MERODEADORES: Historias de am...

By rightfrigginnow

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Cuando Voldemort estaba casi en su apogeo, nuestros Merodeadores, Lily Evans, Ayra Sparks y June Mills estaba... More

0.- Un Lobo, un ciervo, un perro y una rata. (REMUS LUPIN)
1.- De ganzo luces mejor. (Ayra Sparks)
2.- Resentimiento. (June Mills)
3.- Una más. (Lily Evans)
4.- Las Tres Escobas. (James Potter)
5.- Mortifagos. (Sirius Black)
6.- Sin dormir ni comer. (Lily Evans)
7.- Sospecha (Remus Lupin)
8.- Biblioteca. (Ayra Sparks)
9.- Etapa Potter (James Potter)
10.- Vida vs Muerte (Sirius Black)
11.- Atraparlos. (June Mills)
12.- Luna llena (Ayra Sparks)
13.- Culpa (Remus Lupin)
14.- Trato (Sirius Black)
15.- Miedo. (Lily Evans)
16.- Luciérnagas. (Ayra Sparks)
17.- Sin Presiones. (James Potter)
18.- Navidad. (Remus Lupin)
19.- La verdad. (June Mills)
20.- Amortentia. (Sirius Black)
21.- ¿Quiero? (Lily Evans)
22.- ¿Qué demonios? (Sirius Black)
23.- Quiebre (Lily Evans)
24.- Mapa del Merodeador (Ayra Sparks)
25.- Retratos. (Remus Lupin)
26.- Sorpresa. (James Potter)
27.- ¿León o Presa? (June Mills)
28.- Invasión. (Sirius Black)
29.- Propuesta. (Lily Evans)
30.- Adiós Hogwarts (Ayra Sparks)
31.- Perdóname.- (Sirius Black)
32.- El lado correcto. (June Mills)
33.- Esto es una guerra. (James Potter)
34.- Correr el riesgo. (Remus Lupin)
35.- Boda. (Ayra Sparks)
36.- Quiero mi venganza. (June Mills)
37.- Dos caminos. (Ayra Sparks)
38.- Luna de Miel. (Lily Evans)
39.- El problema será la luna. (Remus Lupin)
40.- Mi prioridad. (Sirius Black)
41.- R.A.B. (Regulus Black)
42.- Cuatro Merodeadores. (James Potter)
43.- 'Pitza'. (Ayra Sparks)
44.- Noche buena. (Lily Potter)
46.- Nuestra gran debilidad. (Ayra Sparks)
47.- Anestesia (Sirius Black)
48.- Harry Potter (James Potter)
49.- ¿Cuánto más aguantaríamos? (Ayra Sparks)
Fe de errores

45.- Profecía. (Sirius Black)

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By rightfrigginnow

Terminé de pasar todos los productos por una caja de un supermercado Muggle al que había querido ir con Ayra. Nos habían enviado por una emergencia que terminó en solo una alerta falsa, por lo que aprovechamos el momento para caminar un poco hasta que encontramos una tienda donde vendían exclusivamente ropa y artículos para bebé.

- Seré el padrino, debo regalarle cosas – Me defendí cuando Ayra me dijo que estaba exagerando.

- Deja que James le pueda regalar algo – Rió.

- Bah, él es el papá... ya hizo suficiente con crearlo – Extendí un fardo de billetes muggles y la chica "cajera" me miró confundida – Quédese con el cambio – Agregué rápidamente y la joven asintió sonriente.

- Le has dado casi su sueldo entero de propina – Susurró Ayra en mi oído.

- Es que soy generoso – Le rebatí riendo mientras salíamos del lugar llenos de bolsas.

- Sabes... aunque le compres y le compres cosas, Lily no va a dejar que elijas el nombre. Ya te lo ha dejado claro.

- Eso vamos a verlo. Además soy el padrino, tengo derechos. ¿Qué mejor que tener un Sirius Jr.?

- ¿De verdad? Falta de originalidad, Black.

- Es que Sirius es un nombre perfecto. Además James quiere ponerle James. Así que estoy votado porque se llame Sirius James o viceversa en el peor de los casos – La tomé de la mano con dificultad por la gran cantidad de bolsas - ¿Nos aparecemos en el cuartel?

Ayra asintió y visualizando mentalmente el cuartel, desaparecimos de aquella calle muggle.

- Una profecía – Cuando nos aparecimos escuchamos hablar a Dumbledore con Edgard Bones, uno de los miembros de la Orden del Fenix que menos veíamos, ya que casi siempre estaba en misiones de terreno. - ¡Señorita Sparks! – El Director se puso de pié y se acercó a nosotros con los brazos abiertos – La necesito en mi despacho de inmediato; buenos días señor Black – Nos sonrió cordial.

Ayra dejó las bolsas en el piso y con un beso en mi mejilla siguió a Dumbledore.

Con un movimiento de mi varita hice levitar todas las bolsas y subí hacia la habitación de Lily.

- ¡Señora Potter! – Exclamé con entusiasmo mientras la pelirroja se revolvía en las sabanas, aún adormilada.

- ¿Qué sucede, Sirius? – Habló somnolienta, sentándose y arreglándose el cabello.

- ¡Traje regalos para el mini Merodeador! – Me senté a los pies de la cama y acomodé todas las bolsas al alcance de Lily – Hay una ropa de lo mejor ¡Hasta una chaqueta de cuero que mide apenas unos 20 centímetros! Así podré salir con él en mi moto.

Lily frunció el ceño, probablemente imaginando la situación y regañándome mentalmente mientras abría los regalos.

- Tú no tienes moto.

- Ayra no quiere que la compre porque piensa que voy a matarme... pero lo que no sabe es que me la obsequié de mí para mí, en navidad.

- ¿Llevas meses con una moto y no le has dicho?

- Esa chica es más difícil de convencer de lo que crees. Pero eso no importa ahora ¿Te gustaron los regalos?

- No es necesario tanto obsequio, Sirius... - Comentó observando las cosas mientras las abría – Todo es para niño... ¿Qué pasa si en vez de tener un ahijado, tienes una ahijada?

- No, será niño – Afirmé – Mira esto – Mostrándole una polera que traía como dibujo en el pecho a un perro – Así será como su tío Sirius. He considerado abiertamente que si se transforma en animago, debería ser un perro... así podríamos salir a explorar – Sonreí ampliamente y Lily negó riendo.

- Está todo muy bonito, Sirius... gracias.

- Planeaba comprarle una escoba... pero Ayra me dijo que era muy pronto.

- Hey – James entró en la habitación con una bandeja de desayuno preparado y la acomodó sobre las piernas de Lily – Que la primera escoba voy a regalársela yo.

- Eso vamos a verlo – Le rebatí - Yo ya le tengo vista una. Es igual a la mía pero en miniatura.

- ¡Pero es mi hijo!

- Es de todos, no seas egoísta... - Tomé la chaqueta de cuero y se la mostré - ¿Qué tal?

- No vas a hacer de mi hijo una versión en miniatura de ti – James se sentó a mi lado, empujándome levemente.

- Ya, dejen de comportarse así – Nos regañó Lily divertida mientras comía una tostada.

- Dile a James, él es el infantil – Acerqué mi mano hacia el abultado vientre de Lily - ¿Seguro que tiene que seguir creciendo?

- Tengo casi seis meses... faltan casi tres aún.

- Opino que explotarás antes de eso.

- Sirius – James me miró molesto.

- Oye, ser padre te está poniendo de mal genio – Le dí una palmadita en el hombro. – De todas formas, te ves estupenda comparada con Alice – Le susurré a Lily guiñándole un ojo y ella rió.

- Chicos – Remus abrió la puerta y entró a la habitación de la mano con Rose - ¿Les comentó algo Dumbledore?

- ¿Algo de una profecía? – Aventuré por lo que había escuchado al aparecerme en la sala de estar del cuartel.

- ¿Tu sabes? – Rose me miró con interés.

- No exactamente, pero escuché a Dumby hablando de eso.

- Sirius – Remus rió levemente – Tenle más respeto al profesor.

- Bah, a él no le molesta que le diga así – Sonreí – De todas formas él pidió a Ayra hablar con él. Supongo que a ella le dará más información y nos contará cuando vuelva. ¿Y? ¿Qué sucedió con los que capturamos? ¿Confesaron?

Rose negó y suspiró.

Hace una semana había encontrado a dos magos utilizando la maldición cruciatus contra Muggles. Fueron encarcelados por nosotros para ver si podíamos sacarles algún tipo de información... pero nada.

- Al parecer solo son estúpidos fanáticos de Voldemort – Remus bostezó – No hablarán nada. Pero tampoco podemos soltarlos.

- Porque no hay guardias en Azkabán y es probable que hagan más daño si los liberamos.

- Bórrenles la memoria – Acotó Lily – Así los pueden dejar libres y no harán nada. Ni con suerte recordarán que son magos. Yo soy muy buena borrando memorias y alterando recuerdos.

- Sabes que no – James le habló firme – En tu condición, y bajo la autorización de Dumbledore, no te expondrás a peligro.

- No es exponerme, James. Borrar memorias es un procedimiento bastante...

- No – La interrumpió mi mejor amigo – Es una buena idea pero que lo haga alguien más.

Lily bufó con el ceño fruncido, cruzándose de brazos y apoyándolos sobre mi futuro ahijado.

La puerta de la habitación se abrió y agradecí que Ayra entrara a romper la pequeña tensión que se había formado en el ambiente.

- Ni se imaginan – Anunció la recién llegada cambiando el tono de su cabello a gris – Tenemos la suerte de nuestro lado. Aunque no todo es color de rosa.

- ¿Qué quieres decir? – Lily dejó su enojo a un lado y miró a su amiga con interés.

- Dumbledore acaba de ir a entrevistar a una profesora que quiere tomar el puesto de adivinación en Hogwarts.

- La asignatura más... innecesaria. – Acoté.

- Asignatura ridícula – James terminó de comerse el desayuno de Lily – La anterior profesora predijo mi muerte unas quince veces dentro de todas las clases a las que me digné en aparecer.

- Chicos – Remus interrumpió – Imagino que lo que Ayra nos contará no tiene que ver con eso...

- Exactamente, Remus – La metamorfomaga se sentó a los pies de la cama de Lily y colocó aquel enorme libro del hermano de Merlín sobre sus piernas – Una profecía. La profesora que Dumbledore entrevistó... entró en trance en medio de la entrevista.

- Entonces es perfecta para el cargo. – Habló James - Está loca.

- El punto es – Continuó mi novia – Que lo que dijo, nos involucra.

- ¿A qué te refieres? – Pregunté tratando de lograr entender algo.

- Ella dijo que nacería quien podría derrotar a Voldemort.

Cuando terminó de completar la frase, todas las miradas, incluida la mía, cayeron sobre Lily.

- ¿Qué? – Preguntó la aludida.

- No – Corrigió Ayra – No estamos diciendo que sea específicamente el hijo de Lily. Pero tenemos que averiguarlo. La profecía dio detalles importantes para poder calcular. Dumbledore quiere que revise en este libro todo lo que pueda sobre las profecías y si son o no viables para poder confiar. 

- Una vez leí sobre profecías – Rose se acercó un poco – Sé que son ciento por ciento ciertas, aunque se pueden interpretar de diferentes formas y lo mismo pasa con su realización.

- Exacto, son muy ambiguas– Ayra abrió el libro, buscando en un gran índice – Si es que la aspirante a profesora no mentía... es cierto que nacerá alguien que podrá enfrentar a Voldemort. Pero por lo que dice... - Sacó un papel arrugado y lo estiró hacia mí – Leelo en voz alta mientras busco algo aquí.

Tomé el papel y lo estiré bien para proceder a leerlo para todos.

«El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca..., Nacido de los que lo han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes... Y el Señor Tenebroso lo señalará como su igual, pero él tendrá un poder que el Señor Tenebroso no conoce... Y uno de los dos deberá morir a manos del otro, pues ninguno de los dos podrá vivir mientras siga el otro con vida... El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso nacerá al concluir el séptimo mes...»

- A finales de Julio – Calculó mentalmente Remus y James comenzó a sacar cuentas con los dedos.

- Nuestro hijo según los medimagos... nacería la tercera semana de Agosto.

- Eso es el octavo mes – Comenté aunque estaba de más.

- Y Neville – Así habían decidido Alice y Frank que se llamaría su futuro hijo – Para la última semana de Julio.

Ayra levantó la vista hacia nosotros.

- De todas formas... - Ladeó el rostro pensativa – Dice que Voldemort debe elegirlo... eso nos hace difícil realmente saber quién. Bueno – Movió leventemente la cabeza para aclarar las ideas – Eso no es todo. Siempre este tipo de cosas tiene su lado malo – Se mordió un labio nerviosa – Snape escuchó parte de la profecía... y como claramente sabemos que está de parte de Voldemort...

- Le contará todo – Lily terminó su frase – Debemos advertir a Alice y a Frank. Aunque no sea completamente seguro que sea Neville... no podemos dejarlos desprotegidos.

- Dumbledore lo sabe – Habló Ayra marcando una hoja del libro y cerrándolo – Veremos medida de seguridad para los cuatro.

- ¿Cuáles cuatro? – Pregunté algo perdido.

- Alice, Frank, Lily y James. – Me respondió como si fuera obvio – No podemos dejar ninguna posibilidad suelta. Debemos proteger al salvador.

-Un poder que Voldemort no conoce – Repetía en voz alta mientras cenábamos - ¿A qué se refiere exactamente? – Miré a mi chica, la que estaba a mi lado totalmente enfrascada en una de las hojas del enorme libro.

- No lo sé, Sirius... es lo que trato de averiguar también.

- ¿Crees que pueda ser nuestro ahijado? ¿Ahí dice algo? – Traté de mirar y ella giró su rostro hacia mí, mirándome molesta. – De acuerdo, de acuerdo... te dejo tranquila

Bufé.

Escuché la risa de James y lo miré.

- Es que me parece genial que Ayra te controle.

Le dediqué mi mirada profesional de ofendido pero no le discutí. Ya que mi chica estaba a mi lado y lo más probable es que si decía algo que se pudiera malinterpretar y con el genio que tiene en este momento... yo dormiría en el sofá esta noche.

- ¿Maestro de la muerte? - James habló en voz alta mientras leía por sobre el hombro de Ayra. 

- ¿Lo has escuchado? - Ayra se giró para mirarlo - Vi a Dumbledore hojeando estas páginas muy interesado hoy en la mañana. Según estas anotaciones, existen unos elementos que te convierten el maestro de la muerte. Tres elementos en específico. 

- ¿Crees que...? - James no terminó la frase pero Ayra asintió pensativa.

- ¿De qué me perdí? - Los interrumpí.

- ¡Chicos! – Rose entró a la cocina, distrayendo nuestra atención del tema– Encontramos a los Lestrange aplicando imperio a muggles.

- ¿Qué los está obligando a hacer? – Me puse de pié mientras tomaba mi chaqueta.

- Solo los hechizan y... los hacen lanzarse a un vacío o matarse entre ellos – Hizo una mueca – Como muchas veces... es solo por diversión.

- Vamos – Ayra cerró el libro y se puso de pié – Me servirá para distraerme - ¿Quién más va?

- ¿Donde van? - Moony llegó con una barra de chocolate a medio comer en una de sus manos. 

- Vamos a parar una tortura muggle ¿Te sumas? - Le preguntó Rose mientras se acercaba a él y le quitaba la mitad de su barra de chocolate. 

- Mientras más, mejor. Considerando que cada vez somos menos.

En los últimos meses, la Orden había tenido bajas considerables por lo que nos veíamos bastante disminuidos en número.

- Tu ni pienses ir - Ayra detuvo a Prongs que nos seguía. - Tú y Lily deben estar bajo cuidado, James. 

Mi mejor amigo no se molestó en insistir. Dumpledore había decidido que nuestras máximas prioridades fueran James, Lily, Alice y Frank.

- Ojoloco no tenía misiones para hoy – Recordé - Él podría apañarnos hoy. 

- Ojol... Alastor – Se corrigió Rose, recordando cuanto odiaba su apodo el aludido – Fue a ver a un miembro del ministerio... su esposa jura que está "diferente", como en modo piloto automático, y creemos que puede estar bajo imperio también.

- Eso quiere decir – Seguí hablando mientras caminábamos a la salida del cuartel – Que estarían planeando inmiscuirse en el Ministerio.

- Y que todos los asesinatos – Remus siguió la idea - Y los ataques a muggles los han usado como distracción.

- Rayos. Por eso ha sido tan fácil controlarlos – Finalizó Ayra – De todas formas, distracción o no, debemos ir a detenerlos. ¿Dónde es?

- Tomen mi mano – Rose estiró ambas manos, una la tomó Remus y la otra Ayra, mientras yo me apresuraba en repetir la acción con Sparks y así quedar todos conectados – ¿Preparados para ver un baño de sangre?

- Siempre listos y dispuestos – Me burlé.

- Vamos.

Con las típicas vueltas y el estómago prácticamente en la garganta, nos aparecimos. Y medio segundo después de que mis pies tocaran tierra, una estruendosa alarma comenzó a sonar.

- ¡Siempre caen en las trampas! – La voz de Rodolphus Lestrange sonó como eco, pero aunque miráramos en todas direcciones, no podíamos verlo.

- ¡Los ratoncitos han venido justo a la ratonera! – La frase fue seguida de la atípica y desencajada risa de mi prima Bellatrix.

Espalda con espalda entre los cuatro, nos cubrimos y alzamos las varitas tratando de descifrar donde estaban ubicados nuestros enemigos.

Más risas nos alertaron, estábamos rodeados.

- ¡Eso es lo más genial de ustedes! ¡A penas ven a un muggle sufriendo corren desesperados a solucionar el problema!

- ¡Vamos a detenerlos cuantas veces sea necesario hasta terminar con ustedes! – Gritó Ayra a mi lado.

- ¡Eso lo veremos ahora! – Gritó uno de nuestros contrincantes en las sombras. - ¡Desmaius!

Estaba en la completa obscuridad. El piso estaba frío y no sentía el lado derecho de mi cara. Me senté y algo mareado me toqué la mejilla fría para luego mirar mi mano y ver mis dedos cubiertos de sangre. Cerré los ojos un momento mientras comenzaba a recordar poco a poco lo que había sucedido.

Alguien me tomó del mentón, alzándolo con brusquedad y presionando mis labios con el borde de lo que parecía ser un vaso.

- Abre la boca, escoria – Sentí la voz de mi prima y con un movimiento brusco de mi cara para hacerle el quite y un manotazo al aire, la evité – Abre la boca – Habló calmadamente – O haré pedazos a tu noviecita – Rió y yo me congelé – Si no te bebes esto... prometo ocupar mi daga para entregártela en trocitos.

Apreté mis ojos y contra mi voluntad abrí la boca para beber el espeso y asqueroso líquido.

- Ahora va a comenzar el juego – Murmuró entre risas mientras empinó más aún el liquido haciendo que lo bebiera por completo.

******************************

¡¡Hola mis queridas!! Soy yo emergiendo de las cenizas una vez más !
Finalmente les tengo un capítulo, y aunque puede que no sea lo que todos esperan... se necesita ir explicando cosas. Ahora entiendo porqué JK hacía algunas partes tan latosas... porque hay cosas que explicar y eso significa dejar un poco la emoción de lado aveces ¿no? Well. 

Les comentaré una novedad, ¡Reescribí toda la historia hasta ahora! Corregí BASTANTES errores que me avergüenzan muchísimo! No los había notado hasta que me puse a releer y editar.

Así que cuando termine (Quedan 3 o 4 capítulos más, creo) comenzaré a subirla editada c:

Prometo ponerme a responder comentarios. ¡Muchisimas gracias a todas aquellas que siguen ahí leyendo a pesar de mis ausencias! A las nuevas lectoras no me queda más que darles una calurosa y agradecida bienvenida. 

Mi ausencia se debe principalmente a que mi padre ya está completamente dependiente de alguien, las 24 horas del día. Entre idas al hospital, compensaciones, bajas de animo. Todo lo que incluye en una persona saber que tiene cáncer terminal. Eso significa acabar con su vida poco a poco y también con su animo.  Soy lamentablemente todo lo que él tiene en este momento, así que toda la responsabilidad recae en mí. Además en mi trabajo pasamos por un proceso de cambio de dependencias y aveces llegaba cerca de las 10 de la noche a la casa, lo que involucraba preparar algo para comer al día siguiente y dormir.
Por lo que mis ausencias se deben principalmente a eso. 

Bueno, dadas las explicaciones del caso... me despido. 

¡Abrazo de merodeadora para todas!

Nathy. 

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