Más allá de la música ©

By LittleDreamersCM

1.1M 74.8K 22.4K

Jane Parks lleva desde los 15 años siendo fan de Sweet Downfall, una banda de pop alternativo poco conocida... More

Sinopsis
Capítulo 1: ¿Qué esperar cuando estás esperando?
Capítulo 2: ¡Auch!
Capítulo 3: Deberíamos formar un dúo.
Capítulo 4: La ladrona de chuches.
Capítulo 5: Creo que amo a tu familia.
Capítulo 6: Háblanos de tu Elliot.
Capítulo 7: ¿Era cosa del destino?
Capítulo 8: Si tú eres mi pervertido yo seré tu coneja.
Capítulo 9: Guerra de pizzas.
Capítulo 10: Eventos y peleas.
Capítulo 11: Cinco palabras.
Capítulo 12: ¿Cómo sería ser su novia?
Capítulo 13: Sustos, entrevistas y vestidos de fiesta.
Capítulo 14: ¿Eso que había visto era un culo?
Capítulo 15: Esto ha sido un error.
Capítulo 16: Visitas y noticias inesperadas.
Capitulo 17: Me odio por no poder odiarla.
Capítulo 18: ¿Traes protección?
Capítulo 19: Me estás corrompiendo.
Capítulo 20: Tú eres mi familia.
Capítulo 21: ¿Jelliot?
Capítulo 22: Un Elliot sudoroso a tu disposición.
Capítulo 23: Quiero saber más de ti.
Capítulo 24: Nervios.
Capítulo 25: ¿Es muy tarde para pedir perdón?
Capítulo 26: De Elliot.
Capítulo 27: De Elliot II
Capítulo 28: De Elliot III
Capítulo 29: Sonrojos y miradas de reojo.
Capítulo 30: Este día está maldito.
Capítulo 31: Nacimientos y canciones de amor.
Capítulo 32: Licenziato.
Capítulo 33: ¿Malas ideas?
Capítulo 34: El mejor equipo
Capítulo 35: El maquillaje es la solución
Capítulo 36: Los Stratford y los Parks en acción.
Capítulo 37: Nuestra verdadera historia
Capítulo 38: Tú a Indio y yo contigo
Capítulo 39: Soy tu mayor fan.
Capítulo 41: Nada une más que una hamburguesa.
Capitulo 42: ¿Reencuentros no tan buenos?
Capítulo 43: No tenemos tiempo para lamentarnos
Capítulo 44: ¿Cuándo no tengo yo un plan?
Capítulo 45: Una fiesta y otra en mi cabeza
Capítulo 46: Una última pregunta.
Capítulo 47: Feliz cumpleaños, Jane.
Capítulo 48: ¿Odiar o amar?
Capítulo 49: El impacto de la Navidad
Capítulo 50: ¿Quién rompe el corazón a quién?
Capítulo 51: ¿Ellane?
Capítulo 52: Revelaciones.
Capítulo 53: Mierda y mil veces mierda
Capítulo 54: Los borrachos siempre dicen la verdad
Capítulo 55: La música y el amor: una buena combinación.
Epílogo.
Agradecimientos.
Extra: De cómo...
Extra: De cómo...
Jelliot: Cumpleaños, ¿mejor en familia?
Jelliot: Dar el siguiente paso.
Jelliot: ¿Mi Parks o mi Stratford?
Jelliot: La lentitud es nuestra mejor virtud

Capítulo 40: Tengo que enseñarte una cosa.

12.3K 908 141
By LittleDreamersCM

Capítulo 40: Tengo que enseñarte una cosa.

Jane

Me encontraba en uno de esos momentos en los que no sabía cómo reaccionar. ¿Debía marcharme o, por el contrario, debía esperar a que ellos me dieran algún tipo de señal para que lo hiciera? No sabiendo que hacer, me quedé parada observando a Mark y su resplandeciente sonrisa. Por lo que podías ver de él a simple vista, te daba una clara imagen de que tenía dinero. ¿Quién sería este tipo?

—¿Y quién es esta jovencita? —preguntó inclinándose para estrecharme la mano. Yo hice lo mismo un tanto incómoda. En serio, este hombre no había dejado de sonreír, parecía que tenía un tic permanente.

—Es mi novia, Jane —respondió Elliot antes de que a mí me diera tiempo. Me quedé mirando a Elliot y luego a Mark, y así unas cuantas veces. ¿Es que ya se conocían? Eso era imposible, a menos que Elliot hubiese estado fingiendo, cosa que era poco probable.

-Tú eres la chica, o sea que es real- pensó Mark en voz alta, llevándose la mano bajo el mentón. Debía admitir que intimidaba un poco acariciándose de esa forma su corta perilla. Era Carol la causante de que pensase que la gente que me rodeaba pertenecían a una mafia o a una secta. Ella y sus programas nocturnos.

—¿Cómo que la chica? —inquirí sin entender nada. Es más, llevaba en esta situación desde que había entrado por la puerta y había visto a este hombre junto al sofá.

—Si me permite jovencita —creo que no recordaba mi nombre—, nosotros tenemos asuntos que tratar. Si no es molestia, cosa que espero que no será, preferiría que no estuviera presente —Y esa era una forma educada de echar a una persona.

Mark no me agradaba, teniendo en cuenta los últimos minutos en los que había abierto la boca, pero había que admitir que sabía utilizar las palabras correctas para hacer que los demás comiésemos de la palma de su mano.

—Jane —Elliot me detuvo cogiéndome del brazo. Yo ya estaba a punto de cumplir la orden de Mark—. Espera.

—Elliot, hablamos luego, ¿sí? —Él solo hizo un breve asentimiento, aunque no apartó su mirada de mí en todo el proceso en el que yo recogí mi maleta y la arrastré hasta la puerta de salida. Antes de que cerrara después de salir, pude leer en los labios de Elliot "te quiero". Bueno, eso había subido mi ánimo un 80%.

A pesar de que hubiera hecho justo lo que Mark me había mandado, no estaba conforme con todo lo que había pasado. Se suponía que mientras iba a mi casa debería de estar pensando en todo lo que les iba a contar a mi familia sobre California y estar feliz por lo que había disfrutado en esos tres días. Sin embargo, Mark era como una esponja, había logrado absorber mi alegría. Puede que ese ejemplo fuese un poco ridículo, bastante ridículo, pero ese tipo no me transmitía nada bueno.

¿Por qué había aparecido de repente? ¿Por qué se iban a hacer amigos él y Elliot según decía? ¿Qué blanqueador usaba para tener esos dientes tan blancos? Tenía muchas preguntas a cada cual más disparatada. Tenía una sensación instalada en el pecho de incomodidad, presagiaba que algo malo iba a pasar.

No me dio tiempo a inventar más locas teorías porque llegué a lo que era nuestro jardín. Era, porque ahora estaba abarrotado de los trastos de Owen y Molly. Iba a llegar un punto en el que no pudiésemos ver ni el césped. Llamé a la puerta y esta se abrió en seguida, como si me hubieran estado esperando.

—Cariño —Los brazos de mi madre me rodearon sin dejarme tiempo para apartar mi bolso. Al final me iba a ocurrir algo con la correa de este—. ¿Qué tal todo? ¿Os trataron bien? ¿Qué tal estuvo ese evento? ¿Cómo fue vuestro viaje? ¿El avión se retrasó?

—Uno por uno. Todo estuvo bien mamá, nada por lo que preocuparse —la frené antes de pudiese formular más preguntas. Mamá siempre quería tener controlado cada cosa que hacía, en este caso, cada cosa que hacía su hija de casi 18 años.

—¿Y por qué esa cara, Janie? Te conozco a la perfección —Obviamente, eres mi madre, pensé, pero no se lo dije. Por más que intentase ocultar mi reciente mal humor, era incapaz. Odiaba que me pudieran leer con tanta facilidad, como si fuera un libro abierto.

—Es solo que estoy cansada del viaje.

—Si tú lo dices —Subí a mi habitación sin que mamá viniera tras de mí, cosa que le agradecí. Sabía que no la había convencido, pero aun así me había dejado un poco de espacio. Cuando abrí la puerta de mi habitación, con dificultad debido a la enorme maleta, me encontré a Tabatha sentada en mi cama.

—¿Problemas en el paraíso? —se burló viendo mi cara. Fui a dejar la maleta apoyada contra la pared, pero esta se volcó casi encima mía. Tabatha se agachó a ayudarme sin dejar de examinarme. Tampoco es que estuviese tan mal, ¿no?

—Tabatha...

—¿Te ha hecho algo tu maravilloso novio? —Recordé que papá estaba trabajando por lo que no estaba en casa. Menos mal, porque él hubiera sido capaz de salir corriendo con las tijeras en mano, sin saber lo que ocurría. Cada vez que me sentía triste, o no tan alegre como de costumbre, culpaba a Elliot.

—¿Sabes cuando tienes la sensación de que algo va a pasar, ya sea bueno o malo? —Tabatha se quedó un poco sorprendida de mi pregunta, aunque vi que estaba pensando sobre ello.

—¿Tú tienes esa sensación?

—Sí, y presiento que no va a ser nada bueno.

—¿Por qué lo dices? ¿Ha pasado algo entre tú y Elliot? ¿Os habéis peleado? —Tabatha cruzó sus piernas interesada en el tema.

—No, no es eso. Es que teníamos todo planeado y ahora aparecen personas y...

—¿Teníais todo planeado? —Tabatha me interrumpió antes de que pudiera terminar la frase—. Jane, eso es lo peor que puedes hacer. Nunca sabes el qué va a pasar el día de mañana, eso es algo que no puedes controlar y mucho menos planear. Hay que estar abiertos al que pasará, a la aventura, estar dispuestos a algo nuevo. Sino, la vida sería aburrida y monótona.

—Entiendo lo que dices, pero —Siempre hay un pero-, yo solo quería pasar el mayor tiempo con él, ya habíamos empezado a hacer planes de futuro juntos y ahora puede que eso no ocurra. A lo mejor soy yo, que estoy asumiendo cosas a partir de una tontería. Tabatha, estoy muy confundida.

—Mira, yo no me voy a meter en vuestros asuntos de pareja, eso es algo que vosotros tenéis que hablar y deducir. Lo que debes hacer es esperar, si algo le ha pasado a Elliot espera a que te lo explique. El tiempo pone cada cosa en su lugar, nunca mejor dicho.

—Gracias, Tabatha. A veces eres una buena hermana —Ya quería terminar con toda la seriedad, haría caso a sus palabras y seguro que al final no sería para tanto. Ademas, si Tabatha y yo no nos pinchábamos, no éramos Tabatha y Jane.

—¿Disculpa? Todo el mundo me querría tener como hermana mayor —respondió haciéndose la ofendida.

—Ja, nadie te soportaría. Yo no sé ni cómo lo hago.

—Hermanita pequeña, no sabes lo que dices —Antes de que me pudiera dar tiempo a reaccionar, una almohada se estrelló de lleno contra mi cabeza. Esquivando sus lanzamientos de cojines contra mi persona, logré alcanzar un cojín cayendo sobre la cama. Ni planeado hubiera sido capaz de hacer eso.

—Solo me sacas unos pocos años, vieja —Ella sabía que yo no soportaba que me llamase hermanita pequeña. Golpeé con el cojín su trasero, provocando que ella abriese sus ojos de pura rabia.

—Retira eso —amenazó acorralándome. Ya nada podía salvarme de ser golpeada por el cojín que estaba a centímetros de mi cara. Yo era una persona orgullosa y no lo iba a retirar.

—¿Pero qué es este escándalo? —Mamá abrió la puerta y nos vio a las dos preparadas para el ataque—. A veces sois peores que los mellizos.

—Hey —protestamos las dos a la vez. Los mellizos estaban durmiendo, por lo que no habían sido presentes de nuestra pequeña batalla. Si esto no hubiera sido así, ellos también se hubieran unido.

—Tabataha, fuera de la habitación de tu hermana, o no querrás que te castigue sin ver la televisión —Yo no pude evitar reírme tras la "amenaza" de mi madre y ella me fulminó con la mirada. Sería mejor callarme y disfrutar del espectáculo en silencio.

—Mamá, soy mayor. Esas cosas ya no funcionan conmigo.

—Pues te comportas como una niña de tres años, menudo ejemplo para Owen y Molly. Mis pobres pequeños, con lo buenos que son ellos- La adoración que sentía ella por los pequeños se notaba a kilómetros de distancia. Aunque ellos la liasen cada día, ella trataba a sus "bebés" como si fueran las mejores personas del mundo entero. Yo había visto la maldad en sus pequeños ojos, pero mi madre me ignoraba, y me tomaba como si estuviera paranoica.

Ya entendía el sentimiento de frustración de Candance.

—Yo me marcho. Aunque pensaba que a Jane le gustaría abrir esta carta —En todo el tiempo que llevaba en la habitación, no me había dado cuenta del gran sobre que estaba encima de mi mesa—. De quién era, ¿Prisol? ¿Prindon?

-¡Princeton! —exclamé saltando de la cama como una exhalación para llegar a la mesa. Mamá y Tabatha me miraban extrañadas mirándose de reojo. Llevaba soñando con entrar en esa universidad desde que tenía uso de razón. No sabía el motivo, pero era un deseo que tenía.

—Suerte cariño, aunque sé que no la necesitas. Sabemos lo mucho que te has esforzado y lo mucho que has trabajado —Mamá puso una mano en mi hombro expectante a que abriera ese sobre. La llave de mi futuro. Las personas que me rodeaban confiaban en mí, pero yo era la que no lo hacía, por mi mente pasaban miles de situaciones en las que el sí no aparecía.

—Allá voy —rasgueé el sobre preparada para lo que iba a ser mi futuro. Mamá y Tabatha estaban detrás mía, intentando ver que decía el papel que tenía en mis manos.

—¿Y? —inquirió mi madre casi tan nerviosa como yo me encontraba. Releí lo que el documento decía para asegurarme. No podía ser.

—¡Me han aceptado! —Me daba igual si mi grito se había oído por todo el vecindario, si había despertado a los mellizos o si incluso mi padre lo había oído desde su trabajo. Me habían aceptado, era una jodida estudiante de Princeton.

—Estoy tan orgullosa de ti, cielo —mamá me estrechó entre sus brazos. Tabatha cogió el papel de mis manos, leyendo que su hermana pequeña había sido aceptada.

—Madre mía, ni que te hubieran aceptado en Harvard —susurró Tabatha para sí, aunque yo alcancé a oírlo. Estaba tan emocionada que estaba a punto de llorar.

—Ay Tabatha, ¡cállate! —dije sorbiéndome la nariz entre carcajada y carcajada. Tay se alejó un poco de mí, seguro que ahora yo no estaba actuando como una persona corriente lo haría.

Corrí a coger mi teléfono. Lo que más me apetecía era contarle a mi novio que había sido aceptada y que el año que viene íbamos a ir juntos a la misma universidad. Mis dedos se detuvieron en el teclado al cerciorarme de que Elliot estaba tratando un asunto importante y de que no le podía interrumpir. Guardé mi móvil en el bolsillo del pantalón.

Quería volver a esos momentos en los que solo estábamos nosotros dos, nosotros y miles de planes por cumplir.

*****

Elliot me había enviado un mensaje. A las cinco en la Rustichella. Este terminaba diciendo que tenía que contarme algo importante. Qué bien, porque yo también tenía que contarle algo importante.

Mi padre llegó a casa unas horas más tarde. Al igual que mamá, estaba muy orgulloso de mí y no paraba de presumir de su universitaria hija. Incluso Owen y Molly me felicitaron, aunque ellos ni sabían el porqué. Habían visto que los demás lo habían hecho, por lo que ellos no iban a ser menos.

Entre tanto aluvión de alegría, abrazos y besos, yo me encontraba nerviosa. Nerviosa por lo de esta tarde, por lo que Elliot tenía que decirme. Quería saber que era lo que Mark quería y que tenía que ver Elliot en ello, pero al mismo tiempo no lo quería saber. Ese presentimiento no había desaparecido.

La charla de por la mañana con Tabatha me había ayudado a no hacerme falsas ideas, y de verdad que estaba intentando no ser negativa, pero no podía. Es por eso que mis nervios aumentaban cuanto más se acercaba la hora acordada.

De todo lo que había ocurrido desde que había llegado a casa, no había tenido tiempo ni de desvestirme. Por lo que me cambie por algo más fresco y adecuado para esta calurosa época del año. Como pasaba el tiempo, hace nada mi armario consistía en grandes abrigos que casi ni me dejaban respirar.

—¿A dónde vas? —mi padre me había interceptado antes de que pudiera marcharme. Debía darme prisa ya que quedaba poco tiempo para que fueran las cinco.

—He quedado con Elliot —murmuré apresurándome para alcanzar la puerta de la calle.

—¿Pero no has estado con él tres días? Por cierto, tengo que hablar con él sobre lo que ha hecho estando vosotros dos solos. No te importará que yo vaya contigo, ¿verdad? —Lo primero que me ocurrió fue que mis mejillas se tornaron rojizas tras lo que había dicho. Nuestra instancia solos había sido interesante, muy interesante. Luego, mi sentimiento cambio a uno de pánico, no me podía acompañar. ¿Qué clase de idea era esa?

—Charles —menos mal que mamá estaba aquí—. Ya hemos hablado de esto. Tu hija tiene novio y es un chico encantador. Déjala que haga lo que quiera, no los agobies. Si mi padre hubiera venido a alguna de nuestras citas, ¿tú qué hubieras pensado?

Miré a mamá con una sonrisa de agradecimiento, ella era la mejor convenciendo a papá. Hasta me había convencido a mí. Los mellizos salieron de la cocina siguiendo a mi madre, ambos con las manos llenas de crema. Mamá estaba preparando un bizcocho y ellos la estaban ayudando. En realidad, lo que hacían era aprovechar cuando podían para meter sus regordetes dedos en la masa.

—Pero, pero, no es lo mismo.

—Oh, sí que lo es. Charles, no querrás que elimine los canales de deporte de la televisión, ¿no? —Papá negó con la cabeza rápidamente—. Pues entonces deja de comportarte como un tonto. Jane, cariño, pásatelo bien y dale recuerdos a Elliot.

—Eso haré. Me voy que llego tarde —les lancé un beso y salí a gran velocidad de casa. La Rustichella estaba muy cerca de donde yo vivía pero, tras esta interrupción, iba tarde. Comprobé en la pantalla de mi móvil que ya eran las cinco en punto pasadas. Debía apretar el paso.

Entré en La Rustichella con la lengua fuera, aunque trataba de que no se notase. Me tomé unos segundos para recuperarme y, tras visualizar a Elliot sentando en la mesa donde siempre nos sentábamos, me acerqué. Maxi me saludo cuando pasé por la barra y me indicó que Elliot se encontraba allí, yo ya le había visto pero aun así le di las gracias.

Elliot estaba de espaldas a mí, por lo que no me había visto. Tapé sus ojos con mis manos, con un movimiento rápido.

—¿Quién soy?

—¿Mi increíble novia? —Es una suerte que tuviera tapados los ojos de Elliot porque yo ya me había sonrojado. Bueno, seguía teniendo todo mi cuerpo rojo debido a las quemaduras.

—Has acertado —Aparté mis manos de sus ojos y Elliot me miró con una amplia sonrisa. Parece que yo no era la única que tenía ganas de vernos. Elliot se acercó para besarme y yo le devolví el beso un tanto avergonzada. Más o menos, había aprendido a no sentir vergüenza cuando me besaba en público, pero es que Maxi se encontraba aquí. Además que sus abuelos, al haber vuelto de sus extensas vacaciones, solían dejarse caer por el que era su restaurante.

—Menos mal que estás aquí, porque tengo que enseñarte una cosa —Elliot abrió su portátil que estaba en la mesa. Lo había visto al entrar, pero no le había dado mucha importancia, aunque ahora me había enterado curiosidad.

—Yo tengo que decirte una cosa.

—Entonces tú primero —ofreció Elliot sorbiendo de su batido.

—No, mejor tú —No era porque así era como actuaban las parejas empalagosas, sino que el tema de Mark era algo que ya quería saber.

—Bueno, está bien. ¿Preparada para lo que vas a ver?

—Preparada —contesté no del todo segura. Elliot tomó mi mano y no apartó sus grisáceos ojos de mí. Giró su portátil y le dio al play.

No podía ver lo que creía, ¿cómo es que lo tenía? Ante mí se encontraba reproduciéndose un vídeo del hospital en el que Elliot y yo aparecíamos, él con su guitarra en mano. Disfruté del vídeo, recordando lo que ocurrió ese día. No se oía con la mejor calidad, pero su canción seguía sonando igual de bien.

—¿Cómo lo has conseguido? —pregunté refiriéndome al vídeo—. ¿Quién te lo ha mandado? —Mis primeras suposiciones fueron enfocadas en alguno de los trabajadores del hospital. Es decir, se podía ver que estaba grabado con un teléfono móvil.

—Pues al igual que todos —No supe a lo que se refiera hasta que Elliot le dio al botón de Esc, el de salir de la pantalla completa. Una famosa plataforma apareció ante mis ojos, oh Dios mío. Así lo había conseguido.

—YouTube. Alguien debió de haberlo subido.

—Bueno, seguro que si contactas con quien lo ha subido, podéis llegar a un acuerdo para que lo eliminé —Pensaba que ese era el problema, pero Elliot negó con la cabeza con una mueca nerviosa.

—Verás, el vídeo se puede eliminar. Pero no se puede eliminar de la memoria de las más de cincuenta millones de personas que lo han visto —Elliot bajó y allí en grande se podía ver esa gran cifra bajo el vídeo. Me faltó poco para que me cayera para atrás de la silla.

-¿Cómo...?

—Mark me lo ha explicado todo. Al parecer alguien lo subió y la gente lo fue pasando y enseñándoselo a sus amigos, y estos a otros amigos y sucesivamente hasta que se hizo viral. Jane, esto es una locura, solo mira los miles y miles de comentarios que ha recibido. Mi canción es viral.

>>Y no solo eso, es famoso por la mayoría de las redes sociales. Un integrante de The Keys Of Sound ha compartido el vídeo en su cuenta de Twitter, atrayendo a más personas si es que eso ya era posible. Incluso tengo cuentas de fans, esto se está volviendo loco.

Elliot no paraba de enseñarme páginas webs donde en todas comentaban sobre este vídeo. Algunas revistas y medios dedicados al mundo del entretenimiento también lo habían compartido. Todos querían saber quién era ese chico con la guitarra.

>>Es por eso que aquellas chicas me pararon en Indio, y ¿recuerdas que Sarah me felicitó? Todo tenía que ver con este vídeo que no conocíamos de su existencia. Jane, esto es muy grande.

Elliot me miraba esperando alguna respuesta por mi parte, pero yo no sabía que contestar. Mis ojos no se podían despegar de la pantalla y parecía que mi boca se negaba a abrirse.

—¿Y por qué Mark te ha contado sobre esto? —interrogué sin saber cómo llamarlo. Como veréis, no conocía a nadie que tuviese un vídeo viral. Yo me dedicaba a ver vídeos de llamas chillando, no estas cosas.

—Esto es lo más loco de todo. Mark trabaja en una discográfica. —Ambulancia, llamen a una ambulancia. Estaban a punto de tratar con una desmayada chica—. Él estaba buscando un vídeo y terminó viendo esto. Me ha dicho que en cuanto lo vio sabía que tenía que contactar conmigo. Y así lo hizo. No quiere precipitarse, es por eso que me ha dicho que vaya a la discográfica para que tratemos el tema.

—Eso es fantástico, Elliot —respondí tras asimilarlo—. Vas a ser capaz de enseñar al mundo tu talento. Por muy loco que esto sea, es una cosa que ocurre muy pocas veces.

—Una entre un millón, como dijo mi padre —Olvidaba que su padre también estaba presente y ya sabía de todo esto—. Aunque es difícil, muchas personas acuden a una discográfica pero no todas son aceptadas.  Ya veremos qué ocurre en Atlanta.

—¿Atlanta? —¿Cómo que Atlanta? Retrocedamos unos instantes antes cuando todo pintaba bien, a pesar de que Elliot se había vuelto viral. En realidad yo también, en menos medida, pero yo salía en el vídeo.

—Verás, la sede de la discográfica está allí. Todavía sigo sin creerme todo lo que ha pasado, deberías haber visto mi cara cuando Mark me lo había dicho.

—La verdad es que yo hubiera reaccionado igual. No es habitual que un representante de una discográfica se presente en tu casa porque ha encontrado un vídeo tuyo que ha sido visto por millones de personas alrededor del mundo.

—No, no es habitual —contestó Elliot riéndose—. Por cierto, ¿qué era lo que querías decirme?

—Ah, nada, nada —Elliot  me miró enarcando una ceja, pero no insistió. Estaba muy emocionada por decirle lo de Princeton pero, tras esto, mi ilusión había decaído.

Si le aceptaban, ¿qué era lo que iba a ocurrir con Elliot? Todo cambiaría, tanto para bien como para mal.

Debería haber creído a la señora del avión, nunca sabes dónde la vida te va a llevar.

_____________

Hablando de nunca sabes donde la vida te va a llevar, supongo que ya todos sabréis lo de los atentados de Bruselas. Para ser sinceros, mucho apoyo en las redes sociales pero, a la hora de la verdad, no hacen nada. Sí, uno de los yihadistas había sido deportado a Bruselas y las autoridades de Turquía habían informado que se había radicalizado. No lo metieron en la carcel por falta de pruebas.

Pum, más de 30 muertos, ¿queréis más pruebas?

Pienso que la gente tiene algún tipo de retraso. A raíz de que ha ocurrido esto han investigado el barrio donde estos vivían y han descubierto que hay muchos más yihadistas por allí. Vaya, ¿por qué no lo habían hecho antes? No sé, si los mismos habitantes lo llaman "barrio de terroristas" pues hostia mirarlo un poco. Es que este tema me enerva mucho.

Y para terminar, he estado viendo un documental de la financiación de los yihadistas. Sorpresa, sorpresa, adivinad quién financia, en parte, al Estado Islámico. Oh, Francia.

Pues nada, que las cosas sigan así. En Madrid ya ocurrió, luego Francia, después Bruselas (contado los países occidentales porque en Oriente ocurren cosas muchísimo peores) y no van a parar. Yo pienso que el próximo va a ser Alemania.

No sé si sabéis que nosotras somos de Madrid. Particularmente de la zona donde ocurrió esto y de verdad que es horroroso.

Dejo el tema por hoy, pensemos en cosas positivas. Espero que hayáis disfrutado del capítulo y que también estéis disfrutando de la Semana Santa.

Se despiden LittleDreamersCM

Besos xx

P.D: Si se os ocurre alguna canción que vaya acorde con el capítulo decídnosla y la agregamos.

Continue Reading

You'll Also Like

47.2K 2.1K 10
naruto un amega muy especial por que es un omega puro y unico en su clase y sasuke un alfa al igual que naruto un alfa puro los dos sienten atraccion...
747K 45.8K 39
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las...
60K 6.2K 30
Broken girl meets broken boy. ---- Una chica que lo tiene todo, pero llora por las noches mientras llena su cuerpo de sustancias que la hacen sentir...
686K 26.5K 67
SINÓPSIS Travis Blair viene de una familia realmente millonaria, a tenido a todas las chicas que él ha deseado pero no las ha amado realmente, ni ell...