Adoraba ver a mi Roza entre mis brazos mientras gemía perdida en la sensaciones que nos acompañaban, cada roce, cada embestida me enloquecía, no existía mujer más sensual, más suave, más importante que ella, podría quedarme así una vida y ser feliz solo con su presencia, mi idea de quedarnos aquí todo el fin de semana se había cumplido y no creía que fuera suficiente, necesitaba más, mucho más pero como todo ser vivo necesitábamos algo de comer así que a regañadientes bajamos a la cocina, por supuesto yo le cocine a mi esposa que jugaba con el banco en la barra, su cabello despeinado y su rostro aún sonrojado me distraían de mi trabajo, mi camisa transparentaba ciertas áreas de su cuerpo que sin importar cuantas veces lo viera no dejaba de sorprenderme — quemaras mi desayuno — dijo infantil, volví a mi trabajo mientras ella me observaba del mismo modo en que yo lo hacía, definitivamente éramos una medida perfecta
— aquí tiene princesa — le extendí el plato pero ella parecía perdida en otro lado, seguro el vínculo o eso me imaginaba por sus ojos — Roza... — la sostuve en mis brazos, me apretó en cuanto reaccionó, me miro antes de correr a cambiarse, la imite sin embargo salió rápido tomando el coche, apenas y logre subirme antes de que arrancara — ¿que sucede? —
— Sandra está en casa de Lissa y Christian — aceleró hasta llegar, no hablo de nada pero sus manos temblaban — Dimitri... — me miro triste — perdóname — no supe porqué tendría que hacerlo, corrió al interior de la propiedad tomando en brazos a la pequeña de Lissa, Eric estaba asustado recargado en el brazo de su padre que estaba inconsciente. Mire a la mujer dispuesta a atacar a mi esposa, la golpee atrayendo su atención pero como si fuera un novato me dio un par de golpes perfectos, no pude responder era como un felino, salto sobre mi, no supe cómo pero Rose me la quito de encima antes de recibir la misma cantidad de golpes que yo, la pequeña de Lissa comenzó a llorar, Rose intentó usar sus poderes sobre ella mas como si fuera un escudo no surtieron efecto, yo hice lo mismo con el mismo resultado, se alejó de nosotros
— vamos Rose, sabes que esto funcionará contra mi y tú eres la única culpable, condenaste a tu propia gente a la destrucción — Roza la miro dándole la razón — solo vine a advertirte una cosa: debes volver con nosotros porque cuando se enteren de todo lo que has hecho... bueno, aquí no tendrás lugar —
— ¿necesitabas lastimar a estos dos para decirme eso? — Rose sostenía su brazo adolorida — te lo hubieras ahorrado porque no lo haré —
— ya veremos, al final si no lo haces morirás —
— Alistair me necesita para continuar aquí, no me matará — sonrío de una manera que no había visto jamás, no era esa sonrisa altanera que usaba a veces para ocultar su miedo, está vez no era miedo sino verdadera sensación de superioridad, Rose estaba segura, me asusto — te lo advierto, tocas a alguien de mi familia y te cazaré como si fueras un animal rabioso —
— ya lo veremos niña — me miro sonriendo — ten cuidado porque no conoces realmente a esta mujer, tú Roza ya no existe — Rose le dio un golpe en el rostro logrando mantenerse durante otro momento, cuando Sandra se soltó volvió a reír — ¿les dirás sobre esto? No, claro que no porque estúpida no eres — se dio la vuelta marchándose como si nada, Rose la dejo ir enfocándose en Lissa y Christian, le ayude, cuando al fin despertaron Lissa le dijo algo por el vínculo y Rose respondió del mismo modo
— irán con nosotros a casa — me avisó sin mirarme
— estarán más seguros ahí — apremie, aún tenía que averiguar a qué se refería esa mujer sin embargo ya tendría tiempo porque a pesar de todo lo que rondaba mi cabeza era eso de que no conocía a mi esposa, claro que la conocía y confiaba en ella. Después de recoger unas cosas subimos cada quien a su auto — no entiendo porqué no funcionaron nuestros poderes contra ella —
— tal vez nos faltó usar más fuerza — ella sabía la razón, me estaba mintiendo
— sabes que te conozco y sé que me ocultas algo ¿verdad? —
— sí, lo sé pero no sé cómo decirte todo... siento que... — suspiro — te lo contaré en casa ¿de acuerdo? — asentí tomando su mano
— pase lo que pase cuentas conmigo mi Roza, no importa que —
— sí, eres el mejor hombre que ha pisado esta tierra —
Llegamos a casa, ayudamos a los morois a instalarse, después bajamos a preparar algo de comer para todos, Christian me ayudo mientras Rose platicaba con Lissa de algo que al parecer ninguno de los dos debía conocer — gracias por dejar que nos quedemos aquí —
— es solo por tus hijos, no merecen pasar por esto — asintió — esa mujer ¿les dijo algo? —
— dijo que el fin estaba cerca, que era mejor unirnos a ellos — lo mire — después comenzó a golpearme para conseguir que Lissa buscará a Rose por el vínculo, la verdad no entendí sin embargo Lissa le dijo que no importaba nada porque Rose ya no volvería —
— me imagino que hablaba de regresar a Robert — asintió
— pero nunca mencionaron a Robert sino a Alistair y bueno le pregunte a Lissa en el camino pero me dijo que no era nada, que me explicaría al llegar aquí aunque no veo que tenga intención de hacerlo —
— Rose dijo lo mismo en el camino — volví a la cena sin querer platicar más con él
— lo que hicimos... fue porque teníamos miedo de que nos pasara algo a nosotros o a Eric... Dimitri tú también lo harías por Rose —
— no puedo decir que jamás lo haría sin embargo nos pusieron en peligro, dejaron que se llevarán a mi hija, perdí a mi esposa por tres años así que no esperes que los acepte como si nada hubiese pasado porque no será así. Ustedes tomaron sus decisiones y ahora es mi turno de tomar las mías — asintió
— solo no quería que mi hijo tuviera el mismo destino que Lissa y yo, crecer sin padres... bueno quería evitarle ese dolor — no podía decir que no entendía su situación, era lógico que quisieran proteger a su familia mas no usando a otros
— dejemos el tema, no quiero decir nada que pueda afectarte — Lissa y Rose entraron serias
— bien Dimitri, lo diré rápido porque no sé cómo hacerlo sin sentirme peor — la mire
— Christian vamos, yo te lo explicaré — nos dejaron solos, Rose se sentó frente a mi tomando mis manos, por más estúpido que parezca lo primero que cruzó mi mente fue que me diría que no me amaba o algo así — Dimitri lo arruine... no sé cómo pero le di inmunidad y fuerza a los seguidores de Alistair y lo traje de vuelta del mundo de las sombras — mis palabras murieron, no comprendía de que hablaba — use el espíritu de Lissa para darles mayor fuerza, abuse de sus poderes a través del vínculo y con un hechizo les di inmunidad a nuestros poderes, aún no logro recordarlo del todo pero intercambie el alma de Robert por la de Alistair —
— eso no es posible... no pudiste hacerlo tú ¿fue por compulsión? — asintió — lo voy a matar, no debió abusar de ese modo — me miro sorprendida — ¿pensaste que te culparía? — asintió avergonzada
— lo pensé, me siento terrible por esto, sobre todo porque sin nuestra magia y con esos seres poderosos... siento que condene a todos — comenzó a llorar
— no es así, lograremos vencerlos, aunque — pensé las cosas resaltando lo obvio — si el consejo se entera no serán indulgentes Rose, nadie debe enterarse —
— eso no es correcto — lo sabía pero no arriesgaría a mi esposa a que terminara en Tarasov, no lo permitiría y con la ley de Janine sobre cero indulgencia a los traidores ni siquiera habría juicio, no lo permitiría
— arreglaremos esto nosotros, soy tu guardián blanco y te protegeré como sea — asintió con temor
— gracias camarada — la abrace con fuerza — Lissa y yo creemos que si logramos quitar uno de esos talismanes que tienen podríamos averiguar cómo hacer un contra hechizo —
— ¿ella lo sabe? — asintió
— digamos que Alistair canceló nuestro vínculo a su conveniencia, no sé de dónde saco tanto poder sin embargo es casi invencible... uso nuestro vínculo para conectarnos y obligarla a dar su magia a través de mi — miro a la ventana — con el regreso de mis recuerdos las cosas con nuestro vínculo son más claras —
— podríamos entrar al lugar donde está la gente de Robert... Alistair o quién sea y averiguar más, hablare con Janine para que nos deje ir, tú y yo haremos esto juntos, Irania tendrá que quedarse pero estará más segura aquí, seguro Ibrahim podrá hacerse cargo de ella —
— Lissa debe venir y por lógica Christian también — abrí los ojos a punto de negarme — esto es algo que Lissa y yo debemos hacer juntas, lo entenderás cuando estemos ahí pero debe ser así — asentí
— sus hijos también deberán quedarse, en la corte todos estarán seguros — saque mi celular para llamarla.
Janine accedió sin preguntar mucho, en cuanto escucho que Rose se podría meter en problemas no dijo más que hiciéramos lo que tuviéramos que hacer — y Dimitri, protege a mi hija, no quiero volver a perderla —
— no volverá a suceder — terminando la llamada esperamos a Abe para que se llevará a los dos pequeños de Christian y Lissa. Llegó sorprendido de ver a nuestros invitados, Lissa y Christian estaban batallando para que Eric entendiera pues era muy chico aún, después de explicarle a mi suegro la situación nos llevamos a Irania a la cocina
— mi niña linda tu papá y yo tenemos una misión a la que no puedes acompañarnos —
— ¿cosas de guardianes? — asentimos, parecía pensar en algo
— trataremos de volver pronto ¿de acuerdo? — dije esperando que nos entendiera
— ¿me llamaran? —
— no sabemos si será posible — Rose le habló seria pero con cierto toque de dulzura — no te preocupes volveremos pronto —
— de acuerdo, pero no me dejen mucho tiempo — abrazó a su madre — no me dejes por tanto tiempo como la ultima vez, vuelvan antes de mi próximo cumpleaños — sonreí, así media el tiempo ella
— mucho antes mi niña ¿sabes que te amamos? — asintió contenta
— eres muy inteligente hija, estoy orgullosa de ti — Irania sonrío como nunca al escuchar eso. Volveríamos pronto para estar con ella. Muy pronto.