiendo negarse a la petición de su amigo después de que éste le recordara que ha sido su informarte familiar durante ocho largos meses, lo acompañó a ver La Sagrada familia ya que aún no anochecia. Posó para él y con él como objetivo de su cámara.

Fue al regresar que Zet comenzó con su intento de persuasión mental mientras caminaban por la costa.

— Deberías hablar con mis tíos antes de la competencia —Dijo. Un suspiro cansado salió de sus labios al no recibir respuesta —No me refiero a que hablen de los Plisetsky, sino que conversen. Los extrañas y ellos a tí, ¿No es suficiente motivo para dejar tu orgullo? No te entiendo. Tienes una familia que te ama independientemente si su sangre corre por tus venas o no.

Yurio asiente. Sabe que Seung-Gil no es padre biológico de Zet y aún así su amigo no ha visto de otra forma al Coreano por eso.

Lo entiende.

Pero éstos meses a buscado tanta información sobre los Plisetsky que ya no sabe que creer. En algún punto su parecido con Yulia lo aturdió de forma desagradable. No porque no se sintiera cómodo con ello.

Vamos, que la mujer rubia era una belleza.

Pero al ver el par de imágenes de los Plisetsky en Internet se atrevió a preguntarse cómo hubieran sido las cosas si el camionero no se hubiese quedado dormido al volante hace quince años.

En ese caso el par de rubios habrían llegado a casa sanos y a salvo. Hubieran ido a su cuarto de bebé y después de desearle buenas noches habrían besado su frente. Entonces el crecería como Yuri Plisetsky en Rusia.

Y fue al intentar imaginarse su vida de esa manera que se sintió asqueado y enfermo.

No puede. Simplemente no puede pensar en una vida sin Víctor y Yuri a su lado. Todo lo que ha hecho, desde que tiene memoria, todo lo ha llevado a ser quien es ahora.

El amor puro y el apoyo incondicional de sus padres lo ha acompañado siempre. Sus padres no pueden ser otros que los Nikiforov.

Él es Yuratchka Nikiforov. No hay segundas alternativas. No existe el hubiera.

Y es jodidamente molesto que aún con eso total y completamente claro, no se sienta preparado para ver a Víctor directamente a los ojos, ni para abrazar a Yuri con todo el amor de su corazón. O para besar la frente de Katsudon mientras le cuenta un cuento.

— Aún no estoy listo —Susurra y sabe que Zet no dirá nada más. El mayor se limita a pasar un brazo por sus hombros y caminar hacia el hotel.











Es al cruzar el umbral de la recepción del hotel, mientras se va dando codazos amistosos con Zet, que el aroma lo llama.

Caminando a paso firme y seguro, Otabek se dirige hacia la salida. Como si también sintiera su presencia, elevá la mirada para toparse directamente con sus ojos. Ónix contra Jade.

— Yura...

La última vez que escuchó la voz de Otabek ésta estaba en proceso de cambio, sin embargo, ahora el tono grave, profundo y varonil le provocó un estremecimiento tan placentero dentro de él que calentó el centro mismo de su cuerpo.

No tuvo tiempo de pensar siquiera, cuando se dio cuenta ya había comenzado a correr. Saltó y abrazó con las piernas la cintura de Otabek y sus brazos se anclaron al cuello del mayor. Abrazándolo como un Koala a su árbol favorito. O un gato a su poste acolchado.

Sonrió como no había sonreído en mucho, mucho tiempo y dejó que el olor fuerte y embriagante del Alfa lo llenara.

Altin tardó unos segundos en reaccionar, pero cuando lo hizo rodeó su cadera con ambos brazos, correspondiendo a la sonrisa.

— ¡Vaya! El gatito tiene un lado lindo.

Yuratchka maldice en voz baja y hecha un vistazo sobre su hombro.

Zet, con celular en mano, hace una mueca que sólo podría hacerle competencia a la suya mientras JJ camina pasando a su lado y llegando junto a ellos con los ojos serios clavados en los de Otabek.

El olor a Alfa molesto le hizo arrugar la nariz.

Viéndolos juntos, Yurio repara en el corte de cabello en ambos y reprime un bufido.

¿Estaba eso de moda o algo?
De repente, tiene éste deseo irracible de rapar a Leroy.

El peinado puede ser parecido e incluso pueden tener casi la misma altura, pero los ojos de Yuratchka sólo pueden ver a Otabek.

En esos dos años creció al menos diez centímetros. La chamarra de cuero negro sólo resalta sus amplios hombros y los brazos fuertes. El rostro serio en ese momento contrarresta un poco con su recuerdo del chico de hace dos años; la mandíbula cuadrada, nariz perfecta y cejas negras y pobladas junto con los ojos oscuros podrían hacer suspirar a cualquiera. Y el olor, ligeramente más fuerte y concentrado seguía siendo el que tanto deseaba.

La pubertad hizo maravillas con ese hombre y Yuratchka espera que sea igual de amable con él. Si el que mueve los hilos no los hubiera unido como pareja destinada, Yurio está completamente seguro que lucharía y no descansaría hasta hacer a ese Alfa suyo...

Ah, esperen... ¿En que estaba?

El rugido retumbando en el pecho de Otabek lo despierta y dirige sus ojos verdes al mismo objetivo.

Ver a JJ hace que la rabia acumulada por años crezca en su interior. En los últimos meses no ha querido más que patearlo y golpearlo. Incluso romperle los dedos para que ya no pueda hacer su estúpida pose.

It's JJ Style.

Ah, imbécil...

Yurio gruñe al ver una sonrisa petulante abriéndose paso en los labios de Leroy — Eres tan cruel, Yuri-chan. Conmigo nunca fuiste tan cariñoso.

Estaba a punto de saltar hacia él y arrancarle la oreja de un mordisco, cuando algo lo detuvo.

Un rugido fuerte y potente.

Yurio tiembla con una extraña combinación de miedo, sorpresa y deseo al escuchar el sonido. Una prueba viva de lo fuerte y decidido que puede ser el lado Alfa de Otabek cuando se trata de protegerlo.

— Beka... —Susurra apreciando como las orbes oscuras de su novio brillan en furia.

Aún cuando quisiera destrozar a JJ, esa no era la ocasión, ni el lugar y mucho menos en momento.

Leroy devuelve la mirada desafiante, así que lo mejor es retirarse antes de que llamen aún más la atención.

Con una sonrisa de suficiencia en los labios y tragándose el bochorno para no sonrojarse; Yuratchka intenta imitar la sonrisa sensual que Yuri le dirigió a Víctor una vez mientras creían que Yullian y él no los observaban.

Liberando la cintura de Otabek, Yurio baja por su cuerpo de manera lenta y deliberadamente rozándose contra el mayor.

La sonrisa se amplía cuando la atención del Kazajo se centra de nuevo en él y gira ligeramente para que sus ojos se encuentren con los miel de su mejor amigo, indicándole que los siguiera.

Pasó de largo, ignorando la mueca sorprendida e incrédula de JJ, sin soltar la mano de Otabek y con Zet pisándole los talones.

No fue hasta que llegaron a la semi privacidad del elevador que soltó el aire que retenían sus pulmones junto a la mano de Altin. Sólo para arrinconarse en la esquina y cubrir su ruborizado y ardiente rostro con ambas manos.

La carcajada de Zet podría escucharse en todo el edificio.

— ¡No puedo creer que lo tenga todo grabado! ¡Es la mejor toma del año!

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