¿Sólo amigos? ¿O amigos con d...

By Alice-B_Redfox

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Una noche como otras en el gremio más ruidoso de Fiore: Fairy Tail. Cana está muy aburrida y decide jugar "V... More

I: Verdad o reto~ Espera... ¿Qué?
II: Maneras de ser callado, al estilo Redfox
III: Hoy comienza la diversión~. Visitas a medianoche y atisbos de amor.
IV: Encerrados~. Interrupciones y más cosas odiosas...
V: Emociones, sentimientos y palabras hirientes.
VI: Una nueva faceta y viejos temores.
VIII: : ¡Cambiemos de actitud! Una noche a solas y un poco de celos.
IX: Alejamiento, discusión y metidas de pata.
X: Consejos y ayuda. El estúpido Dragon Slayer busca remediar la situación.
XI: Reconciliación. Dejando atrás el dolor.
XI: ¡Aclaremos las cosas! Confesando lo que llevamos dentro~
XIII: Pijamada, cita y una gran pregunta~
XIV: Respuestas, alerta y besos~
XV: Un jaleo en el gremio. Es mejor escapar de este caos

VII: ¡Devolvamos la jugada! Una sorpresa para el Dragón~

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By Alice-B_Redfox

-¡Levy-chan!- exclamó mi amiga, en tono de reprimenda.

-¡No me culpes!- rogué-. Me puso muy nerviosa y eso fue lo primero que vino a mi mente- murmuré.

-Eso no es excusa- me regañó-. Es muy probable que lo hayas lastimado, lo sabes ¿verdad?

La imagen de un Gajeel lastimado no encajaba del todo con el concepto que tenía de él, sin embargo era muy probable que Lu-chan tuviera algo de razón. No le había dicho nada ofensivo, pero lo había alejado de mí –prácticamente- y sabía que, aunque no lo admitiera, le tenía un gran pánico al rechazo, en especial al que proviniera de Lily o de mí.

Bajé mi cabeza en un gesto de arrepentimiento. En parte era cierto que Gajeel me estaba sacando de mis casillas con su constante acoso, pero tampoco era algo que me desagradara del todo, al contrario, me sentía feliz de tenerlo para mí de esta manera, aunque para él fuera sólo un juego.

-Debes pedirle disculpas- recomendó Lu-chan, sacándome de mis elucubraciones.

-¿Ah?

No me malinterpreten. No soy una de esas personas orgullosas que son incapaces de disculparse cuando deben. Era sólo que me parecía algo en extremo vergonzoso pedirle disculpas por lo ocurrido. Estaba dispuesta a actuar como si nada hubiese pasado, dar la vuelta a la página; pero pedir disculpas, sólo la idea de hacerlo, me ponía mucho más nerviosa que tenerlo de frente pidiéndome un beso.

-Como me escuchaste- sentenció.

-Lu-chan, ¿no puedo hacer otra cosa?- supliqué-. Pedirle disculpas sería algo terrible, lo más probable es que termine estropeándolo y arruinando aún más las cosas. Además, ¿qué debería decirle?- interrogué- "Discúlpame por haberte dicho que odiaba que me acosaras, la realidad es que no me siento de esa manera"- actué.

-¿Alguien te está acosando?- preguntó una voz familiar a mis espaldas.

Al voltear me encontré con Natsu, quien recién llegaba de una pequeña misión que le había asignado el maestro el día anterior.

-Sí, Gajeel- respondió Lu-chan, antes de que tan siquiera pasara una respuesta coherente por mi mente.

Volteé a verla en un rápido movimiento de cabeza, fulminándola con la mirada. Se suponía que le estaba confiando el asunto a ella, no tenía por qué contarlo así.

Se rio y se encogió de hombros, diciendo:

-Uy, si las miradas mataran...- continuó riendo.

-¿Gajeel está acosándote?- preguntó, finalmente, Natsu, en un tono de molestia.

Sabía por qué el tono, de seguro estaba pensado que Gajeel me estaba molestando o algo así.

-No es el tipo de acoso en el que estás pensando- le aclaré-. Es otro tipo, uno mucho más molesto.

Lo pensó durante unos segundos.

-Entonces, ¿de qué tipo de acoso estamos hablando?

Desvié la mirada, no es que no confiara en Natsu, era sólo que ya me había costado mucho contárselo a Lu-chan. Decirle lo que estaba pasando a Natsu sería el doble de vergonzoso.

-Es el tipo de acoso que se tienen los amigos con derechos- confesó Lu-chan, dejándome helada por lo fácil que se le estaba yendo la lengua.

Mientras yo seguía intentando matarla con mi mirada ella se revolcaba de risa en el asiento de la mesa donde nos encontrábamos.

-Deberías ver tu expresión, Levy-chan- dijo, entre carcajadas.

Natsu, sin saber por qué, se unió a Lu-chan, contagiándome luego la risa a mí también.

-¿Qué es tan gracioso?

Gajeel se acercó a nosotros, cortando mi risa en el acto y llenándome de niervos inmediatamente.

-Nada, nada- desechó Lu-chan, limpiándose las lágrimas causadas por tanta risa-. Sólo nos reíamos de las tonterías que Natsu nos estaba contando- mintió.

-Pero yo no he...- comenzó a decir Natsu, pero se vio interrumpido por un codazo en las costillas y una mirada severa de mi amiga- ¡Ah, sí!- corrigió-. Les contaba que Happy comió uno de esos hongos que hacen que salgan cosas raras en la cabeza.

Estuvo describiendo un evento que les había ocurrido hacía muchísimos años atrás como si este hubiese sucedido hacía pocos minutos. Gajeel se creyó la historia. Técnicamente no le mentíamos, si se veía con lógica.

A los minutos apareció Lily en su búsqueda, había dejado el trabajo en el consejo a medio terminar, haciendo que nuestro pobre amigo cargara con la responsabilidad, cosa que lo tenía muy molesto.

-Vendrás conmigo y terminarás lo que empezaste- le reprendió Lily-. No voy a hacer el trabajo por ti.

Y dicho esto se lo llevó a rastra fuera del gremio.

Era algo muy gracioso de ver. Gajeel, siendo tan fuerte como era y, por sobre todo, con el tamaño que se gastaba, siendo arrastrado a través de todo el lugar por ese pequeño gato era, sin duda alguna, algo que causaba mucha risa para quienes lo conocíamos.

-Y entonces...- retomó Natsu, una vez se aseguró de que sus palabras no serían captadas por el agudo oído de Dragon Slayer de Gajeel- Tu y Gajeel son amigos con derechos- no era una pregunta, era una afirmación, como si creyera ciegamente en la veracidad de las palabras de mi amiga.

Mientras tanto Lu-chan volvía a estallar en risas, lo cual producía en Natsu una sonrisa de picardía ante mi situación. Sólo quería matarlos en ese momento.

-Vamos, Levy-chan, te guste o no, lo son- decretó, agregando luego-. Aunque... tampoco creo que te disguste estar en esos términos con él.

-Es decir que... a ti te gusta él- concluyó Natsu.

¿Por qué, si se supone que siempre es tan distraído y lento, con este tema se estaba mostrando tan despierto y de rápido entendimiento? En un solo instante pudo descubrir que me gustaba Gajeel, con nada más que unas pocas palabras por parte de Lu-chan.

No sabía si asentir en confirmación o saltar sobre la mesa y estrangular a Lu-chan.

-Tu silencio dice más que mil palabras- sentenció Natsu.

Me quedé boca abierta, tenía ganas de delatarlos a ambos para descobrarme esta sesión de interrogación, puesto que sabía perfectamente que se gustaban, aunque ninguno de los dos estuviera consciente de los sentimientos manifestados por el otro. Pero tuve que contenerme, no sería yo quien los pusiera en esa incómoda situación, y menos teniendo conocimiento de los intentos de Natsu por conquistar a Lu-chan.

Duraron un rato más burlándose a mi costa.

-Pero ya en serio, Levy-chan- retomó mi amiga- ¿No crees que deberías hacer algo al respecto?

Le dediqué una mirada interrogativa.

-¡Claro!- exclamó-. Gajeel te está ganando todas las partidas, ya es hora de que te adelantes y seas tú quien tome el control de la situación.

-¡Ah! Ya entiendo lo que dices, Luce- celebró Natsu.

-¡No! De eso nada- repliqué-. Sé por dónde van tus ideas y estoy segura de que no estoy dispuesta a seguirlas.

-Pero piénsalo, a ti te gusta él, lo mejor en esta situación es que aproveches los eventos y te decidas a conquistarlo a través de ellos.

Ambas nos quedamos boquiabiertas. Natsu estaba cada vez más despierto respecto al tema, hasta el punto de dar consejos que, si fueran para otra persona, servirían casi a la perfección. Eran consejos con lógica, algo que jamás relacionaría nadie del gremio con ese Dragon Slayer cabeza hueca.

Lu-chan salió de su estupor y volvió a la carga.

-Natsu tiene toda la razón- admitió con confianza-. Es la oportunidad perfecta para hacerle llegar tus sentimientos y, tanto mejor, descobrarte todas las que te ha hecho devolviéndole a él la jugada.

Esa última razón tocó mi fibra sensible. Cierto era que no me molestaba del todo lo que estaba pasando, pero también tenía que admitir que me sentía frustrada por ser atrapada todo el tiempo con la guardia baja.

Mi orgullo se fue haciendo presente de a poco, ganando terreno con fuerza con cada una de las palabras dichas por mis dos amigos para tratar de convencerme.

Hacían la pareja perfecta, de eso ya no me cabía duda, esa manera de combinarse para actuar daba escalofríos.

-¡Bien!- concedí, después de unos casi quince minutos más de palabrería de parte de Lu-chan y Natsu-. Tienen razón, ¿vale? No es un mal plan eso de intentar conquistarlo usando su propio juego en su contra.

Sentí que me liberé de un gran peso al, técnicamente, admitir que sí me gustaba y que sí deseaba conquistarlo.

-Pero...- objeté- También lo hago porque atraparlo en sus propias redes sería algo divertido e, incluso, interesante. Mi orgullo está herido, ¿sí? Así que hacer algo para repararlo sería lo mejor para mí.

Ahora, la pregunta era ¿cómo demonios haría algo así? Es decir, pensar en la acción a realizar era el paso sencillo, el problema era mi falta de atrevimiento para hacer ese tipo de cosas. No tengo una personalidad muy extrovertida que digamos, así que esto era para mí un verdadero reto.

Pasé horas pensando acerca del asunto después de que dejé a Lu-chan y a Natsu en el gremio. Se me ocurrían planes a montones, pero desistía de ellos al encontrarlos muy vergonzosos para mi gusto.

El peor de todos era aquel en el que me acercaba a él, cuando estuviéramos totalmente solos, lo acorralaba y lo besaba, exactamente lo que él había hecho conmigo unos días atrás. Me ruborizaba de sólo imaginarme la escena.

Al final opté por algo un poco más sencillo: coquetear de manera sutil. Había leído un poco sobre eso en mis libros, así como también había visto a varias de las chicas de la cuidad actuar así, por lo tanto no debía ser tan difícil. Sólo quedaba ejecutar el plan y ver que tan bien resultaba para alguien como yo.

Lo encontré en el patio trasero del edificio del consejo, estaba sentado en la grama, con la espalda recostada a un árbol, las piernas cruzadas y un libro entre ellas. Se le veía absorto en la lectura, tanto que me sentí un poco cortada con la idea de interrumpirlo.

Sin embargo, cuando estaba a menos de cuatro metros de él, levanto la mirada del libro y esbozó una sonrisa de astucia. De seguro estaba creyendo que iba directo a su trampa, pero lo que él no sabía era que yo estaba dispuesta a no volver a caer en sus juegos, sino que al contrario, iba hasta él con la intención de volverlo un juego para dos.

-¿Qué lees?- le pregunté, eliminando la distancia que nos separaba y sentándome justo a su lado.

Me miró sorprendido. Nunca me había acercado tanto a él, un poco más y me sentaba en sus piernas. Me sentía como una persona diferente, alguien más atrevida, aunque por dentro me moría de nervios.

-E-el tercer libro de Los Cuatro Reinos- un tenue rubor cubría su rostro, eso era muy buena señal.

-¡Wow!- me sorprendí-. Vas realmente rápido con la lectura.

Durante un rato estuvimos discutiendo la saga de libros y, en más de una oportunidad, tuve que reprimirme para no adelantarle lo que le faltaba leer de él. Me hacía muy feliz el tener con quien hablar de estos temas.

-Me muero de ganas porque ya empieces a leer la Saga de El Legado- confesé, con mucha emoción.

-Esa saga es de cuatro libros, ¿verdad?

-Efectivamente- concedí-. Cuando te la recomendé recién iba terminando el tercer libro- agregué.

-¿Y ya la terminaste?

-Sí y, siendo sincera, extrañaré ese libro.

-¿Cómo puedes extrañar algo que puedes leer cuando quieras?- preguntó, extrañado.

-¿Cómo te explico?- me concentré en encontrar la respuesta correcta-. Lo que extrañaré será a los personajes. Es decir, leí sus aventuras por tantos días, me acostumbré a saber de ellos a diario y ahora ya no leeré de nuevo algo acerca de ellos. Al final de un libro tan grande sólo queda una especie de vacío extraño- concluí.

Guardamos silencio unos minutos, en los cuales Gajeel se encargó de terminar de leer el capítulo en el que iba.

Como yo estaba ahí para cobrarme las malas jugadas que me debía decidí empezar a actuar: acerqué mi rostro al suyo, con nuestras mejillas rozando, fingiendo concentrarme en la lectura del libro que él sostenía. Esto lo desconcertó un poco, pero en seguida recuperó la compostura y siguió leyendo, como si nada estuviera pasando. Entre tanto mi corazón latía como loco desbocado. Quise golpearme por ponerme nerviosa con mi propia acción.

Cerró el libro y volteó su rostro, quedando a centímetros de mi mejilla, yo hice lo mismo y lo enfrenté, haciendo un tremendo esfuerzo por no demostrar mis nervios.

-¿Pasa algo?- dije, con mi mayor tono de inocencia.

Él tragó seco y dijo, con voz ronca:

-Nada, es sólo que me extraña que estés tan cerca.

-¿Qué tiene de malo?- pregunté-. No es la primera vez que estamos así de cerca- agregué, con su suave susurro y una sonrisita de complicidad.

Percibí un ligero temblor en su cuerpo.

-Mujer...- murmuró.

-Dime- respondí, trazando una línea con mi mirada entre sus labios y sus ojos- ¿Sucede algo?

No sé qué me sucedía, pero en algún punto mis acciones dejaron de ser actuadas para comenzar a ser reales, surgidas todas desde algún lugar desconocido dentro de mí ser. Sin embargo, este extraño cambio no me hacía olvidar el porqué de lo que estaba haciendo.

Acorté aún más la distancia y sostuve entre mis dedos un delgado mechón de su cabello, como queriendo halarlo hacia mí y eliminar el espacio que nos separaba.

-Estás entrando a un terreno muy peligroso- susurró.

-¿Peligroso?- pregunté, con inocencia fingida-. Dudo que sea realmente peligroso.

Emitió un pequeño gruñido, en repuesta a mi uña deslizándose por la base de su cuello.

-Uh, ¿qué fue eso?- pregunté.

-No me provoques, mujer...

-¿Provocarte a qué?- dije, en tono desafiante.

Mis labios se acercaban de a poco a los suyos, rozándolos levemente cada vez que hablábamos.

-Créeme- dijo-, no quieres saberlo.

-En realidad, si quiero. Quiero saber qué estás dispuesto a hacer.

Sin darle tiempo de reaccionar terminé de juntar nuestros labios, arrancándole un beso feroz y, debido a nuestra proximidad, pude sentir como su respiración se alteraba y su pulso se aceleraba.

Y, entonces, justo cuando ya las cosas se estaban acelerando demasiado, corté ese beso desquiciado y placentero.

-Debo irme- anuncié, como si nada-, ya sabes... tengo deberes que cumplir. Hasta luego- me despedí, depositando un suave beso en su boca y caminando, tan calmada como mis nervios me dejaron fingir.

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Hello mis nenes ewe Me extrañaron? Sha se que seh 7u7 Disculpen la demora, de verdad u-u El capitulo estaba listo desde hace mucho, peeeeeeeeero no había tenido chance de publicarlo jejejeje -n- Espero publicar el próximo dentro de poco xS 

Pasen por mis otras obras muchachones ewe que esas también quieren ser leidas xD 

Los quiero! Bye! owo/

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