Katie.

By Katsul_17

345K 27.7K 2.8K

Katie tiene veinte años, una vida de abusos demasiado difícil que cambia drásticamente de un día para el otro... More

Actualización.
1. - ¿Mike?
2. -Viaje.
3. -¿Amigos?
4. -Nueva casa.
5. -Chicos.
6. -Día uno.
7. -Gracias.
8. -Extraña pelirroja.
9. -Perdida.
10. -Charla paternal.
11. -¿La mala?
12. -Confianza.
13. -El mejor día de mi vida.
14. -Emoción.
15. -Instinto adolescente.
16. -Ataque.
17. -Historia.
18. -Recuerdos.
19. -Compras.
20. -Sin miedo.
21. -Vergüenza.
22. -Psicólogo.
23. -Nuevos sentimientos.
25. -Fotografía.
26. -Pesadilla.
27. -Inseguridades.
28. -Abigail.
29. -Ganas.
30. -Incomodidad.
31. -Excitación.
32. -Negación.
33. -Madrugada.
34. -Preguntas.
35. -Imposible.
36. -Pánico.
37. -¿Hematoma?
38. Cambio de mentalidad.
39. Clases.
40. -Ignorar.
41. -Confesión.
42. Querer, deber y poder.
43. Confianza.
44. -Desconfianza.
45. -Cambios.
46. -No más debilidad.
47. -La verdad.
48. -Futuro.
49. -Cumpleaños.
50. -Epílogo.

24. -Peligro.

6.3K 548 6
By Katsul_17

Maratón 2/3.

Después de haber pasado por el baño y ponerme lo que había comprado para prevenir mancharme por culpa de mi visita mensual, me encontraba acostada boca abajo en la cama de mi habitación con un nuevo pijama primaveral puesto.

Le había hecho caso a Ian cuando me dijo que me despreocupara, que era normal sentirme de este modo por mi edad mental de adolescente, por mis días de cambios de humor, mi pasado y por todo lo que había tenido que vivir.

Tampoco le di tanta importancia al hecho de haber gritado a Mike y Néstor, pues no le dieron tanta importancia ellos a mi enfado porque sabían por lo que estaba pasando, tanto físicamente como mentalmente.

Por eso ahora había decidido ser una joven normal por unos momentos y tener algo de tiempo para mí sola, así que estaba con los auriculares puestos mientras hablaba con Abby por mensajes de cosas irrelevantes.

Irrelevantes porque me estaba contando lo que había pasado en la escuela de adultos esta semana y hoy, algún chisme sobre nuestros compañeros y sus vidas, a lo que respondí tratando de fingir interés sin que ella se diera cuenta de que no era algo que me hiciera particularmente especial ilusión.

No es que no me interesara, era que estaba haciendo tiempo para no tener que contarle el horrible día que había tenido con mi nuevo terapeuta, mi día lleno de ira, paranoia o cambios de humor en general con todos, aunque por la tarde mejoró bastante, pero preferí acostarme el resto del día hasta ahora por la noche.

"Mañana es viernes y hay una fiesta en la playa por la noche, ¿vendrás?" Leí su mensaje.

Palabras clave: viernes, noche, fiesta, playa.

Eso significaba que la gente iría para beber, tal vez hasta para drogarse, se tocaban, frotaban, palpaban y se aprovechaban de la mínima cantidad de carne que se le veía a otra persona para deleitarse.

Habría gente de todo tipo y, seguramente y conociéndola, abundaría en la parte masculina. Eso era aún más peligroso.

Había empezado a temblar, mi respiración se había vuelto pesada y tenía problemas para mantenerla constante, así que me relajé inhalando y exhalando con calma.

Abby acababa de hacerme una pregunta, nada más. Solo tenía que responder, así que suspiré preguntándome cómo rechazar su pregunta sin parecer grosera o descortés.

Abby simplemente me había hecho una pregunta, nada más, solo tenía que responderle y suspiré pensando cómo decirle "no" sin parecer grosera o maleducada.

"No creo que pueda." Le escribí calmando mis temblores, poniendo la mano que no sostenía el teléfono frente a mí para ver que paraba de temblar de forma gradual.

"¿Por qué no? ¡Yo cuidaré de ti, bestie!" Me la imaginé haciendo una cara de pena.

"No me gustan mucho las fiestas y tampoco creo que a mi tío le guste que vaya a una cuando no llevo ni una semana aquí. Sobre todo por la razón por la que tuve que mudarme." Me excusé.

"Me parece justo... ¡Pero yo puedo convencer a tu tío de que no te va a pasar nada conmigo! ¿Dónde vives?" Negué con la cabeza.

"No te preocupes, no me importa no ir." Le escribí.

"Para la próxima fiesta, el viernes que viene, vendrás conmigo." Parecía más una orden.

"Abby..." Suspiré sin saber cómo escribirle que no, de nuevo.

"¡No es una pregunta!" Me la pude imaginar riendo mientras escribía y enviaba el mensaje.

"Veré qué puedo hacer." Escribí para nada convencida haciendo una mueca de desagrado.

Decidí que aún quedaba tiempo para eso, todavía estábamos a jueves noche, quedaba casi una semana para el próximo viernes por la noche, así que pensé en que no me preocuparía por el momento y ya me inventaría una excusa cuando se acercara el día.

Nos seguimos mensajeando de otras cosas cambiando de temas rápidamente hasta que, sin saber cómo, acabamos intercambiando nombres de usuario de una red social para poder vernos con una cámara web a través de los ordenadores.

Me senté en la cama con la espalda pegada a la pared y el portátil sobre mis rodillas cuando la llamada comenzó a reproducirse y Abby comenzó a reír contagiándome a mí también. Por suerte, tenía los auriculares puestos.

—¡Holaaaa! —Saludó con emoción y la saludé agitando la mano. —¡Mira, esta es mi habitación! —Giró el ordenador hasta que enfocó los alrededores.

Su habitación era muy parecida a la mía, incluso me atrevería a decir que era más grande, pero estaba pintada en diferentes tonos rosados muy coloridos y fuertes, mientras la mía estaba de un verde pastel y blanco.

Tenía infinidad de póster por todos lados de Mike, Ian, Néstor, Josh y Matt y de más gente que no conocía, hasta por el techo, tanto de diferentes sesiones de fotos como de imágenes de la serie en la que participaban e incluso un corcho en la pared lleno de fotos sacadas por ella misma.

—Mierda, Abby... ¿No te intimida tanta foto? —Le pregunté con asombro y ella rió negando.

—¡Para nada! Te acostumbras con el tiempo. —Reí yo de sus locuras y tonterías. —¡Venga! ¡Déjame ver tu habitación también! —Exclamó con emoción.

Quité los auriculares para que no se enredaran cuando le diera la vuelta al ordenador en mis muslos, pues desde mi posición en la cama se veía toda la habitación sin necesidad de levantarme, y lo giré para mostrarle.

—¿Qué es esa puerta? —Preguntó supuse que señalando.

—Un baño. —Respondí aún con el portátil del revés.

—Yo no tengo baño en la habitación, por eso la mía es más grande que la tuya, creo. —Asentí aunque no me pudiera ver. —¡Pero no tienes fotos, ni un póster ni nada! —Exclamó con asombro.

—No... —Murmuré.

—Eso va a cambiar conmigo, ¿lo sabes, no? —Se rió.

La puerta de mi habitación se abrió despacio y yo puse el portátil frente a mí de nuevo, mirando hacia la madera abierta con miedo a que, fuera quien fuera, hablara y Abby relacionara su voz o algo así.

Mi amiga era una persona muy extraña y no sabía de qué era capaz sabiendo que ella misma me había confirmado, desde sus labios, que espiaba a los chicos para sacarles fotos de uso y disfrute propio.

Daba escalofríos pensarlo.

Cuando vi quién era el hombre en mi puerta, bajé un poco la pantalla del portátil para que mi pelirroja amiga del otro lado no viera la seña que le hice con mi cara para que se mantuviera en silencio.

—Nena, dice Michael que... —Josh se quedó a medio decir al ver mi gesto con el dedo frente a mis labios para hacerle saber que se mantuviera callado. —Oh... Dice que bajes a la cocina cuando puedas. —Susurró señalando hacia abajo, asentí y salió cerrando despacio como entró.

Volví a subir la pantalla hasta que podía enfocarse mi cara y no las teclas del propio ordenador portátil, para ver a mi amiga extrañada con los ojos muy abiertos y la boca de igual forma, pero sin borrar la sonrisa. Incluso su respiración era un poco pesada.

—¿Quién era ese? —Preguntó Abby con una mirada brillante.

—Es... Eh... Era... —Busqué una excusa rápida. —Era un amigo de mi tío. —Me encogí de hombros.

—Su voz me era familiar, ¿cómo se llama? —Su ceño se frunció, pero su sonrisa aún permanecía en su boca.

—No lo sé. Apenas nos conocemos. —Ella levantó una ceja con desconfianza.

—Apenas lo conoces, ¿pero te llamó "nena"? —Asentí.

—Ajá... —Se cruzó de brazos con el mismo ceño fruncido, aunque enseguida se descruzó y relajó la expresión.

—Está bien, supongo que aún no tenemos esa enorme confianza para que me cuentes todo, ¿no? —Me encogí de hombros.

—Lo siento... —Ella negó y sonrió quitando importancia con un gesto de manos.

Enseguida me disculpé con ella diciéndole que mi tío me necesitaba en el piso de abajo, así que dejé el portátil en la cama y me bajé de ella para salir de la habitación dejando la puerta casi cerrada.

—¿Mike? —Pregunté adentrándome en la sala buscándolo, pero solo veía a Ian, Matt y Josh en los sofás.

—Kay, he encontrado un álbum de fotos, ¿quieres verlo? —Me dijo mi tío desde la barra.

—Ahora... —Me acerqué. —Bueno, ahora estoy usando el ordenador, pero me gustaría verlo cuando acabe. —Asintió.

—Llévatelo a la habitación. —Lo rodó por la barra americana para entregármelo. —Cuidado que pesa. —Me advirtió.

Lo fui a recoger, pero tenía razón, pesaba demasiado y yo aún estaba débil, así que no pude con el maldito álbum, lo que llevó a Ian, Matt y Josh reírse desde sus asientos a mi espalda.

Yo también reí por mis flojas y pocas fuerzas mirando a Mike con inocencia, quien solo sonrió acariciando mi pelo y me dijo que él lo llevaría a la habitación por mí, así que le agradecí y subí las escaleras delante de él.

Cuando estaba apunto de subir el último escalón vi a Néstor en la puerta de mi habitación con una mano en el picaporte y en la otra su teléfono móvil, seguramente para enseñarme algo.

Él estaba a un solo movimiento de empujar la puerta para entrar ya y yo recordé que había dejado el ordenador en la cama, quizás enfocando a cualquier lado porque no recordaba con exactitud cómo lo había dejado.

Corrí y me lancé, literal, encima de su cuerpo cuando abrió la puerta por completo, lo que nos hizo caer al suelo del pasillo conmigo sobre él, pero suspiré con calma mientras apoyaba la cabeza en su pecho porque Abby no lo había visto y el secreto de que vivía con ellos seguiría siendo eso, un secreto.

—¡Kay! —Exclamó Mike desde detrás de nosotros.

Yo levanté la cabeza y lo primero que vi fue la mirada extrañada de Néstor con una ceja levantada, seguramente pensando en porqué le había hecho tal placaje como para tirarle al suelo. O quizá estaba como yo, pensando de dónde saqué la fuerza para hacerlo.

—¿Qué pasa? —Preguntó el hombre debajo de mí con confusión mientras agarraba mi cintura.

—¡¡Sshh!! —Puse un dedo frente de mis labios, ganándome la mirada de Néstor en ellos.

Gateando, me quité de encima de él, fui hasta la puerta de la habitación y la cerré sin levantarme, poniéndome de rodillas con la frente pegada a la madera y suspirando profundamente de alivio.

—Bien... —Murmuré con los ojos cerrados.

—¿Puedo hablar ya? —Susurró Néstor con una voz muy baja y grave, así que le miré sobre mi hombro.

Ahora él sentado y yo, de rodillas agarrada del pomo de la puerta, reí a carcajadas dejándolos perplejos tanto a él como a Mike.

No pude evitarlo, pero la situación había sido muy graciosa.

Continue Reading

You'll Also Like

210K 11.1K 58
La vida puede ser dura y eso, Alice lo sabia, con una madre fallecida hacia años, un padre borracho y maltratador y, además, una vida escolar difícil...
91.8K 4.3K 45
Él ya se encuentra aburrido de tratar con mujeres que no elevan sus expectativas, quiere algo más nuevo y fresco, alguien para llenar de placer bajo...
806K 35.4K 45
Él tiene un enemigo. Su enemigo tiene una hija. Y él quiere a esa chica para cobrar su venganza. Una venganza por su vida robada. Presa en un mundo d...
24.7K 1.4K 23
Esta historia relata como una niña pequeña, con el paso del tiempo, desarrolla sentimientos por la única persona que siempre ha estado a su lado: su...