La luz que entraba por la ventana me hizo saber que ya era de día. Busque con mi mano la persona que esperaba que estuviera a mi lado y pude sentir un poco de su cintura
Me retorcí intentando "estirarme" un poco pero fue imposible. Aún con los ojos cerrados respiré hondo y una pequeña sonrisa salió de mi boca.
-Buenos días amor- dijo Carlo
-Buenos días- con mis manos apreté mis ojos y poco a poco los fui abriendo.
Me encontré con unos ojos color cafés claros y luego con una dentadura blanca.
Le di un corto y pequeño.
-Te vez tan sexy desnuda- dijo Carlo
Agarré las sábanas y me tapé desde mi cuello hasta los pies. No recordaba que había hecho el sexo con Carlo. En cuestión de segundos mis buches comenzaron a tomar color .
-No entiendo porqué te tapas, si ya te he visto toda- dijo y se acercó un poco más a mi dejando un diminuto espacio entre sus labios y los míos.
-Si ya te he probado toda- dijo y me besó.
Puse mis manos en sus nudillos y el fue jalando la sábana. Poco a poco sentía como su cuerpo frío hacía contacto con el mío.
-¿Porqué no terminamos lo que empezamos a noche?- me dijo cerca del oído
-Está bien- dije
Me dio varios besos y mientras lo hacía tocaba mis pezones. Puso sus manos en mi cintura para ayudarme a dar vuelta y quedar boca abajo.
Carlo fue en busca de un condón mientras yo peinaba con mis manos mi cabello y me hacía un pequeño moño.
-AAAY, auu- dije al sentir como Carlo golpeaba y apretaba mi culo
-Si te duele, solo dímelo amor-
Asentí con la cabeza, como me encantaba que me dijera amor.
Me puse en posición, subí un poco mi culo y bajé la cabeza.
Apreté los ojos al sentir una "palmada" muy fuerte en mi culo.
El proceso fue algo rápido, comenzó lento pero al llegar al punto final las cosas cambiaron, el dolor se convirtió en placer y lo que antes duró minutos eternos esta vez duró menos de un minuto.
Estábamos echados en la cama, yo abraza a Carlo mientras que yo recibía de sus pequeños besos en mi frente.
-Kimberly- dijo Carlo.
Lo miré.
-Te amo-
Por fuera podía mostrar que estaba tranquila pero por dentro todo estaba revuelto. Sino mal recuerdo esta es la primera vez que me dice te amo ¿o no?.
-yo te amo igual amor- dije y escondí mi rostro en su pecho.
-yo te amo más- dejo un beso en mi cabeza y yo sonreí.
Pasamos un largo rato en la cama, hablábamos sobre cosas que nos habían pasado cuando chiquitos o del futuro y quizás algunos chistes malos.
Seque mi cabello con la toalla blanca para dejarlo un poco húmedo, busque unas bragas y un sostén deportivo. Mientras bajaba las escaleras escuchaba como una persona discutía mientras veía el juego de basketball.
Pasé por delante de la tv para dirigirme hacía la cocina en busca de un vaso con jugo. Como de costumbre tuve que ponerme de puntitas para poder alcanzar la manilla de la puertita para poder sacar un vaso, tanto esfuerzo solo para coger un vaso.
-¿necesitas ayuda?- preguntó Carlo detrás de mí.
-Si por favor- dije dando vuelta quedando frente a el, apoyándome en la mezeta.
Buscó el vaso sin ningún problema y me lo pasó.
-Gracias-
Salí de su pequeño agarre y fui a buscar algo de jugo en la nevera. Llené el vaso de la cantidad que quería y busque un sorbete en la gaveta de al lado el cual deje caer así que aproveche el momento y bajé a recogerlo de una forma sexy.
-No me provoques nena-
-Nadie te está provocando- le guiñe un ojo, salí de la cocina y me senté en el sofá segundos después vino Carlo a acompañarme.
Tocaron el timbre así que me pare para ir a abrir la puerta.
-¿a dónde vas?- preguntó Carlo.
-voy a ver quién está tocando la puerta-
-¿y luego?-
-a abrirla- reí
-claro que no, así que sube para arriba, yo la abro-
Suspiré pero no me funcionó quedarme seria ya que al final reí.
-Sabes que no te sale ser la mala- y fue abrir la puerta pero antes -que esperas, sube-
-ashhh- subí las escaleras y segundos después Carlo me estaba llamando.
-que rico- dije al ver las dos cajas de pizzas.
Minutos después ya no quedaba ni una.
Nos encontrábamos en el sofá viendo una película, yo estaba acostada en su pecho mientras el acariciaba mi pelo.
-Carlo-
-Dime preciosa-
-Quiero helado-
-¿No crees que ya has comido mucho?-
-Si, pero quiero helado-
-Que dices si ahorita salimos y te compro uno-
-¿Del que yo quiera?-
-Del que tu quieras amor- y dejó un pequeño beso en mi cabeza.
Lo abracé más y junte mis dos piernas haciéndome bolita, ya era de tarde y estaba lloviendo un poco lo cual lo hacía más perfecto.
-Carlo-
-Mmm-
-¿Te quieres dormir?-
-Un poco-
-Está bien- dije
...
-Carlo-
Suspiró -¿Qué pasa?- dijo algo cansado.
-Ya perdón- reí
No dijo nada.
Mantuve silencio por unos minutos y me concentré en el piso, varios pensamientos comenzaron a llenar mi cabeza pero no eran muy importantes. En una esquina pude ver como debajo de la silla se estaba moviendo algo, no podía ver con claridad lo que era así que forcé un poco la vista hasta que lo que se movía comenzó a salir y ahí pude notar que era una cucaracha.
-Carlo-
No respondió
-Pss hey-
Ni un sonido
-Oye, alguien nos vino a visitar-
Aún no decía nada
-Carlo un maldito bicho está en el piso, mátalo-
Lo miré y parecía que estaba durmiendo, así que cuidadosamente salí de su pequeño agarre y busqué un libro que estaba en la mesa de al lado y la deje caer encima de la cucaracha.
-Oh sii, así es como se mata un bicho Kimberly- dije mientras "quitaba un poco de polvo" de mi hombro.
Escuché como detrás de mi alguien se moría de la risa. Me cruce y lo miré fijo.
-Vamos, en serio crees que estaba durmiendo- dijo.
-Me encanta cuando tienes poca ropa- mordió su labio inferior -haces que todo sea más fácil y rápido-
Perdí, podía jurar que mi piel estaba totalmente roja y mis mejillas ni se diga. Carlo me jaló de un brazo haciendo que llegara a donde el estaba pero me negué e hice fuerzas contra el, se paró del sofá quedando uno frente del otro. Me iba a dar un beso pero con rapidez pude doblar la cabeza dejando a este riendo.
-No te hagas la difícil amor- dijo en mi oído.
-¿y quién se está haciendo la difícil, a-mor- dije subí las escaleras lentamente meneando mi culo de una forma muy provocativa, no muy bien llegué a mi cuarto cuando..
-Así lo quieres, pies así lo tendrás- dijo Carlo y me dio un beso.