dark ↮rubelangel™

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Maratón 2/2 ~End

|Miguel|

Estábamos hablando a través de la cortina de la ducha, mientras yo tomaba asiento en la tapa cerrada del inodoro. No pude evitar sonreír para mis adentros, reproduciendo en mi mente los acontecimientos que habían sucedido hace poco tiempo en mi habitación. La sensación de los labios de Rubén era algo indescriptible. Su primera vez había sido un poco torpe como era de esperar, pero eso la hacía aún más adorable.

"Miguel?"

"Mm." Mi cabeza se volcó hacia la cortina en el otro lado del baño.

Hubo silencio por unos segundos. El único sonido era el del agua corriendo.

"¿Estás bien?", Le pregunté, levantándome de mi asiento.

"¿C-con quién hablas por teléfono?" Rubén preguntó tímidamente.

Su valor ahora sólo era cada vez más evidente con la barrera endeble entre nosotros, incapaz de preguntármelo cara a cara. Sinceramente, esperaba que no fuera porque le daba miedo. Pero tenía la sensación de que ese era exactamente el motivo. Quizás Rubén no se daba cuenta de lo fácil que sería para mí rasgar la cortina.

"¿Ya terminaste?", Le pregunté, retrasando mi respuesta a su pregunta.

"Oh, umm, si." Tartamudeó el.

El agua se apago mientras yo alcanzaba la toalla grande en la barandilla. Sus dedos agarraron el material cubriendo su cuerpo desnudo de mí mientras miraba alrededor de la cortina de ducha. Su cabello mojado y castaño fluyendo por encima de su cabeza. Levanté la toalla, listo para envolverlo.

"Cierra los ojos". Murmuró.

"Rub, te he visto desnudo antes. Sólo sal." Bromeé.

"No, cierra los ojos."

Me eché a reír antes de cumplir la petición de Rubén. Una vez que lo oí salir de la bañera, mis brazos se envolvieron alrededor de su Delgado cuerpo. Abriendo los ojos para ver a su mirada fija en mí en cuanto la toalla le envolvió. Mis manos frotando sus brazos a través del material esponjoso, tratando de secarlo. Lo vi alejarse hacia la puerta, tratando de reajustar la toalla, fijándola por encima de sus caderas.

No pude evitar la propagación de una sonrisa en mi cara mientras yo lo observaba revolver en uno de mis cajones antes de sacar rápidamente un par de bóxers negros. El me miró por un segundo, tratando de esconderse detrás de la puerta del armario mientras subía de la ropa interior por sus piernas. Cuando el volvió a aparecer la toalla estaba sostenida en su pequeña mano. Una camiseta mía había sido evidentemente encontrada en el armario, el borde de esta cayéndole a la mitad del muslo. Se veía precioso. Yo nunca había permitido que cualquier otra conquista, sea chica o chico usara mi ropa, pero con Rub era diferente. Él era mío. Disfruté viéndolo caminar alrededor de la habitación en mi camiseta holgada.

Rubén podía sentir mi mirada arrastrándose sobre su cuerpo. Su ojos verdes descubriendo los míos lujuriosos. Me acerqué a el, tomando sus manos largas entre las mías mientras me miraba. Mis labios presionando un beso en su mejilla sonrojada mientras yo la hacía retroceder hacia la cama, donde lo sujeté contra el colchón. La risa musical de Rub llenó la habitación en cuanto gruñí juguetonamente, mordisqueando su cuello. Nuestros pechos aun vestidos frotándose suavemente. Yo le sonreí, mi mano lentamente empujando hacia arriba la camiseta que recientemente se había puesto. Sus ojos ampliándose cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo.

"No." El habló con ansiedad.

Sus largas manos apresuradamente bajando hasta agarrar la tela, porque no quería que fuera empujada más alto. Las acciones urgentes de Rubén me dejaron confundido. Sumergí la cabeza, mi nariz empujando a la mano que todavía sostenía la camiseta apretada. Al ver que no se movía, le di un beso ligero a la piel.