¿QUÉ ERES PARA MI?

By 2minsoul

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~*~... Dentro de mis ojos yace la respuesta... algo que no puedo ver... ~*~ ~*~ 2min ~*~ *menció... More

TUS ENCANTOS
LA CURIOSIDAD MATÓ AL GATO
EN EL OJO DE LA TORMENTA
DECISIONES
UNA NUEVA VIDA... CAMBIOS
EXISTO SÓLO POR TI Y SÓLO PARA TI
CRECIENDO DEMASIADO RÁPIDO
SENTIMIENTOS SECRETOS, LA CIGÜEÑA... EXTRAÑAS PREMONICIONES
BELLEZA E INTELIGENCIA... FRUSTRACIONES
ME ENAMORE DE ÉL SABIENDO QUE NO SENTÍA LO MISMO
SÓLO ES HORA DE DECIR ADIÓS
UN DESEO QUE SE HIZO REALIDAD, UNA TRAGEDIA
NO ES UN CUENTO DE HADAS
SUEÑOS Y UNA NUEVA VIDA, UNA ILUSIÓN
EMPEZANDO DE CERO
REENCUENTROS
UN ENGAÑO CAÍDO DEL CIELO
GRATITUD, AMOR Y DUDAS
CAMBIOS, AMOR Y PERDÓN
OBJETO DE MANDATOS SUPERIORES
UNA LOCURA QUE NO TERMINA
ES MI PECADO, NO EL TUYO
POR TU PROPIO BIEN
MINHO
DE LA PEOR MANERA
LO MEJOR PARA ÉL... UN DULCE AMOR
DE VERDAD ME ARREPIENTO
¿FUISTE TÚ?
UNA SOLA VEZ EN LA VIDA
CERCA DEL FIN DE ESA HISTORIA Y EL COMIENZO
UN MOMENTO INESPERADO
PERDÍ UNA PARTE DE MI ALMA
TRATANDO DE ALCANZAR ALGO QUE NUNCA TUVO
SIEMPRE VOLVERÍA A SUS BRAZOS
EL SIGNIFICADO DE UNA PROMESA
Y COMO EL RÍO LLEGARÁS A MÍ
~*~ EPILOGO ~*~ LO ERES TODO PARA MI ~*~

ENGAÑOS, DECEPCIÓN Y PÉRDIDAS

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By 2minsoul


~*~

Después de hacer el amor dos veces sale de casa convencido de que todo lo que tenía era lo que siempre soñó, lo que quiso para su vida.

Sin embargo llega a su oficina y se encuentra con Yuri sentada en su silla. Respira profundamente mientras se recarga en la pared.

—Señor Choi ¿Quisiera usted almorzar conmigo? —le invita mirándole de pies a cabeza—. Ayer me pareció muy interesante y no me decepciona haberlo buscado —comenta después de haberse enterado que era un cerebrito—. Encontrarle fue lo mejor que me pudo pasar.

—Yo...

—Te espero en el mismo restaurante.

Un beso en su mejilla y realmente preocupado se sienta en su escritorio que tenía impregnado ese perfume que percibió el día anterior.

Sin embargo esas palabras, esa mirada tan segura y penetrante le hacen cancelar su almuerzo con Taemin. Sin saber exactamente por qué, pero asistiría a aquella invitación.

—Averigüé mucho sobre ti —comenta ella comiendo delicadamente su comida.

—¿Y por qué tanto interés? —pregunta realmente interesado en la respuesta que ella le pudiera dar.

—Porque eres realmente atractivo —Minho le mira con la ceja levantada—. Y vivir de la forma en la que lo haces me parece un desperdicio —limpia con delicadeza sus labios al terminar su almuerzo—. Más aún si eres tan inteligente... pareces llevar la vida de un donnadie.

Palabras que tambalean su piso, una mirada que le dice que no es broma, que lo dice en serio, una sonrisa que le hace sentirse demasiado insignificante, como si fuera un insecto. (O menos que eso)

Una tarde en la que todo iba como si nada y las mismas palabras se repetían en su cabeza su madre hace su aparición en su oficina. No podía decirle nada, era también una accionista junto a su padre.

—Veo que conociste a Yuri —comenta ella mientras se sienta cómodamente—. Me lo contó ayer...

—Sí ¿Y? —no quiere que su madre se meta en su vida, y menos si es para decirle 'te lo dije' que era lo que más detestaba en la vida.

—Quería que te casaras con ella —Minho la mira sorprendido, justo cuando creyó que aceptaba a Taemin—. Desde el principio quise que fuera mi nuera.

—Porque no te casas tú con ella —dice molesto.

—Ella te merece cariño, no es como Taemin, ya verás.

Es lo último que la escucha decir antes de verla levantarse y salir por esa puerta. Justo cuando cree que se salvó y podrá trabajar en paz ve entrar a Yuri con esos aires de grandeza que nunca la dejaban, parecía brillar.

Un beso que le es robado y una invitación a la que no puede negarse.

Como por arte de magia parece olvidarse de Taemin, olvidarse de lo que un día prometió, de esas palabras que le susurraba al oído mientras hacían el amor, mientras se hacía dueño de sus suspiros, de sus labios, de su cuerpo, su corazón y su alma. De su vida.

Día tras día, salía con Yuri, almorzaban juntos y por primera vez sentía que había alguien que podía estar a su nivel y podían hablar de lo que sea, y por primera vez no se sentía superior, no sentía que debía ponerse a su nivel. Se sentía cómodo y contento al recibir sus atenciones.

A cada momento desplazaba poco a poco a aquel a quien un día juró amor eterno, y todo empeoraba cuando caminaban tomados de la mano y nadie les miraba con desprecio, más al contrario le miraban con envidia.

Tan diferente a cuando estaba con Taemin y estaba preparado para matar a quien fuera a tocarle un pelo o mirarle de forma despectiva. Ya no le miraban raro, ya no le miraban con pena o con cara de 'que desperdicio'.

Pero aun así...

—Esto está mal —saca un cigarro y ella se lo quita votándolo a la basura, privándole de uno de sus más grandes placeres en la vida.

—¿Qué está mal? —pregunta ella como si nada, sin importarle en lo mínimo la familia que Minho tenía.

—Tengo un hijo y a alguien que me espera en casa todos los días —suspira al mirar una pequeña estrella en el cielo que parecía querer brillar un poco más que las demás, recordándole un poco a Taemin.

—Estaría mal si yo te estuviera obligando, pero te recuerdo que tu deseas estar conmigo —se toman de la mano y Minho entrelaza sus dedos.

—Lo sé —suspira una vez más, recordando por primera vez que Taemin existía aun—. Pero se lo prometí —se queda con la mirada perdida—. Le prometí que me quedaría a su lado —pero Yuri solo ríe como si le estuvieran contando un chiste, como si las promesas no significaran nada.

—Supongo que eso fue cuando eran unos chiquillos, pero ya no debes preocuparte, ya es mayor de edad —se encoge de hombros y habla fríamente sin ser consciente de lo que decía, de lo que sus palabras podrían provocar en esa mente algo frágil que la escuchaba confundido—. Tampoco puedes quedarte a su lado si no lo amas de verdad —Minho mira el cielo estrellado y se siente pésimo por tener que pensar tanto en lo mismo—. Lo lastimarás más.

Un día más de tener que pensar demasiado en lo que le estaba pasando, en esa promesa que no se sentía más capaz de cumplir, en ese amor que en realidad parecía agotarse y ya no sentía nada cuando lo veía, apenas se conmovía por ese destino cruel que lo trajo a sus puertas.

—Ya se aprovechó de ti, le diste demasiadas cosas Minho —palabras que parecen la llave para deshacerse de esa culpabilidad que lo azotaba—. Ya lo mantuviste y si el no quiso estudiar pues allá él si no buscó lo mejor para él cuando tuvo la oportunidad.

Salía rápidamente de casa y volvía lo más tarde posible para tener que evitar decirle lo que tenía que decirle, quería que se diera cuenta por si solo y que se fuera y lo abandonara, odiándole si fuera posible. Es más hasta decide no darle dinero para apresurar eso que tarde o temprano llegaría. Pero eso sí, no dejaría que se fuera con si hijo por nada.

—Jong —saluda sonriente al ver a su amigo entrar por su puerta, a su amigo que últimamente parecía demasiado preocupado y serio, como nunca antes.

—Te estas comportando peor que un hijo de puta —le escupe completamente dolido por lo que tuvo que hacer el día anterior. Algo que deja a Minho realmente sorprendido—. ¿Crees que no me doy cuenta de lo que está pasando? Me crees tan estúpido ¿en serio? —le mira furioso al recordar al Taemin rogando por dinero, que sólo creía que todo se debía a problemas con el trabajo.

—Puedo explicarte.

—¿Así? ¿¡Y que mierda me dirás!? —patea la silla que estaba delante de él, tenía que destruir algo antes de realmente darle la oportunidad de responder, antes de destruirlo a golpes de ser necesario para que entre en razón.

—¡Ya no siento nada por él, mierda! ¡Alguien más apareció en mi vida y no puedo seguir con él! ¡Me pasa lo mismo que a ti! ¡Deja de hacerte a las victimas! —le grita molesto, pero eso no es suficiente, no para Jonghyun que tenía todas las ganas del mundo de destruir esa estúpida cara a golpes.

—¿Acaso Saekyung vive conmigo? ¡¿Acaso hice que su hogar se fuera a la mierda y luego le conté mierda al oído para luego olvidarme de ella y meterme con la primera puta que se me cruce en el camino?! ¿eh? ¿¡Hice eso!? ¡Responde hijo de puta! —al fin sujeta esa maraña de documentos en su escritorio y se los avienta en la cara.

—No es así —Minho no sabe cómo reaccionar por todas esas palabras que le perforaban la conciencia y por esa actitud en su amigo que jamás vio, que jamás imaginó que vería—. Pero si ya no hay amor tampoco puedo mentirle.

—Siempre puse mis manos al fuego por ti —deja caer una ridícula lagrima al piso—. Me decepcionas... Realmente creí que dejarías a esa estúpida, pero sólo te embarraste más con esa mierda —llora mirándole con rencor, sintiendo el dolor que quizás Taemin sentía y que cuando su rubio favorito se enterara seria aun peor—. No creí que fueras tan desalmado, pensé que estaba haciendo lo correcto al apoyarte cuando lo trajiste a la ciudad, pero no... sólo ayude a que te aprovecharas de él —y tan sólo para no hacer que la vida de su mejor amigo fuera más difícil fue que le ofreció a Key vivir con él, tan sólo por él.

—¡No sabes lo que dices, deja de decirme basura para hacerme sentir mal! —grita demasiado molesto, con el corazón doliéndole a horrores—. Le ofrecí todo lo que tenía, pero él se negó y no puedo hacer nada para corregir sus errores, él no quiso y lo siento mucho por él —Jonghyun ríe de esas palabras vacías.

—Esa es la mierda que esa puta te metió en la cabeza.

—¡Deja de tratarla así!

—¿¡Y cómo sino!? ¡Si ella no es más que eso! ¡Sabía que tenías a alguien, sabía que tenías un hijo con él! Lo sabía y la muy puta siguió metiéndose contigo —Minho ya no se aguanta la rabia y se levanta cogiéndole del saco.

—¡Deja de joderme! —lo empuja con fuerza contra la pared, pero Jonghyun arremete contra él con un fuerte puñetazo tumbándolo sobre el escritorio. Estaba como una fiera incontrolable y Minho le mira sorprendido de que hayan llegado a eso, a los golpes.

—Eres el peor hijo de puta que conozco —otro puñetazo con toda esa bronca y dolor que sentía, porque se sentía realmente traicionado—. Y tu madre es la peor, es la reina de las putas seguida de su asquerosa nuera —Jonghyun sabía y se temía que la madre de Minho tuviera que ver en todo eso, algo se lo decía, porque esa mujer era de ese tipo de personas.

—Vete a la mierda.

—Sí, eso haré —le mira con pena—. Pero nunca vuelvas a acercarte a mí, así como te olvidaste de Taemin, olvídate de que algún día fui tu amigo... me defraudaste en serio.

Es la última vez que cruzan palabra alguna. La ultima.

Jonghyun empieza a buscar al mejor postor para vender sus acciones, esas que sus padres le heredaron, utilizaría el dinero para abrir un pequeño negocio y empezar de cero. Tendría que volver a reformular sus sueños, esos que alimentó desde pequeño junto a Minho que a veces ridículamente soñaba con tener su propio club de futbol.

Vuelve a casa y no sabe cómo comportarse con Key, sabía que era como un libro abierto para él, pero no le diría lo que sabía. No quería ser el portador de las malas noticias y no quería que se alejara de su lado, por eso prefiere que crea que es por Saekyung que esta tan triste y con los ánimos por los pisos.

Estaba en un gran dilema, no quería que Key se alejara, pero tampoco sabía cuánto tiempo más aguantaría hasta contarle lo que le ocurría a Taemin.

Un día más en esa oficina y estaba descontando los días hasta que sus compradores aceptan el precio de sus acciones.

Llega el día del aniversario de la empresa y aunque sabe que no sucederá, espera a que sea Taemin el que entre por esa puerta con una canastita en mano, dispuesto a agradarle a todos allí, para hacer que Minho quedase bien con todos sus súbditos.

Pero no.

Ve a Yuri entrar junto a él e inmediatamente se retira de ese salón. No volvería jamás a ese lugar.

Minho no dice ni hace nada al ver a su mejor amigo marcharse. Cree que en algún momento se le pasará y volverá a pedirle perdón por todo lo que dijo. Ve a los comensales acomodarse y la verdad cuando Yuri junto a Kristal reparten lo que llevó para el compartimento, sólo los ve sonreírle a Kristal.

Prefiere ignorar esas miradas de negación y de decepción en aquellas personas que compartían el almuerzo del día. Todo termina peor de lo que empezó, nadie quería bailar y todos brindaron sin muchas ganas y se retiraban rápidamente del recinto alegando cualquier tipo de excusa.

Mierda.

—Tranquilo, ya se acostumbraran —sonríe ella convencida de que todo pasara con el tiempo. Qué sólo era cuestión de tiempo.

—Claro.

Responde inseguro, porque pudo leer en la mirada de los trabajadores de mayor edad, ese reclamo por ver a su pequeño hijo que ayudaba a su padre a repartir la comida y se ganaba un besito y cariñitos de todos que al fin, después de tantos años, decían que hacían bonita pareja.

De repente se da cuenta de que está entrando en un hotel. Como gobernado por alguien más se deja guiar hasta esa suite matrimonial de lujo. Un lugar tan diferente a aquel que solía compartir con el que fue dueño de su corazón, un lugar que era tan sencillo, pero que cuando estuvieron juntos parecía simplemente parte del paraíso. Sin embargo, todos esos pensamientos borrosos se tornan aún más difíciles de ver, de recordar cuando sabe que ya no hay vuelta atrás.

Yuri no se deja esperar y besándole con todas esas ganas que tuvo de hacerlo desde que lo vio por primera vez, lo tiende lentamente sobre la cama. Sonríe al sentir esas manos tallándole la cintura y deshacerse desesperadamente de su ropa.

Todo era diferente.

Cada beso y caricia eran completamente diferentes. Excitantes. Y se pierde en esos besos y esas caricias que competían con las suyas, intentando darle mayor placer.

Era tan diferente.

Olvidándose de sus problemas se concentra solamente en esa fiera salvaje que rasguñaba su espalda mientras buscaban desesperadamente tocar el cielo. Toca las puertas del paraíso y ese mismo momento se olvida por completo de esa culpa que lo inundaba. Olvida absolutamente todo, esos problemas con su mejor amigo y sobre todo ese rostro de aquel que le hacía sentir que cometió demasiados errores siendo tan joven.

—¿Sera que le agrado a tu hijo? —pregunta ella mientras descansa su cabeza sobre el torso desnudo de Minho que intentaba recuperar la respiración.

—Seguro, es un amor —responde seguro al recordar el rostro risueño de su hijo, volviendo a pisar tierra.

—Eso espero —comenta—. Le comprare un regalo para en día en que nos presentes —propone ella mirándole y Minho le sonríe asintiendo contento.

—Gracias, pero te aseguro que con o sin regalo le agradaras —se pierde en esos cabellos ondulados y sedosos— eres tan hermosa.

—Lo sé —ríe divertida—. Y seguro nuestro hijo o hija lo será aún más.

Como corto circuito un recuerdo parecido llega a su mente.

La cigüeña.

—¿Cuántos hijos quieres tener? —pregunta curioso, intentando olvidar lo que sea que tuviera que ver con Taemin.

—Los que podamos —sonríe picara y él ríe divertido.

—Harás realidad mis sueños.

Después de esa pequeña charla se quedan dormidos. Ella pensando que se sacó la lotería por estar con ese hombre tan apuesto y Minho pensando en que ya era hora de terminar eso que arrastraba desde hacía meses atrás.

Despierta dispuesto a terminar con eso ese mismo día, dispuesto a lo que sea por tener aquello que nunca tuvo. Sobre todo, para empezar algo formal con Yuri y proponerle matrimonio, casarse como debía y tener tantos hijos como pudiera.

—Sabes, vi una casa hermosísima no muy lejos de aquí —comenta ella segura de que pronto vivirán juntos.

—Uno de estos días iremos a verla juntos ¿Sí? —corrobora sus pensamientos haciéndola sentirse triunfadora ante todas las mujeres del mundo. Porque estaba con un adonis que jamás imaginó que podría tener. (O que podía siquiera existir)

—Oppa —ronronea mientras besa con posesión eso labios que ya eran suyos—. Me gustas tanto.

—Y tú a mi.

Terminan haciendo el amor una vez más, disfrutando de sus cuerpos y conociendo nuevas sensaciones con cada nueva caricia.

—Faltemos al trabajo —propone ella estirándose y mostrando su belleza desnuda descaradamente.

—¿Y qué haríamos? —pregunta mientras acaricia ese cuerpo tan perfecto, habiendo olvidado por completo aquel cuerpo que fue el primero en su vida, aquel que sumado a esos sentimientos tan dulces se apoderaron de su vida completa. Ya no sentía más miedo de poder rehacer su vida, de vivir aquello que estuvo aguardando por el tanto tiempo.

—Vamos a almorzar con mi familia y cenamos con la tuya...o almorzamos todos juntos.

—¿Quieres que les anunciemos nuestra relación? —pregunta incrédulo, sintiéndose como flotando y ella asiente.

—¡Claro oppa! —un paso más cerca de aquel perfecto destino que los aguardaba, ese que fue creado sólo para ellos. Un paso más cerca.

Toman el desayuno del hotel y salen rumbo hacia el departamento de Yuri para que se cambie de ropa. Pero en el camino encuentran una tienda y deciden comprar ropa para que él no se quedara con la misma que llevaba del día anterior.

Un par de llamadas telefónicas y estaban esperando en el mismo restaurante donde ella lo cautivó.

—Mi padre a veces es algo tardón, así que tocara esperar —comenta ella y Minho asiente.

Un momento pasa y Minho ve llegar a su padre, tan puntual como siempre. Detrás de él ve a su madre que sonreía de oreja a oreja. Estaba seguro de que estaba realizando sus sueños, pero no lo hacía por ella, era por él mismo que terminó cautivado por los encantos de Yuri.

—Papá —saluda y no recibe ni un saludo ni una mueca, nada, estaba completamente molesto—. Hola mamá...

—Mi precioso hijo —ella le deja un beso en frente y con un beso en la mejilla saluda a Yuri—. Estoy tan feliz de verlos juntos —se emociona y Minho casi puede ver lágrimas en sus ojos.

—Gracias —responde ella coloreando sus mejillas y Minho lo nota y suspira al verla así.

Mientras esperan a que los padres de Yuri lleguen, los tres hablan de todo y de nada, pero Minho no puede evitar ver la mirada pérdida y seria de su padre que tenía un semblante que le preocupaba.

Los señores Kwon llegan y el padre de Minho mira a su hijo decepcionado, todo lo contrario de su mujer que parecía brillar al escuchar la noticia de que estaban saliendo y que planeaban formar una familia pronto.

Escucha cada palabra dicha por aquella muchacha y por su propio hijo que a cada segundo lo decepcionaba un poco más.

Lo sabía.

Piensa sin perder la compostura, sin el deseo de armar una discusión que estaba seguro terminaría mal o peor que eso.

La charla se extiende más de lo que imagina y no soporta ver a su padre respirar profundamente a cada segundo. Sabía que lo estaba decepcionado y lo comprueba cuando sus miradas se encuentran. Ahora los papeles estaban invertidos, era su padre el silencioso y preocupado, mientras su madre parloteaba contenta de todo y de nada. Tan diferente a aquella vez en ese pueblo abandonado en medio de la nada.

Lo siento.

Se disculpa mentalmente, pero todo empeora al verlo limpiar una lágrima disimuladamente. Rayos. Era como ver a Jonghyun multiplicado por un millón y todo por ser tan idiota. Pero no podía hacer nada si el amor se había terminado, no podía simplemente fingir que todo estaba bien y vivir una doble vida.

—Pronto iremos a ver una casa que realmente me gusto a primera vista —comenta Yuri y su madre junto a la de Minho suspiran encantadas.

—Yo soy decoradora así que no dudes en pedirme ayuda —comenta ella feliz—. Lo hare con mucho gusto.

—Gracias —agradece Yuri risueña por esa forma de aceptar su relación, aunque el padre de Minho parecía reacio—. Señor Choi gracias por su tiempo y por aceptarnos —intenta manipular la situación porque sus padres también estaban ahí. Error.

—Jamás dije que acepto esta relación, porque te metiste con un hombre que tiene demasiadas responsabilidades. Permiso.

Palabras que dejan a todos boquiabiertos, entre ofendidos y sorprendidos por lo que aquellas palabras implicaban, por el peso de su significado.

Minho no sabe cómo rayos disculparse pero su madre lo hace a la perfección, traduciendo esas palabras como algo más que la verdad no entendía. Después de disculparse sale corriendo para darle alcance a su padre que seguro aún estaba en el estacionamiento.

Y lo encuentra fumando recargado en su auto.

—Papá... — se acomoda a su costado para poder hablar tranquilamente.

Error.

—No sé cómo puede criar a alguien tan irresponsable como tú —le da una larga calada a su cigarro—. Te lo dije Minho, te dije aquel día en ese pueblo, te dije que no era un chiste, te lo dije y no me escuchaste —recuerda a su nieto que siempre parecía un adorno al lado de su padre Taemin que lo amaba con todas sus fuerzas.

—Las cosas cambian.

—¿¡Y no te dije eso yo!? —le da una fuerte bofetada con toda la rabia que lo inundaba—. Te dije que eras demasiado joven y ahora me sales con que te casarás y formarás una verdadera familia... eres tan gracioso que me das pena —se recarga sobre su automóvil y enciende otro cigarro.

Minho se sujeta la mejilla adolorida, incrédulo de que eso realmente haya ocurrido, de que su padre lo golpeara y estuviera tan triste y decepcionado. Pero qué podía hacer. Había cometido un error y estaba ahí queriendo encaminar su vida, como debió ser desde el principio.

—Lo lamento tanto por Taemin —solloza ya sin poder contenerlo ni con el cigarro—. Lamento tanto que se haya cruzado por tu camino, lamento tanto que todo esto haya ocurrido y yo permití que sucediera —saca su pañuelo y limpia sus lágrimas de culpabilidad.

—No es tu culpa —Minho se siente pésimo al ver tan destrozado a su padre que siempre parecía tener un temple de acero.

—Sabes, jamás me arrepentí de nada en toda mi vida —respira hondo—. Pero hoy hiciste que me arrepintiera de todo lo que hice por ti, creyendo que sería lo mejor, a espaldas de tu madre continué dándote dinero para que estudies y así pudieras darle algo mejor a tu familia y me arrepiento... Dios cómo me arrepiento —limpia dolido esas lágrimas que caían desconsoladamente al recordar a su nuero y su nieto que siempre le trataban como si realmente fuera su padre, siempre con mucho cariño y respeto, siempre.

—Papá —no sabe cómo reaccionar, había sido la peor idea el ir a buscarlo.

—Haz lo que quieras con tu vida, ya me decepcionaste y no creo que te pueda perdonar jamás —abre la puerta de su automóvil—. Vamos, Minho, ve a romperle el corazón, ve y siéntete el rey del mundo, ve y forma tu nueva familia, hazlo sobre los escombros que queden del corazón de ese chiquillo... hazlo porque ya no eres más mi hijo.

Una mezcla de rabia y dolor lo invaden al ver a su padre irse desconociéndole, arrepentido de todo lo que hizo por él. Y todo ¿por qué? por Taemin.

Sólo por él.

Rápidamente sale y toma un taxi que lo lleve a casa. Debía terminar esa locura, debía terminar su relación con Taemin y quizás sólo así podría vivir una vida donde las personas que más amaba no lo abandonaban por alguien que no valía nada, que no era nadie.


~*~

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