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Había esperado durante un par de horas que mi madre volvería a casa. Pero cuando llegaron las once estaba tan cansado que apenas podía mantener los ojos abiertos. Mi gata negra haciéndome compañía mientras yo acariciaba perezosamente su suave pelaje. Raspy tendida sobre mi estómago, su suave ronroneo relajante, mis dedos rascándole detrás de las orejas.
De mala gana me levante de la cama, rápidamente me lave los dientes y me cepille el pelo antes de subir de nuevo al edredón.

"Vamos a la cama, Raspy." Susurré.

Parecía estar de acuerdo, estableciéndose a mi lado y quedándose dormida. Mis dedos apagando la luz de la mesita. Yo había cerrado los ojos por lo que parecía un par de segundos cuando mi teléfono sonó. Un suspiro fue liberado de mis labios antes de que diera palmadas en la superficie a mi derecha. La pantalla brillante, mis ojos entrecerrados mientras sostenía el teléfono por encima de mi cara.

De: Guillermo.

"Te gustaría ponernos al día mañana?"

Sonreí antes de responder, decidiendo que debíamos reunirnos en la cafetería local. Yo no estaba muy interesado en las bebidas calientes pero hacían un batido de frutas muy bueno. Frank y Samuel se nos unirían y me di cuenta lo mucho que extrañaba a mis amigos. Habían pasado muchas cosas desde que la última vez que habíamos hablado. Había estado tan envuelto en Miguel que ni siquiera les había contado que ahora era su novio.

Tenía la sensación de que estarían curiosos acerca de nuestra situación. Habíamos llegado a ser muy unidos. Ellos no sabían nada de los dolorosos acontecimientos del pasado de Miguel. Pero eso era algo que mantendría entre Miguel y yo. No necesitaban saber acerca de su padre o lo que él había hecho. Miguel confiaba en mí.

Era casi como si Miguel supiera que mi mente estaba pensando en él. Sonreí al leer el texto que acababa de llegar a mi teléfono.

De: Miguel
"Buenas noches, Precioso."

Sus sencillas palabras me hicieron sonreír. Y esa noche, mis sueños fueron únicamente sobre el impresionante muchacho de pelo lacio.

***

Me di la vuelta gruñendo en cuanto una mano agarró mi hombro, suavemente sacudiéndome para que despertara.

"Rub.".

"Ugh".

Una risa divertida sonando. Tardé unos segundos en reconocer el alegre ruido antes de que me levantara hacia arriba, apretando a mi madre en un fuerte abrazo.

"Mamá". Sonreí. "Te extrañé tanto."

Me besó en la parte superior de la cabeza mientras la abrazaba. Durante la hora siguiente, mi madre se sentó en mi cama mientras hablábamos. Nuestro gato negro se acurrucó en su regazo mientras lo acariciaba suavemente. El pariente enfermo que había visitado estaba teniendo una recuperación gradual en el hospital. Ella creía que estaría plenamente recuperado la próxima semana o así. Bueno, esa era su propia opinión médica. Debido al tiempo que estuvo alejada, mi madre tendría que tomar algunos turnos de noche en el hospital local, donde ella trabajaba como enfermera. Aunque ahora estaba en casa, su reloj biológico la tendría durmiendo durante el día para acostumbrarla a su trabajo en la noche. Estaba decepcionado, pero no había mucho que pudiera hacer al respecto.

***

Gire mi pajilla en la bebida con sabor a fruta, mientras escuchaba la conversación de los otros chicos. Mi mente en otras cosas. Cuando levanté la vista, la cabeza de Frank estaba inclinada, sus ojos intrigados puestos en mi cara. Me dio una mirada interrogante antes de hablar.

dark ↮rubelangel™Where stories live. Discover now