El sol ilumina en lo más alto de la ciudad, aquella que durante estos tres días me han refugiado, dándome un poco de sosiego, estoy sentada en aquel famoso café portugués esperando por Elsa.
Tomo un sorbo de la deliciosa bebida humeante y me dedico a contemplar los transeúntes, unos van despacio y otros en cambio parece que se les va la vida, recuerdo entonces con tristeza cuando de niña mi padre salía apresurado rumbo a su trabajo, el beso fugaz que me obsequiaba en la frente y la sonrisa de disculpa para Mary por no quedarse más tiempo a nuestro lado.
Hola! Se puede?
Alzó mi vista y sus órbitas me traen a realidad, ese intenso azul oceánico que me han cautivado desde el primer momento.
Hola!
Le indico que se siente justo a mi lado.
En qué pensabas?
Se acomoda un mechón platino tras de su oreja y me quedo pérdida entre su precioso rostro, de pronto la veo ruborizarse y sonrío con ternura ante ese gesto.
Nunca te había visto así
Así cómo?
Pérdida en tus pensamientos Anna, ocurre algo?
Recordaba a mis padres
Dibuja una mueca que no logro interpretar.
Los extrañas?
Mucho... -Vuelvo mi atención a la calle - les debo lo que soy hoy
Hicieron un gran trabajo entonces
Sus palabras captaron mi mirada nuevamente, mi vista se concentró en sus pupilas y pude detallar con precisión aquel color tan único que poseían sus ojos azul cobalto -sentenció y ella inclina su cabeza intentando entender aquello que de pronto solté -
Tus ojos... Desde que te conocí no tenía certeza de que azul eran
Sonríe y se acerca a mi a través de la mesa.
Y los tuyos son tan celestes como el agua de una playa tropical
Me hace gracia la comparación y río ante ella, sigue con su vista sobre mi y sin tener motivo toma mi mano.
Ven conmigo
A dónde
Confías en mí?
Para ser honesta no, aún en mi interior hay el germinado de desconfianza, no se borra de un día a otro los actos ocurridos, pero mis impulsos dominan a la razón.
De acuerdo!
Sin esperar más saca un billete y lo deja en la mesa, la miro extrañada y en segundos me ofrece su mano luego de levantarse.
Vamos
A donde
A buscar tus cosas en ese hotel
Elsa!
Anna -se olvida del espacio personal mínimo que debe existir entre dos personas, entre dos amigas que están intentado reconstruir la confianza perdida - sólo confía en mí
Su mano derecha levanta mi barbilla y al sentir su tacto mi cuerpo se estremece, cada fibra nerviosa que tengo responde ante ella, veo sus ojos y luego sus labios, quiero romper el poco espacio y dejarle en claro cuáles son mis sentimientos, ese remolino de emociones que van desde la rabia hasta el más puro y salvaje deseo, pero me contengo y sólo asiento como una pequeña obediente que acepta lo que algún adulto le indica.
Vamos
Toma mi mano y la entrelaza con la mía, su tacto es frío al principio pero no me incomoda, de hecho una alegría inmensa se apodera repentinamente de mi estado de ánimo.
**
Estamos ambas sentadas frente a frente, ella tiene en su mano una copa de vino tinto y en cambio yo me aferro a ambos posa brazo de aquel asiento.
Estás bien Anna?
A dónde vamos Elsa
Ella da un delicado sorbo a su bebida y coloca con sutileza la copa en la mesilla.
Es una sorpresa
Tenemos tres horas volando y no creo que sea de regreso a Estocolmo
No, no vamos a Estocolmo
Elsa
Anna
Me exaspera su actitud infantil, pero a la vez me hace gracia y dejo que mi cuerpo se relaje por primera vez en todo el vuelo.
Cuál es tu época favorita del año
Diciembre
La Navidad te gusta
No, el invierno... Es cuando se hace más espeso
Ya veo que amas el frío...
El tuyo?
Agosto... Amo el verano
Agua y aceite
Guardo silencio porque de momento no comprendo ese inesperado comentario, ella sonríe y rompe el abrupto silencio que se ha formado.
Somos diferentes
Ya lo he notado
Tú eres como la luz brillante que envuelve a la oscuridad
Y tú serías la oscuridad?
Una sonrisa se forma en mis labios ante esa rara comparación, pero ella se tensa y lleva su cabeza al respaldo de aquel asiento.
Tal vez lo sea Anna
He dañado el momento, bajo la mirada y sólo hago lo que mejor sé hacer.
Chocolate o vainilla?
Ella vuelve sus ojos a mi y eleva una ceja que la hace lucir más hermosa de lo que ya es.
Chocolate
Café o té
No me dirás qué te gusta?
Amo el chocolate Elsa... Más que los días de verano
La veo mostrarme su perfecta sonrisa y como se pone de pie rápidamente, se pierde al fondo del pasillo y luego de unos largos segundos regresa con una caja en su mano.
Chocolate!
Son Belgas, aún no los he probado pero según son los más famosos allí
Abre la caja y aparecen unos delicados bombones, me olvido que vamos a no sé cuántas millas de la tierra firme y me levanto de un salto para tomarlos de su mano.
Oye... Comparte
Quieres... Ven por ellos
Corro por el mismo pasillo por dónde ella trajo la caja y de pronto me sujeta de la cintura y caemos en un asiento tipo sofá a un costado de aquel avión privado, me giro y la tengo sobre mí; nos quedamos inmersa la una en la otra, sus ojos están más oscurecidos y consciente o no la veo deslizar su lengua por los labios.
Qué estás haciendo conmigo Anna?
Aquella interrogante vino como un susurro cuyo eco golpeó mi corazón.
Buenas tardes pasajeras a bordo, les habla su capitán Barton Grey
Aquella voz nos saco del trance e hizo que nos acomodaramos en el asiento para terminar de escuchar sus indicaciones, nos acercamos al destino y sugería que tomáramos las medidas comunes para el aterrizaje.
***
Bora Bora, ese fue el lugar elegido por Elsa para escapar de todo lo que nos perseguía, en su caso de su padre y prometido y en el mio de mis miedos y dudas.
Bajamos del avión y caminamos un corto trayecto.
Esa es nuestra embarcación
Four seasons Elsa?
Ella se detiene y me mira de forma interrogante.
Ocurre algo?
No sé qué pretendía con este viaje inesperado, pero ver aquel ostentoso yate, el exótico destino, simplemente me paralizo.
Anna!
Estaba parada frente a mi con un gesto de preocupación.
Pagaré la mitad de lo que gastes -iba a replicar algo pero alce mi dedo y la amenacé enojada - cada dólar que dejes en este lugar... La mitad lo pondré yo
Dio un par de pasos hacia atrás con una expresión divertida que me hizo enojar aún más.
Lo que usted ordene su majestad
Hizo una reverencia que me produjo gracia y se giró para encaminarse a donde nos esperaban.
Subí en ese yate y me senté al frente, mis ojos quedaron impresionados ante la maravillosa vista del paraíso.
Te gusta?
Su aliento contra mi oído tuvieron un efecto en mi cuerpo, temblé sin saber la razón y estoy segura que ella lo noto.
Es hermoso esté lugar
Su mano se desplazó sobre mi brazo izquierda y creí que me desmayaría.
Es una de las cosas que jamás vas a olvidar
Mi corazón saltó en mi pecho y la respiración se me hizo dificultosa, más aún cuando sus labios dejaron un rápido roce en la base de mi cuello.
Se alejo y aproveche para contemplar la majestuosidad del paisaje, si bien es cierto que había visto imágenes y tenía referencia de algunos fotógrafos de esté sitio, nada en lo absoluto le hacía justicia.
Las aguas tan celestes, el cielo en contraste a pesar que ya era entrada la tarde.
Ven junto a mi
Gire apenas a mi izquierda y la vi sentada en aquel otro cómodo sofá de ese ostentoso yate.
Por qué no vienes tú
Su cabello producto del viento se había desordenado un poco, se veía tan atractiva, ese aspecto desenfadado y esa forma en la que me miraba.
Lo que usted ordene princesa Anna
Se levantó con toda ese glamour que ella solía derrochar de forma natural y se coló en un espacio bastante cercano a mi, sus pupilas me traspasaron y se quedó en silencio, le sostuve la mirada sin parpadear, Elsa tiene esa extraña forma de dominarme que unas veces me resulta fascinante y otras me da un terrible miedo.
Tus ojos son como el color de éstas aguas... Cálidas y maravillosas
Iba a replicar, pero la yema de su dedo índice se posó en mis labios en señal de que la dejara continuar.
Solo quiero guardar este momento en mi memoria, aprenderme cada línea de tu rostro y recordar tu mirada...
Para cuando ya no esté a tu lado
Me fue difícil callar y no terminar aquella oración que ella pensaba dejar inconclusa, cuando intento replicar a lo que acababa de soltar el hombre que nos trasladaba al hotel nos interrumpió.
Miss Colder estamos llegando
Ambas volteamos a ver y efectivamente veíamos con claridad los bungalows, muchos de ellos dispuestos sobre el agua tal y cómo las imágenes postales ofrecían.
Elsa se apresuró a acercarse al sujeto y le dijo algo en francés que no capté, aspire todo el aire que pude y traté de calmar mi pequeño enojo, todo esto parecía que era una despedida; una voz interior comenzó a atormentarme.
Y si sólo hace esto para estar contigo... Eres la despedida de soltera perfecta, un paraíso alejado a millas de su verdadera vida... Un recuerdo bonito
Y si lo disfruto... Cuál sería mi pecado? Amar a una mujer cuyo destino está comprometido
Serás una bonita historia y no la que ocupe sus páginas de vida día a día
Soy mucho más que eso...
Basta! Respire hondo y sacudí mi cabeza, en ese instante el yate se detuvo junto a una de esas habitaciones sobre el agua y el guía ancló para que subiéramos aquellas escaleras de madera.
Anna vamos
Ok
Caminé hasta ella, tomo mi mano y entre ambos me ayudaron a subir sin que cayera al agua en el intento, luego ayude a Elsa y finalmente a el chico con el equipaje.
Wow!! -El joven se adelantó y nos abrió la puerta, me quedé asombrada con el lujo que había dentro de aquella particular choza; una amplia habitación con una cama enorme, los techos altos y de donde colgaba un ventilador de techo con diseños muy originales, al fondo un gran baño con tina y a través del piso podías ver el azul claro del agua, salí a través de un pequeño balcón y las vistas eran simplemente espectaculares.
Les gusta?
Es fantástico -respondió Elsa-
Me quedé sujeta a la baranda del balcón y pérdida entre la belleza del horizonte.
No supe cuanto me quedé así, sólo se que para entonces el guía se había marchado para dejarnos descansar del largo viaje.
Quieres tomar un baño... Puedo ser buena y cederte mi turno
No sé qué ocurrió dentro de mi, pero gire y sin darle ningún tipo de respuesta me comencé a desvestir lentamente allí, al aire libre con ese paisaje de fondo y frente a ella.
Aceptaré tu oferta
Sus ojos estaban abiertos al máximo, su boca casi igual con un gesto de sorpresa total y su cara tan roja como un tomate, yo con un ego repentino le pase por un lado tal como vine al mundo, y para que mentir tras girar el grifo de aquel duchero, esperé unos minutos a que ella tuviese ese ataque de valentía y siguiera mis pasos; pero una vez más mis deseos no se hicieron realidad.
Sería una noche muy larga en la que tendría que controlar mis deseos, sentimientos y la razón.
Nota de autor:
Lamento la demora, doy mi palabra que antes que den las doce campanadas está historia habrá llegado a su fin.
Quejas o sugerencias @Cl836 en Twitter.