Color de ojos: (c/o)
Color de pelo: (c/p)
Al oír la voz de la heroína pelinegra, ___ se alejó instintivamente, empujando suavemente al gato, y cubriéndose el rostro con el brazo.
— A-Atrapé la akuma, bien hecho — Ladybug sonaba algo incomoda al toparse con ellos juntos, por suerte, y al mismo por mala suerte, no logró ver quién era la chica que cubría su rostro frente a él—. ¿Chat Noir...? — preguntó, asomándose entre la oscuridad de París.
Él no le puso atención a la chica catarina, mirando a ___, que no destapaba su cara llena de lágrimas.
— Espera un momento — susurró la chica de pelo (c/p), para secarse las lágrimas, con su brazo, y sin mirar a ninguno de los héroes, caminó hacia la calle, donde la gente paseaba, disfrutaba del invierno, o entre pocas personas, simplemente caminaban sin rumbo alguno.
Chat quería seguirla, pero se detuvo al sentir el agarré en su muñeca.
Su compañera aún tenía cosas que quería arreglar con él.
Hubo silencio un rato, donde solo se oía la multitud a la distancia, Ladybug rompió el hielo.
— G-Gato... — murmuró, con la vergüenza rebosando desde su garganta—. P-Perdóname... Por haberme enfadado la otra vez — se sostuvo con fuerza, a lo que él no se inmutó.
Los latidos en el pecho de la chica, eran acelerados, muy acelerados a diferencia de los del gato, que aún le daba la espalda.
Él secó sus lágrimas rápidamente con su mano libre, y sonrió, para darse la vuelta hacia ella, haciendo una reverencia y acercaba la mano delgada hacia su rostro.
— Disculpa aceptada... L-L... — decir el apodo de siempre se sentía como un esfuerzo que requería toda su energía, como si ya no valiese tanto la pena intentarlo—. Lady...Ladybug — al estar por besar su mano, se detuvo al no sentirse capaz de hacerlo, y fingió alejarse dando un estornudo falso.
— ¡S-Salud, Chat! — ella se apresuró a decir, algo preocupada.
— N-No pasa nada — él colocó sus manos en su cintura, sonriendo hacia ella—. Sólo es el frío — accedió, para dar una reverencia sin más—. Buenas noches — al enderezarse, él corrió hacia la luz, dando un saltó para desaparecer a la distancia.
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— ¡___! ¡Aquí estás, maldita sea! — Elliot se veía aterrorizado de la desaparición de su prima menor—. ¿A donde fuiste? — él negó, no queriendo aceptar ninguna respuesta, todas parecían suficientemente malas—. ¿Estás bien?
— Saludable, como... Lechuga, muy saludable — ella sonrió, sintiendo ternura de ver a su primo tan preocupado por ella.
— Las lechugas no saludan, ___ — se cruzó de brazos—. ¿Te fuiste con ese tal Adrien? — se acercó a un anuncio al lado de él, señalándolo con el pulgar de manera desinteresada al chico de ojos verdes que se mostraba en este.
Ella rodó los ojos.
— Ya no sé nada, la verdad — hundió su rostro en la bufanda azul, y embutió sus manos a los bolsillos de su saco—. ¿Vamos a casa? Creo que voy a pescar algo...
— ¿Un pez? — bromeó, rodeando el cuello de la chica, cubierto por la bufanda con su brazo—. No me gusta el pescado.
— Tus bromas me dan gracia, dentro de mi alma — habló ella, sonriendo débilmente, al no sentir tanta fuerza para reír—. Si tengo una — murmuró de mala gana.
— Se ve que alguien salió completamente celosa de una amiguita, ¿cómo se llamaba? Oh si, Marinnette — molestó sin intenciones malas—. Pero ¿adivina que? Yo estoy de tu lado — despeinó el pelo arreglado de la chica—. Por qué esa chica, me da una sensación de que no es nada como tú...
— Quedaban como piezas de rompecabezas, o peor, como si fuesen la misma pieza, solo que arrancada y lanzada a dos lados distintos, a punto de pegarse — ella gimió arrastrando las palabras y dejando su cabeza caer hacia atrás.
— Pero ¿qué hay de ti?
— ¿Qué tengo yo? — ella repitió la pregunta, poniéndose a pensar profundamente.
— A puesto a que si te conociera mejor, le gustarías — intentó animarla—. Te portas como una niñita...
— Ya cállate — se quejó de nuevo, sintiendo su corazón latir en orgullo—. No tengo intención de gustarle a ese... Adrien — intentó convencerse.
— ¿Por qué no?
— Por qué después de todo, voy a irme en un tiempo — contestó rápidamente, como si su cabeza lo hubiera pensado inconscientemente todo el día, todo el tiempo desde que llegó a París—. Falta mucho, ya sé... Pero se va a pasar muy rápido, te lo apuesto completamente — frunció los labios.
— Existe internet.
— No creo que él quiera algo por inter-- — ella se pinto de rojo al oír de lo que estaba hablando—. ¡Oye no intentes engañarme! ¡No me gusta Adrien!
— Por Dios, no tienes que ser tan Agreste-siva — molestó con una sonrisa.
— ¡Cállate ya!
— Eso no es digno de una sesión — volvió a molestar—. ¿Por qué no mejor una sonrisa?
— Te voy a--.
— Por cierto, ¿eso significa que saldrás con él, no? En las fotos, en todo París.
— Yo... Uh, bueno no lo sé — murmuró mientras caminaban de nuevo—. ¿Es eso algo...malo? — preguntó dubitativa.
— Pues, tal vez seas famosa o algo, Adrien es toda una noticia aquí, a demás de Ladybug y Chat Noir... — él se detuvo en seco, mirando hacia enfrente de él, divisando al rubio corriendo hacia ellos.—. Hablando del rey de Roma... — susurró.
___ miró hacia la misma dirección, para ver a Adrien con una mirada sorprendida, corriendo hacia ellos a pasos apurados y haciéndose camino entre los demás. Ella sintió cómo podría vomitar su corazón en cualquier momento, sus manos temblaban, y su cabeza se sentía en el aire conforme él se iba acercando a ellos.
— ¿Estás en problemas? — preguntó su primo.
— E-Espero que n-no...
Una vez que se acercó a ambos, no dudó en tomar a ___ del hombro, jalándola hacia él, alejándola de su primo, y rodeando su cuerpo con sus brazos, cerrando los ojos.
— Soy Elliot, un... Uhm — su primo se sintió incómodo, mirando al rededor al saber de quién se trataba, toda una celebridad—. Soy el primo...
Adrien abrió los ojos, mirándolo a la cara sorprendido.
— ¿E-Elliot? L-Lo siento, yo no planeaba — él respondió con la misma mirada, sin soltar a la chica que tenía su rostro hundido en su pecho—. Es que, casi me da un infarto hace un momento por qué... — Adrien suspiró, recargando su mejilla en la cabeza de ___—. Dios mío, cómo se te ocurré my Lady...
— Khé — Elliot levantó una ceja, cruzándose de brazos—. No, no acepto una relación así de apurada, Adrien. Me da igual que seas famoso, o que estemos en el mismo colegio, las cosas no son así.
Por otro lado ___ tenía los ojos bien abiertos, sintiendo su cara quemarle intensamente.
— ¡Y-Yo Yo-- c-creo que estás exagerando! — ____ lo empujó suavemente, con sus manos reposando en los hombros del rubio, y sonriendo lo más que podía.
Adrien la observó durante pocos segundos, soltando una risa suave desde el fondo de su garganta, dirigiendo sus manos hacia las de ____ y tomándolas suavemente.
— ¿Q-Qué estás...?
— Lamento la tardanza, dije que la salvaría siempre — inclinó la cabeza ligeramente—. Y si no la encontraba, la iba a buscar siempre — se encogió de hombros—. Debo irme, my lady...
— ¿My la--.
— Antes de que me encuentren... — suspiró cerrando los ojos, y al abrirlo, aquellos espejos brillantes de color verde la observaron con una sonrisa—. Hasta pronto...
____ fruncía el entrecejo dubitativamente, y accedió al instante, recibiendo de parte del rubio un beso rápido y suave en su mejilla helada.
Por otro lado, el primo mayor tenía la boca abierta, expulsando bocanadas blancas de aire en él área.
— E-Espera ¿qué es lo que--.
Adrien agitó su mano con una sonrisa nerviosa, reaccionando ante lo que acababa de hacer, pasando su mano por sus cabellos despeinado y a punto de dar una reverencia y deteniéndose a medias.
— Adiós.
Se fue corriendo, y ____ no sabía nada de lo que había sucedido.
— ____, creo que tendrás que hablar con tu mamá — soltó su primo—. Una larga platica...
Las cosas cambiarían no muy pronto.