Adicta a tus besos

By Atenea_Nike

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Atenea es una chica que por circunstancias de la vida ha tenido que viajar al país natal de su madre junto c... More

Introducción
Capitulo 1
Capítulo 2
Capitulo 3
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capitulo 9 (parte 1)
Capítulo 9 (parte 2)
Capitulo 10
Capítulo 11
Capítulo 11. 2
Capítulo 12
Capítulo 13
capítulo 14
Capítulo 15

Capítulo 4

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By Atenea_Nike

Domingo por la mañana. Atenea durmió hasta tarde, agradeciendo a sus adentros que esta vez no tuviera que levantarse pronto para ir a la escuela.  Se levantó de manera perezosa y recogiéndose el pelo en un moño mal hecho bajo las escaleras bostezando. El olor a tostadas le trajo al mundo de los vivos. 

-Buenos días mamá- dijo mientras se acercaba a su madre dándola un beso en la mejilla

-Buenos días Ate- contestó con una sonrisa

Cogió una taza y comenzó a prepararse el desayuno.

-mamá, ¿trajimos cola-cao?

Su madre comenzó a reírse- no, no podía traerme eso en la maleta- Se acercó al armario de arriba sacando un bote metálico- te puedes preparar chocolate con leche.

Atenea se quedó durante unos segundos mirando aquel bote que sostenía con las manos, ella quería su apreciado cola-cao. Se dirigió a la mesa con su chocolate caliente, se sentó y comenzó a devorar las tostadas con mermelada de fresa y mantequilla. 

-¿Ya se ha levantado Hide?- preguntó Atenea con la boca llena

-No hables con la boca llena- le regañó su madre- si, está en su cuarto haciendo los deberes

-Que aplicado- respondió rodando los ojos. 

-De todas formas no tardes en desayunar, hoy he pedido el día libre para poder ir a comprar lo necesario. 

-Vale- se metió lo que le que deba de tostada en la boca y tras tragar el chocolate subió a su cuarto. 

Entró en la habitación, se dio una ducha y se vistió. Se puso unos shorts vaqueros, unos botines negros con cuña que tenían hebillas metálicas. Una camiseta blanca larga con el dibujo de una calavera mexicana. Se puso un pañuelo negro en el pelo a modo de cinta y tras delinearse los ojos se acercó a la habitación de su hermano. 

Abrió de golpe- buenos días Hide

Su hermano dio un ligero respingo en el asiento, desplazó la mirada hacia su hermana enojado

-¡No hagas eso!

-Levanta el  culo, nos vamos de compras

-¿eh? ¿tengo que ir?- se quejó

-Tienes no, debes- entró en la habitación acercándose a él- venga Hide, será divertido y así me puedes enseñar el lugar que tu llevas más tiempo aquí- comenzó a andar hacia la puerta- además, seguro que nos encontramos con alguna amiga tuya- le guiñó el ojo antes de desaparecer haciendo que su hermano se sonrojara. 

Salieron los tres de la casa en dirección a las tiendas del barrio. Hide se mostraba algo nervioso de que realmente se encontrara con alguna compañera de clase y que su hermana empezara a hacer de las suyas. Compraron los materiales que necesitaba para la escuela, aunque no entendía para qué si solo iba a estar un año hasta que empezara la universidad. Después fueron a por el uniforme, el color gris no le que quedaba bien y aunque le insistiera a su madre que no se lo pensaba poner acabó cediendo a que no le haría nada a la prenda. 

Cuando acabaron de comprar lo que Atenea necesitaba se fueron a comprar comida. Paseando por la calle en dirección a su casa se topó con un gimnasio que al parecer acaba de abrir buscaba profesores. Sin pensárselo dos veces entró, en la zona donde al parecer iría la recepción había una mujer alta, de complexión atlética que estaba hablando con lo que parecía ser el diseñador de interiores. Aquella mujer levantó la mirada hacia Atenea examinándola de arriba a bajo. 

Se despidió del diseñador fijando la atención ella- ¿puedo ayudarte en algo?

-Si, he visto que buscáis empleados

-Así es- se acercó a Atenea, su presencia intimidaba un poco

-Quería solicitar un puesto de trabajo

-¿Qué edad tienes?

-18 y tengo licencia para ser profesora

-¿De qué exactamente?- preguntó enarcando una ceja

-Bueno, es un tipo de baile que se llama zumba. 

Aquella mujer se quedó un rato en silencio mirando a Atenea.

-Eres aún menor para poder trabajar

-¿menor? pero si tengo 18

-La mayoría de edad es a los 20, deberías saberlo- contestó algo molesta

-No soy de aquí señora- respondió algo molesta

-¿De dónde eres entonces?

-Soy de España

-¿España?

-Si

En ese momento entró la madre de Atenea junto con su hermano.

-Atenea, no te vayas de esa manera

-Disculpe- dijo aquella mujer- ¿es ella su hija?

-Si señora- dijo mirando a aquella mujer

-Su hija quiere trabajar como profesora de...- miró a Atenea

-de zumba- completó Atenea. Miró a su madre- Pero al parecer la mayoría de edad es a los 20

-...

-¿Hay alguna forma de que pueda trabajar? Soy responsable y tenaz; le prometo que no le decepcionaré- miró a su madre- mamá, tu podrías....

-¿Quieres trabajar Ate?- preguntó su madre mirándola algo sorprendida por su determinación.

-Si, quiero ganar algo de dinero y de experiencia laboral aquí en Japón

-Bueno,....

Atenea miró a aquella mujer con determinación. En los labios de la propietaria se dibujó una especie de sonrisa.

-Si me traes el consentimiento de tu padres hablamos de ello

Atenea estaba emocionada por poder trabajar en lo que gustaba hacer. Contuvo su entusiasmo y con "gracias" se despidió de aquella mujer hasta mañana. Cuando llegaron a casa guardaron las cosas  y preparó lo de la escuela. 

-Hija, no hace falta que te pongas a trabajar- se sentó al lado de su hija en el sofá

-Quiero hacerlo mamá, a parte de comprarme cosas podré ayudarte en casa como hacía allí

-Ya lo sé hija, y te lo agradezco mucho- respondió con una sincera sonrisa- pero quiero que te centres en los estudios, esto no es España hija.

-No me lo recuerdes- contestó con amargura mientras echaba la cabeza hacia atrás. 

-Lo que quiero decir es que aquí van a ser más exigentes. 

-oh! mamá- levantó la cabeza al darse cuenta de una cosa. Giró el cuerpo quedando frente a ella- necesito que me ayudes con la escritura.

-¿Y eso?

-Mamá, no me vaciles- contestó con una pequeña sonrisa- sabes que no se me da bien escribir

-Tampoco es que escribas mal....

-Lo hago mal- sentenció Atenea

-Yo ahora mismo no puedo. Imagino que Hideki te puede ayudar

-Con Hide no puedo - contestó secamente

-¿Por?- preguntó extrañada

-Mamá- le cogió las manos- tu hijo pequeño es jodidamente adorable...

-Esa lengua jovencita- le cortó su madre

-y estaría  más pendiente de darle abrazos, besos y mismos mientras se pone rojo como un tomate

Aquello hizo que su madre comenzara a reírse- siempre te ha gustado molestar a tu hermano

Se encogió de hombros- yo no tengo la culpa de que sea tan adorable- apoyó el brazo en el sofá sujetando su cabeza con la mano- ¿Y Aaron? el debe de controlar bien la escritura. 

-Supongo que podría pero tendrías que preguntarle

-Vale, iré después de clase a verle

-¿Va a estar en casa?

-Si- respondió mientras se levantaba rápidamente para subir a su cuarto. Le dio un beso a su madre y subió las escaleras de dos en dos. Se lanzó sobre la cama cogiendo el móvil. 

-Hermano, mañana voy a verte a casa. Tengo que preguntarte una cosa =)

-¿Eh? ¿Qué quieres Ate?

-Ya te lo digo mañana

-¿No me lo puedes decir ahora?

-No, porque ahora debes estar durmiendo XP

-Bueno, eso sería cierto si no me HUBIERAS DESPERTADO U.U

-Lo siento....XS Buenas Noches hermano! bssssssss

-jajajaja, vale. Te veo mañana bs

________

Atenea

Nunca me acostumbraré a levantarme a estas horas de la mañana. Por no hablar del maldito uniforme, es feo de pelotas. Me puse un jersey negro algo ajustado encima que tapaba casi toda la falda. 

Al llegar entré directamente a la clase sin acordarme que tenía que quitarme los zapatos y dejarlos en el casillero que hay en la entrada. El profesor me hizo ir a dejarlos, cuando encuentro el mío veo que han escrito mal mi nombre....si hay algo que no tolero es que me escriban mal el nombre. Me quité los zapatos poniéndome esos de color blanco, en el descanso de la mañana agarré un boli y escribí bien mi nombre.  Al regresar me senté en mi pupitre, todo el mundo estaba comiendo de  lo que creo que es un taper. Saqué de mi mochila un bocadillo de tortilla comenzando a devorarlo mientras leía un libro que me había traído en la maleta. 

-Hola

Levanté la vista, se trataba de Fujiwara

Hice un gesto con la cabeza ya que tenía la mano ocupada

-¿Comemos juntas?- le indiqué con la mano que se podía sentar, se puso en frente de mi poniendo encima del pupitre una caja que al abrirla estaba lleno de comida.

Tragué- buen provecho

-¿eh?

-¿Qué pasa?

-¿Qué significa "buen provecho"?- preguntó con curiosidad

-Es lo que decimos en España cuando alguien va a comer

-Ah

-¿Vosotros que decís?

-itadakimasu

Aiko es una chica simpática, de hecho fue la primera con la que hablé. 

-¿no te has traído bento? 

-¿bento?- me señaló su caja llena de comida. Yo le indiqué mi bocadillo

-¿Solo  vas a comer eso?

-¿Te parece poco?- pregunté medio riéndome

-bueno....

-¿Quieres un muerdo?- le ofrecí el bocadillo

-¿eh?

-Es de tortilla

La chica parecía algo nerviosa

-Tranquila, pégale un muerdo- le acerqué el bocadillo un poco más. Ella lo agarró- esta bueno

Ella le pegó un muerdo pequeño

-Muerde bien mujer- dije algo molesta

Ella me miró algo nerviosa y le metió un muerdo grande al bocadillo. Lo masticó y al tragarlo dijo mientra me lo devolvía.

-Esta rico

-Lo sé - respondí con una sonrisa triunfal.

______________

Acabadas las clases me marché, primero al gimnasio a dejar mi curriculum (transcrito al japonés) con el consentimiento de mi madre para poder trabajar.  Después marché a la casa de Aaron. Llamé a la puerta del apartamento algo nerviosa ¿Y si me habría él?

-Hola Ate- respondió Aaron 

-Hola hermano- respondí con una amplia sonrisa. 

-Entra, vamos al salón

Cerró la puerta y nos sentamos en el sofá que quedaba enfrente de la puerta.

-¿Y bien?

-Quería saber si me podía ayudar con la escritura

-¿yo?

-Si, se lo pediría a Hide pero sabes que me lo pasaría molestándolo- argumenté

-Bueno...creo que puedo ayudarte pero no sé si podré todos los días

Se oye la puerta del apartamento

-No hace falta que sea todos los días, simplemente algunos para que me ayudes...sobre todo con las redacciones.

-Creía que estuviste practicando en España

-¿Quién te ha contado esta mentira?

Apareció por la puerta aquel hombre que me besó. Cuando mis ojos se encontraron con los suyos mi corazón se paró en seco, desvié la mirada rápidamente hacia mi hermano rezando por que no me haya puesto roja. 

-Hola Haru ¿Qué tal el día?

-Bien-respondió secamente

Narrador

Haru posó la mirada en aquella chica que estaba sentado junto a Aaron. 

-Ella es mi hermana Atenea- le dio un ligero toque en la mano- él es mi compañero de piso, Haru. 

Atenea levantó la vista topándose con sus ojos claros. Haru se quedó un poco impresionado al verla. Cuando la conoció pudo ver aquellos grandes ojos color chocolate. Se dirigió a la cocina con el fin de tomar algo y calmarse un poco. <<¿Es la hermana de Aaron?>> se preguntó mientras sacaba algo de comida de la nevera.  Mientras él se preparaba algo  oía a su compañero y a su hermana hablar en otro idioma <<¿Qué idioma es ese? Creo que me dijo que era....español>> 

Se apoyó en la encimera pudiendo ver la conversación de los dos hermanos. Mientras comía se dio cuenta de que se quedó durante unos segundos mirando los labios de Atenea mientras hablaba, cuando ella rió salió de sus pensamientos. Su corazón había dado un pequeño brinco. 

-¿Entonces me vas a ayudar?- dijo Atenea

-Miraré que puedo hacer

-Gracias hermano- ella se acercó  para abrazarlo y le dio un beso en la mejilla.

-Si si- le dijo correspondiendo a su abrazo. 

-Por cierto Ate- dijo Aaron- me ha dicho mamá que vas a trabajar otra vez

-Si, bueno primero me tienen que coger. La verdad, me hace ilusión así puedo ahorrar y ayudar en casa. 

Le revolvió el pelo- que buena hija eres- dijo Aaron con una sonrisa de orgullo. 

-Que manía con revolverme el pelo- contestó algo molesta mientras quitaba la mano de su hermano. 

<<Ate>>- pensó Haru- <<Con qué se llama así>>

-Bueno, me voy- Se levantó del sofá. Desplazó la mirada hacia Haru despidiéndose con un "adios" bajito.

Cuando comenzó a dirigirse hacia la puerta Haru se quedó mirando sus piernas. Atenea no era una persona alta pero tenía unas piernas bonitas, tonificadas por el ejercicio que hacia tanto cuando trabaja en España como el que hacía ella. Cuando oyó cerrarse la puerta volvió a la realidad. Aaron se levantó del sofá mientras se rascaba la nuca soltado un suspiro. Se dirigió hacia Haru sentándose en el taburete quedando en frente de él. 

-Te veo cansado

-Si, en el trabajo están un poco exigentes

-¿Qué quería tu hermana?- recogió el plato dejándolo en el fregadero

-Quiere que la ayude con la escritura.

-¿la escritura?

-Si, al parecer le no se aclara y se equivoca muchas veces

-Ah

-Pero no sé si voy a poder

-Por el trabajo- se puso nuevamente en frente de él ofreciéndole un vaso de agua

Lo cogió- Si- y bebió.

-¿Va a venir aquí?- preguntó con la mirada puesta en la puerta

-Si, ¿por?

-Por saber


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