¿QUÉ ERES PARA MI?

By 2minsoul

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~*~... Dentro de mis ojos yace la respuesta... algo que no puedo ver... ~*~ ~*~ 2min ~*~ *menció... More

TUS ENCANTOS
LA CURIOSIDAD MATÓ AL GATO
EN EL OJO DE LA TORMENTA
DECISIONES
EXISTO SÓLO POR TI Y SÓLO PARA TI
CRECIENDO DEMASIADO RÁPIDO
SENTIMIENTOS SECRETOS, LA CIGÜEÑA... EXTRAÑAS PREMONICIONES
BELLEZA E INTELIGENCIA... FRUSTRACIONES
ENGAÑOS, DECEPCIÓN Y PÉRDIDAS
ME ENAMORE DE ÉL SABIENDO QUE NO SENTÍA LO MISMO
SÓLO ES HORA DE DECIR ADIÓS
UN DESEO QUE SE HIZO REALIDAD, UNA TRAGEDIA
NO ES UN CUENTO DE HADAS
SUEÑOS Y UNA NUEVA VIDA, UNA ILUSIÓN
EMPEZANDO DE CERO
REENCUENTROS
UN ENGAÑO CAÍDO DEL CIELO
GRATITUD, AMOR Y DUDAS
CAMBIOS, AMOR Y PERDÓN
OBJETO DE MANDATOS SUPERIORES
UNA LOCURA QUE NO TERMINA
ES MI PECADO, NO EL TUYO
POR TU PROPIO BIEN
MINHO
DE LA PEOR MANERA
LO MEJOR PARA ÉL... UN DULCE AMOR
DE VERDAD ME ARREPIENTO
¿FUISTE TÚ?
UNA SOLA VEZ EN LA VIDA
CERCA DEL FIN DE ESA HISTORIA Y EL COMIENZO
UN MOMENTO INESPERADO
PERDÍ UNA PARTE DE MI ALMA
TRATANDO DE ALCANZAR ALGO QUE NUNCA TUVO
SIEMPRE VOLVERÍA A SUS BRAZOS
EL SIGNIFICADO DE UNA PROMESA
Y COMO EL RÍO LLEGARÁS A MÍ
~*~ EPILOGO ~*~ LO ERES TODO PARA MI ~*~

UNA NUEVA VIDA... CAMBIOS

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By 2minsoul


~*~

Los días pasaban y los meses llegaban rápidamente para Minho que trabajaba turno noche en aquel restaurante y durante el día estudiaba en la universidad, pero la parte que más le agradaba de cada día era despertar al lado de Taemin que siempre le daba un buenos días junto a un besito en los labios que le dejaban sonriendo durante todo el día.

Le gustaba ir con él hasta la puerta de su escuela y despedirse con un besito en la mejilla para luego verlo correr dentro con las mejillas sonrojadas, aunque ese besito se alargaba un poco más cada día. Le gustaba tanto recogerle y luego irse tomados de la mano hasta la parada de buses donde tomaría uno para ir al restaurante.

El sentido de su vida cambiaba lentamente pero con seguridad, cada día se preocupaba mucho por ayudar con las tareas a Taemin que estaba esforzándose como loco para sacar buenas notas, cada día se fijaba en su alimentación y le obligaba a comer bien para que estuviese sano, cada día se olvidaba un poco más de sí mismo y se desvivía por poder tener al final del día una sonrisa que lo recibiese con un sentimiento que creía parecido al cariño o quizás se asemejaba un tanto al amor, aunque aún no estaba seguro.

—Mamá ¿Por qué haces eso? —pregunta molesto mientras se recarga en la puerta de la cocina—. ¿Por qué no te agrada Taemin? ¿Acaso hizo algo que te moleste? —la mira y ella se gira y queda de frente a su hijo que le miraba con el ceño fruncido, molesto ciertamente.

—Porque todo el mundo está hablando de que mis hijos son gay —le dice realmente dolida y avergonzada—. Estoy harta de que cada día me digan que te vieron con Taemin y que...

—Eso no es excusa para que le des menos comida y que lo trates tan mal, ¿crees que no me di cuenta de que siempre le sirves poco? —le mira completamente hastiado de aquella situación—. Porque te recuerdo que trabajo y te doy el dinero suficiente como para que él y yo podamos comer... justo como prometí que haría.

—¡Tú no entiendes!

—Mamá tienes un problema que no tiene nada que ver con lo que estoy diciéndote, y si salir con Taemin te pone tan insoportable voy a irme de tu casa.

—Y ¿a dónde iras? —pregunta asustada de esa reacción.

—Pues a la casa que me heredó mi abuelo —responde muy seguro de sí mismo y su madre simplemente no sabe cómo responde a aquellas palabras—. Me iré esta misma semana.

—No puedo creerlo hijo —Minho no se conmueve al verla llorar—. No puedo creer que por ese chiquillo estés dispuesto a abandonar a tu familia.

—Por favor —le resta importancia—. Si no me aceptas como soy pues lo lamento mucho, tu eres la que está separando su familia, además ya quiero mi propia privacidad.

Minho le da la espalda y entra a su habitación donde Taemin le recibe con una hermosa sonrisa combinada con su bonita pijamita de letritas. Siente algo extraño en la boca del estómago al verlo acercarse y abrazarse a su cintura, apoyando su mentón en su torso para mirarle sonriente. Tan hermoso. Simplemente...

Perfecto.

—¿Qué opinas si nos vamos a vivir solo los dos? —pregunta acariciando esos cabellos lisos y castaños.

Taemin borra su sonrisa, sabe que es por culpa suya que eso ocurriera, que quizás Minho pelearía otra vez con su madre por su culpa. Otra vez.

—Perdón por darte tantos problemas —se disculpa triste por tener que quebrantar también su familia—. Quizás sería mejor que me vaya a vivir con Umma —dice realmente triste por tener que dejarlo, tan pronto—. No quiero que te separes de tu familia por mi culpa —contiene las lágrimas inútilmente, unas lágrimas que conmueven el ser completo de Minho.

—No es por culpa tuya —deja un besito en su frente.

Suspira mientras limpia con cariño esas lagrimas que caían tristemente por esas mejillas que se sonrojaban cuando le decía cosas bonitas al oído. Se le ocurre una gran idea al verlo tan hermoso.

—Quiero estar a tu lado —sujeta ese hermoso rostro entre sus manos, ese hermoso rostro que lo volvía loco, a cada segundo se enceguecía un poco más—. Y quiero que seas mi esposa —contiene la risa por lo graciosa que sonaba su proposición y Taemin hace un puchero al escuchar semejante propuesta.

Porque no eran nada, no eran pareja, no eran novios y ya ni siquiera eran amantes como aquella semana inolvidable que vivieron en aquel pueblo tan alejado de la ciudad.

—Pero... —ni siquiera fuimos novios. Piensa algo triste, pero aun así termina sonriéndole.

—Nada de peros —deja un beso en una de esas mejillas que se tornaron rápidamente en rojo carmesí—. ¿Sí o no? —vuelve a preguntar—. ¿Quieres formar una familia conmigo?

Minho ruega a los cielos porque Taemin le diga que sí, que se quedara a su lado y no lo abandonara, dejándolo solo en esa vida en la que creía que nada más tendría sentido que seguir siendo una especie de fiel adorador, su fiel esclavo.

—Sólo me lo dices por qué quieres que nos vayamos de aquí —comenta algo decepcionado—. No porque me quieras —desvía la mirada triste y Minho vuelve a sujetar su rostro.

—No estoy seguro de lo que siento —confiesa mirándole a los ojos—. Pero estoy seguro de que si no es a tu lado jamás sabré lo que es...

Taemin sonríe un poco, quizás realmente podrían enamorarse, cómo él ya estaba haciendo desde hacía tiempo. Aunque con esas palabras sentía demasiado miedo e inseguridad, porque hasta ese preciso instante seguían siendo tan sólo conocidos que vivían juntos y que compartían besos de vez en cuando e iban de la mano por las calles.

Ni siquiera habían enamorado y ahora sería rápidamente su esposa aunque no le gustaba la idea de ser tratado como si fuera una mujer.

Aun así, al mirarse en esos ojos tan bonitos que le miraban atento con esa misma intensidad que termino metiéndolo en ese lio, al estar tan cerca de esa nariz tan perfecta, de esos labios que siempre parecían rogarle para ser besados, por esas manos que siempre querían escabullirse debajo de su pijama, quería seguir viviendo cada día a su lado, quería ver que era lo que le guardaba la vida a su lado.

—Pero seré tu esposo —responde como hipnotizado por esa belleza y Minho sonríe contento dejándole un poco más idiota.

—Aunque en este país no esté permitido que dos hombres se casen —sonríe al ver esa carita hermosa que se mordía los labios—. Serás mi esposo... y yo seré tuyo... para siempre.

—¿En serio? —pregunta sintiéndose en el cielo, sintiéndose como flotando.

—Te quiero al borde de la locura —acaricia su mejilla—. Quédate a mi lado para siempre para que no nos separemos nunca.

Palabras dulces que sellan con un beso que profundizan lentamente, saboreando ese momento tan mágico y tan dulce como nunca imaginaron que podrían compartir. Un beso tan dulce que genera el nacimiento de nuevos sentimientos desconocidos, pero que estaban dispuestos a entregarse a ellos sin resistirse demasiado.

Una semana en la que faltan a algunas clases para ir a acomodar aquella vieja y pequeña casa a la que se mudarían. Una semana en la que Key y Jonghyun van a ayudarles contentos, comprando nuevas cortinas y adornos que hacen que aquella casa se vea un poco más acogedora y cálida.

Después de todo un día de hacer maletas para luego tener que desempacarlas les cae como anillo al dedo la comida que Key prepara contento en aquella cocina, de esa casa que ahora era sólo de los dos.

—Minho —comenta Key después de que los cuatro estuvieran cenando juntos—. Si antes me desagradabas, ahora puedo asegurarte que realmente te odio.

Palabras que Minho entiende a la perfección, sabe lo que realmente significaban y le sonríe como si no lo entendiera.

Key no puede creer que en menos de medio año ya estén viviendo juntos como pareja oficial como le contó su primo todo ilusionado. Tan poco tiempo, tan jóvenes y estaban emprendiendo aquello que a muchos les daba miedo, les daba vértigo al pensar en encadenarse a otro a tan corta edad. Pero ahí estaba su primo sonriendo todo contento y acurrucándose al costado de su, ahora, esposo, tomándose de la mano y regalándose un beso casto en los labios.

Tan perdidos estaban en su cuento de hadas que les tenía algo de envidia, porque él estaba metido en su trabajo y tomaba unas horas extras para poder pagar la media beca que consiguió en una academia donde estudiaba diseño, y pagar la mitad de los gastos del departamento que compartía con Jonghyun.

—Por culpa de ustedes siento que soy un adolecente que solo anda pololeando con su novia —suspira Jonghyun al verlos tan ellos.

—Entonces deberías mudarte con Saekyung —comenta Minho mientras disfruta de su refresco compartido con su esposito que sonreía feliz a su lado, compartiendo ese tonto beso indirecto que seguía rondando su mente.

—La verdad es que nuestra relación va mejor que nunca, pero —suspira—. No sé, no estoy seguro de que ella quiera irse a vivir conmigo —comenta mientras enciende un cigarro y cala profundamente—. No te quejes Key —ríe al verlo toser, todo un drama.

—A Umma siempre le irritó el humo de cigarro —comenta Taemin mientras recibe un cigarro de Minho que le miraba con cara de idiota, sabiendo que vería a Taemin fumar y un poco más de su consciencia terminaría por ser aniquilada.

—Seguramente, es todo un drama en casa —comenta Jonghyun divertido al recordar todo lo que tuvo que vivir con el rubio en ese tiempo que ya se mudó con él.

—¡Yah! ¡No soy un drama! —chilla Key defendiéndose quitándole el cigarro y apagándolo con ganas en ese cenicero, dejando un cigarro partido en pedazos por la fuerza con la que lo presionaba.

—¡Ven! ¡Justo lo que dije! —se queja mientras intenta encender otro y el encendedor le es arrebatado—. La anterior semana se deshizo de una de mis cajetillas votándolos por la ventana —hace un puchero al tener que cumplir con las reglas y caprichos del rubio aunque estuviera en su propia casa, igual Key parecía tener el control de mando donde fuera que vaya.

—Sí, pero es porque perdiste la apuesta —se defiende Key haciendo un puchero.

—¡Yah! ¡Nunca apostaría mis cigarros!

—¡Dijimos ganador pide!

—Según tu siempre ganas!

—¿¡Así!?

—¡Sí! ¡Solo te aguanto por tu comida! —molesta Jonghyun a ese rubio que en ese casi medio año ya conocía bastante y Key se queda boquiabierto.

—¡Ni que fuera tu esposa para que digas eso! ¡Dinosaurio estúpido!

—¡Yah!

Minho y Taemin se miran y ríen divertidos por esa pelea tan divertida donde ya estaban golpeándose con los cojines de los sillones.

Taemin suspira al recibir ese besito de despedida. Se queda ahí un poco más mientras ve a Minho ir hacia la universidad. Se pregunta si algún día podrá lograr que le diga lo que sentía, esas palabras que se tragaba o se aguantaba de decir.

Una mañana más que esperaba un elogio por su desayuno, pero sólo recibía una pequeña sonrisa. Una mañana más que no sabe cómo hacer que Minho se enamore de él cómo él estaba enamorándose hasta los huesos de esa extraña amabilidad tan natural en él.

—Ya llegó el mariquita.

Escucha ese comentario y respira hondo para ignorarlo a como diese lugar. Entra sin ver siquiera el rostro de aquellos muchachos que no dejaban de molestarle cada día, como si vivieran de eso.

En ese colegio nadie le había recibido con los brazos abiertos, todos parecían estar en su mundo y él simplemente sobraba, algo que le incomodaba, pero que era lo de menos cuando en su mente estaba Minho sonriéndole y dándole besitos atrevidos en el cuello mientras estudiaban.

Pero esos tipos que le molestaban siempre eran lo único que aborrecía con toda su alma y a diferencia de otros días le seguían el paso y empiezan a empujarle.

—Los maricas cabeza hueca como tú no tienen derecho a estar en esta escuela —le escupe uno con todo su odio, empujándole y haciéndole caer—. Deberías irte y no volver, a menos que quieras que te ocurra algún accidente —una fuerte patada que recibe en las costillas que le hace gritar del dolor—. Es una advertencia Lee.

Taemin solo piensa en el horrible dolor en sus costillas y en su dificultad al respirar. Era la primera vez en toda su vida que recibía golpes y el dolor estaba haciéndole ver estrellas.

—¿Estás bien? —pregunta alguien cogiendo su mochila y ayudándole a ponerse de pie.

—Gracias —reconoce a su compañera de curso.

—Deberías denunciarles —comenta ella mientras se carga su mochila en el otro brazo—. Te llevaré a la enfermería.

—¡No! —se adelanta al recordar que no le agradaba a la directora y menos con ese nivel de notas que llevaba hasta ese momento—. Me expulsara si sabe que estoy metido en problemas.

—Entonces deberías contarle a tu novio —ella le abraza de la cintura y él se apoya en sus hombros mientras entran al edificio.

—No Kristal, yo... no quiero darle más problemas... —es lo único que comenta al recordar la hermosa sonrisa de su esposo—. Seguro ya se les pasará...

Comenta intentando creerse él mismo lo que acababa de decir. Casi medio año de lo mismo y la situación no cambiaba en lo mínimo, es más empeoraba cada día al encontrarse en su casillero cartas de amenazas e insultos horribles e irreproducibles.

Agradece que ella se quede junto a él todo el día, porque no podía hacer amigos allí, todos parecían tan diferentes, tan distantes y fríos, quizás porque llevaba una relación con otro hombre y lo veían besarse en la puerta del colegio cada mañana. Y la verdad a esas alturas del juego no le importaba en lo mínimo si estaría solo, lo único importante era estar al lado de Minho, de él que le regalaba un mundo de ensueño con una hermosa sonrisa y se esforzaba por los dos cada día. Todo un hombre. Tan responsable, sacado de un cuento de fantasías.

Miradas que empeoran cada día y él solo intentaba ignorarlos, pero no podía cuando se metían con Minho y hablaban basura sobre ellos.

—¡Deja de molestar! —empuja a uno de los tantos chicos que siempre le molestaban.

—Así que el marica sabe hablar —se mofa devolviéndole el empujón multiplicado por mil, estampándole contra la pared—. Te lo advertí Lee, si sales demasiado herido será sólo tu culpa.

Una amenaza que no se deja esperar cuando aparecen más chicos de la nada y empiezan a golpearle sin piedad, repartiendo golpes y patadas por todo su cuerpo sin mostrar piedad alguna porque ya se sentía casi a punto de desvanecerse.

—¡Por tu culpa todo el mundo cree que los de este colegio somos maricas y estúpidos como tú! ¡Cabeza hueca!

Es lo último que escucha antes de caer inconsciente por un golpe fuerte en su cabeza que choca con fuerza contra el concreto del piso.

Abre lentamente los ojos y al intentar girar la cabeza un dolor punzante recorre toda su cabeza hasta llegar a la punta de sus pies. El horrible dolor le hace recordar lo que le sucedió, aquellas palabras y aquellas amenazas.

—Despertaste...

Escucha un sollozo y se gira para ver a Kristal llorando a su lado, era la única persona que no se alejaba de él como hacia todo el mundo. La única amiga que tenía en esa escuela.

—¿Dónde estamos? —pregunta con dificultad al respirar, ese dolor en sus costillas era demasiado.

—En la enfermería.

Suspira con pesar y hace una mueca de dolor por ese horrible dolor en su torso. Levanta un poco la cabeza y se ve con vendas en algunas partes del cuerpo. Vuelve a tenderse y no sabe que rayos hará para que Minho no se diera cuenta de lo que le ocurrió, para que Key no se enterara y fuera a demoler esa escuela con alumnos y profesores dentro.

—Ve a pasar clases yo estaré bien —intenta sonreírle y esta rápidamente se vuelve una mueca de dolor—. Gracias por cuidarme...

—Yo... las clases ya están por terminar —se sorprende al escucharla decir eso. Y lo único que significaba era que estuvo inconsciente todo el día y ahora Minho ya le llamaría al teléfono.

No podía hacer nada para evitar que Minho lo viese en ese estado tan horrible, no podía ni siquiera disimular una sonrisa, su cara y su cuerpo entero estaban adoloridos por los golpes. Dios, estaba tan mal que lo único que quedaba era contar la verdad.

Estoy esperándote afuera —escucha su voz y no puede evitar sentirse pésimo, con ganas de gritarle que se fuera para que no lo viese tan feo.

—Estoy en la enfermería —responde con la voz quebrada.

Minho cuelga rápidamente y entra a la escuela corriendo como loco, empujando en su camino a todo el mundo. Recorre esos pasillos que recorrió por toda su vida mientras estaba en el colegio, pero la verdad al escuchar esa voz quebrada esos pasillos no le agradaban por nada.

Entra a la enfermería y una enfermera se pone de pie.

—Estoy buscando a Lee Taemin —dice rápidamente sin siquiera saludar, estaba desesperado.

—Es bueno saber que alguien vino por él —ella vuelve a sentarse como si nada y le señala el asiento para que se siente y Minho obedece sentándose rápidamente para saber lo que ocurrió—. Antes de que lo vea debe saber que recibió demasiados golpes, una de sus compañeras lo encontró desmayado en el patio por la mañana y no teníamos como contactar con nadie, porque en su hoja de registro no tiene ningún contacto —explica ella y de repente su rostro se pone más tenso y serio—. Creemos que estuvo siendo acosado por chicos bullying, pero él jamás denunció esto... ¿Usted lo sabía?

—No, nunca dijo nada de eso —se queda sorprendido por la explicación... ¿bullying?

—Firme este permiso de un mes hasta que se recupere por completo —Minho sujeta un bolígrafo y rápidamente firma al pie—. Y haga lo posible para que denuncien a la dirección a los chicos que lo golpearon —asiente y por su cabeza no se pasa la idea de que estuvo siendo molestado y no dijo absolutamente nada, nunca se quejaba de nada—. Ahora pase a verlo.

Entra y Taemin desvía la mirada para no ver la cara de horror que seguramente Minho pondría.

No puede evitar sentirse mal al verlo postrado en la cama y con un par de hematomas en la cara que le hacían dudar que ese que estaba ahí en la cama era Taemin, su Taemin.

Sin pensar en nada y sin darse cuenta de nada, ya estaba llegando a casa con Taemin en sus brazos quejándose por el dolor.

Entra en la habitación y con sumo cuidado lo acomoda sobre la cama, coge esa bolsita con medicamentos que aquella enfermera le entregó y le da de tomar sin decir nada. Se queda a su lado durante la noche, sin pegar el ojo por si necesitaba algo.

Taemin ve el antiguo reloj cucú que colgaba en la pared y ve que son más de las cuatro de la madrugada.

—Taemin... —susurra Minho con miedo, como si al hablar fuerte lo dañaría.

—Perdón —se disculpa desviando la mirada—. No quería que te preocuparas por algo tan tonto —una lagrima cae por el rabillo de sus ojos—. Y ahora sólo te doy más problemas.

Minho suspira y sujeta su mano entre las suyas, sintiéndose realmente culpable por no preguntar si tenía o no amigos en esa escuela, tan solo estuvo preocupándose por las notas y los estudios.

—No me di cuenta de que estabas pasando por algo tan difícil —baja la mirada y se da cuenta de que esa manita delgada también tenía raspones—. Nunca pasé por algo así y la verdad —la voz se le quiebra y no sabe que más decir para disculparse—. Solo quiero que me digas quienes te hicieron esto y porqué.

Taemin sorbe la nariz y al encontrarse con su mirada llena de tristeza y dolor se da cuenta de que si le dice será peor que contarle a su Umma. Muchísimo peor.

—Si no me dices la verdad, igual averiguaré por mi cuenta y te juro que será peor —Taemin no sabe qué hacer—. Dime la verdad...

—Yo...—vuelve a mirar ese reloj cucú—. No te dije porque no quería que te preocuparas más por mí. Ya tenías suficiente con mis notas que nunca mejoraban y ellos me molestaban por eso —dice la verdad a medias, queriendo que esa situación no vaya más allá. Sin embargó Minho se da cuenta de lo que había detrás de todo aquello. Podía saberlo sin que Taemin se lo contara.

—También es porque sales conmigo ¿verdad? —Taemin se sorprende al ver esa expresión de pena y culpa a la vez—. Lo sabía Taemin —esos golpes no solo serían por sus notas, eran claramente por un acto homofóbico—. Voy a matarlos —dice perdido en ese hematoma que se asomaba debajo de su pijama.

—No —presiona su mano como rogándole porque no podía hacer nada mas—. Si lo haces creerán que realmente soy lo que ellos dicen.

Una situación que no saben cómo rayos sobrellevar, un mes de recuperación en la que Minho se quedó a su lado, pero a falta de habilidades culinarias tuvo que recurrir a Key que sin rechistar se quedó el mes completo a cuidar de su primo que se recuperaba lentamente.

—Umma —le sonríe al probar su pastel de chocolate—. Está delicioso —devora ese trozo tan delicioso de queque.

—Lo sé —Taemin rueda los ojos al ver a flor de piel ese egocentrismo tan característico de su Umma—. Y ¿Cuándo volverás a clases? —pregunta porque hacía más de una semana que el mes de permiso se acabó y Key sabía lo que sucedería, pero aun así quería preguntar por si estaba equivocado.

—No quiero volver.

Listo. Palabras que hacen que Key desee con toda su alma que se los rostros de los idiotas que le golpearon aparezca en su mente para ir a cazarlos uno por uno y hacerles pedir perdón por todo, porque en toda su vida jamás tuvieron semejante problema, semejante situación que la verdad no sabían cómo manejar.

—No quiero volver —repite las mismas palabras a la misma pregunta que le hizo Minho, dejándole en shock— ya te dije antes... no soy bueno en los estudios... — baja la mirada y se recuesta de costado dándole la espalda – y en esa escuela me siento peor – sorbe la nariz y se sorprende al ver a Minho recostarse a su lado mirándole a los ojos y dejándole un beso en la frente – no soy como tu... no puedo aprender lo que me dicen y la verdad no quiero sentirme más idiota de lo que en realidad soy...

—No eres un idiota... — acomoda su flequillo que estaba un poquito más largo—ya te dije, debes ser bueno en otras cosas...

—Ya no quiero ir... por favor —ruega dejando caer unas tristes lágrimas al recordar su horrible aspecto del cual apenas se deshacía—. No me obligues ¿sí? —pregunta mirándole con pena y se adelanta a lo que sea que Minho quiere decirle—. Me quedare aquí y me encargare de cuidar la casa, prepararte el desayuno, el almuerzo, la cena y veré en donde puedo trabajar para ayudar con los gastos de la casa.

—Tae —Minho no sabe cómo negarse a esa carita llorosa y llena de miedo por tener que volver a estudiar, volver a tener que sufrir lo que vivió—. Trabajaré aún más por ti, te cuidare y no quiero que vuelvas a ocultarme nada ¿sí? —Taemin asiente y sonríe al sentir cómo Minho enjugaba sus lágrimas con tanta delicadeza—. ¿En serio no quieres volver? —pregunta una vez más y Taemin asiente otra vez.

—No quiero... pero aun así —le mira tímido—. Podría ser el mejor esposo.

Minho ríe un poco por esa carita tan hermosa que se mostraba tan tímido. Tan diferente a aquella lejana semana en la que se hacían uno como locos y absolutamente nada importaba más que los dos dentro de aquella cabaña cercana al rio.

—Pero podemos buscar otras opciones si tú quieres...

—Gracias —Taemin se acerca lentamente y cerrando los ojos—. Por todo.

Un beso que lentamente profundizan y al poco tiempo se torna desesperado, manos que abrazan con fuerza, manos que lentamente descienden y quieren colarse bajo su pijama. Ríe al sentir un escalofrío por el tacto de las manos frías de Minho. La verdad quería algo más que sólo esa atracción que sintió aquella semana. Algo más.

Quizás amor.

Sujeta su mano y entrelaza sus dedos con los suyos. Las palabras no son necesarias, pero esa acción deja claro en la mente de Minho que debía detenerse, que debía esperar.

Un poco más.


~*~

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