Segundo capítulo.

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Ese par de oscuros posos al que no le puedes ver el fondo, lo único que puedes distinguir es qué lindo que se ve por fuera, pero no puedes divisar que tan engañosa será tu descenso si te asomas por ellos, en los que no ves que tan largo es tu caída hasta que ya dejas de caer y una superficie dura te golpea, haces movimientos desesperados con tus manos para poder trepar, pero ya no puedes, es una especie de cárcel de la que nadie, o por lo menos, yo no podía escapar. Una clase de pozos ciego, peligrosos, pero a la vez extraordinarios, se fijaban en mí.
Se fijaban en la chica tímida de la clase, la que sabe la respuesta pero prefiere no levantar la mano; aquella que, al oír un chiste, mientras sus compañeros se destornillaban de la risa, ella sólo reía por lo bajo; la que se limitaba a responder sólo lo que le preguntaban, ni más ni menos; la que alguna vez hace muchos años, les dejó suficientemente claro a sus compañeros que si no la molestaban ella tampoco lo haría. Y le estaba hablando, ¡me estaba hablando! O por lo menos eso sospeché al ver que sus labios emprendían un suave movimiento. Sus oídos esperaban mi respuesta, pero yo no podía manejar ninguna de mis articulaciones, mi cabeza pidió a gritos que haga una insignificante reacción, pero ninguna parte de mi cuerpo se molestó en escucharla, era como si estuviera en algo a lo que pude llamar 'en trance’, como si mi corazón controlara mi cerebro.
- ¿Te encuentras bien? – Su melodiosa voz voló por un momento y luego se introdujo hasta mis oídos.
- ¿Qué? Ah, sí. – respondí atolondrada.
- Te decía que si querías sentarte aquí, y… -hizo una pausa, dudoso -¿Qué tan feo soy como para que te quedes mirándome así? –
- No, no es eso… es que… tienes una sonrisa muy bonita. – Esas palabras salieron de mi boca como si estuvieran corriendo una carrera, y aunque lo que dije había sido expulsado de mi boca con un tono de voz casi inaudible, por alguna extraña razón sabía que el chico me escuchó. ''¿QUÉ? ¿QUÉ CLASE DE PIROPO ERA ESE? ¿POR QUÉ LO DIJE? ¿ACASO NO ERA YO LA TÍMIDA QUE SE SENTABA AL FONDO DE LA CLASE? ¿NO DEBÍAN SER LOS CHICOS LOS QUE LES HACEN CUMPLIDOS A LAS CHICAS?’’ Preguntas como esas formulaba mi mente. El dueño del rizado cabello que permanecía por encima de su cabeza, vaciló un momento, era como si estuviera eligiendo las palabras perfectas para decirme algo.
-Pues, si algún día dejas de aparentar una, podré decirte si tu sonrisa también lo es. – 

She will be loved (Harry Styles y tu) terminadaOnde histórias criam vida. Descubra agora