Isabel
-¡¿Dónde estan mis flores?!¡-grito al no verlas por ningún lado. Finalmente es el día de mi boda, los nervios me consumen y me complican todo, hacen que no pueda conseguir nada ¿o es que todo se me esconde?, en la mañana perdi el celular, y cuando Alberto lo encontró estaba justo en mis narices.
-Aqui las llevo Isa...-dice Elena, saliendo del dormitorio de Juli, su casa se ha vuelto el salon de belleza, un espejo largo se encuentra posicionado en una de las esquinas, al ver que efectivamente, Juli tiene mis flores: una mezcla de flores entre tonalidades claras de rosa y púrpura, decido darme un último vistazo en el espejo y lo que veo se me hace irreal. Creer que finalmente llegó el día que tanto espere se me hace un poco loco. Verme vestida de novia ya con mi peinado y maquillaje me sorprende hasta a mi. A veces estamos tanto tiempo distraídos esperando que llegue un día, una fecha, un momento, y cuando ése día llega, no nos lo podemos creer. Tomo un suspiro mientras pienso en que hoy me tengo que disfrutar el día.
Alberto aparece detrás de mi, dándome un abrazo mientras nos miramos en el espejo. Su mirada me dice lo feliz que está por mi, no hace falta que diga una palabra, ya con eso me ha comunicado todo, sin embargo mi hermano se dispone a hablar y me dice:
-Éstas hermosa...-sonrío ampliamente.
-Gracias, también te habéis puesto guapo..
-Isa..-me voltea para mirarme de frente, toma mis manos y continua:- quiero que sepas que siempre vas a ser mi hermanita, no me importa cuántos años tengas, siempre estaré aqui para ti, por favor si Tomás te hace algo..
-Thomas-le corrijo.
-Como sea..-reímos- si el alemán te hace algo, no dudes en decirme, y ten por seguro que de ésa no sale vivo eh..
-Tú siempre tan protector..-no puedo evitar abrazarle, ya que las ganas de hacerlo me invaden, éste es mi hermano, no esperaba nada menos de él, el abrazo me tranquiliza, los nervios hasta me han quitado el hambre hoy. Permanecemos un rato abrazados hasta que Juli aparece gritando como loca:
-¡Aww ,Vosotros os veis muy tiernos! ¡Pero tenemos que irnos! ¡Una boda nos espera!-reímos y asentimos, no puedo creer que me voy a casar, no puedo creer que ya es la hora.
¡Por Dios! ¿Qué pensará mi alemán?, ¿Le gustará mi vestido? , ¿Será que si estoy bien arreglada?, mi corazón late a mil kilómetros por hora, juro que siento que en cualquier momento me dará un infarto. Juli por suerte contrató a una chica para que le ayudara con la pequeña Isa, mi sobrina cada vez está más grande y hermosa, hoy sobretodo, ya que le hemos puesto un vestido blanco y su cintillo de flores que hace juego con el ramo que yo llevo. Juli y Elena están muy guapas con sus vestidos color lila claro. Alberto en su traje gris también conquistaría a cualquiera. Si ya no tuviese mujer, pero la tiene. Minutos después entramos todos a una limusina blanca que Thomas ha alquilado, la verdad que yo no quería pero ha dicho que si lo quería hacer feliz , que le permitiera darme unos gustos.
-Hemos llegado..-anuncia nuestro chófer.
¿Qué?¿Tan rápido? El estómago se me revuelve, el corazón amenaza con salirse de mi pecho, me entra un calor sofocante y siento que me quedaré paralizada. ¡Ay Dios!. ¡Me voy a casar!.
-Isa ¿estás bien?-pregunta Elena muy amablemente mientras aprieta mi mano- todo va a salir muy bien, Thomas te quiere, y tú a él, sois el uno para el otro..-agradezco sus palabras, me calman un poco, sin embargo sigue ese nervio allí, de esos que no pasan hasta que enfrentas lo que tengas que hacer. Un pequeño golpe a la ventana de la limusina nos sobresalta a todos, reímos , es Mario, Elena abre la puerta, y él le da su mano para ayudarla a bajar del auto.
-¡Wow! Pero que preciosa estás hoy...-y le da un beso en los labios antes de que ella diga algo, me doy cuenta de que creo que es la primera vez que les he visto darse una muestra de afecto así , y si no lo es, los nervios definitivamente me han borrado la memoria porque no lo recuerdo en este momento. Juli baja, después la nana de Isa con la pequeña, luego Alberto, y finalmente, yo. El sol parece resplandecer más que nunca, puedo escuchar los pájaros gorjear en alguna parte, al igual que el sonido lejano de los motores de algún que otro vehículo, el viento nos arropa con una suave brisa que hace que se me ponga la piel de gallina. Y es la voz de Mario que me trae de nuevo al presente:
-Estás espectacular Isabel, espero que os seáis muy felices, vosotros os merecéis...-y me ofrece un tierno abrazo- muchas gracias..
-¿Porqué?-le digo.
-Por regresar a mi amigo a la vida.-esas palabras me derriten el corazón, sé que Thomas después de su pérdida no volvió a ser el mismo de antes, o éso es lo que me han dicho Anne ,Phillip, y el mismo Mario, y que me digan cosas así me hacen sentir tan rara..nunca creí que con mi amor podía descongelar al corazón más roto de Alemania. Porque sucede, tenemos decepciones, o pérdidas y deseamos no volver a pasar por ellas, y para ello creamos una capa protectora en la cual no dejamos que nada se nos acerque tanto como para herirnos así de nuevo. Pero hay riesgos que son necesarios tomar, y ésta vez mi alemán favorito, se ha atrevido, sé lo duro que fué para él aceptar sus sentimientos, pero me alegra que él decidió ser feliz de nuevo, porque no sólo es feliz él, si no que yo también.
-¡Mario ven! ¡Ya va a comenzar! -le dice Elena, él asiente y va junto a ella, Alberto se coloca a mi lado me sonríe y dice:
-¿Lista?-tomo un respiro, y con la emoción que me invade le digo:
-Más que nunca.-él me sonríe y coloca el velo para luego entrelazar su brazo con el mío mientras vemos como los chicos avanzan y se empieza a escuchar la marcha nupcial. Mierda, ahora si es verdad, es el momento.
Tucún. Tucún.Tucún...los latidos de mi corazón por un momento ensordecen mis oídos y sólo me puedo concentrar en ellos , a medida que avanzamos por la iglesia, hasta que le veo, su cara de orgullo vale más que cualquier cosa en el mundo, ¡Que guapo que está!, su esmoquin negro le hace ver muy elegante, como siempre. Parece un muñequito de torta, ¡Hasta lleva pajarita! .Y ahora en todo lo que me concentro es en él, hasta estar a su lado.
-Cuidamela bien..-dice mi hermano.
-Hasta con mi vida si es necesario-y mi hermano le entrega mi mano a mi amor, mi alemán, mi Thomas. Su mano es cálida como siempre, no pierde tiempo para entrelazarse con la mía, se acerca a mi oido y susurra:
-Pensé que no se podía estar más enamorado de ti, pero al verte vestida así, creo que enamoré mucho más.-sonreímos, y nos damos unas miradas cómplices. Su pulgar acaricia mi mano y ese gesto me tranquiliza, me duelen las mejillas de tanto sonreír, pero es que estoy demasiado feliz y asi, unos minutos después, oficialmente el sacerdote nos declara..¡ marido y mujer! .
-Puede besar a la novia..-dice.
Thomas estira su mano para alcanzar mi velo y retirarlo hacia atrás , me mira a los ojos fijamente mientras susurra para que sólo yo pueda oírle:
-Lo que he estado esperando desde que te vi.-y me besa. Me besa con sentimiento, mi corazón está latiendo muy rápido, pero esta vez ya no es por los nervios, es el efecto que él causa en mi, me hace sentir tan viva...tan protegida y amada. Al terminar el beso pega su frente con la mía y acaricia mi mejilla.
-Te Amo, Isabel...Ich liebe dich.-y vuelve a darme un rápido beso, y en medio de aplausos y risas, salimos hasta la limusina para dirigirnos a la recepción.
En el auto Thomas no deja de darme pequeños besos en la mejilla. Me está haciendo cosquillas.
-¡Thomas!...-le riño con cariño.
-¿Qué?¿Habeis oido? ¡eres mi mujer!.
-Lo he sido desde que me invitaste a cenar aquella vez..¿recuerdas?-Asiente.
-Lo que tu no sabes es que me tuviste a mi desde la primera vez que te vi. Ya no pude pensar en otra cosa más que no fuera en ti, y tu atractiva inteligencia.-levanto una ceja.
-¿Ah, si?-le digo mientras él asiente acercándose más y moviendo su nariz con la mía, nunca lo había visto así de relajado y juguetón.
Las palabras nos sobran en ese momento y nuestros labios vuelven a unirse en un suave y lento beso, su mano toma mi mejilla y la acaricia, la mía va hasta su cuello y hace lo mismo, y si creí que el camino de la casa de Juli hasta la iglesia fué rápido, éste paseo fue mucho más corto, ese es el efecto Hummels, me hace perder la noción del tiempo. El chofer a anunciado que hemos llegado y Thomas protesta. Presiona el boton del intercomunicador y dice:
- Da una vuelta más-la limusina empieza a moverse, yo le miro fijamente.
-No me digas nada, ven aqui..-y me abraza- ¿te he dicho que estás preciosa?-me rio.
-No, y eso decepciona, despues de que pase todo el dia dejando que me jalaran los pelos..-nos carcajeamos.
-Isa...¿qué voy a hacer contigo?..
-Llevarme a Alemania quizá..-se sorprende.
-¿Cómo?
-Sé que te digo hasta el cansancio que amo a mi país, y que no quisiera irme, ah! y que no os entiendo muy bien a los alemanes, pero, ya tomé la decisión de irme contigo, no importa a donde sea, si estoy contigo, estoy bien.
-¿Me estáis hablando en serio?.
-¡Si!
-Anne se va a morir cuando sepa que vais a vivir con nosotros en Berlín, -su sonrisa me llega al alma-no sabes lo feliz que me haces, aunque arruinaste mi sorpresa..
-¿Qué?¿Cuál?-me emociono.
-No te dire, si no me das besos. -se hace serio, aunque la felicidad lo delata, no dudo y le doy un beso.
-Vale, ¿qué sorpresa?.
-No hay que ser un genio de la matemática para saber contar, eso fue solo un beso...he creido decir que te diría, si me dabas besos..
-Ah..listillo..-me hago la que pienso-..está bien..pero sólo porque te veis muy guapo con esa pajarita..-le abrazo y le cubro el rostro de besos.
-Te he comprado una casa, a las afueras de Madrid.-dice de repente.
-¿Qué?
-Que te he..
-¡Si!¡ Ya he escuchado!-le callo.- eso significa que..
-Que yo estaba considerando quedarme a vivir aquí si así tu lo preferías amor.-acaricia mi mano. Y yo solo puedo pensar que, definitivamente me ama sobre todo, porque para que decidiera venir a vivir acá, y dejar la oficina principal de la empresa en Alemania, además de a Anne, que vive allá también y él le quiere muchísimo.
-Hemos llegado..-se escucha decir al chófer otra vez.
-¿Y entonces?¿Qué te parece?-pregunta mi ahora marido.
- Que te volviste loco, pero me encanta...-sonrió.
-Y mi, me encanta usted, Señora Hummels.-declara mi alemán.
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adivinen quién anda en sus ultimas cosas para graduarse y se le ha hecho súper complicado escribir?, bueno, he allí la razón, pido no mil, sino millones de disculpas se que tardé muchísimo, pero como les he dicho no me gusta escribir si sé que no será un buen capitulo.
Nuevamente millones de gracias por vuestro apoyo de verdad me han llegado miles de mensajes, ustedes son de lo que no hay jjejeje,
por cierto, ayer fue mi cumple y pues el auto regalo fué escribir este lindo capitulo, espero os guste.
No olviden comentar! y si os gusta algo compartirlo con el hashtag #TheGerman.