She will be loved (Harry Styles y tu) terminada

Vigésimo quinto capítulo.

En ese momento me di cuenta de que el amor estaba en todas partes.
<< El amor es como las olas incesantes del mar, viene cuando menos te lo esperas, pero cuando más lo necesitas. Debes aprovecharla, porque hay quienes subestiman el transcurso de llegada de la ola, y pueden pasar años sin sentir una gotita de amor. Sedientos, de eso que el mundo añora tanto. 
El amor está en una mirada. El amor está en un apretón de manos. Está en la risa de los niños jugar. Está en un abrazo, tanto como en un beso. El amor está en un perro abandonado, siendo refugiado. El amor está en las flores, y en los árboles. El amor está en una sonrisa, tanto como en el llanto. El amor está presente hasta en los más pequeños gestos. El amor está en la risa de un bebé, tanto como en la de un anciano. Está, el amor está entre nosotros. El amor está en tu cabeza, tanto como en tu corazón. Sólo depende de ti si quieres verlo, porque el amor está en el aire>>
Levanté la mirada y admiré el lugar. El teatro era gigante. Era lujoso, y eso llamaba mi atención. Un amplio pasillo rodeado de asientos con aspecto muy cómodo y acogedores se nos presentaban. Todo era tan dorado, todo era tan angelical. Todo eso parecía imaginario. Muchas personas esperaban ansiosas en la fila afuera, mientras que nosotros buscábamos nuestros respectivos lugares. Tenía la comparsa a unos 200 metros. Se veía muy bien. Todos los instrumentos estaban colocados como deben ser. La gente se adentraba en el lugar. Y yo, encantada con el espectáculo que estaba a punto de comenzar. 
-¿Qué te parece? –Dijo Harry, quien estaba a mi lado.
-Es espléndido… 
Harry se me quedó mirando por un rato, como si estuviera contemplado algo maravilloso, único, especial… ¿Pero que tenía yo de eso? Absolutamente nada.
Supe que Harry me miraba, porque disimuladamente cada tanto, yo le echaban un vistazo, y había momentos en los que sus ojos tan verdes como el césped de una pradera, se encontraban con los míos. Yo giraba la cabeza, nerviosa. ¿Qué estaría pasando por la cabeza de Harry mientras sus ojos se clavaban en mí? Nunca lo supe. Pero había algo muy sospechoso, algo que me causaba una intriga mordaz. Sus ojos me transmitían algo incierto, y a la vez tan obvio. Un insólito brillo aparecía en sus ojos cuando estábamos juntos, pero ¿por qué? Yo era insignificante para un mundo tan grande, pero a la hora de hablar de lo que ocurría en mi cabeza, dudo que alguien tuviera tantos pensamientos como yo. Una aguda nota de un violín me sacó de mis pensamientos.
Admiré cada rincón de la construcción hasta que las luces cambiaron de foco, apuntando a los músicos. La ansiedad invadió mi cuerpo. Cuando la melodía se introdujo en mis oídos, me sentí la persona más afortunada del mundo. Hacía años atrás, nunca hubiera imaginado que yo sería participe de esa escena. Nunca hubiera pensado que podía salir adelante. Nunca hubiera visto un futuro tan feliz delante de mí. Aún así, el día que lo vi por primera vez, sabía que no todo sería igual para siempre. El día que mis ojos fueron testigos del paraíso que eran sus ojos, el día que por primera vez lo miré a los ojos, supe que se aproximaba un cambio. Cuando su boca pronunció la primera palabra que entablaría una conversación entre nosotros, algo se sacudió dentro de mí. Algo dentro de mi corazón se retorció y gritó de alegría. Algo me indicaba que ése chico era el indicado. Algo me dijo que lo que hacía era lo correcto. Algo me dijo que ése chico, el que se encontraba junto a mí en un teatro de Londres, vendría a mi vida para superar ciertas circunstancias que uno estando sólo, no es capaz de vencer. Él, el que tanto me había ayudado, el que tanto me quería, ¡El que me había besado! ¡Sí! Ese chico era con el que quería pasar el resto de mis días.
Harry Styles me miró y esbozó una gran sonrisa, francamente no sabía a qué se debía eso, pero lo acompañé dejando mis dientes al descubierto, y mi corazón en sus manos.