Crazy ➸Steve Rogers (PAUSADA)

De -MarvelWow

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Ellionor Andreotti era más que una mutante renegada, una ladrona o una asesina. Ella era una persona capas de... Mai multe

⭐T r á i l er★
Prólogo
1|I used to be normal.
⭐Everybody's Fool⭐
2|God! I hate this fucking song!
⭐Sleepwalking⭐
3|I recommend you shut the fuck up.
⭐ My Happy Ending ⭐
4| Natasha.
⭐ Bring Me To Life ⭐
5| Weird.
⭐A beautiful lie⭐
6| While you weren't sleeping.
⭐Sweet Sacrifice⭐
⭐ My Sacrifice ⭐
8|My World so cold
⭐Ignorance⭐
9|The sky is a hazy shade of winter
⭐The End ⭐
10|Exit
⭐Midnight Sky⭐
11|I'm burning like a fire.
⭐Mistakes⭐
|12| Appears
⭐Teardrops⭐
|13|Dare Devil
⭐The Monster⭐
|14| Here.
⭐Crazy⭐
|15|Are you here.
F i l e s
⭐Wait a minute!⭐
|16| Tension.
⭐Good 4 u⭐
|17| Ja...
⭐Angels Like You⭐
|18| Bang!
⭐Cutthroat⭐
|19| Can we have a little conversation?
⭐ Break My Heart Myself⭐
|20| Shut up
⭐ Fleabag⭐
21|Fuck Off.

7| Sokovia.

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De -MarvelWow

"Es verdad, todos estamos un poco dementes"


Ellionor rodó los ojos por décimo sexta vez cuando volvió a escuchar la voz de Stark en el comunicador en su oído. Estaba a miles de quilómetros de la torre, específicamente en otro continente, y el hombre no la dejaba de fastidiar ya que, para la mala suerte de ambos, tenían que permanecer en constante comunicación porque ninguno de los del equipo quería tener que lidiar con el cargo de conciencia que seria perder a una criminal que hicieron escapar de la cárcel, intencionalmente, en el globo terráqueo.

No querían que se les desviara del camino que, según ella, debía recorrer para llegar hasta ese posible contacto que les daría la información que necesitaban. Y como al parecer el resto de los vengadores estaba teniendo una racha de nefastas ideas, nuevamente según Ellionor, habían puesto en el lugar de niñero virtual a Tony, alegando que él la mantendría a raya mientras Natasha se ocupaba junto a Steve de otros importantes asuntos.

Y tal como iban las cosas, niñera y Persona a la que se cuida, ya se querían auto-ahorcar a si mismos para no tener que escucharse. Sus niveles de sarcasmo e insoportabilidad eran tan iguales que chocaban como dos enormes camiones cargados de explosivos.

¿Conoces el dicho ese de Estás metido en la boca del lobo? murmuraba el hombre, provocando un bufido de ella -Bueno tú, Burbuja, ya estas en su estómago. Te esta digiriendo... Y todo por loca maniática, psicópata y algo más pausó solo para resoplar con dramatismo —Oh, ¿Lo escuchas? Suena como un buen eslogan para tu trabajo.

—Sí, sí. Deja tu sugerencia en mi caja de Me importa un carajo gruñó cruzando sus brazos.

Se removió en donde estaba sentada, una silla de comedor que parecía haber sido diseñada para que no se sentaran en ella debido a lo incomoda que era. Lastimosamente sus opciones de muebles estaban limitada a eso o el horrible sillón medio despedazado en medió de la pequeña sala de estar del viejo y sucio departamento donde se había colado aquel día que ella misma nombro como La aventura donde le busco su porquería a los Vengadores.

Era excelente poniéndole títulos a las cosas.

El allanamiento de morada que realizo allí, sin dudas, era el menor de los males que azotaba aquel edificio de cinco plantas en donde las ratas correteaban como si fueran poodles. Hubiese preferido estar en Disneyland que en aquel lugar, pero los gustos de la escoria escurridiza que necesitaba "intervenir" en una "amena" conversación donde le preguntaría por el cetro "amablemente", dejaban mucho que decaer. El olor a humedad le había picado en la nariz desde el primer momento en el que forzó la puerta para entrar.

—Este imbécil aún no llega y tengo que tolerarte a ti... — alzó una ceja paseando la vista por el lugar —Eh, ¿Podrías hacer ruidos de ballenas? Leí que son relajantes y, wow, seguro eso me distraería de tener que escuchar las mierdas que hablas.

¡Ja! ¿Has pensado en no ser una loca psicópata y volverte una comediante? Porque tienes buenos chistes.

—Tú eres un Chiste, Stark.

¡Otro!, Vaya que me sorprendes. Eres una auténtica payasa.

—Creí que ese era tu papel en los Vengadores — lo devolvió —Ya habíamos dejado eso en claro en mi bienvenida, eso y lo idiota que eres.

Ay, si tú...

Ellionor ya harta, llevo su mano al comunicador —Oh, se esta... Cortando — empezó a hacer sonidos de estática con su boca, Tony, al otro lado, puso los ojos en blanco y se quedó mirando mal el punto rojo que era la ubicación de Ellionor en las pantallas frente a él —No logro escuchar... Tu basura... Pudrete, chimpancé con patas.

Los chimpancés tienen patas, tarada.

—Entro en un túnel — siguió hablando en tono neutro mientras sacaba una pequeña navaja de entre su sostén y empezaba a jugar con ella distraídamente. Ni siquiera se animaba a fingir algo de drama para darle realidad a su falsa situación que sabia que Tony, también sabia, era falsa —Bye.

No te atrevas a...

Hundió la navaja en la madera de la mesa y se quito el comunicador del oído lanzándolo sobre aquella superficie para luego proceder a quitarse una de sus botas de combate y empezar a golpearlo con fuerza hasta hacerlo pedazos.

—¿Qué?, ¿Dijiste algo? — puso una mano sobre su oído y acercó su cabeza al montón de pedasitos irreconocibles sobre la mesa como si esperará escuchar algo provenir de estos —¿Qué eres un imbécil? Pues que noticia tan vieja — soltó una risita divertida echándose hacia atrás colocándose nuevamente la bota.

Se estiró en su lugar extendiendo los brazos hacia arriba quitando la pereza de su cuerpo. El dejar de escuchar el sarcasmo en los comentarios de Stark era un analgésico natural casi terapéutico, en su exacta opinión el castaño le caía mucho mejor cuando fastidiaba a otro y no a ella que tenía que constantemente recordarse no romperle las piernas cada que llegaba al tope en aquel juego de Quien se insulta mejor que habían comenzado inconscientemente.

Una de las comisuras de sus labios se alzo en una pequeña sonrisa conforme —Idiota — murmuró apartando el montón de trozos con una mano.

Bajo la mirada al mango de la navaja enterrada en la mesa y alzo una ceja recordando al verdadero dueño de esta, un viejo recuerdo que no le gustaba traer a la luz de entre su pasado, pero que le era imposible ignorar cada vez que veía aquella navaja que, como buena masoquista, aun conservaba. Estaba dispuesta a tomar la empuñadura del afilado trozo de metal para ocultarlo de su propia vista, cuando un sonido que hubiera pasado por alto si no fuera por el silencio en el interior del departamento, se hizo notar.

Era la manija de la puerta de entrada moviéndose de un lado al otro al estar siendo abierta. Alzo una ceja en aquella dirección expectante y recostó sus brazos cruzados sobre la mesa esperando que el inquilino dueño del departamento hiciera al fin acto de presencia después de estarlo esperando por una hora y media.

Su figura apareció por la puerta de la oscura habitación en la que Ellionor, cual gato, era capas de ver con claridad.
El interruptor de la luz fue encendido y el chirrido de la puerta cerrándose se escuchó. Se quedó muy quieta en su lugar, esperando que el propio hombre se diera cuenta de su presencia. Pero siendo muy descuidado para ser alguien que se esconde y huye, ni siquiera reparo en si había o no algo diferente en el lugar, pasando a la rubia por alto. Quien solo sonrió y recorto el mentón en su palma derecha observándolo con atención.

El hombre aún se encontraba de espaldas a ella, removiéndose la gruesa capa de ropa que llevaba encima debido al clima gélido que había afuera. Con el semblante relajado, se despojo de las botas haciéndolas a un lado junto a su abrigó soltando una maldición en ruso al tener que hacerlo todo con una bolsa marrón repleta de sus comprar en uno de sus brazos. Cuando al fin giró, con el ceño fruncido y la mirada puesta en ningún punto específico de la chirriante madera bajo sus pies descalzos, pudo oír la diminuta risa que se le escapo a Ellionor de los labios y que recorrió la estancia como un suspiro, atravesando su cuerpo con un helado escalofrío que recogió toda su espalda.

De inmediato alzo su rapada cabeza enfocando su mirada en su alrededor, y cuando vio a la mujer rubia sentada en la pequeña mesa que solía usar para apagar sus cigarrillos sobre las esquinas, palideció. Y la sonrisa de ella creció cuando lo siguiente que el sintió fue la bolsa escurriéndose de sus manos hasta golpear el suelo y la punta de sus dedos de los pies.

Su expresión tranquila se contrajo en una de horror.

Ellionor alzo una ceja desde donde estaba mirándole de arriba a abajo hasta detenerse en su cara. Cuando ambos se miraron a los ojos, las orbe grises de la mujer adquirían el color de la oscuridad, un negros profundo y aterrador —Ouh, ya estás aquí - torció la cabeza en un gesto malicioso —Empecemos.

Y él no pudo siquiera soltar un gritó debido a que las luces sobre su cabeza parpadearon con descontrol y que en un parpadeo, ya tenía la mano de Ellionor Andreotti rodeándole el cuello y azotando su espalda con fuerza contra la vieja madera de la puerta. Había sido tragada por la oscuridad y luego había surgido de ella como el más aterrador de los demonios.

Ahora si ella escuchó el potente grito de terror que escapo de los labios de él.



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El grueso abrigo blanco que llevaba puesto había perdido su virginal color con las manchas de sangre que ahora lo decoraban. Ellionor se enderezó por completo y se quedó observando el rostro hinchado de su víctima, recordándose porqué exactamente lo había escogido a él de entre la larga lista de personas a las que le podía sacar aquella información que necesitaban los tipos que, irónicamente hablando, se habían arrastrado hasta ella pidiendo ayuda.

Sabia que ninguno en aquella lista mental que se había hecho era muy cooperativo, así que Rusf korih no era la exención. Desde un principió supo que tendría que ensuciarse las manos para resolver ese encargo, pero lo que no tuvo en cuenta fue que la rata más escurridiza y cobarde de Hydra había mejorado su aguante con los golpeas desde la última vez que lo utilizó como medio de información. Ella como Busca problemas en estado frecuente, gustaba de meterse en un juego peligroso donde fastidiaba a Hydra y a sus participantes. A Rusf lo había conocido en una de esas auto-denominadas aventuras, y en su primera vez canto como gorrión en las mañanas todo lo que quería saber.

También podría agregar que le dijo hasta lo que no le interesaba en lo más mínimo. El punto era que en su última vez se planteo la idea de dejarlo vivir con el propósito de que en un futuro le seria útil.
Pero ya se estaba arrepintiendo, porque ni siquiera golpearlo con el nabo que saco de su bolsa de compras había resultado ni para hacerla reír. Se preguntaba si Hydra estaba mejorando la capacidad de sus escorias.

No era la primera vez que se metía con aquella organización terrorista, y se temía que no seria la última, era como un requisito al currículo de mentalmente inestables pasar un año o dos bajo las garras de aquellas personas expertas en la tortura y experimentación de su especie, mutantes. Por eso la idea de desquitarse con uno de ellos le venía como anillo al dedo, quitándole importancia a los involucrados tras ello. Los vengadores, que en ningún momento le habían dejado claro hasta donde debía llegar o no con la búsqueda de información, como se podría llamar elegantemente al estar golpeando a alguien hasta que te dijera lo que quieres.

Estaba claro que ignoraron cualquier tipo de acciones, dejándose ganar por el apuro de conseguir el objeto extraterrestre. Ignoraron que la violencia estaba más que implícita cuando pensabas en el Como conseguiría ella la ubicación del cetro. Le dejaron hacer lo que quisiera, y no sabia si fue un descuido o completamente a propósito.

No se podía negar que entre tanto heroísmo y patriotismo, había una pizca de oscuridad en ellos. Porque de pasar de salvar al mundo a "contratar" a una criminal como ella no había siquiera una linea estrecha. A situaciones desesperadas, medidas desesperadas. Ella perfectamente se había dado cuenta de que si estaban desesperados así era porque aquel cetro perdido era realmente importante. Y, como le gustaba decir, no hay mejor prospecto para ser manipulado que alguien desesperado.

Y quizás si, después de todo eso, terminaría fastidiando a los Vengadores como lo hacia con todos los que se lo facilitaban inconscientemente. Porque siendo sincera estaba al tanto de que después de terminar aquel asusto ellos no cumplirían completamente con su parte del trato. Ella no lo haría si estuviera en su posición, ¿Por qué ellos si?, ¿Por qué le dieron sus palabras de héroes a una criminal psicótica?

Sí, claro. Y a ella la llamaban Shakira.

Puso las manos en su cintura y le echo una mirada fastidiada al hombre que permanecía callado gracias a la mordaza que le había puesto para que no se escucharan sus quejidos por un rato, claro que eso no significaba que le había dejado de golpear. Despego una mano de su cintura solo para apuntarle con un dedo de manera acusatoria.

—Creí que eras agradable — cruzó sus brazos inflando los mofletes como una niña pequeña a punto de hacer una pataleta —Pero eres un saco de basura llorón — alzo las cejas cuando este no hizo más que gimotear. Rodando los ojos, dio los pasos que los separaban y le bajo la mordaza de mala gana.

—¡Por favor!, ¡Yo no se nada, yo no se nada! — sus gritos volvieron de inmediato, llenando la habitación donde estaban.

La única habitación de aquel pequeño departamento, donde Ellionor le había arrastrado después de que este cayó inconsciente debido al susto que se llevó al ella echarse sobre él con los ojos completamente tintados de negro. Como un aterrador demonio.

El miedo que provocaba al adquirir aquella forma era el desestabilizador perfecto contra sus enemigos. Pero no funcionaba con todos, solo los más cobardes perdían el aliento y, penosamente, orinaban sus pantalones. Al ser una mutante con un poder como el suyo que no solo estaba compuesto de oscuridad, sino también del más puro terror, estaba condenada a hacer que la geste saliera huyendo de ella.

Y eso le divertía mucho.

—¿Nada, eh? — la rubia alzó sus casi blancas cejas con falso interés —¿Sabes que el que no nada se ahoga? — rió, divertida con su propio juego de palabras.

—¡No sé nada, nada! — volvió a chillar el hombre, sacudiéndose entre sus ataduras.

Ellionor chasqueo la lengua —Estoy empezando a creer que esa es la única palabra que sabes en mi idioma, pero... — alargó el Pero mientras tomaba un mechón de su largo cabello que se le asomaba en los ojos y empezaba a jugar distraídamente con él —Tu grupo de iguanas mutadas de muchas cabezas entrena bien a sus... — se detuvo para poner una cara pensativa —Ah sí, lame culos profesionales. Por lo que creo que hablas bien mi idioma. Así que grita todo lo que quieras en voz bien alta, tus vecinos no te escucharan... Amenace con explotar el edificio si se ponían de Chismosos — se inclino hacia él colocando una mano entre su boca y su nariz, acercándosele como si le fuera a contar un secreto —No lo haré, mis travesuras son exclusivamente para ti hoy.

Rió con fuerza y lo miró como si esperara que este soltara un comentario al respecto, pero el hombre solo se dedicaba a sacudiese sobre la silla de madera que crujía con cada brusco movimiento. La rubia pasaba por alto su desesperación, solo seguía jugando con el mechón de su cabello mientras se mecía levemente de adelante hacia atrás con una melodía que tarareaba en leves susurros.

Él se sacudió con fuerza y la miró con odio, con la ira contenida en lo tensa de su mandíbula fuertemente apretada —Escoria, eso es lo que eres. Mutante asquero...

No término sus gruñidos de odio debido a que Ellionor le cruzo la cara con una fuerte bofetada que le volvió a hacer sangrar los labios ya partidos e hinchados —Oh, lo lamento. Tenías algo horrible en la mejilla — le sonrió, una sonrisa carente de cualquier gracia —Pero resulto que así es tu cara, que pena — torció la boca en una salsa mueca de tristeza.

—Eres una perra.

—¡Eres una zorra!... — lo miró con una ceja alzada —¿Qué? ¿No describíamos a tu madre? Bah, error mio — rodó los ojos. Saco el teléfono de su bolsillo y miró la hora alzando ambas cejas —Rayos, mi novela... — se giró hacia él y le patio la pierna. Este grito por el dolor que azotó a su extremidad —Eso es porque no sabré si Alfonso queda con la gemela malvada de Mariana. Vamos, ¿Entiendes lo que pase para ver esa novela en una puta noche?... ¿Te imaginas que me perdiera también un nuevo capítulo de The Originals? Maldita escoria, te lanzaría por la ventana. Ay, ya me fastidiaste, te odio.

Bufo, hastiada. En algún momento entre los gritos de aquella rata de Hydra, agoto todas sus ganas de seguir alargando aquel violento interrogatorio que llevaba en aquella habitación mal oliente de escasa iluminación. Se había cansado de jugar. Él juraba no saber nada, pero ella sabia que mentía. Lo había visto al mirarlo a los ojos, la oscuridad comiéndole las entrañas de adentro hacia afuera, sus negros deseos y pecados, mentía. Mentía y se aferraba a su a su mentira con el poco de control que le quedaba.

Pero si eres soplón una, o tres veces, seras soplón siempre.

—¡Vamos, dime! Dime las palabras mágicas que quiero escuchar, cara de nalga — le chilló cerca del oído, impaciente. Al recibir berridos y gemidos de terror, se dijo que ya había tenido suficiente.

Dando dos pasos lejos de él, lo observo con detenimiento. La sangre manchaba lo que fue una camiseta gris con grandes y extensos manchones oscuros, su ojo izquierdo se había cerrado debido a lo amorotonado que estaba. Su rostro era una cuadro caótica de sangre y sudor.

Pero a ella no le perturbó, siquiera pestañeo, solo alzo una mano frente a él, como si le estuviera pidiendo algo, pero no era así, ya que de esta comenzó a emanar una densa y oscura bruma negra que se escurrió por sus dedos como petróleo espeso hasta gotear en dirección al viejo suelo de madera. El rostro de aquel tipo se contrajo de puro terror, su respiración antes levemente acelerada aumento hasta volverse errática, sus ojos se abrieron al máximo mientras comenzaba a sacudirse con todas las fuerzas que le quedaban.

—¡No, no! — empezó a gritar con desesperación al mismo tiempo que la bombilla sobre sus cabezas empezaba un macabro juego donde se encendía y apagaba a la velocidad de un parpadeo —¡Lo diré, te lo diré todo!

Las comisuras de los labios de Ellionor subieron con lentitud hasta que de su rostro se adueño una sonrisa tan oscura como la espesura de la bruma negra que empezaba a subir por los pies de aquel hombre. Ignoro sus suplicas viendo detenidamente como la oscuridad lo engullía poco a poco como si fuera arena movediza.

—Si no sabes nadar, te ahogas. Pero, ¿Dónde es peor ahogarse? — movió la cabeza siguiendo alguna melodía fantasma —¿En agua?... — Pausó solo para ver como la bruma negra le rodaba la barbilla como largas garras filosas —¿O en la oscuridad?

Lo mataría, su juegito con él había dejado de ser divertido. Si él no hablaba aún tenía una pila de prospecto que felizmente obligados cantarían lo que este no quiso cantar. Aquella oscuridad que salía de ella, crecía en poder con cada acto terrible que realizaba, como también con cada alma oscura que aquella bruma se comía. Una escoria menos en el mundo, era más poder para ella.

Estaba dispuesta a acabar con aquello, pero un grito diferente corto en la habitación, un grito diferente que no era más que la respuesta que necesitaba.

—¡Sokovia!

Se detuvo abruptamente cerrando su mano en un puño. La oscuridad se disipo con rapidez como ceniza en el viento y una de las cejas de Ellionor se alzo, interrogante.

—¡Sokovia!... Sokovia — repitió este una y otra vez llorando con fuerza —El cetro esta en Sokovia, lo... Lo utilizan co-con personas.

La sonrisa de Ellionor solo creció mientras el color gris volvía a ser dueño de sus ojos, asintió una vez con la cabeza en su dirección.

—Gracias — torció el gesto al verlo llorar de aquella forma tan desconsolada —La basura no llora — dijo con simpleza y sin ninguna emoción en su voz. Acercó su mano a él tomando su mentón entre sus dedos obligándole a alzar la cabeza —Mirame — ordenó, y cuando lo hizo el negro volvió a los orbes de ella, esta vez solo bañando sus pupilas —Como tú lloras delante de mi, miles lo hicieron también delante de ti. Adultos, jóvenes... Niños, todos ellos lloraron con suplica. Así como tú te retuerces ellos también lo hicieron. Es bastante hipócrita de tu parte.

—Por favor...

—Oh, malévolo cucarachon, te pusiste sentimental — hizo una cara triste mientras soltaba su barbilla —La verdad es que eres una princesa delicada por dentro.

—¡Te dije! — chilló él, sabiendo hacia donde iba ella —¡Te lo dije, sueltame!... ¡Sueltame!

Ellionor solo continuó, soltando un pesado suspiro. Sus ojos se habían perdido en un punto desconocido de la habitación —¿Cuál fue el pecado de ellos? Esos inocentes. Su pecado fue ser diferentes — su voz salía con una calma mortal —Ser mutantes, como yo.

Él la miro con suplica —Por favor...

La rubia sonrió, sintiendo —Morirás.





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El viaje de vuelta a los Estados Unidos fue sencillo, sin siquiera molestarse en limpiar los destrozos que dejo atrás, solo necesito caminar un buen tramo para que la misma nave que le había traído la recogiera de aquel poblado de nombre extraño de Alemania hasta donde había seguido a su, muy difunto y para nada participativo, informante. Sin perder ningún tiempo y alejando cualquier formalidad al aterrizar en la Torré Vengadores, Ellionor le había informado mucho antes ya a Stark de que le tenía noticias jugosas que resolverían su problema de escasez de información. Por ello cuando puso su pie sobre el suelo del recibidor miró con una gran mueca de fastidio a Maria Hill, pensando que aquel idiota había mandado a la secretaria, casi literalmente, a recibirla.

—Hill, verte sin Don parchin es como verte desnuda — pronunció la rubia con una gran sonrisa en su rostro cuando se detuvo frente a ella —¿No te sientes rara al no mirar sobre el hombro de nadie? ¿Ni un poquis? — alzó una ceja —¿Extrañas a tu Papi Fury?

Maria, asiendo uso del autocontrol bien amaestrado y entrenado con los años, ignoro sus comentarios fuera de lugar y solo le echó una breve mirada al piloto de la nave que bajaba de esta tras la espalda de Ellionor antes de concentrarse en la misma. Eso de hacer oídos sordos a lo, según ella, inverosímil, se lo llevaba excelente.

—Te esperan en la sala de reuniones — habló, y dicho aquello giro sobre sus tacones empezando a caminar lejos de la rubia.

—¡Pero que amargada! — le gritó a sus espaldas cuando la vio perderse junto al repiqueteo de sus zapatos en un pasillo casi escondido a un lado del ascensor.

Con disgusto, observo bien la sala ante ella con una mueca de inconformidad antes de caminar hacia las escaleras y empezar a subirlas de dos en dos, ignorando las posibilidades de pisar mal, torcerse un pie y bajar lo subido rodando por su forma poco segura de subir las escaleras. Al llegar arriba los pasillos llenos de luz y cristal le provocaron un inoportuno dolor en los ojos debido a lo brillante que se veía todo, mucho para una persona que le gustaba, literalmente, revolverse en la oscuridad.

Fue por un pasillo diferente al que había tomado la primera vez que piso la torre, donde se había enterado estaba la verdadera he importante sala de reuniones, que aunque en aquel gigantesco lugar había habitaciones hasta para haber una sala de reuniones para la sala de reuniones, también servía de lugar de operaciones. Donde el grupo empleaba las pobres tácticas para conseguir el cetro que no les habían servido de nada para resolver su problema, problema que Ellionor resolvió en un día con fuerza bruta y bastante, había que admitir, maldad.

Siguió recorriendo el innecesariamente largo pasillo hacia una importante habitación de la cual pensó estaba demasiado lejos de la entrada como para ser "importante", ya que dada la relevancia que tenía esta debía ser de fácil acceso y relativamente cerca, no con un recorrido dramático. Quizás estaba diseñado para que el dramático dueño de la torre y su cuerda de mantenido corrieran de forma dramática hasta la sala de reuniones, ya que al ser un grupo tan teatral que gustaba de usar leotardos ajustados era palpable su nivel de dramatismo.

Sonrió, contenta con sus pensamientos y empezó a avanzar dando saltitos al caminar. Y al décimo salto estaba tan concentrada en lo que pasaba por su cabeza que no vio, o no tomo mucha importancia ni cuidado, cuando choco con fuerza con alguien en el pasillo. O más bien ella empujo a alguien fuera de su camino alejándolo todo lo que pudo de ella con ambos brazos, lanzándolo con un rápido movimiento al suelo.

El desafortunado termino siendo un confundido Clint, quien se vio en el suelo un tanto perplejo. Aparentemente de manera inconsciente a Ellionor le gustaba empujar con fuerza al que se le atravesara en el camino, era como una especie de autodefensa brusca que hacia casi sin pensar.

Se podría decir que su cuerpo siempre estaba en estado de alerta y el agente Barton lo comprobó desde el suelo.

—Eso no lo vi venir — murmuró él para luego alzar la cabeza y encontrársela mirándolo con una sonrisa, sin lucir para nada culpable. Sí, quizás lo hizo a propósito —¿Qué es lo que te... ¡Eh! ¿A dónde vas? — solo escuchó gritar a Clint detrás de ella cuando le dio la espalda para continuar como si nada. Este se había levantado y seguido casi de inmediato.

—Bueno, Cristóbal, voy algo apurada — le dijo de regresó dejando olvidado a Clint al doblar en otro pasillo. Este tenía una cara de indignación que le sonrojaba hasta las orejas.

—¡Es Clint!

Lo escucho gritar y le devolvió el gritó —¡Da igual, Christopher!

Dejo el altercado de su falta de respeto contra Barton, a quien adoraba fastidiar y estaba segura esto era así de ambas partes, y resoplo cuando al fin estuvo frente a las puertas acristaladas de aquella importante sala principal que era muy importante como para estar más cerca y ahorrarle el trote. Agrandando su sonrisa, abrió ambas puertas de una forma dramática sin importarle que estas eran de cristal y se podían hacer pedazos con cualquier brusco movimiento.

El jefesito tenía para comprarse cien iguales.

—¡Hola gente! ¿Me extrañaron? — entró en la sala cuando tuvo la atención de todos.

Steve, quien era el único sentado en la mesa circular en medio de la habitación, se puso de pie de inmediato al solo verle. Se notaba en sus facciones lo ansioso que estaba por conocer lo que Ellionor había logrado saber con tan solo un día fuera de la Torré. Nadie pasaba por alto que ellos habían quedado como mediocres al tratar de buscar información o encontrar la base donde estaba el cetro. Pero tenían muy en claro que ella había usado atajos trampa que a ellos jamás se les ocurriría realizar, porque estaban muy lejos de lo moral y legalmente correcto. Se habían tenido que vendar, metafóricamente, los ojos para no tomar en cuenta el desorden que Ellionor pudo realizar teniendo total libertad de acción para buscar lo que con urgencia necesitaban.

Tony, quien se encontraba relajado donde estaba sentado, volvió a ponerse alerta con tan solo volver a tener la presencia de ella en la habitación. Si el hubiera sido un gato sus pelos estarían engrinchados mientras le bufaba a la pálida muñequita barbie satánica.

Rodó los ojos llevando una mano a su oído, fingiendo dolor —¿Podrías no gritar? Tu voz es tan chillona que romperías todas las ventanas de la Torré con un suspiro.

—Lo único que te voy a romper es la cara, Iron Tonto.

Enseñándole su dedo medio, paso de él y se giro hacia los otros, que fruncieron el ceño casi al mismo enfermizo tiempo, mirándola como si se tratara de un elefante con tres cabezas. Claro, ellos estaban junto a un dios mitológico que se supone que solo existía en los libros de historia, pero aún así les sorprendía ella insultando a Stark.

Tony fue el primero en dar un pasó a delante para volver a hablar, pero cuando iba a abrir la boca para soltar una de sus frases sarcásticas y poco favorable para el momento. La mano de Ellionor en su cara, literalmente pegada a su cara, no le dejo soltar ni la más mínima exclamación de sorpresa.

—Calladito te ves menos idiota — miró al hombre con una mueca de disgusto —Si claro, como si eso fuera posible.

—Ellionor...

La voz de Natasha se hizo escuchar, pero ella la paso por alto tomando una de las sillas de la mesa y dejándose caer sobre esta soltando un largo suspiro de fingido cansancio. Subió los pies sobre la mesa arremangó las mangas de su suéter amarillo echándose hacia atrás todo lo que podía en aquel asiento.

—Estoy agotada — alargo la A quitándose las botas para lanzarlas a un lado dejando al descubierto sus medias a rayas multicolores —Stark, ven y hazme un masaje en los pies. Para eso es lo único que sirves.

El castaño casi que la tira de la silla por ese comentario —Recuerda muy bien dónde estas, Barbie psicópata.

Ellionor se hizo la desentendida —Eh, pues... — miró a su alrededor y luego al asiento en donde estaba —¿Estoy sentada en una silla? Hecha por chinos seguro — rodó un poco en ella —¡Ah, y tiene rueditas!

Steve resoplo —Por favor, necesitamos concentrarnos, no tenemos tiempo para insultarnos entre nosotros...

—Lo que yo necesito es otra foto tuya pero sin camisa — le corta el discurso la rubia con un ademán despreocupado —Y esta científicamente comprobado que insultar en una especie de analgésico contra el dolor, y creeme, escuchar toda las babosadas que suelta Tony cuando abre la boca causa dolor... Vamos, quita esa casa Iron Tonto, que me caes súper bien. Ven choca esos cinco — el castaño la ignoró —¡Ay, pero que descortesía!

El Capitán suspiro por lo bajo tratando de no perder la paciencia con aquella mujer que lo que tenía de bonita también lo tenía de frustrante. Alzó una ceja al darse cuenta que la consideraba bonita incluso después de saber lo que le había hecho a un hombre en Alemania. Del cual no se sentía tan mal debido al renombre que tenía aquella persona entre las escorias más desagradables de Hydra, y no era que estuviera del lado de aquella mujer por hacer algo así, pero igualmente a aquel tipo nadie lo extrañaría.

La observo con detenimiento discutir con Tony y luego sumarsele al pleito Natasha, con un Thor que abría la boca ocasionalmente para aportar cosas que no favorecían nada a la conversación. La miró detenidamente allí en lo que supuso era su estado natural despreocupado, como si no acababa de asesinar a un hombre lanzándole por una ventana de un quinto piso antes de venir con ellos. Por su espalda corrió un escalofrío que lo sacó de su estado de mutismo y lo hizo reaccionar al fin.

—Basta — gruñó cansado de aquello. Y ese gruñido bastó para traer devuelta su atención —Ellionor, necesitamos que nos digas lo que sabes.

Ella no respondió, no soltó al fin lo que ellos tan ansiosos esperaban oír de una buena vez, solo se le quedo mirando con una sonrisa de lado y los brazos cruzados sobre su pecho. Le estaba gustando observar a aquel rubio hasta incomodarlo, había empezado a tener interés por sus variadas reacciones cada vez que le observaba de forma coqueta. Al parecer le gustaba mirarlo con atención. Pero ella no fue la única de darse cuenta de ese interés que nacía allí, Natasha, al otro lado de la mesa, también se dio cuenta de esto. Por ello intervino entre ellos inmediatamente.

—Ellionor, dejate de juegos. Haz lo que viniste a hacer aquí y solo... — remarcó el solo con fuerza entrecerrando los ojos con el propósito de que entendiera el doble sentido de la palabra —lo que viniste a hacer — la rubia alzo una ceja, entendiendo claramente que ella quería que se mantuviera alejada de Steve.

Sonrió —Solo si es aburrido. Si no lo es me lo quedo.

—La base donde esta el cetro, Ellionor. Ahora — soltó, demandante. Como una madre que le da un ultimátum a uno de sus hijos —Y también puedes explicar que le hiciste a Barton como para te mire de esa forma.

Y en efecto, Clint estaba a sus espaldas respirandole prácticamente en el cuello. La rubia dio un saltó en su asiento de la impresión.

—Cristóbal, que escurridizo — alzó ambas cejas —¿Eres Kitty patitas suaves?

—Es Clint — solo corrigió en un gruñido con fastidió alejándose de ella. Seguro después abría tiempo de reprocharle por el empujado en el pasillo.

Elliobor conocía muy bien su nombre, pero como siempre, adoraba molestarlo. Como adoraba molestar a todo lo que respiraba, y hasta a lo que no también.

—Francis — le regalo una sonrisa —Llegas a tiempo — desvío su mirada hacia todos y de nuevo se quedó en Natasha —Primero, lo que me prometieron. Panda de súper heroicos buenos para nada.

Más de uno hizo una mueca, no olvidaban que la mercenaria que estaba presente junto a ellos ahí no hacia trabajo de caridad.

—Primero el nombre.

Bufo —¿Crees que soy estúpida para no saber que después de darles lo que quieren me encerraran? Vamos, mira la cara de Anthony. Allí dice claramente "Vamos a meterla en una caja de zapatos y lanzarla a un río"

Tony asintió —Es cierto, al menos es buena leyendo caras. Al fin algo, le podemos quitar un 00,0.1% a tu mediocridad.

—Calláte, menopausico — suspiró, al fin cansándose de jugar con ellos. Les diría lo que querían de una vez y luego los obligaría, si era necesario, a darle lo que ella quería —Bueno, ineptos. Todos ya saben por que estoy aquí...

—No por tu personalidad — la interrumpió Tony.

—Ni tú por tu carisma — contraatacó, miró a los otros —Conseguí la ubicación del cetro, porque soy mejor que ustedes... "Convenciendo" a la gente — se aguantó una risita maliciosa complacida por la sorpresa que adorno sus rostros. Había resultó en un día un problema que se había llevado largos meses de su tiempo.

Cuando Steve hizo amagó de hablar y Thor también se vio con los ánimos de hacerlo, los detuvo alzando una mano.

—Me di cuenta de lo obvia que eran las cosas, que la respuesta estaba allí desde el mismo momento en que comenzaron a patear las puertas de las instalaciones de Hydra — pausó para sacar unas hojas, arrugadas debido a que se sentó sobre ellas, de uno de sus bolsilla traseros. Las lanzo sobre la mesa —Siempre es el lugar más excéntrico y olvidado por la mano de Dios. Creí que ya habían buscado allí, pero después de que mi tan amablemente cooperativo amigo soltara el nombre del lugar, me di cuenta de lo zoquetes que son. De eso y de que los rusos no revotan cuando los lanzas por una ventana, Nat, ¿Por qué no me lo dijiste?

Natasha puso los ojos en blanco, pero el castaño se le adelantó a cualquier comentario que esta soltaría.

—Lanzaste a un tipo por una ventana... — Tony resoplo —Fascinante, ¿No tienes un modo más violento de llamar la atención? ¿También le hiciste una E en el pecho o algo así? Chiflada.

Lo miró mal —Ay, Iron Man, lo dices como si tú nunca hubieras lanzado a alguien por una ventana — le dio un manotazo al aire con amargura —¿Qué esperabas? Tengo poca paciencia y ese hombre no estaba dispuesto a ser útil. ¿Tú esperabas que nos saludaramos, nos hicieras trenzitas y luego habláramos de con quien perdimos la verginidad mientras nos reímos de la vida? Estás tonto, tan tonto que los tontos se sientes ofendidos porque le quitas lo tontos.

Tony gruñó, mentalmente agotado por su hablar tan rápido y sin parar —¿Puedes continuar en lo importante? ¿Sí? A nadie le interesa tu vida.

Rodó los ojos, pero igualmente no borro su mirada complacida viendo como ellos miraban las hojas sobre la mesa que habían pertenecido a uno de sus propios archivos que habían dejado de lado.

—Preparen sus coloridos uniformes Vengadores — los miró a todos sin borrar su sonrisa —Se van a congelar el culo en Sokovia.

No estaba rebosante de felicidad ni feliz consigo misma porque sabia que conseguiría la ubicación del cetro a como diera lugar, ya que siempre cumplía con lo que se proponía, estaba acostumbrada a mal criarse a ella misma. Quizás por eso Natasha Romanoff le había escogido a ella entre sus escasos pero efectivos contactos útiles. A Ellionor le gustaba ser la mejor en todo lo que hacia. Y eso también agregaba ayudar al grupo de gente que estaba segura no le ayudaría a alguien como ella nunca.

Se sacudió un invisible polvo imaginario de las manos y se dispuso a darse la vuelta apara ir a asaltar la cocina más próxima, necesitaba un baso de jugo de naranja con urgencia. Pero alguien tenía otros planes para ella, unos que no le gustaría para nada.

—Tú vendrás con nosotros.

Detuvo su caminata de golpe y se giro sobre sus talones de tal modo que su largo cabello platino voló en todas direcciones —Si claro, viejo reumático. Ya te están afectando el coco las pastillitas azules.

Con ese insultó se volvió a girar bajo la mirada expectante que les dirigían los otros a Tony por haber soltado aquello. Ellionor caminos hacia las puertas con el mentón en alto lista para largarse. Pero dos enormes sujetos vestidos de negro luciendo como dos mortíferos espías, estaba segura de que lo eran, aparecieron frente a ella y le cerraron el paso.

Su cara se contrajo en una de aburrimiento —¿Quiénes son estos hijos de perra?

—¡Wow, niña, grosera! — Bramo Tony fingiendo exaltación mientras, sin mirar a la rubia siquiera, movía los dedos sobre un holograma frente a él que era proyectado sobre la mesa.

El resto del equipo pasaban de ellos totalmente concentrados en empezar su plan de extracción en Sokovia, debido a que bien se habían dado cuenta que involucrarse en una pelea con aquella dos era terminar siendo ignorados olímpicamente porque estos se concentraban en su riña.

Ellionor observo con una mirada mortal al dúo de hombres que no dejaban de acecharle movierase donde se moviera. Era ridículo.

—Stark, te lo abierto. O les dices que me dejen en paz o terminaré metiendo la cabeza del Agente K en el trasero del Agente J antes de tirarlos de tu torre tan fuchi — apuntó a uno y luego al otro sucesivamente mientras hablaba. Aquellos dos tipos estaban a un lado de las puertas de entrada y salida de la sala importante, se murmuraban cosas entre ellos al mismo tiempo que no le quitaban la mirada de encima.

—¿Sabes que es Fuchi? — preguntó el hombre de hierro girándose hacia ella al fin —Tú, tú eras toda fuchi.

Ellionor entrecerro los ojos, camino con rapidez en su dirección hasta detenerse muy cerca suyo. Alzo su puño derecho frente al rostro de Tony —¿Sabes qué es esto? Mi puño, ¿Y sabes donde te lo voy a poner? — sonrió, una sonrisa sin gracia —en tu maldito pi...

—Andreotti, tan temprano en la mañana no —aquella, como siempre, voz mediadora, había sido de Natasha. Quien dejo a Steve, Clint y Thor conversar entre ellos para ver a los otro dos con cara de pocos amigos. Se notaba que no había podido dormir bien, y por la mirada que le echo a la rubia, esta era la culpable de su silencioso pesar.

La pelirroja se dejo caer en uno de los asientos vacíos cruzando sus brazos sobre su pecho, frunciendo el ceño, se dedicó a seguir a los dos, aún desconocidos sujetos, en la tarea de vigilar los movimientos de la rubia en silencio, ya que este era su papel principal mientras ella estuviera ahí. Ellionor, que aún tenía su puño en alto, lo bajo solo para extender sus brazos hacia los dos sujetos y mostrárselos a la pelirroja como diciendo "Mira eso de allí" con una mueca de total desagrado. En sus ojos se veían las ganas que estaba empezando a tener de lanzar algo hacia la cabeza de alguien, de quien sea, preferiblemente Tony Stark.

—¿Puedes explicarme por que estos dos idiota emos están bloqueándome la salida? No es como si no pudiera romperles el cuello — apuntó con un dedo en la dirección de ambos rubios y Barton concentrados en su tarea —Pero no frente a los niños. Quita esa porquería de la puerta, Stark — alzo una mano —Sin ofender, imbéciles.

Tony puso los ojos en blanco y dejo lo que estaba haciendo para prestarle atención —Ellos son los que te vigilaran mientras estés por aquí con tus... Manitas sucias y lunáticas tocando todo. Te seguirán a donde vayas — bufo —Al infierno, a una casita del terror, a tu... — la miró de arriba a bajo —Tienda de suéteres feos, a donde sea. Tú, Burbuja, ahora puedes llamarlos a ellos, tus niñeras.

—Ay, pero si es que te estas buscando tu patadita — gruñó acercándose más a él.

Tony estiro su brazo hacia adelante impidiéndole avanzar más —Oye, oye, niña, espacio personal — le hizo un además —Haste para allá, no me pegues tus piojos o desordenes mentales.

Ellionor chisto, aguantandose las ganas de empezar a ahorcarlo —Aleja a Tito y a Rafa de mi antes de que los mate.

—Te acompañaran, quieras o no.

—No quiero.

—Pues que pena, tendrás que soportarlos hasta partir a Sokovia donde, esperamos, este el cetro. Porque si no, tú y tus suéteres feos desearan no haberse metido en esto — Ellionor hizo sus ojos dos estrechas ranillas apretando su mandíbula, conteniéndose. Rápidamente cambio su mirada de odio a una sonrisa tan grande que Tony tuvo que hacerse para atrás ya que aún seguían considerablemente cerca.

Bueno, no había opción, tendría que tolerarlo, por ahora. No le importaría hacer una escena y encargarse de aquellos dos de una vez, pero en realidad quería quedarse y ver cual seria el siguiente paso de ellos, moría de curiosidad. Y creía que podía tolerar a Tony lo suficiente, claro que eso lo pensó hace dos minuto antes de que este le sacara la lengua y ella se le lanzara encima.

—¡No Ellionor, no golpees a Tony con eso!

Y sí, habían sido dos minutos de tolerancia muy largos para ambos.





|EDITADO: 2019|
|SEGUNDA EDICIÓN: 20/05/2020|

Hola, hola.
¿Qué les parece?

¿Qué tal la relación entre Tony y la rubia? Me divierto con esos dos y sus ocurrencias.
Gracias por leer y esperar, nos leemos en el próximo, donde les digo desde ahora que van a leer un drama nuevo entre Ellionor y otra persona, supel loko tu. Ggggg.

Bueno ya, hasta la próxima mi genteeee.

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