Todo fue rápido.
Me encontraba cerrando mi maleta color morada matte. La bajé hacia el primer piso y volví a subir las escaleras, busque mi bolso y antes de salir de mi habitación mire detenidamente todo para ver si se me olvidaba algo.
-Kimberly, ya vamonos- dijo Carlo en el primer piso de mi departamento.
Mire hasta el techo por si era necesario hasta que me detuve en la ventana, me acerqué y le puse el seguro. Ahora sí estaba lista, baje las escaleras y le salte encima a Carlo.
-Ya estoy lista- le di un beso en la mejilla.
Me cargo a calito meme hasta llegar al estacionamiento.
-¿entonces ya no falta nada?- preguntó Karla
-no, ya no falta nada- dijo Carlo
-entonces ya vamonos- dijo Collin contento.
Todos reímos incluyéndome hasta que recordé algo. Collin y Karla se iban en el carro de Collin mientras que Carlo y yo nos íbamos en el mío.
Entre al carro y busque mi celular en mi bolso y me quite los lentes de sol, marque con rapidez aquel número y me lo pide en el oído.
Me salía el buzón, así que volví a llamar y pasaba lo mismo.
-amor, ¿pasa algo?- preguntó algo.
Mi cara no demostraba felicidad sino que más preocupación que otra cosa.
-Carlo para el carro- freno de golpe.
-si te digo que quiero ir a un lugar antes de irnos al hotel, ¿me llevarías?-
Me miró extraño.
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Me encontraba con Carlo tocando a rápidos y pequeños toquesitos a la puerta de madera. Segundos después alguien la abrió.
La abrace muy fuerte sin decirle nada.
-¿pasa algo Kim?-
-nada mamá- respire ondo -solo que llamaba y no me respondías- me despegue de ella y puse mis manos en sus hombros - pensé que te había pasado algo-
Pasó un mechón por detrás de mi oreja y me sonrió -claro que estoy bien cariño-
Miró a Carlo y luego volvió a mirarme a mí y mostró una sonrisa risueña.
-mmmmm mamá él es Carlo, Carlo ella es mi mamá- me eche a un lado para que pudieran saludarse de manos.
-mucho gusto señora- dijo Carlo.
-el gusto es mío- dijo mamá.
-¿porqué no pasan?- dijo mi mamá apuntando con los dedos hacia dentro de la casa.
-no mamá, en realidad te llamaba para que supieras que iba a un hotel por cuatro días- dije pasando mi mano por mi cuello.
-Ohhh está bien, ya vallanse para que puedan disfrutar- dijo sonriendo.
-bueno fue un gusto, con su permiso- Carlo se fue al carro.
-¿no estás molesta?- pregunté.
-claro que no amor, pero cuando vengas no olvides pasar por aquí- me abrazo -cuidate nena-
-cuidate tú más, te quiero- y me fui.
-¿estás lista?-
-estoy lista- termine de ponerme el cinturón de seguridad y Carlo le dio al acelerador.
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Le había mandado un mensaje a Karla diciéndole que llegaría un poco tarde. Llegamos al hotel y nos registramos. En un carrito de golf nos llevaron hacia nuestras habitaciones y nos tocó en la 501.
Carlo me entregó la tarjeta para abrir la puerta e hice caso, acto siguiente fue abrir la puerta.
Entre a la habitación la cual a opinión personal me encantó, a la derecha se encontraba el armario con espejo largo. Luego se encontraba una pequeña salita con dos muebles pequeños y un mueble grande con su mesita de cristal en el medio, una televisión y un pequeño bar en una esquina.
Seguí caminando hacia la otra habitación, había una cama grande, al frente una televisión, una coqueta y a una esquina un pequeño juego de sillas y por último a la izquierda el baño, tenía una bañera de cristal y a su alrededor todo era color blanco con madera color caoba.
-Carlo, la habitación es hermosa- me abrazo por detras.
-te lo mereces- me dio un beso en la cabeza y me abrazo fuerte. Comenzó a caminar hacia el pequeño bar y del refrigerador saco una cerveza corona.
-ahora ve y cámbiate- bebió un trago -ya te quiero ver con ese traje de baño blanco- sonrío.
Reí y luego me detuve a pensar que en mi equipaje no había un traje de baño color blanco.
-busca en el armario- me dio Carlo.
Caminé hacia el armario y abrí las puertas, me quedé sorprendida al ver ropa, zapatos y algunos trajes de baños colgando en aquel palo.
-Carlo esto no es mío-
-lo sé, yo lo compre- se acercó a mí -y ahora es todo tuyo pequeña-
-Carlo, esto es mucho no pue...-
-No quiero escuchar nada que salga de tu boca, solo dame un beso y vete a poner el traje de baño- puso su cara seria.
Me reí, jale el traje de baño blanco y caminé hacia el baño -si no me queda no es asunto mío- dije ya en el baño con la puerta cerrada.
-no te preocupes, yo hago que te quede- dijo algo despreocupado.
Reí por dentro al escuchar eso.
Me quite el pantalón que tenía junto con mi braga y me puse la parte de abajo del traje de baño, luego quite mi blusa seguido por mi sostén y me puse la parte de arriba del traje de baño.
Vi mi cuerpo en el espejo y me encanto como se veía en mi aquel traje de baño. Pasé mi mano por mi estómago, sentía como algo daba vueltas y subía por mi garganta. Rápidamente subí la tapa del inodoro y vomité.
Con mi mano junte todo mi cabello hasta que deje de vomitar, le di a la palanca y lave mi boca con agua.
Salí del baño y noté que Carlo estaba en la habitación viendo el juego de fútbol en la televisión, caminé como si nada en busca de mi cartera y saque pasta y mi cepillo de dientes acto siguiente fue ir al baño.
Luego de unos minutos salí de ahí con un short puesto.
-¿porque te tapas?-
-ya me viste- dije
-si, pero es mejor dos veces que una sola vez-
-me veras ahorita- me acerqué a él y le di un beso.
-sabes a menta-
Pensé en decirle lo que había pasado pero no quería preocuparlo.
-si, me comí una menta-
-está bien-
Sonó el celular de Carlo.
busque una blusa corta color negra en mi maleta y me la puse.
-Collin y Karla nos están esperando en la piscina ¿ya estás lista?-
-no, todavía-
-bueno té espero-
-no, vete, voy en unos minutos-
-¿y si te pierdes? este hotel es muy grande-
-solo te llamo y nos juntamos en algún lugar-
-Segura? No me cuesta nada esperar-
-Segura amor, anda y ve- dije
-está bien, te amo-
-yo te amo igual- dije.
Ya lista fui al baño y con una coleta me hice una cola alta.
De pronto mi estómago me comenzó a arder, fui directo al inodoro y vomite de nuevo.
Esto no estaba bien, no es posible que un jugo de naranja me haya hecho tanto daño como para vomitar dos veces.
No me preocupe tanto y sin pensarlo hice lo mismo que hice hace un rato, lave mis dientes y en menos de cinco minutos ya había salido de la habitación.