Latidos. (CAMREN)

Por Sidwaay

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Camila es la cardióloga del Hospital General de Chicago, donde su vida se verá llena de cambios desde que lle... Más

Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30. (FINAL)

Epílogo.

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Por Sidwaay


6 meses después.

- ¿Camila dónde estás? – Dijo desesperado Andrew al otro lado de la línea.

- ¡En un tráfico horrible! No tenía que haber ido al hospital hoy en la mañana. – Suspiró exasperada la cardióloga.

- ¡Por Dios Camila! Hamilton te había dado el día libre pero tú has decido ir de todos modos al hospital. Joder... Ya todos están aquí, ni siquiera he ido a ver a Lauren que debe estar subiéndose por las paredes. – Susurró Andrew para que nadie más escuchara la conversación.

Miró con odio a Chris quien estaba riendo al volante, el rubio llevaba un elegante esmoquin color gris con una camisa y corbata ambas negras.

- ¡Pues tu novio podría conducir más rápido! – Gritó Camila enojada.

Escuchó a Andrew reír nervioso al otro lado de la línea mientras Chris intentaba adelantar a un carro en la autopista. Lauren iba a matarla, la cirujana le había prohibido ir al trabajo aquel día, pero Camila Cabello había dejado una interconsulta de pre operatorio sin complementar porque el laboratorio había dañado su muestra para las pruebas de coagulación... Sí, otra vez.

- Te dejo, dile a Lauren que voy de camino. – Dijo finalmente cortando la llamada.

...

Lauren volvió a sentir que los zapatos le quedaban pequeños, pero no lograba mencionar una sola palabra impresionada de cómo Sinu llevaba fácilmente 1 hora hablando sin parar, sus ojos pidieron piedad en dirección a Sofía quien estaba en la misma habitación donde la cirujana se había estado vistiendo para la ceremonia.

- Mamá... - Llamó finalmente Sofía.

- ¿Qué? – Dijo Sinu nerviosamente.

- Será mejor dejar unos minutos a Lauren, la estás poniendo nerviosa. – Hizo una divertida mueca.

La mujer asintió y luego de volver a recalcar cuánto le gustaba el peinado de Lauren salió del lugar.

Respiró hondamente mirándose al espejo, estaba segura que el vestido celeste había sido la mejor opción. Miró nerviosamente la hora en su móvil, Chris todavía no llegaba, y ella se preguntó si dentro de los siguientes 5 minutos tendría que buscarse un nuevo padrino, pero no podía, Chris tenía los anillos... Iba a matar a su primo.

La puerta se abrió de sorpresa dándole un susto a la cirujana, Chris entraba con una sonrisa de espectáculo, llevaba el cabello desordenado y los zapatos desabrochados.

- Joder Chris ¿Dónde mierda estabas? – Dijo enojada la cirujana.

- Ey prima, calma, calma, está todo bien.

El rubio se peinó al espejo y luego de asegurar sus zapatos le ofreció un brazo a Lauren para que ésta se sujetara y salieran a donde sería la ceremonia.

- Como no hayas traído los anillos podrás olvidarte de tu hermoso rostro que estaré gustosa de arruinar y ni el mejor cirujano plástico del país podrá arreglar.– Dijo mordazmente la ojiverde.

- Veo que estamos nerviosa. – Rió el rubio.

- ¿Nerviosa? Pfff... En primer lugar, no sabía si mi padrino iba a llegar, en segundo lugar, no sabía si los anillos llegarían, en tercero, Camila tiene 3 madrinas, y en último lugar ¡Mi padre ha venido con ésa estúpida y horrible camisa hawaiana color naranja a mi boda!

...

La cardióloga detalló los Lirios amarillos que tenía en sus manos recordando aquel día en que Lauren había aparecido en su piso junto a la pizza y un montón de besos.

Sonrió a su reflejo en el espejo, al final un hermoso vestido color crema con detalles sencillos había sido su vestido ideal, le llegaba hasta un poco arriba de las rodillas, y los zapatos blancos hacían juego con sus aros de perlas que su madre había usado en su propia boda.

Andrew le ofreció la mano, la piel nívea del chico resaltaba con aquel esmoquin negro de camisa blanca y corbata gris, fue en aquel momento en que sus pies se quedaron congelados al piso.

- ¿Camila? – Dijo asustado el pelinegro.

- Andrew, ¿Realmente me voy a casar con aquella hermosa cirujana? – Dijo nerviosa Camila.

- Oh chica, claro que lo harás, sólo no le hagas esperar más.

Volvió a revisar el peinado con trenzas que tenía, y luego de un gran suspiro tomó la mano de su mejor amigo.

Sus pies caminaron nerviosos por el jardín que tenía sillas blancas donde estaban los invitados, familiares, amigos, colegas del trabajo. Quiso sostenerle la mirada a Lauren pero la emoción le ganó, asi que nerviosa buscó entre todos a su madre, a su hermana y a sus tres madrinas: Dinah, Normani y Ally. Pudo encontrar sus ojos también al Dr. Green y su familia, sonriendo al ver cómo Katy le saludaba efusivamente con Theo en sus brazos... Sin embargo lo que más le causó sorpresa fue detallar que estaban los padres de Lauren.

Andrew se aclaró la garganta cuando ya estaban a pocos metros de Lauren, Camila volvió a centrar su mirada en la cirujana.

- Pensé que ya no llegarías. – Susurró Lauren tomando la mano de la cardióloga.

- Unas pruebas de coagulación. – Dijo rápidamente Camila.

- ¿Qué? – Frunció el ceño la cirujana.

El hombre que iba a realizar la ceremonia aclaró su garganta llamando la atención de ambas haciendo reír a todos los presentes.

- ¿Ya puedo besarla? – Dijo divertidamente Lauren.

Camila rió de buenas ganas golpeando levemente con los Lirios a su novia. Atrás había quedado aquella Lauren introspectiva, aquella que le había reprendido en el día que se habían conocido, atrás había quedado aquella Lauren que le había dicho que no quería que nunca más le hablara. Ahora sólo podía ver a aquella Lauren que estaba a punto de prometerle un amor eterno.

...

Los gritos y aplausos hicieron que ella cortara el tierno beso que había estado teniendo con Camila luego de que el hombre hubiera terminado la ceremonia para terminar con un "Os declaro unidas en matrimonio" con los anillos reluciendo.

- Te amo. – Dijo Camila.

- Yo también cariño. – Rodeó uno de sus brazos en la cintura de la cardióloga.

Caminaron con todos hasta el salón donde sería la fiesta y la comida, no soltó la cintura de la que ahora era su esposa y mirando con curiosidad vio cómo sus familiares se acercaban para felicitarlas.

- Mi niña, por Dios, he llorado toda la ceremonia. – Dijo Sinu abrazando a Camila.

- Mamá... - Sonó emocionada.

- Lauren, sé que vosotras seréis muy felices. Os deseo lo mejor. – Finalizó la mujer.

Afirmó con la cabeza mientras la mujer la rodeaba con sus brazos, Lauren sonrió divertida a Camila la que miró encantada la escena.

- ¡Hija! – Llamó la atención Clara.

Sus ojos miraron con complicidad a Camila quien no sabía que sus suegros estarían en la boda, había sido una pequeña sorpresa, finalmente su esposa tenía mucho que ver que tanto la madre como el padre de la cirujana estuvieran ahí.

- Felicitaciones para ambas. – Dijo Michael sonriéndole ampliamente.

Lauren frunció el ceño detallando la camisa de su padre, lanzando un sonido divertido mientras abrazaba a su madre.

- Estoy muy feliz de que estéis aquí. – Dijo sinceramente Camila entrelazando una mano con la cirujana.

- Yo también. – Susurró Lauren.

...

El final de la fiesta se veía lejano, pero Camila tenía otros planes, luego del primer baile de casadas y de haber soportado a un Andrew ebrio, a Dinah discutiendo con Normani sobre quién llevaba el mejor vestido y a una emocionada Katy llorando porque su "hermana" Lauren había sentado cabeza estaba segura que era la hora de escapar junto a Lauren.

- Amor. – Llamó la atención de Lauren quien sostenía un vaso de whisky.

- ¿Mmm? – Sonrió.

- Dime que no estás ebria. – Reprochó la morena.

- No, no... - Dijo calmadamente Lauren. – Sólo necesitaba relajarme un poco.

- Y yo... - Lanzó una pequeña risa tomando el último sorbo de su copa con vino blanco.

Chris besaba con devoción a Andrew en una de las mesas cercanas a ellas, lo que hizo reír a la cardióloga llamando la atención de Lauren que miró en la misma dirección.

- Mis padres deben estar horrorizados. – Dijo divertida la cirujana.

- A mí lo que me tiene horrorizada la camisa de tu padre. – Hizo una mueca divertida.

- Hahah, lo sé, a mí también. – Rió Lauren jugando con un cabello suelto del peinado un poco desarmado de la cardióloga.

Camila buscó el pequeño bolso que tenía en la mesa, sacando dos billetes de avión haciendo que su esposa le mirara con curiosidad.

- Hamilton nos ha dado 2 semanas para la luna de miel. – Dijo sonriendo la morena.

- ¿Sí? Y ya has decidido sin mí. – Murmuró Lauren mirando los ojos marrones.

- ¿Sabes dónde sí podrías comer una pizza genial y un pan con queso caliente y coca cola? – Dijo jugando la cardióloga.

- Mmm... ¿Italia? – Dijo asombrada Lauren.

- Ahá...

Camila observó cómo su esposa se levantaba rápido del asiento y tomando su mano salían con pasos rápidos del lugar, la cardióloga quiso apurar el ritmo pero un quejido de Lauren le hizo detener.

- Los zapatos. – Dijo acusando Lauren. – Me quedan chicos. – Hizo un puchero con gracia.

La morena rió mientras volvían a caminar lentamente hasta el deportivo negro de su esposa.

- Manejaré yo. – Rió Camila tomando las llaves.

...

La cirujana estiró los brazos buscando el cuerpo de su esposa en la cama, pero no lo encontró, así que luego de intentar quitarse la pereza del cuerpo lentamente buscó con la mirada a la morena en la habitación del hotel, pero no la encontró. Fue hasta que escuchó el sonido de alguien en el baño que se levantó.

Cuando entró al baño pudo ver cómo Camila estaba sumergida en el agua de una gran bañera blanca de patas de bronce con el cabello desordenado y una sonrisa coqueta.

- Esto es mejor que servicio a la habitación. – Dijo sonriendo la cirujana

- Ven aquí. – Estiró una mano Camila.

Lauren se despojó de las sábanas y entró con cuidado a la bañera, sintiendo cómo el agua caliente le hacía soltar un suspiro.

- Podríamos quedarnos aquí y nunca volver... Sabes, eso de operar corazones está sobrevalorado. – Murmuró Lauren riendo.

- Oh, podría simplemente renunciar para quedarme aquí. – Sonrió Camila con el rostro pegado al pecho de la cirujana.

- No te preocupes, seguramente el hospital encontrará una cardióloga que sí sepa pedir bien unas pruebas de coagulación.

- ¡Oye! – Camila fingió enojo luego de golpear bajo el agua uno de los muslos de Lauren.

- ¿Sabes? Aquella interconsulta me cambió la vida. – Dijo sonriendo la ojiverde.

Los ojos marrones detallaron con amor cada rasgo del rostro de Lauren, la cirujana sintió cómo su corazón se agolpaba con fuerza contra su pecho, y sus latidos resonaron en sus oídos al ver cómo Camila cerraba la distancia entre ambas.

- Te amo Dra. Jauregui, con cada uno de mis latidos. – Fue lo último que salió de los labios de Camila antes de comenzar una larga tanda de besos.


Fin.




---

Muchas gracias a todos los que leyeron ésta historia. 

Hasta la próxima :) 

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