Dejame solo, Soledad.

Av ovejeromiguel

252K 8.2K 1.2K

Me hizo sufrir, me hizo llorar, me hizo pensar, y hasta casi me enamoro... Me hizo pensar en quien fui, en co... Mer

Capítulo I: El Inicio
Capítulo II: El Contacto
Capítulo III: La Confrontación
Capítulo IV: La Aparición
Capítulo V: El Reconocimiento
Capítulo VI: El Despertar
Capítulo VII: El Convivir
Capítulo VIII: El auto-aislamiento
Capítulo IX: La Previa
Capítulo X: La Noche
Capítulo XI: El adelanto
Capítulo XII: La Teoría
Capítulo XIII: La Reconstrucción.
Capítulo XIV: La oportunidad
Capítulo XV: La Empatía
Capítulo XVI: El Intento
Capítulo XVII: La Introspección
Capítulo XVIII: El Reencuentro
Capítulo XX: El Sentido
Capítulo XXI: El Final y la despedida (I)
El Final y la Despedida (II)
Capítulo XXII: La Confesión

Capítulo XIX: La Soledad

2.4K 132 2
Av ovejeromiguel

La alegría era extasiante en aquel momento, y contar sobre este hecho resultaba algo obligatorio. No lo iba a poner en Facebook o en nuestra ninguna Red social con la extensión de un ensayo filosófico y con la ortografía de un niño de diez años. Al contrario, solo me interesaba que lo sepan dos personas: Julio y Dahiana.

Con Julio no requirió demasiado esfuerzo, solo le puse que iba a tener una hermana -al menos eso creía ciegamente mamá- y su respuesta no fue menos que una pedófila expresión de "Surge todo" sumado a la perturbadora luna con mirada acosadora. Siendo Julio el sujeto en cuestión, fue hasta esperado. Agregó luego un "bola" -entiéndase como un "es broma"-, junto con unos cuantos "ja" y concluyó con un "Felicidades loko" -Sí, con K"-. Apenas pude agradecerle de la emotividad. Ese hombre sabe como emocionar. no podía contener las lagrimas -bola.

Después de esa charla tan pasional, como que la emoción se había marchado, así que me apresuré a contactar con Dahiana antes que me dé igual todo el asunto. Mis papás y yo seguíamos en el comedor y volvimos a encender el ensordecedor ventilador de pie ya que el calor era insoportable. Papá era ahora quien cebaba, no estoy seguro de si eso lo vuelve un violador folclórico o algo así pero, según él, debía tomar a su ritmo, ni demasiado frecuente ni ralentizando el tiempo, él decía que debía ser "continuo", "constante", cosa que nunca comprendieron sus compañeros en la financiera y... bueno, entrelazada su gusto por la fina mecánica del cebar con la incompetencia de sus compañeros, casi todos novatos en el trabajo. Mamá reía a la par que pedía un poco de comprensión con esos desdichados, aunque coincidía plenamente con papá. Pero no piensen mal, cuando encuentran a alguien bueno, le dedican un sermón así de largo pero positivo.

Busqué hacia la puerta trasera para encontrarme con Soledad, pero había desaparecido. Gire la cabeza en todas las direcciones pero no logre dar con ella. Mamá me preguntó que estaba buscando, pero solo me pareció haber visto algo raro, no creo que ni en esta etapa de comprensión me entiendan que estoy viendo a alguien invisible para ellos. No pensaba en levantarme y buscarla, seriwa demasiado extraño para ellos, así que sólo permanecí en mi silla y retomé la promoción del gran momento en que me encontraba. Le di al buscador de chats y, tras un breve lapsus, recordé a quien debía  buscar -¿esto solo me pasa a mi?-, era dahiana.

Raramente, Dahiana se hallaba con su última vez desactivado, y sin foto de perfil. Daba esa impresión que  cambió de número o que te bloqueó. Esperaba que no sea ninguna de esas cosas, y con mucha fe le escribí. No pasaron ni dos minutos hasta que respondió con un Hola igual de seco al que le mandé para comprobar si existía un usuario al otro lado. Tras eso, si prosiguió la emotividad:

-¡Hola Dahiana! -Contesté.

-¡Holaa Mateo! ¿Qué tal?

-¡Genial! ¿Sabés por qué?

-No, ¿Qué pasó o que?

Como que de repente se encendió el cerebro...

-¿De verdad querés saber? -buscando echarle leña al fuego.

-Claro que sí, bobo -siempre tan tierna- ¿qué es?

-Y bueno, si querés saber... ¿Qué te parece si te cuento en persona?

-Hmm... ¿Tan importante es?

-¿Por qué entonces crees que te digo que es en persona? -bastante confiado de mi argumento.

-Hmm...OK. ¿Cuándo me vas a contar?

-Y qué te parece... ¿Mañana mismo?

-¿Sábado?... De tarde, ¿verdad?

-Obviamente.

-¿Y qué vamos a hacer?

-Que te parece si... ¿Vamos a Bellas artes y contemplamos algunos cuadros surrealistas? Hay una exposición que parece verdaderamente fascinante.

- jajajaj -responde ella- Muy estirado ya
pero en serio, ¿en dónde?

Eso no era juego, se nota que no tienes cultura, insensata.

-¿Y si vamos a tomar un café? -Conociendo su susceptibilidad por la cafeína... sabía que no se negaría.

-Ok.  Eso me convence más... ¿En el shopping?

-Por favor... A un lugar más original... Vamos a La Vienesa, ahí sobre Mariscal López.

-¿Creés que nos da el cuero? Un café ahí sale como agua fría en África. Algo más barato...

-Che Dios, no somos tan pobres... ¿o sí?

-Vamos a Doña Chipa, no es tan caro y es más cerca...

-Olvidé lo mucho que te gustaba ahorrar...

-jajaja -fue su respuesta.

-Ok. está entonces. Mañana en Doña Chipa.

-¿Cómo a las tres?

-Sí merendas a las tres, adelante. jaja

-jaja, pesado. Está entonces

-ya e ya -así mismo-. No es que no disfrute de tu plática pero, mis padres volvieron y mejor vamos a charlar. Que justo ahora o que me tachen de que los ignoro.

-jajaj tenés razón. ¿Hablamos más tarde?

-Dale.

-Me tenés mucho que explicar... -aparece la luna acosadora del WhatsApp-

-jaja, dale. te explico luego.

Y así, con la mirada inquietante del oscuro satélite, volví a bloquear mi teléfono y lo ignoré al menos, durante el resto de la mañana que no distaba excesivamente del mediodía. Busqué por si acaso, una vez más a Soledad por si tal vez la fortuna me sonreía. Fue en vano. Levanté los hombros con una falsa resignación y me introduje de lleno a la charla de mis padres que ya no faltaba nada para que me regañaran por mi silencio.

La tarde tampoco estuvo ni cerca de convertirse en un carnaval. dormí la siesta, y al despertar me planteé ir a preguntar ciertas cosas en la facultad, pero mi papá me dijo que no desaparecerá y que podía esperar hasta el lunes. Las breves ganas de ser responsable se me pasaron.

El calor de aquella primeras horas vespertinas fue mitigado por un impensado cambio de clima que imagino habrá dejado boquiabierto al tipo del pronóstico. Los vientos australes, que no hicieron presencia en estos últimos días arrecieron de improvisto y el día caluroso en minutos tuvo un atardecer fresco. Bienvenido a Paraguay, donde pronosticar el clima es aventurar a decir que hay en la caja de Pandora.
Volviendo a la historia, seguía sin toparme a Soledad. Tampoco realicé un descomunal encuentro por hallarla pero, era curioso haber perdido su rastro. Ya en la noche, su paradero seguía siendo desconocido. Una vez que volví a mi pieza, como para dormir simplemente y pensar que haré en un día probablemente -aún no me animo al pronóstico del contenido- más frío que otros previos.

Mientras meditaba en que disfruto más del frio y que daría todo por unas vacaciones en Canadá, justo al cerrar la puerta, escucho una especie de sollozo en piano, como si esos gimoteos son callados por la dura rabia, por esa impotencia que solo nos deja dar un golpe al piso reprocharnos -me había vuelto un experto en el doloroso arte del llorar-. A simple vista no encontré a nadie, pero Soledad se encontraba justo detrás de mi cama, en ese reducido espacio que existe entre mi amplio e innecesario somier y el ropero que ahora descubro que no es tan estrecho, ya que tiene la longitud justa para que una joven se siente en forma mariposa y se lamente. Agudizando el odio y observando unas breves líneas rojas sobre mi cama me permitieron hallarla.

-Hey, ¿qué pasa? -fue lo primero que pregunté, surcando mi colchón y sentándome a su lado, ya pegado a la mesa de luz- ¿Por qué estás llorando?

-No importa, Mate -tapándose un poco con las manos, e intentando secar algunas lágrimas-, no importa.

-¿Por qué no va a importar? Decime si que por qué.

-En serio Mate -un poco más tranquila-, no hay problema.

-Claro que sí, no podés estar llorando así por así.

-¿Y quién dice que es así por así nomas? Tengo mis razones.

-¿Y esas razones son?... ¿se puede saber?

-No hace falta que...

-Habla -respondí impaciente.

-Es que... soy yo, eso es todo.

-¿Cómo que sos vos?

-Soy yo... ¿Qué creés que soy?

-Pues...

Realmente no sabia que contestar. Todavía ni yo podía definirla.

-Exacto... soy yo, y te haré una pregunta más... ¿Creés que soy un ser que no siente nada?

-Haihue... ¿por que así? No, no lo creo...

-Por favor... No me quieras mentir.

Tenía razón, lo pensaba aún... no funciona la falsa honestidad con ella. Olvidé que no se le puede mentir.

-Sí siento Mateo... lo siento todo. Todo lo que sentís... soy parte de vos, es obvio que lo que sentís, yo también. Somos uno y otro, me creaste y a vos, te duele lo tuyo y está bien pero... Mate, ¿Quién llora por mí?

Permanecí en silencio, tragaba saliva y la lengua resultaba ser una bola fuertemente atada que no podría emitir sonido alguno. Miraba a Soledad y ahora ella era la vulnerable, la que se sentía sola.

-Nadie, ¿verdad? Eso temía, siempre pasa. Una está ahí y debe ser igual de fuerte para no quebrarse como esa persona que te necesita. Tal vez deba ser solo un sentimiento, pero yo siento lo mismo... y duele. Soy distinta pero duele serlo.

-¿Necesita? -salió una voz trémula, digna del momento-

-Muchos creen que estamos para torturar, para infringir daño... no, no queremos eso. Sólo hacemos lo que uno siente...

- ¿No querés hacerme daño?

- ¿De dónde sacás eso? Todo lo que has hecho este tiempo es porque lo quisiste...

Jamás me puse a pensarlo de esa forma...

-Y ahora... mirate, hasta te noto alegre -con una mezcla de risa y llanto-, así que soy yo la que no tiene arreglo...

-¿Pero por qué? ¿Qué tenés de malo?...

-Vos ya lo pensaste... sabés de qué hablo, además... nadie quiere estar conmigo, solo con esa idea tonta que tienen de mí.

-¿Cuál es la idea tonta?

-Qué yo... en un afán autodestructivo, quiero hacerles daño, quiero que se queden conmigo... No, yo no quiero que lloren por mi culpa, si lloran quiero que sea conmigo. Por que voy a querer hacerle daño, siendo que son yo? No tiene sentido

-Y... ¿estás triste?

-Parece una pequeña ironía, ¿verdad? Son cosas que pasan -volviendo a pasarse la mano por los ojos.

-Pero estoy mejor que cuando llegaste, mañana voy a hablar con Dahiana que me odiaba, mis papás...

-Mate, todo eso es gracias a vos. Yo solo hice lo que vos quisiste en realidad.

-Pero lo hiciste genial, ¿por qué tanta pena?

-¡Por qué soy lo que soy! Por favor Mate ¡no te das cuenta! -levantó la voz, tras mucho contenerse aparentemente.

-¿No te gusta quién sos? Por qué?

-¿A vos te gusta? ¿Te gusta que sea una puta que aparece cuando te carcomés por dentro? ¿La gente no agradece más a la felicidad, a la esperanza, a la alegría? ¿Quién está en deuda con la tristeza, con la nostalgia?... ¡conmigo! Soy algo que la gente no quiere y cuando llego, quieren que me vaya.

-Pero hay gente que...

-Conmigo no están. No me escuchan... son todos ellos... ser alegría es más fácil, ¿sabés? Con esas cosas de sonreír y gozar las cosas pequeñas y esas boludeces... ¿Sabés que eso es más fácil? La gente hueca solo ríe porque no tiene idea de como ser profunda... y les felicito, total, ¿qué tiene de bueno pensar tanto si acabas conmigo?

-Por favor Soledad... ¿Qué pasa?

-Es que... ha pasado tiempo y...siempre es así, ahora hay tanta gente que anda así por mi culpa y... ¿No sería mejor el mundo si yo no estoy?

-¿Pero qué piko lo que decís? ¡Que va a estar mejor! Por favor, vos sos el último paso a la depresión, a la locura... si vos no estás la gente iría directo al precipicio. Salvás vidas, nos hacés reflexionar y mejor todavía... nos recordás lo que verdaderamente importa.

-Qué lindo que aprecies algo de lo que hago Mate pero...

-Mirá -dije tomándole con una mano del mentón, para que dirigiese su mirada hacia mí-, comprendo porque hay gente que escribe de vos... Eres complicada, sensible, fuerte, inteligente... eres la envidia de todas las musas.

Soltó una leve mueca con la comisura de los labios. Era bonito verla sonreír con su tono de tristeza.

Muy bonita, vale decir -prosegui-. No tenes porque envidiar... la soledad puede ser hermosa.

Y sin darme cuenta, ya me había inclinado hacia adelante acercándome a sus labios indecisos entre sonrisa y desdicha. Quedé fascinado en ese momento por ella y tal vez eso quise hacer desde el comienzo. Unos empujones y golpes de rabia detuvieron el momento. Soledad rompió la mariposa que tenía en las piernas para alejarse de mí.

-¿Qué piko te pasa? ¿Nde tavyma pio¿ (¿Te volviste loco?) ¿Qué haces?

-¿Qué tiene, es algo malo?

-¡Claro que sí! ¿Acaso estás loco?

-Decidite, o hablás bien castellano o bien jopara.

-¡No cambies de tema! ¿Qué te pasa?

Estaba demasiado nerviosa, podría jurar que le temblaban las manos y su mirada se encontraba perdida. Tal vez solo un poco más de como se encontraba.

-Es que...

-¡Es que nada! Ni lo vuelvas a intentar.

-¿Por qué?

-¿Querés que me quede?

No contesté, francamente no sabía qué hacer. ¿Por qué no querer que se quede? Me ha ayudado tanto ya, además, cuando está, siento una gran paz, ahora que me he acostumbrado a su presencia. Sin embargo, todo tiene un costo... y no sabía cual era. ¿Perdería a todos por preferirla? Si era así, no me animaría a tanto, no resistiría.

-Eso es. Nadie resiste... todos se van. Curiosamente, yo soy la que siempre queda sola. No me llamo así por nada -soltó una risa lastimera-. En fin...

-En fin, ¿qué?

- Siempre es así..  Es la verdad. No es fácil, pero todos siguen, de una u otra forma... yo igual, aunque cueste...

-Tranquila So... tranquila -no me animaba a decirlo-. No es cierto.

-Sí es cierto. Soy la verdadera chica imposible. ¿Quién quiere estar con un fantasma que recuerda todo sus males? Es todo lo contrario a lo que pretende el amor. Por eso, vos debes volver con Julieta.

-¿Y eso?

-Porque Mate... por eso estoy aquí. Para hacerte entender que esa chica es todo para vos, pese a tus errores, los suyos, y de lo duro que resulta hallar ganas para levantarse. Te dio un sentido, por más cursi que suene. Al menos debés darle otro final, si decidís que no da más esto... pero no podes dejarlo así... No querés.

Qué más podía decir. Ella sabía todo de mí, y dijo lo que esperaba.

Vio que mi silencio era lo que necesitaba para confirmar lo que temía. Se levantó, se acomodó el cabello, pasó bruscamente su mano para volver a secar las lagrimas que ya no tenían fuerza, simplemente eran manchas húmedas en su rostro. Ahí, como si nada, me dijo:

-Bueno, creo que ya es hora de dormir. Hay que seguir, mañana es un gran día.

-¿Segura?

-Siempre -respondió sin más-. Ok. A la cama.

Y como si de verdad ella podía ser mi madre, la obedecí. Me acosté, aunque tuve que ir por una frazada porque el frio ya ganó terreno en mi habitación y una vez acurrucado, mi cabeza ya posaba sobre la almohada. Me llevó tiempo acatar la orden porque no había una gota de somnolencia o fatiga en mi cuerpo. Recuerdo que en todo el tiempo que seguí despierto, observaba de reojo a Soledad, que ahora se sentaba en la esquina opuesta a la mía. Me daba la espalda, y no pude descifrar a que hora durmió, y mucho menos en que pensaba y si su bello rostro había superado la tristeza y sonreía. Por un lado no podía evitar mi felicidad al saber un hasta ella me daba su bendición para intentarlo de nuevo. Pero por otro quería saber que pensaba, que sentía -aunque suene absurdo- daría todo porque ella esté bien. ¿Qué deseas, Soledad?

Jopara: Mezcla de castellano y guaraní.

Fortsett å les

You'll Also Like

14.9K 1.6K 15
El imperio del Sol busca a una reina que gobierne junto a Sun Wukong, pero este no hace las cosas fáciles. Cualquier joven que llega al palacio sale...
8.9K 448 51
Este libro esta lleno de Confesiones de un Panda, poemas y escritos del alma. Con cada palabra busco que ustedes se sientan identificados y que vivan...
5.2K 138 26
es un instituto especial como de lobos, vampiro, hadas, duendes, ángel, sirena y más Portada: @ZODIACOK
30.3K 1K 43
"me gustaría ser más cercana los chicos del club, pero supongo que todo seguirá siendo igual, no?"