Trigésimo primer capítulo.

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De vuelta en Canterbury la soledad me castigaba y se hacía cargo de arruinar mi ser. Me sentía sola, desamparada, perdida. La única persona que me había brindado todo lo que nunca hubiera pensado, el único ser humano entre la cantidad de personas que hay en el mundo, el único puntito en este mar de puntitos, no sabía mi nombre, ni quién era, ni donde estaba, ni lo que sentía por él, ni lo mal que me hacía no tenerlo a mi lado, ni lo desgranado que estaba mi corazón al recordar que todo eso, todo eso era la pura realidad, y mientras Harry Styles significaba todo para mí, yo… yo no existía para él. 
¿Por qué todo era tan difícil para mí? ¿Por qué sus ojos no me veían, si yo estaba ahí? ¿Por qué el no me escuchaba, cuando yo lloraba a gritos? ¿Por qué todo, me salía mal? ¿Por qué Harry tenía que salir herido físicamente, y no yo? ¿Por qué siempre era yo la que salía lastimada? ¿Por qué siempre sufría, y no había la más mínima recompensa a cambio? ¿Por qué mis cartas no llegaban al destinatario deseado? ¿Por qué mis lágrimas no afectaban al causante de éstas? ¿Por qué no podía ahogar mis penas en su pecho? ¿Por qué no podía gritar todo lo que sentía? ¿Por qué no podía cometer una locura, e irme de este lugar, lejos? Si ya a nadie le afectaba, nadie se preocupaba por mí, nadie me buscaba, nadie se arriesgaba por mí. Si yo no valía nada ¿Por qué seguía allí? ¿Por qué (aunque me cueste admitirlo) una parte de mí tenía la insignificante esperanza de que todo se arreglara y Harry volviera a ser mío? 
Una simple respuesta: todo eso sucedía, porque en la vida hay un circuito constante que nunca para, y nadie puede hacer nada al respecto. La vida es una lucha diaria contra nosotros mismos.
Todos tenemos metas, todos tenemos sueños, pero ¿Quién es capaz de alcanzarlos sin arriesgarse a los obstáculos que rodean a éste? ¿Quién puede llegar a la meta sin correr y esforzarse? ¿Quién puede llegar al cielo sin alas que lo impulsen? ¿Qué sería de nosotros, si no estuviera aquella cosa tan extraña que nos motiva a seguir adelante? 
¿Quién es capaz de vivir sin amor? ¿Quién puede resistirse a caer en la tentación y en el infierno que a veces es el amor? Nadie, porque el amor es lo único que nos motiva a seguir adelante, y es algo esencial en la vida de las personas. Porque todos debemos amar y ser amados. Yo debía ser amada, al igual que Harry. Un perro debe ser amado. Un pájaro debe ser amado. Todos debemos ser amados. Tal vez no tenemos constancia de qué significa el amor, pero si hay algo que no debemos hacer, es arrepentirnos de brindar amor. No hay acto más bondadoso que brindarle amor a alguien, o a algo. 
Sacudí mi cabeza, y antes de cometer alguna locura, decidí salir a tomar aire al gentil pueblo de Canterbury. Que mis pies hagan contacto con la tierra cálida me producía satisfacción. El viento que hacía volar los mechones que se escapaban de mi peinado me tranquilizaba. La ausencia del sonido aturdidor que había en la ciudad, me hacía sentir como es casa. Recordé el árbol, y me encaminé hacia él, sin saber con quién me encontraría.
Una silueta dibujaban los rayos del sol que le pegaban de frente y hacían un contorno brillante a su alrededor. Una silueta parada en frente de mi árbol. Quieta, estática, inmóvil. Me acerqué a ella pero no lo suficiente como para que notara mi presencia. Me quedé a unos cinco metros contemplando su figura, y el árbol adelante que parecía en llamas, con las hojas amarillas. Lentamente me acerqué hasta que pude divisar su figura, y adivinar de quién se trataba todo eso. Parte de su cabeza se encontraba rodeada por una venda, lo cual tapaba sus encantadores rulos. Tenía algunos moretones en la cara, al igual que yo, pero no eran motivo de preocupación. 
-¿Te pasa algo? –Me animé a preguntarle, curiosa.
-Oh, hola, soy Harry Styles. –A través de su sonrisa pude ver a la vida sonriéndome a mí, dándome otra oportunidad, que sin duda, tomaría. 
-Un gusto, soy _____. – En ese momento me prometí a mi misma que afrontaría todos los problemas que sean necesarios, escalaría todas las montañas que sean posibles, nadaría todos los mares existentes, sólo por Harry, la única persona que lo vale. El chico vaciló un tiempo posando su mirada en el árbol, hasta que me dirigió una mirada indiscreta.
-Tienes una sonrisa muy linda, ¿te lo han dicho antes? –Admitió, y me sorprendió, Harry.
Flashback.
'Por cierto, tienes una linda sonrisa’ rezaba el arrugado papel que reposaba en la superficie de mi lúgubre cómoda.
Fin flashback.
-No. –Respondí y sonreí, sarcásticamente. –Tú eres el único que me lo ha dicho.

She will be loved (Harry Styles y tu) terminadaOnde histórias criam vida. Descubra agora