Cábala (AU Clexa)

By Maiteshd

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La cábala era realizada por un grupo de amigos de la infancia, ninguno de ellos imaginó que pronto crecería y... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 30
Epílogo

Capítulo 29

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By Maiteshd

CAPÍTULO VEINTINUEVE

La noche del veinticuatro era fría, la nieve había caído cubriendo todo de blanco, en la casa de los Griffin la chimenea estaba encendida, y todos los invitados ya se encontraban en el lugar. Abby tenía la costumbre de armar el árbol con su hija, por lo que la rubia había ido días antes para ayudarla. Mientras que Abby, junto a Katherine, Marie y Aurora conversaban en la cocina, los hombres tomaban una copa de vino en el comedor, y las cuatro chicas estaban en el living frente al fuego. Un golpe en la puerta sacó de la conversación a las chicas, Clarke extrañada se puso de pie y se dirigió hasta allí.

-¡¿Abuela!? –Preguntó sorprendida en cuanto vio del otro lado de la puerta a sus abuelos paternos. Clarke salió a abrazar a ambos y luego los ayudó con las maletas, una vez los tres entraron cerró la puerta. Joseph era un hombre alto y delgado, de cabello blanco y ojos azules, Clarke había sacado el color de ojos de él, mientras que Angélica era una mujer más baja que su esposo, al igual que él hubiese tenido el cabello blanco pero la mujer se lo teñía de castaño, sus ojos eran marrones.

-¿Por qué no dijeron que vendrían? –Preguntó Abby mientras saludaba a sus suegros.- Hubiésemos ido por ustedes –Dijo la mujer con una sonrisa.

-Nada de eso, querida –Respondió Angélica dando unas cuantas palmadas sobre el brazo de Abby. Después de saludar a los conocidos, les presentaron a la familia Blake, la mujer puso total atención en ambas hermanas, Clarke le había contado de ellas cuando había ido a visitarlos para su cumpleaños, por lo que observó a su abuela mientras saludaba a dichas chicas.- Clarke me habló de ustedes –Dijo la mujer con una sonrisa, la rubia puso los ojos en blanco, luego pasó su vista de su abuela a cada una de las chicas.- Sobre todo de ti –Comentó con una sonrisa.- Clarke tiene debilidad por los ojos verdes –La mujer le guiñó un ojo a Lexa, y así ella supo que la señora sabía quién era la novia de su nieta.

-La estás avergonzando –Clarke tenía las mejillas rosas, y bajó la vista en cuanto sintió que la mirada de todos se posaba en ella, cuando creyó que no estaba siendo observada levantó la vista, encontrándose con los verdes que aún seguían mirándola, una sonrisa se dibujó en el rostro de Lexa, y Clarke no pudo evitar que una se formara en sus labios.

Clarke no dijo nada, en su lugar tomó la maleta de su abuela y justo cuando estaba por tomar la otra, Lexa le había ganado de mano. La rubia sonrió en forma de agradecimiento, y ambas chicas se dirigieron hacia la habitación de huéspedes que quedaba en la plata baja. Ambas chicas dejaron las maletas y justo cuando la castaña se disponía a salir, Clarke tomó su brazo y la detuvo.

-Siento lo de antes. –Comentó en cuanto la tuvo en frente. Lexa se acercó con una sonrisa, tomó con sus manos el rostro de la rubia y depositó un corto beso en sus labios. Clarke pasó sus manos por la cintura de la castaña mientras correspondía el beso.

-Olvídalo –Susurró Lexa contra sus labios, llevó sus manos hasta los hombros de la rubia.- Además adoro cuando te ruborizas –Comentó con una sonrisa, Clarke recargó su frente en el hombro de Lexa, y ésta la abrazó.- Será mejor que vayamos a cenar antes de que vengan a buscarnos. –Clarke asintió y ambas chicas se dirigieron hacia el comedor, donde todos ya se encontraban en sus lugares.

Una vez terminaron de cenar, Abby comenzó a levantar las cosas, impidiéndoles a sus invitados que hicieran algo cuando tuvieron la intención de levantarse para ayudar, Clarke se puso a lavar las cosas mientras Raven las secaba a su lado. Abby había puesto el agua para el café mientras terminaba de juntar lo de la mesa.

-¿La señorita heterosexual pasará a buscarnos como el año pasado? –Preguntó Raven con una sonrisa, a lo que Clarke también sonrío, sabía que su amiga sólo lo decía como broma, y que también se lo había dicho a la aludida.

-Sí, nos pasará a buscar. –Respondió para luego agregar como cosa suya.- Vendrá con Zoe. –La rubia le pasó un plato a su amiga.- Y ya no le digas así. –La reprendió Clarke todavía sonriendo terminando de lavar el último plato que le quedaba. –Creo que mamá hizo postre –Comentó Clarke mientras abría el refrigerador, justo en ese momento Abby entraba por la puerta.

-Están abajo –Le dijo mientras pasaba por su lado y tomaba unos pequeños platos para servir allí el postre.- ¿Los chicos vendrán más tarde? –Preguntó mientras contaba los que había tomado, Clarke tomaba aquellos postres y los dejaba sobre la isla.

-Sólo Harper y Zoe, pero vendrán después de las doce. –Respondió la rubia, Abby tomó los platos necesarios.- ¡Genial! –Exclamó Clarke con una sonrisa mientras sacaba el segundo postre, el cual era su favorito. Lexa y Octavia la observaban atenta, mientras que Raven sonreía, Abby había salido de la cocina para llevar las cosas al comer.

-Es su favorito –Comentó Raven, Clarke observaba con una sonrisa el postre que era completamente de chocolate, la rubia amaba cuando lo hacían.- Lexa, tendrás que aprender a hacerlo –Bromeó la castaña, haciendo que su amiga levantara la vista y la observara, luego posó su vista en Lexa.

-Creo que puedo intentarlo –Lexa le dedicó una sonrisa a Clarke, sonrisa que le devolvió la rubia, Raven y Octavia se miraron intentando no reír. En esos momentos entraba Abby y se llevaba uno de los postres, segundos después regresó por el que quedaba.

-¿Tienes pensado compartirlo o lo esconderás en el fondo del refrigerador? –Preguntó con una sonrisa observando a su hija, mientras tomaba el postre, y seguida de las cuatro, entraban al comedor.

-Sólo fue una vez –Se quejaba la rubia.- Y tenía diez años –Raven soltó una carcajada recordando aquel día, Clarke la observó seria.- Cierra la boca –Susurró a su amiga.

-Clarke, te atrapé haciendo lo mismo en más de una ocasión –Clarke se encogió de hombros.- Y tenías más de diez años. –Abby observó a Clarke, quien estaba lista para partir el que era su favorito.- Olvídalo –Dijo Abby cambiando de lugar con su hija.- Desconfío de ti y este postre –Comentó observando a su hija.

-Sólo lo haces para esta fecha –Volvía a quejarse.- Y ni que fuera egoísta –Clarke sintió la mirada no sólo de su madre, sino de Raven, Katherine, Marie, Jake y sus abuelos.- ¡Sólo fue una vez! –Volvía a protestar la rubia, Abby le quitó el cubierto que tenía en sus manos y se lo tendió a Katherine, quien lo tomó con una sonrisa, mientras la rubia ponía los ojos en blanco.

-Clarke escondió el postre una vez, para no convidar –Comenzó comentando su padre, mientras la rubia se sentaba en la silla que anteriormente estaba ocupando, al lado de Lexa.- Intentó esconderlo varias veces más, y hace unos años cuando lo partió, lo hizo en trozos tan chicos que cuando nos dimos cuenta había quedado más de medio postre –Jake contaba aquello con una sonrisa, la rubia suspiró mirando fijamente a la mesa, sus mejillas se habían vuelto rosadas.- Es con lo único que no puede compartir. –La rubia asintió con la cabeza mientras le sonreía a su padre.

-Mamá lo hace sólo una vez al año, y cuando se lo pido me dice que espere a que lleguen estas fechas –Clarke volvió a poner los ojos en blanco.- No soy egoísta –Volvió a aclarar.

-Nadie cree que lo seas –Comentó Raven mientras golpeaba el brazo de su amiga.- Pero matarías por ese postre –Clarke se encogió de hombros, aceptando el plato que su madre le tendía, la rubia había notado que Abby le había servido un trozo más grande que al resto, por lo que le dedicó una sonrisa de agradecimiento.

Clarke comía sin hablar prácticamente, aunque lo hacía lo más despacio posible para que no notaran que quería repetir, había sido la única que se había servido tres veces, mientras que algunos prefirieron probar ambos postres y otros apenas habían comido de uno de ellos. Nuevamente fueron Abby y Clarke quienes levantaron todo, una vez que la rubia terminó de lavar todo, pasaron al living. Cuando se hicieron las doce, después de saludarse, llegó el momento de los obsequios.

-Para ti –Dijo Clarke mientras le entregaba a Bellamy su obsequio.- Es de parte de las cuatro –Comentó la rubia con una sonrisa, el chico las observaba atentas, después de todo no se imaginaba que las cuatro le compraran algo, tomó el obsequio y lo abrió, sonrió al ver lo que contenía. Bellamy sacó una remera azul, la misma que las chicas tenían, detrás se podía apreciar el apellido Blake con el número 20.

-Somos cuatro contra uno –Comentó Octavia mientras Lexa asentía con la cabeza.- Decidimos que sería más fácil que tú vengas con nosotras a que nosotras vayamos contigo. –Las tres chicas asintieron con una sonrisa. Bellamy se acercó a las cuatro y las abrazó al mismo tiempo.

-¡Gracias! –Dijo mientras aún las abrazaba, las chicas le devolvieron el abrazo.- Prometo acompañarlas a alguno –Comentó una vez se separó de ellas.

Continuaron entregando los regalos, todos los presentes habían recibido alguno, incluyendo a los abuelos de Clarke, que a pesar de haber dicho que no irían, siempre les compraban, ya que se veían para fin de año. Abby le había comentado a Aurora lo que hacían para esas fechas, de modo que así ninguno se quedaría sin su obsequio. Lexa y Clarke, ambas tenían el que habían comprado en sus manos, al mismo tiempo se los intercambiaron.

-Te escuché hablar con Harper –Comenzó diciendo Lexa mientras observaba cómo la rubia abría el regalo.- Aunque todavía no entiendo cómo es que te quedaste sin libro para dibujar –Lexa soltó una pequeña carcajada mientras que Clarke se encogía de hombros, observando el libro con hojas blancas que le había regalado la castaña.- Ese es por el 24 –Lexa sonrió y luego se mordió el labio inferior. La castaña abrió su obsequio, sentía la mirada de la rubia en ella, era una cajita rectangular de felpa color negra, sonrió observando a la rubia, Clarke tenía una muy parecida en su mano.

-¿Será lo mismo? –Preguntó la rubia con una sonrisa, Lexa se encogió de hombros y ambas, al mismo tiempo, la abrieron. Clarke tenía una pulsera de oro, en ella tenía un dije de corazón, mientras que Lexa tenía un colgante, y el dije era un corazón con la letra "L" dentro.

-Es hermosa –Dijeron a la vez y se sonrieron mientras sus ojos se encontraban. Clarke le tendió su cajita mientras tomaba la de Lexa, estiró su mano derecha y espero que la castaña le colocara la pulsera, pero en su lugar intentó quitar la que ya llevaba.

-¿Qué haces? –Preguntó Clarke mientras retiraba su mano.

-Es fea esa –Respondió Lexa observando a su novia. Clarke negó con la cabeza y volvió a estirar su brazo.

-A mí me gusta –Sonrió mientras Lexa colocaba la nueva pulsera.- Es lo primero que me regalaste, y nunca me la quité. No lo voy a hacer ahora que salimos. –Lexa levantó la vista para observarla, y una sonrisa se dibujó en su rostro. Clarke se acercó a ella y depositó un corto beso en sus labios.- Gírate –Le dijo una vez se separaron, acto seguido la rubia tomó la cadena, la pasó por delante de la castaña y la unió detrás de su nuca. Lexa tocó el dije y luego se giró hacia Clarke con una sonrisa.

Raven escuchó que un auto aparcaba frente a la casa, rápidamente fue hacia la ventana, Harper había llegado antes de lo que les dijo y seguro que era para que sus dos amigas no volvieran a hacerle una broma como la del año anterior. Clarke y Raven habían preparado bolas de nieve, y en cuanto la primera abrió la puerta, las dos amigas la bombardearon con nieve. Pero para ese año no las había dejado hacer nada, Raven pudo observar cómo la rubia recogía sonriendo nieve, las separaba en dos bolas y las escondía en su mano detrás de su cuerpo. Un golpe en la puerta llevó a que todos se giraran para observar en aquella dirección.

-Debe ser Harper. –Dijo Clarke observando a su amiga.

-Abby, ¿puedes decirle que en unos minutos salimos? –Raven se había alejado de la ventana para que la rubia no la viera, y se acercaba a Clarke con una sonrisa, la rubia supo que algo estaba tramando. Se detuvo junto a Clarke, quien tenía la mejor visión de lo que iba a suceder.

Abby se puso de pie y fue en dirección a la puerta, en cuanto la abrió algo helado golpeó su rostro dos veces, detrás de ella pudo escuchar cómo Raven comenzaba a reírse, seguida por Clarke que intentaba que su madre no escuchara, pero las dos jóvenes soltaron una gran carcajada al ver la cara de asombro y espanto que llevaba la rubia que había lanzado las esferas.

-Lo siento, lo siento, lo siento. –Repetía una y otra vez mientras ayudaba a Abby a quitarse la nieve.- No fue mi intención. –Harper no sabía qué hacer, sólo deseaba que la tierra, o en este caso la nieve, se la tragara.- Era para ellas. Perdón, señora Griffin. –Clarke y Raven habían disminuido sus risas.

-Harper, ¿cuántas veces voy a decir que no me llames así? –Abby se hizo a un lado para que Harper y Zoe pudieran entrar, las dos amigas volvieron a soltar una carcajada al ver el rostro de la rubia quien observaba a todos los presentes allí, los cuales casi todos eran sus jefes, salvo por algunos presentes.

-Lo...lo siento. –Volvió a susurrar, fulminó con la mirada a las dos que reían, pero lo que ella no veía era que los invitados estaban sonriendo por aquella broma mal hecha.- Voy a matarlas.

-Ahora combinas con el cabello de Zoe –Bromeó Raven, haciendo que Clarke soltara una carcajada, mientras que el resto sonreía, Zoe negaba con la cabeza detrás de su novia, y agradecía que no la viera sonreír en esos momentos.

-Dejen de molestarla. –Abby había desaparecido hacia la cocina unos segundos sin que nadie se diera cuenta, y había regresado por el mismo lugar.- Tendrán su merecido. –Acto seguido se acercó a ambas jóvenes, tomó sus remeras del cuello y las estiró un poco para poder colocarles dos cubitos de hielo a cada una. Las caras de las dos muchachas hicieron que todos los presentes rieran, mientras intentaban quitarse aquellos cubitos.

-Esto está helado. –Se quejaba Clarke intentando alcanzar el cubito de hielo que le quedaba entre la ropa.

-La nieve también lo estaba. –Abby se dirigió nuevamente a su lugar, al pasar por el lado de Harper le guiñó un ojo, quien sonrió agradecida. Bebió un poco del café caliente que tenía y sirvió en dos tazas para las nuevas invitadas.

-Fue tu culpa. –Clarke tomó los dos cubitos y los llevó rápido a la cocina, escuchaba que detrás de ella se acercaba Raven.

-¡Dios! Eso estaba helado. –Clarke asintió ante la queja de su amiga y volvió a la sala.- ¿Nos vamos? –Escuchó que hablaron detrás de ella, Harper aún estaba de pie sonriendo. Las hermanas asintieron con la cabeza.

-¿Vienes? –Clarke observó a Bellamy quien la miraba atenta, el chico asintió con la cabeza, y después de despedirse salieron de la casa.

-¿Tu mamá y tu abuela...? –Comenzó Octavia, pero rápidamente dejó de hablar cuando sintió la mirada de su novia y de las dos rubias.

-¿Estás de broma? –Dijo Raven sonriendo.- Si les llego a decir que las llevo a la casa, esta noche me dejan afuera, por eso les dejé la llave de mi auto. –Raven se encogió de hombros.- Bien, ¿cómo iremos? –Preguntó al resto.

-Yo tengo que ir a otro lugar –Comentó Bellamy con una media sonrisa, el chico sintió las miradas de todas las chicas.- ¿Pero si quieren puedo llevar a alguien? –Clarke negó con la cabeza mientras sonreía.

-No, entramos en dos autos, no te preocupes. –Bellamy asintió, y después de despedirse de las chicas se dirigió a su auto. Zoe y Harper subieron al auto de la segunda, mientras que las otras cuatro subieron al auto de Clarke. A Harper le quedaba de pasada la casa de los Griffin, pero a Nathan y Bryan los verían en la entrada del lugar.

-Tengo algo más para ti. –Dijo Clarke. Ella y Lexa ya se encontraban en el departamento de la rubia, después de que ésta llevara a Raven y Octavia, se dirigieron al departamento. Habían salido del bar cuando comenzaba a amanecer, por lo que ambas chicas estaban exhaustas, las dos estaban en la habitación de la rubia, Lexa ya se encontraba debajo de las cobijas, mientras Clarke se acercaba a uno de los cajones de la mesita y tomaba una cajita de madera.- Sé que puede ser algo rápido –Comenzó diciendo mientras se sentaba junto a Lexa, quien tenía su espalda recargada sobre el respaldo de la cama.- pero creo que sería bueno que lo tuvieras –Le tendió aquello a la ojiverde, quien lo tomó mientras observaba atenta a la rubia.- No es un anillo de compromiso –Bromeó la rubia haciendo que Lexa soltara una leve carcajada.

-¿La llave de tu departamento? –Preguntó Lexa después de abrir la caja, Clarke asintió con la cabeza.- Es algo rápido –Clarke soltó una leve carcajada y negó con la cabeza.

-No es una invitación a que vengas a vivir acá –Lexa la miró mientras alzaba una ceja.- Quiero decir –Negó la rubia con la cabeza, intentando acomodar sus ideas y explicarse mejor.- No es que no quiera vivir contigo –Se apresuró a decir, tomó aire y lo expulsó lentamente, intentando calmar sus nervios.- Es por si necesitas algo, o en caso de que pase algo, no sé. Raven y mis padres tienen una en caso de cualquier cosa, creí que sería conveniente que tú tuvieras una. –Finalizó con una leve sonrisa, Lexa asintió con la cabeza.

-Siempre me pareciste linda cuando te pones nerviosa –Clarke volvió a sonreír, mientras sus mejillas se pintaban de rosa.- Sobre todo cuando te ruborizas –Lexa dejó la llave sobre la mesita y se acercó a Clarke para unir sus labios, la rubia correspondió el beso.- Primero no querías ir conmigo a la playa –Comenzó bromeando Lexa mientras ambas chicas se recostaban en la cama.- Ahora no quieres vivir conmigo –Siguió con la broma.- ¿Qué es lo que sigue? –Preguntó mientras se abrazaban bajo la manta. Clarke se encogió de hombros.

-Quizás cuando te pida que vengas a vivir conmigo, no quiera casarme contigo. –Clarke cerró los ojos, sus palabras habían salido en forma de susurro, pero la castaña lo había escuchado perfectamente. Lexa la miró asombrada, pero la rubia ya se había entregado a los brazos de Morfeo, la castaña suspiró y luego cerró los ojos, esperando poder dormir.


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