Daelyn POV:
―¡Ni lo sueñes, Arianna! ¡No voy a ir!
―¿¡Qué!? ¿Por qué? Por favor Daelyn, Pilar también va a venir, a pesar de que tampoco le gustan.
―He dicho que no. Además, ¿Con quién dejaría a Joy? Ni pensarlo ―volví a negarme.
La castaña me miró con un puchero, no muy propio de una adulta.
―Sabes que soy muy fan y esta es la primera vez que puedo verlos en directo, he comprado las tres entradas porque quería compartir este momento con mis mejores amigas.
―Son unos niñatos que solo son conocidos por sus caras bonitas.
―Son más que eso... Tienen talento, Jones, ¡Talento! Escucha ―me miró, con su cara de cachorrito―, podemos buscar una niñera para Joy. Si no la encontramos a tiempo para el concierto entonces no te pediré que vengas.
―Pero es que ese no es el problema, Ari... No quiero... No quiero ir, y ya está.
―Daelyn... No puedes ponerme ni siquiera una excusa por la cual no ir, y no te compro lo de Joy; sabes que puedes encontrar cualquier niñera en el vecindario. Deberías venir, sería una buena forma de olvidarte de todo por un par de horas.
―¿Olvidarme de la mierda de vida que llevo? No creo que ir al concierto de 5 Seconds Of Summer lo vaya a mejorar mucho.
―¿Por qué no? ¡Ah! ―la castaña chilló con frustración―. Hazlo por mí, por favor, van a venir a Los Ángeles en tan solo una semana. Necesito verles en persona antes de morir, soy fan desde 2015, ¡Han pasado cinco años y todavía no les he visto! Voy a entrar en depresión.
―Eres una exagerada, no son nada del otro mundo... Son solo cuatro chicos más, hay a montones como ellos en la universidad.
―No entiendes mi corazón fangirl, Jones.
―Ajá ―murmuré sin mucho interés, preparando la comida de Joy.
―Mamá... ―la pequeña llamó nuestra atención desde la puerta de la cocina―. Yo quiero ir.
―Genial ―ironicé, mirando intensamente a Arianna―. Mira lo que has hecho.
―¡Quiero conocer a Luke!
―¡Yo también! No sé cómo tu madre se puede resistir a sus encantos... ―dijo, cogiendo en brazos a la pequeña.
―Arianna no le digas eso a la niña.
―No he dicho ninguna palabrota ―se excusó, sonriendo―. ¿Entonces qué? ¿Me la llevo?
―De ninguna manera.
―¡Pero ella quiere ir! Estará con nosotras, y si a mí me da un ataque de la emoción Pilar cuidará de ella; sabes que Pilar es responsable. Además, nos la llevaremos a nuestro apartamento cuando acabe el concierto, así que puedes dormir tranquila, te la llevaremos por la mañana.
―Dudo mucho que Pilar quiera cuidar de una niña en medio de un océano de adolescentes con las hormonas revolucionadas.
―Por favor... Daelyn...
―Por favor... Mamá...
Ambas me miraban con los ojos bien abiertos, casi sin parpadear, esperando mi respuesta. Mi mirada conectó con la de Joy; sus grandes ojos chocolate me miraban con atención; nunca podría decirle que no a mi hija, no a algo que le hace tanta ilusión.
―Está bien ―suspiré, rindiéndome ante sus miradas suplicantes.
―¡Bien! ―Joy aplaudió, mientras Arianna sonreía, triunfante―. Confía en nosotras, Daelyn.
―Pondré mis esperanzas en Pilar.
―Eso me ha dolido, Jones.
―Sabes que no ―sonreí.
***
Eran las once de la mañana y acababa de abrochar el cinturón del sillín del coche de Joy. Había pasado una semana desde que Arianna me convenció para que mi hija fuera al concierto de 5SOS, y faltaba tan solo un día para que este se llevara a cabo. Mañana por la mañana vendrían a recogerla para ir a hacer cola, y a pesar de advertir a Joy de que iba a aburrirse, ella había querido ir, así que tenía que ir a comprar algunas cosas que me faltaban al centro comercial, ya que se quedaría a dormir en el apartamento de mis mejores amigas.
Arranqué el motor del coche y, en diez minutos, llegamos al parking del recinto. Después de aparcar, cerca de las escaleras mecánicas, desabroché el cinturón de Joy y la ayude a bajarse del coche, poniendo rumbo al interior del lugar.
Sin soltar la mano de la pequeña iba parándome de vez en cuando en algunos escaparates, mirando piezas de ropa o accesorios que estaban expuestos detrás de los cristales. Una vez que llegamos a nuestra destinación, Target, solté por un momento la mano de Joy, en busca de una moneda que poner en el carrito de la compra. Cuando por fin encontré una que servía saqué el carrito de allí.
―Vamos Joy ―dije, dirigiendo mi mirada al suelo.
Mis manos comenzaron a temblar y un escalofrío me recorrió de pies a cabeza, nada más ver que Joy no estaba junto a mí. Di un par de vueltas sobre mi misma, mirando todo lo que había a mi alrededor, pero no había ni rastro de mi hija. Aparté con un empujón el carro, sin importarme lo más mínimo hacia donde iba a parar.
―¡Joy! ―comencé a gritar, tan solo consiguiendo que la gente que andaba por allí me mirara―. ¡Joy Kim!
Me paré en medio de uno de los pasillos del centro comercial, viendo la longitud de este, y como la castaña no estaba en ningún lado. Las lágrimas comenzaron a invadir mi visión y, en cuestión de segundos, comenzaban a recorrer mis mejillas.
―Joy... Joy... ―repetí, varías veces, mientras retomaba la búsqueda―. ¡Joy!
Miré mi reloj tras haber estado un buen rato buscando por todo el lugar. Faltaban cinco minutos para las doce de la tarde.
Estaba a punto de perder las fuerzas, hasta que, de pronto, una voz puso mis sentidos alerta.
―¡Mamá! ―la aguda voz de Joy se escuchaba, cada vez más fuerte.
Me giré, encontrando como la pequeña corría hacia mí, y me agaché para recibirla en mis brazos, suspirando y temblando todavía por el susto. Tenía ganas de llorar de nuevo y desahogarme, ahora que al fin había encontrado a mi pequeña.
―¿Dónde has estado? ¿Por qué te has ido de mi lado? ¿Qué te digo siempre? No debes de alejarte de mí en ningún momento, podría pasarte algo malo...
―Lo siento mamá, es que había un globo muy bonito y quería cogerlo― la pequeña me miró, justo antes de girarse, mirando por donde había venido―. No llores, un chico me ha cuidado.
Miré por encima de su hombro, con la vista todavía borrosa. La silueta del supuesto chico del cual Joy hablaba estaba a unos metros de distancia, parado en medio del pasillo. Cuando mi mirada se posó en él una sensación extraña me invadió. El chico, el cual llevaba una sudadera, gorra bajo la capucha de esta y gafas de sol que tapaban bastante su rostro, saludó a Joy con la mano antes de girarse, la cual le respondió de la misma forma. Vi como poco a poco se iba alejando hasta que reaccioné, cogiendo a Joy en brazos.
―¡Hey! ―llamé su atención, consiguiendo que se parara. Comencé a hablar de nuevo, una vez llegué a su lado―. Muchas gracias por cuidar a mi hija, no sé qué habría hecho si le hubieses llegado a pasar algo, de veras, muchísimas gracias ―el chico asintió y agachó la cabeza, sin decir nada―. ¿Quieres que te invite a algo? Tengo que agradecértelo de alguna forma.
El chico suspiró, murmurando algo para sí mismo y, de pronto, levantó su cabeza y bajó ligeramente sus gafas, mirándome directamente a los ojos.
―No deberías llorar Daelyn, aunque supongo que algunas cosas nunca cambian, ¿Cierto?
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Buenas noches :)
Tengo buenas noticias... ¡ya tengo mi ordenador arreglado! Al parecer era tan solo un virus así que en un par de días ya estaba todo solucionado.
Os dejo un nuevo capítulo de Twins 2, uno que os va a dejar llenas de la intriga hasta la semana que viene jajaja (en realidad os quiero, no me matéis pls).
No tengo mucho más que decir, así que espero que os guste.
Gracias por leer la novela.
María.