32. ¿Elegir un bando?

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Capítulo sin editar

Capítulo 32. Elegir un bando

NARRA CANDICE

No puedo evitar sentirme como la mierda por mucho que intente desviar mis pensamientos sobre lo sucedido con Courtney y Eiden. Mi propia amiga, ¿cómo podía ser eso posible? Las C siempre habíamos sido uña y carne, hermanas a las que no les hacía falta compartir sangre para serlo y ahora... Courtney tira todo a la borda por un estúpido chico.

Aunque yo quería y sigo queriendo a ese estúpido chico. ¿Se puede ser más patética?

Ese chico fue mi primer amor de verdad y ahora solo quedará el recuerdo de que me engaño con una de mis mejores amigas por encima de todos los demás.

Que triste eso.

Ahora que todo ha salido a la luz no puedo evitar pensar que Cecile me advirtió sobre ello y lo comentó alguna que otra vez. ¿Por qué no le hice caso?

Es mi chofer quien me saca de mis pensamientos indicándome que ya hemos llegado. Él, como siempre, se despide de mi con todo el cariño que me tiene. A veces siento que es más un padre él que mi propia madre y padrastro.

Cuando salgo del coche en la entrada veo al resto de las C juntas. Ahí están mis tres mejores amigas junto con Daniel, Cole y Brian hablando entretenidamente. Sé que es una charla divertida porque veo como todos se están riendo y lo animados que se encuentran. Eso me sienta como una patada en el estómago. ¿Cómo pueden estar como si nada cuando Courtney me ha robado al novio?

Mientras me acerco a la entrada me planteo si saludarles de paso o hacer como si nada. Antes de que pueda tomar alguna decisión, siento como alguien pasa su mano alrededor de mi cuello y me atrae hacia ella. Ahí está Jessica, tan impecable como siempre.

—¿Qué pasa rubia? —pregunta moviendo su mano hacia mi pelo y revolviéndomelo.

Yo me muerdo el labio nerviosa por no saber si debería de sacar el tema de Eiden o dejarlo estar. Tampoco quiero ir contándolo por ahí y darle lástima al resto. No es plan.

—Tia... —Tomo aire sin saber cómo soltarlo—, muchas cosas en relación a Eiden pero prefiero no hablar de ellas ahora.

Jessica asiente y me hace caso puesto que tan rápido como pronuncio esas palabras comienza a hablarme de las clases, del grupo de animadoras y de cualquier tema posible que no esté relacionado con el que fue mi primer amor.

En las taquillas cada una va a la suya y nos despedimos sabiendo que si no nos vemos por los pasillos o en alguna clase lo haremos en el descanso, en la hora de comer o en el ensayo de las animadoras. Presiento que seremos buenas amigas.

Busco los libros necesarios para las siguientes horas hasta el descanso y al cerrar mi taquilla me asusto al ver el rostro de Daniel de forma inesperada.

—Hola —Él me saluda con cierta timidez rascándose su nunca. Yo le dedico una media sonrisa. Me alegra que se preocupe por mi—. ¿Cómo estás?

Suspiro y me preparo para contestar una pregunta para la que ni yo misma tengo respuesta.

—Mejor que el primer día.

Daniel aplana sus labios y me observa con lástima. Eso no me gusta para nada, después de todo, considero que uno de los peores sentimientos que alguien puede tener hacia tu persona es la pena.

—Verás que con el tiempo duele menos —me consuela pasando su mano por mi hombro y acariciándome. Me muerdo mis labios lo máximo posible aguantándome las ganas de llorar que tengo ahora mismo. Si es que soy horrible, desde que me mencionan el tema solo quiero llorar y llorar.

El club de las C Where stories live. Discover now