El club de las C

Galing kay Seemydreams_

42.8K 2.9K 1.2K

Candice, Courtney, Cecile y Caitlin acaban de comenzar su cuarto año en el instituto. Sin embargo, lo que no... Higit pa

Introducción
Capítulo 1. Demasiado alcohol para una fiesta.
Capítulo 2. ¿Donde están mis amigas?
Capítulo 3. La resaca del día después.
Capítulo 4. Cada acto tiene consecuencias.
Capítulo 5. El chico de los ojos azules.
Capítulo 6. ¿Yo?¿Animadora?
Capítulo 7. No puedes ser tú.
Capítulo 8. Ya ni sale el sol.
Capítulo 9. Te invito a un helado.
Capítulo 10. ¡Que comiencen las pruebas del hambre!
Capítulo 11. Hay amores no correspondidos.
Capítulo 13. Por miedo al qué dirán.
Capítulo 14. ¿Para que tener un crush si puedes tener nutella?
Capítulo 15. Ruby siempre sonríe.
Capítulo 16. ¿Quedarse en silencio o contar la verdad?
Capítulo 17. Un mal entendido.
Capítulo 18. ¡El cumpleaños número quince de Caitlin!
Capítulo 19. Mi amigo el protector.
Capítulo 20. Una palabra muy fuerte.
Capítulo 21. Las audiciones de canto.
Capítulo 22. Día de amigas.
Capítulo 23. Problemas ajenos.
Aviso importante
Capítulo 24. ¡Es Halloween!
25. Ocultar la verdad es sinónimo de traición
26. Courtlin por siempre
Aviso
27. Dos no se pueden divertir si uno no quiere
28. Demasiado para una noche
29. En el hospital se cuentan mentiras
30. Conozcámonos más.
31. El que quería ser su príncipe y rescatarla
32. ¿Elegir un bando?
33. Una semana de mierda.

Capítulo 12. Los ideales de belleza.

1K 101 49
Galing kay Seemydreams_

{En multimedia Daniel Martin}

PUNTO DE VISTA DE CANDICE

Es viernes y a pesar de que se supone que debo de estar contenta porque mañana es fin de semana, en estos momentos no me encuentro bien.

La profesora está en la pizarra apuntando los ejercicios que debemos resolver. Además, nos ha mandado a hacer un comentario de texto sobre nuestra opinión sobre algún tema en general.

Sin embargo, en estos instantes veo que todo a mi alrededor me está dando vueltas. Respiro hondo intentando tranquilizarme pero no me sirve de nada porque mi cabeza sigue en el mismo estado que segundos antes.

Tal vez debería haberle hecho caso a mi padrastro con el tema de desayunar pero sé que si desayuno más de la fruta que suelo comerme, mi peso aumentará y yo quiero estar en forma para impresionar a Eiden. Todo va en relación con los ideales de la belleza.

Él no querría estar con una chica gorda, ¿no?

Mi mirada se nubla y siento cómo me tambaleo hasta que segundos después pierdo el equilibro y todo se torna de color negro.

####

Abro los ojos habiendo perdido la noción del tiempo. Parpapedeo varias veces para observar el lugar donde me encuentro, es la enfermería del instituto.

La enfermera Molly, una señora de unos cuarenta años, con cabello negro y ojos oscuros escondidos tras unas enormes gafas azules, me mira con curiosidad.

Cojo fuerzas e intento levantarme de la cama pero la enfermera me detiene.

—Te has despertado —son las primeras palabras que le oigo decir a Molly. Ella sigue examinándome con la mirada mientras que yo la miro un tanto confundida.

Siento que mi cabeza va a explotar.

—¿Por qué estoy aquí? —le pregunto intentando buscar una respuesta al vacío mental que se ha creado en mi cabeza sobre lo que ha ocurrido durante estas últimas horas, o quién sabe si días.

—A primera hora te desmayaste en medio de la clase, uno de tus compañeros te trajo aquí —me explica con apacibilidad. Yo asiento dando a entender que entiendo lo que me dice.

Como si de un acto reflejo se tratase, paso mi mano por mi cabeza. Me sigue doliendo.

—Creo que ya puedo irme —le comento a la enfermera, levantándome con cuidado de la cama. Ella arruga su frente como si quisiera decirme algo que no me va a gustar oír.

—Candice, tengo una pregunta —dice causando que me pare y la escuche antes de irme de este lugar que no me gusta para nada.

Siempre he odiado la enfermería.

—¿Qué ocurre enfermera Molly? —le pregunto con un tono de voz tranquilo. Me parece que lo que va a decirme a continuación no me va a gustar.

—Siento tener que ser tan directa pero, ¿tienes problemas con la comida? —su pregunta fue clara, concisa y precisa.

Un escalofrío recorre mi médula espinal al escuchar a la enfermera. Intento disimularlo como puedo y desvío mi mirada hacia otro lado que no sean los ojos de Molly, porque de lo contrario ella sería capaz de notar que miento.

Como dice el dicho, las miradas delatan.

—¿Yo? No —respondo evitando que mi voz suene temblorosa.

—¿Estás segura Candice? Puedes confiar en mí —dice mientras me sonríe.

Noto que la enfermera fija sus ojos en mi, intentando descifrar que miento y eso me hace pensar en que tal vez sí que debería de contarle la verdad y decirle que estoy haciendo dieta.

Respiro hondo y trago saliva, preparándome así para lo que voy a decir a continuación.

—Últimamente estoy haciendo dieta, tengo que estar en forma para mi novio y el grupo de animadoras — resoplo y ella asiente.

Después de eso, se levanta y veo que busca algo entre las cosas de su mochila. De ahí saca una barra de chocolate que se ve deliciosa. No obstante, la miro sin entender porque ha sacado eso. ¿Se lo va a comer delante mía para torturarme por estar a dieta?

—¿Ves esto? —me pregunta ella y yo asiento con la cabeza—. Si dejas alguna vez de privarte de estos manjares que sea porque te dejan de gustar o porque tú misma quieres adelgazar, no porque quieras tener un cuerpo más bonito para agradar a un chico o entrar en un grupo que cuando seas mayor no te dará de nada —los ojos de la enfermera se iluminan mientras me habla, es como si sintiera lo que dice.

Sé que tal vez tiene razón pero ella no sabe lo que es estar en mi situación. Si engordo demasiado las animadoras me expulsarían y Eiden tal vez ni querría estar conmigo.

—Usted no lo entiende Molly —suspiro con frustración.

—No Candice, la que no lo entiendes eres tú, no puedes ser otra persona para agradar a alguien y mucho menos dejar de privarte de cosas que te gustan —me explica la enfermera. Miro para otro lado porque siento que si la sigo mirando a los ojos comenzaré a llorar.

Un par de minutos más son los que me quedo hablando con la enfermera Molly hasta que salgo de la enfermería y me encuentro a mis amigas y a Daniel esperándome. Me sorprende que Eiden no esté con ellos para ver cómo estoy.

Ellas vienen hacia mí y me abrazan muy fuerte, como si se les fuera la vida en ello.

—¡Nos tenias preocupadas! —grita Caitlin mientras se aferra más al abrazo.

Cuando nuestro abrazo termina, hablo un poco más con mis amigas y luego me dirijo hacia dónde está Daniel, quien me mira con lástima.

—¿Estás bien? —me pregunta y noto cierto tono de preocupación en su voz.

¿Acaso le preocupa mi salud?

—Yo siempre estoy bien —le respondo guiñándole un ojo y riéndome. Sin embargo, él no se ríe y sigue igual de serio.

—Candice, esto es serio, te desmayaste de la nada, tu salud es algo con lo que no se juegasu voz es firme y en cierta manera me transmite la misma seriedad que refleja su rostro.

Le miro y veo que está preocupado, incluso su mirada me lo transmite de forma transparente, así que opto por cambiar de tema.

—¿Y Eiden? —le pregunto.

Él se aclara su garganta y sé que la respuesta que me dará no me va a gustar.

—Está entrenando, él quería venir pero ya sabes que no le gusta faltar a sus entrenamientos —me explica Daniel mientras se rasca la nuca con nerviosismo.

Arrugo mi frente al escucharlo ya que eso es una simple excusa para no venir a verme. Además, no me puedo creer que le importe más un entrenamiento que el estado de salud de su novia.

—¿Y si no puede faltar porque estás tú aquí? Tú también tienes entrenamiento —mi respuesta ha sido inteligente y acertada puesto que he dejado a Daniel sin palabras.

Sin esperar una respuesta por su parte, me marcho de allí para ir al campo de fútbol, donde Eiden estará entrenando.

Cuando entro en el campo no me es muy difícil divisarle a un lado de la cancha hablando con sus amigos tan tranquilamente.

Apresuro mi paso hasta que llego a donde está él y me quedo en frente suya.

—Así que tienes tiempo para hablar con tus amigos mientras entrenas pero no para ir a ver cómo estoy, eso es lo que te importo, ¿no? —espeto sin miedo a que Eiden reaccione mal. Él, al igual que sus amigos, me mira sorprendido, como si no me hubiera visto capaz de poder decirle todo eso.

—Candice, ¿no ves que estoy entrenando? —su respuesta me deja petrificada pero con la poca dignidad que tengo decido irme de allí.

—Ya veo lo que te importo —es lo último que le digo antes de apresurar el paso y largarme de allí hacia el jardín de la escuela.

Una vez ahí, busco un árbol donde apoyarme para poder llorar tranquila. Cuando lo encuentro me apoyo en él y dejo caer las lágrimas.

Pasan varios minutos hasta que observo una figura masculina, la cual se sienta a mi lado.

—Las princesas no lloran —suelta Daniel. Sus palabras me recuerdan a una película que he visto recientemente y me hacen reír, aunque sea un poco.

—Te has copiado de una película, eso es denunciable —respondo entre sollozos. Sorbo por mi nariz y me seco las lágrimas.

Daniel me mira con una amplia sonrisa, que en cierta manera me parece agradable y reconfortante.

—Eiden es un poco idiota pero él te quiere Candice —intenta animarme pero no sirve de nada porque yo sé que si alguien te quiere no te trata de la manera que Eiden me trata a mi.

—Eso es mentira, siempre soy yo la que he tenido que tirar de nuestra relación y eso cansa —doy un suspiro cargado de frustración y quién sabe si dolor.

Daniel agarra un mechón de mi cabello y lo pone detrás de mi oreja de una manera muy delicada.

—Dale tiempo, ya aprenderá a valorarte —ante las palabras de Daniel me río ya que se supone que después de un año Eiden ya debería de haber aprendido a valorarme.

—No creo —sollozo.

—Y si no lo hace, ya vendrá otro que lo haga por él —suelta Daniel dejándome algo confudida con sus palabras.

Él sigue mirándome fijamente y el silencio aparece en el ambiente.

Los dos seguimos mirándonos el uno al otro hasta que él acerca despacio su rostro hacia el mío.

Su rostro está tan cerca que hasta siento su respiración agitada chocando en mi cuello, es ahí cuando él acorta la distancia que nos separa y presiona de manera delicada sus labios contra los míos.

Es un beso corto y suave.

Cuando Daniel y yo nos separamos, me quedo perpleja por lo que acaba de ocurrir. Rápidamente, me levanto y corro, marchándome lejos de allí.

En mi intento de huida, me choco con Eiden por uno de los pasillos centrales del instituto.

—Candice, quería pedirte perdón —se disculpa. Sin embargo, yo no puedo prestar mucha atención a sus palabras y menos sabiendo lo que ha ocurrido hace unos segundos atrás con su mejor amigo.

A pesar de que yo no iniciara el beso, me siento culpable por no haberle parado.

Y que quede claro que no le paré porque estaba demasiado sorprendida como para poder reaccionar.

—No importa —respondo desviando mi mirada hacia el suelo y jugueteando con mis dedos.

De reojo veo como Eiden me sonríe.

—Me alegro de que estés mejor —dice dándome un beso en la mejilla. Yo asiento con la cabeza y sonrío con una sonrisa demasiado falsa pero que Eiden no nota o por lo menos no comenta nada al respecto.

—Gracias —le agradezco.

—Vamos a comer algo —me ofrece él y acepto.

Eiden agarra mi mano y tira de mi hasta la cafetería. Una vez llegamos ahí empieza a hablarme sobre cómo le ha ido en su entrenamiento. Sin embargo, en lo único en lo que yo puedo pensar es en lo que ocurrió minutos atrás con Daniel.

¿Por qué me ha besado?

Y la pregunta más importante de todas...

¿Por qué sigo pensando en ello?


#####

N.A:

¡Hoy es miércoles de las C!

¿Qué les ha parecido el capítulo? La verdad es que ha tenido su parte movidita, ¿no?

¿Qué opinan ante lo ocurrido en este capítulo? ¿Creen que Candice se lo contará a Eiden?

Si os gustó el capítulo no olvidéis darle a la estrellita y expresad vuestra opinión :)

Muchas gracias por leer, los amodoro <3

Ipagpatuloy ang Pagbabasa

Magugustuhan mo rin

16.8K 866 44
¿Que pasará cuando se enteré?
1.4M 76.2K 72
-Soy una niña buena- susurro adormilada -claro que sí nena - dice daddy acurrucandonos más en la cama. - ahora toma tu biberón baby- escucho a papi...
205K 19.1K 67
Jeon Jungkook es un Omega de 20 años, el cual siempre soñó con encontrar una pareja, pero nadie lo aceptaba, ¿ porque ? Fácil, Jungkook nacio con un...