|Rubén|
"Sólo me voy a duchar y cambiar. No tardare mucho tiempo. "Miguel habló antes de besar la parte
superior de mi cabeza.
Me había quedado a verlo entrenar hasta que la sesión terminó. La sala estaba casi vacía mientras el equipamiento estaba siendo guardado.
Miguel, obviamente, disfrutaba de su trabajo. Pero tenía la sensación de que deseaba estar en el ring, en lugar de solo ver desde afuera. Pero no me sorprende que no le permitieran pelear. Sólo la idea de cómo su oponente se vería al final del combate me puso la piel de gallina.
Miré como se alejaba por un segundo. Pero me sorprendió que rápidamente se girara de nuevo.
El cuerpo de Miguel me puso contra la pared. Sus grandes ojos negros brillaban mientras sus grandes manos me sujetaban la cintura. Aliento caliente soplando sobre mí, sus cabellos oscuros cosquilleando mi mejilla mientras sus labios se movían a mi oído.
"Eso, si no quieres venir a ayudarme." Susurró seductoramente.
Su voz ronca envió escalofríos por todo mi cuerpo. Luché para calmarme. Miguel siempre me ponía un poco nervioso. Me reí cuando su nariz rozó mi cuello, mis manos empujándolo.
"Está bien, está bien. Espérame, amor. "Miguel se rió.
|Miguel|
Arrastré mi bolso sobre mi hombro, comprobando que tenía todo antes de salir de los vestuarios. Rubén estaba justo donde lo dejé, pero ahora Tom estaba sentado a su lado. No se dieron cuenta que yo estaba apoyado en el marco de la puerta oscura. Estaban hablando, Tom bebiendo agua de su botella. Vi como Rubén se llevó la mano a la boca, tratando de reprimir una risita por algo que Tom había dicho. Mi mandíbula se tensó ante su interacción.
No me gustó. Rubén era mío.
El le sonrió tímidamente a Tom, sus mejillas sonrojándose ligeramente. Mi bolsa cayó haciendo ruido en el suelo, ambos bruscamente girando la cabeza hacia mí. Pero me di cuenta de que ninguno de ellos hizo un esfuerzo para alejarse uno del otro. Me acerqué a donde estaban sentados. Rubén me sonrió. Pero mi atención se dirigió a Tom.
"Estás bien, amigo?"
Le asentí firmemente.
"Rubén, vamos." Le dije.
El no discutió, levantando la correa de su mochila sobre su hombro. Tom rápidamente se puso de pie al lado mío. Cuando su mano se acercó para ayudarlo a levantarse no podía dejar de apretar los puños. Desesperadamente trate de mantener la calma por el bien de Rubén.
"Lo tengo." Hablé con severidad.
Tom frunció el ceño en confusión, pero retiró la mano de todos modos.
"Miguel?", Cuestionó Rubén.
Agarré su mano en la mía, jalándolo hacia mi lado. El apenas tuvo tiempo suficiente para despedirse de Tom antes de que yo lo guiara hasta la puerta, rápidamente recogiendo mi maleta y marchándonos. Caminamos a paso rápido por la pista a mi coche. La noche se acercaba rápidamente, las luces de la calle empezando a parpadear.
"Miguel ¿qué pasa?"
Sentí a Rubén tironear mi mano, tratando de conseguir que me detuviera. Mi pesada bolsa de lona se deslizó desde mi hombro hasta el suelo. El dejó escapar un suspiro de sorpresa cuando agarré su Cintura, levantándolo sobre el capó de mi coche.
Las piernas de Rubén colgaban del borde, mi cuerpo se movía entre sus muslos. Le saqué su mochila, colocándola encima de donde yacía el mío. Le agarré la muñeca, llevándola a mi boca. Mis labios apretando besos húmedos en la parte inferior suave. Su respiración se volvió un poco más nítida con mi toque. Mi mirada endureciéndose en el.
"¿Te gusta?", Le dije entre besos.
"¿Q-Qué? ¿Quién? "
Sonreí, sabiendo que mis acciones revolvían sus pensamientos. Mi cuerpo se movió un poco más cerca,
mi mano descansando en la parte superior de su pierna. Poco a poco moví mi toque hacia arriba y abajo de su muslo, apretando de vez en cuando.
"Tom. ¿Te agrada?"
Moví la manga de su sudadera un poco más arriba, permitiéndome más acceso para dejar besos por su antebrazo. Las pestañas de Rubén revoloteaban con la atención íntima que estaba recibiendo.
"Sí, es dulce." El habló.
La ira se apoderó de mí. Apreté su muslo con fuerza, manteniendolo en el capó. Mi boca presionándose con fuerza en su piel, succionando con dureza a sus palabras. Mis ojos se quedaron fijos en el, los labios de Rubén entreabriéndose con sorpresa y molestia. Gimió tratando de liberar su brazo, pero yo lo sostuve con fuerza a mi boca.
"Miguel". El hizo una mueca.
Le solté el brazo segundos más tarde. Sus dedos rozando la marca roja y el haciendo una mueca a la piel irritada. Rubén levantó la cabeza mirándome intrigado, no muy seguro de por qué el recibía una respuesta tan dura. Sentí mi mandíbula apretarse cuando me incliné hacia el. Sus manos pequeñas se pusieron sobre mis hombros, pero sus intentos de mantenerme lejos no tuvieron éxito. Mis labios rozando su cuello antes de hablar.
"¿Quieres que él te bese?" Susurré. "Que te lleve a su cama?"
El agarró mi mano que aún sostenía su muslo, sus dedos tratando de alejarme de su cuerpo.
"Bájame". Resopló Rubén, moviendo su mano para presionarla contra mi pecho.
Se deslizó desde el capó cuando yo di un paso atrás. Bajé la vista hacia el, la cara de Rubén expresando
enojo. Me sorprendió cuando me empujó contra el lateral del coche.
"Uf, Dios. Eres muy posesivo y reaccionas de forma exagerada, Miguel. " Molestia insinuándose en su voz.
Vi como el resopló, alejándose del coche por la pista. Mi mandíbula apretada, mis pies moviéndose tras el y hacia la parte trasera del vehículo. El maletero fue abierto, metí sin cuidado los bolsones, la cerré rápidamente antes de caminar en la dirección de Rubén. Una vez llegué a su pequeño cuerpo, mis dedos se envolvieron alrededor de su muñeca tirando de el hacia mí. Le sonreí, sosteniendo su cuerpo al mío. Un suspiro cayendo de mis labios con la sensación de su espalda apretada contra mi pecho. Rubén se retorció un poco cuando baje mi cabeza hacia su oreja.
"Él nunca podría hacerte sentir tan bien como yo." Susurré.
Mis labios se pusieron en contacto con la piel justo debajo de su oreja, succionando suavemente. Me encantaba darle placer. La sensación que recibía mientras se retorcía con mi toque era algo indescriptible.
Quería oírlo gritar y gemir.
Pero yo no estaba recibiendo la reacción que deseaba ver este momento. Incluso cuando mordí en el calor de su cuello, Rubén aún permanecía inmóvil, negándose a ceder. Su resistencia ante mí, me hizo reír.
"Vamos a ver cuánto tiempo puedes aguantar, ¿de acuerdo?" La desafié en voz baja.
Mi lengua lamiendo una línea hasta su cuello antes de que mi brazo moviera sus piernas de debajo de el. Los grandes ojos verdes de Rubén se pusieron en contacto con los míos. Mis brazos sosteniéndolo contra mi pecho y guiñándole un ojo antes de caminar hacia el coche. La puerta trasera del vehículo fue abierta. Puse a Rubén sobre el cuero oscuro. A regañadientes se movió hacia atrás ante mi cercanía mientras yo me trepaba, cerrando la puerta detrás de mí. Me eché a reír, agarrándolo de los tobillos, jalándolo hacia mí, el cuerpo de Rubén echado en el asiento. Mis manos moviéndose en mi bolsa de ropa que mantenía en la parte trasera de mi coche antes de sacar una sudadera. La doblé, el cuerpo de Rubén tensado mientras me inclinaba sobre el. Gentilmente le levante la cabeza, colocando la ropa debajo.
"Quiero que mires." Susurré.
Me sorprendió lo bien que iba hasta ahora. La rebeldía de Rubén sin vacilar por un segundo. Pero, de nuevo, no había comenzado realmente todavía. Mis manos empujando sus piernas para que sus rodillas estén dobladas, lo que me permitía descansar entre ellas.
"Sé que te gusta esto."
Empecé a besar su cuello, tomándome mi tiempo para succionar suavemente de vez en cuando.
"Apuesto a que él no sabría que tienes un punto suave justo aquí." Susurré, antes de mordisquear en el
área pequeña, donde su cuello se encontraba con su mandíbula.
Me movi hacia atrás sonriendo, el con los ojos cerrados, obviamente, mientras llevaba a cabo las acciones persistentes de mis labios. Pero se abrieron justo a tiempo para encontrarse con los míos. Se obligó a parecer desinteresado, valientemente aguantando el contacto visual. Sus ojos Verdes se abrieron un poco mientras traía su mano a mi boca, presionando mis labios en la parte posterior. Yo jugaba con sus dedos antes colocarlos en mi pelo.
Rubén sabía que si hacía cualquier intento de jugar con mis cabellos, yo ganaba.
También sabía que se estaba muriendo por tomar mis cabellos en puño entre sus dedos, pero el se mantenía obstinado. Me gustaba este juego.
"Voy a hacer que te olvides de él, Bebe" murmuré.
El me miró fijamente bajar el cierre de su sudadera para revelar sus camiseta debajo. La parte inferior de la camiseta de Rubén fue empujada hacia arriba para descubrir su estómago liso. La suavidad de su piel era una de las muchas características que me gustaban de el. No sé por qué, pero me recordaba a lo inocente que era.
Mi cabeza bajó, mis labios apenas rozando sobre la extensión de su torso. Besos delicados fueron presionados en el, pero la única respuesta que recibí fue un ligero aumento de su respiración. Sonreí cuando mi nariz rozó justo por encima de su ombligo, Rubén sutilmente pestañeando, con sus dedos ligeramente apretando mis cabellos.
Levanté la cabeza sonriéndole. Su rostro se quedó sin emociones. Avancé a inclinarme sobre el. La mano de Rubén deslizándose por la parte posterior de mi cuello. Puse mi peso sobre mi brazo a la izquierda de su cabeza. Mi otra mano pasándose sobre su pecho antes de que mi dedo índice se enganchara en el cuello de su camiseta. Poco a poco arrastrando hacia abajo el material, revelando más de su suave piel. Mi lengua humedeció mis labios mientras miraba hacia el. El material de su camiseta amontonado sobre su pecho. Su estómago y la parte superior de su pecho expuestos a mí. Pero aún así se quedó congelado mirándome. Sonreí, jugueteando con el colgante de su cuello, el no se lo había quitado desde que se lo di. Mis dientes agarraron de la cadena, tirando de ella juguetonamente antes de dejarla caer contra su pecho.
"Mmm, hueles bien." Gemío cuando sumergí mi cabeza.
Mi lengua salió, dejando rastros de humedad en todo su pecho. Fue cuando soplé sobre los puntos húmedos que sus dedos se deslizaron de nuevo en mi pelo, mis cabellos tomados en puño entre sus dedos.
El hermoso sonido de su jadeo llenando el callado asiento trasero. Yo había ganado.
Sonriendo, sumergí mi rostro en el hueco de su cuello. Gruñí bromeando, suavemente mordiendo su piel. Su cuerpo se estremeció cuando mi mano rozó por adelante y hacia abajo, rozando su pecho y su estómago. El agarre en mi pelo apretándose en cuanto trate de desabrochar el botón de sus jeans.
"Miguel". El habló con voz entrecortada.
No paré hasta que mi cabeza fue levantada hacia arriba.
"Estábamos hablando de ti ... Le pregunté a Tom por ti."
Lo mire durante unos segundos, tomándome el tiempo para absorber y procesar sus palabras. Mi boca se abrió para decir algo, pero se cerró momentos más tarde cuando me quedé sin habla.
"Yo no lo quiero." Protestó el.
Rubén me sorprendió con sus acciones dominantes. Gemí un poco cuando el me jalo del pelo, poniendo nuestros rostros al mismo nivel.
"Tu eres el único." Susurró.
Le sonreí, apoyando mi frente en la de el, inhalando su aliento tembloroso. Nuestros labios se rozaron continuamente, pero no nos besamos. Las palabras de Rubén eran algo que yo nunca había oído antes. A pesar de la cantidad de mujeres con las que había estado, nunca me habían dicho que yo era su único.
Mis dedos entrelazándose con su mano libre, apretándola suavemente. Cuando nuestros labios finalmente se encontraron en un beso, mi corazón latía con fuerza contra mi pecho.
Yo no quería a nadie más, sólo a Rubén.
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~{o.o}~ saaalseooo....