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La siguiente imagen me dejó sin aliento. Por supuesto, Miguel se veía hermoso. Los ojos brillantes y sus cabellos revueltos infaltables. Sus labios rosados se extendieron en una amplia sonrisa, la cabeza inclinada lejos de la cámara. Si yo hubiera estado buscando subjetivamente, no habría ninguna duda de que el chico de la foto estaba herido por completo. Yo estaba preparado para que el flash se apagara. La cámara había captado un momento que yo solo pensaba posible en esas viejas fotografías de blanco y negro, esas de parejas que se reúnen después de un largo tiempo de separación.

"Es precioso, ¿verdad?" Cuestionó la voz de una mujer.

Rápidamente puse las fotos en mi mochila, no estaba preparado para la compañía. Después de alistarme interiormente, giré para ver a una señora bastante grande al lado mío. Su pelo corto, ligeramente canoso, disparaba arriba de su cabeza. El vestido que llevaba era casi hasta el suelo con patrones de remolinos artísticos. Me distraje por el vaivén de sus pendientes ostentosos mientras esperaba mi respuesta.

"Oh sí, creo que es brillante."
"Sean tiene un talento único."

Asentí con la cabeza en acuerdo mientras continuábamos observando la obra de arte colgada en la pared. Sin embargo, la pausa en la conversación no duro mucho ya que había oído que la mujer chasqueaba disgustada. Yo curiosamente seguí su línea de visión, sorprendido al llegar a Miguel. El estaba haciendo su camino a través de la galería a la pared del fondo.

"En cuanto a aquel, un chico como él nunca va a ser bueno." Casi escupió. "He oído que ha estado en una cantidad inimaginable de peleas. Solo deberían encerrarlo, librarnos de todos los problemas."

La forma en que hablaba me causaba una molestia que se construía dentro de mí. Ella no sabía nada.

"No está bien juzgar cuando no lo conoces." Respondí algo cortante.
Sus cejas se levantaron con mi desacuerdo formando una línea curva, obviamente esperando que asintiera con la cabeza junto con su opinión.
"Bueno, ciertamente no es alguien con quien me gustaría que una hija mía saliera." Ella hablo con orgullo.

Ya había tenido suficiente de la conversación y su estúpido sentido de vestir.

"Bien, porque él es mi novio."

Sus labios rojos se separaron por mi declaración, sus pendientes todavía se balanceaban torpemente. Me dirigí lejos, girando momentos más tarde después de recoger mis pensamientos.

"Ah, y ¡es bueno cogiendo!"

"¿Cómo te atreves?" Ella levantó su voz.

"Vete a la mierda."

Con mucho gusto me aleje, buscando entre la multitud a Miguel quien había perdido de vista. Reconocí su pelo revuelto oscurecido al instante, su postura recta mientras en voz baja examinaba la pintura. La chaqueta que llevaba estirada a través de la amplia extensión de sus hombros. Todo lo que quería hacer era jugar con los pequeños cabellos lacios de su cabello en la nuca de su cuello.
Llegue a estar al lado de él haciendo que nuestros brazos se rozaran ligeramente.

"¿Dónde estabas?" Preguntó Miguel.

"Estaba defendiendo tu honor."

"¿En serio?"

"Si."

"Oh, bien, gracias." El respondió con humor.

La charla de la gente era un gran contraste con nuestro silencio mientras los dos mirábamos la lona de la pared. Salpicaduras de tonos oscuros cubrían la pintura, creando algo que llamaría un lio y no arte. Por otra parte, yo no tenía un hueso artístico en mi cuerpo.

"No tengo ni idea de lo que estamos viendo." Admití en voz alta.

"Yo tampoco." Miguel se rio entre dientes. "Creo que se supone que debe representar tu alma o algo así. No tengo ni la mitad de idea de lo que las cosas de aquí se tratan."

"Eso hace que seamos dos."

Me imagine que era un momento tan bueno como cualquier otro, ahora que había hablado.

"Me dejaste salir de tu carro por mí mismo." Bromee, empujando ligeramente su brazo con mi codo.

"Estoy tratando de cambiar." Miguel hizo una pausa, mirándome a mí. Sus ojos tenían una sensación de vulnerabilidad, pasando de forma rápida a la siguiente pintura.

"Me di cuenta."
"Yo no te quiero ahogar, me refiero... No quiero que te asustes." El hizo una mueca. "He estado pensando en nosotros el último par de días. Lo que tenemos, no quiero que termine."

"Yo tampoco." Admití en voz baja. "Pero no cambies demasiado. Me gusta bastante la cosa de lo de chico malo." Yo tímidamente bromee.
Su risa dibujo una sonrisa en mi cara, fue reciproco. Era uno de mis sonidos favoritos.

"Te amo." Miguel hablo en voz baja, en broma golpeando mi brazo.
El rubor en sus mejillas era una especie de cosa rara. Pero antes de que pudiera reiterar mis sentimientos el tono estridente de la mujer de antes me hizo desviar mi atención.

"Es el." Me señaló con el dedo a mí, notificando a la seguridad de mi presencia.

Agarre la mano de Miguel, empujándolo por mi camino entre la multitud para encontrar un lugar protegido en un banco. El se dejo caer cerca de mi derecha, nuestros muslos frotaron mientras yo ajustaba el material de mi mochila.

"¿Por qué nos escondemos?" Se rió Miguel.

Le agarre el hombro y me incline a su oído para dejar en claro que las palabras que estaban destinadas eran solo para él.

"Yo también te amo." Susurré.

Mi sonrisa incontrolable presiono a la suya en un beso, mis dedos se perdieron en su pelo mientras sus extremidades se clavaron en mi cintura. Las numerosas personas paseando tranquilamente hicieron caso omiso de nuestra sesión de besuqueo caliente, a excepción de una.

"Es el, ¡el que fue grosero conmigo!"

Miguel se alejó, la diversión brillando en sus ojos mientras me miraba a mí y luego a la mujer regordeta.

"' ¿Qué le dijiste? ¿Paso esto cuando estabas defendiendo mi honor?" Cuestionó él.

Arrugue la nariz, riendo mientras yo asentía.

"¡Me gustaría que sacaran a los dos afuera!" Continuó la mujer molestando al guardia de seguridad que parecía aburrido.

La ignore mientras ponía mi mano sobre el muslo de Miguel antes de apretar suavemente. Yo sabía que el también podía sentir las chispas, los incombustibles actuales que se ejecutaban a través de nuestros cuerpos.

"Llévame de vuelta a tu departamento." Casi sin aliento dije las instrucciones.
"Con mucho gusto."

La señora tropezó, agarrándose del brazo del hombre robusto para recuperar el equilibrio cuando Miguel se levanto bruscamente. Mi mano fue tomada posesivamente, guiándome con él. Ella se veía temerosa cuando su altura se cernía sobre mí, el marco de Miguel superior al de ella.

"Disculpe." El pidió.

La mujer dio un paso vacilante hacia la derecha, abriendo camino para que Miguel procediera.

"nos vemos más tarde, Ian." Miguel casualmente llamó de regreso.

"Muy bien, Mangel." Respondió el guardia de seguridad.

¿Acaso conocía a todo el mundo? Reflexione sobre el pensamiento mientras me apresure en decir adiós a Sean que estaba rodeado de un grupo de personas de arte. Pronto estuvimos en el alivio del aire de la noche, mi cuerpo girando hacia Miguel mientras se volteaba para mirarme.

"No puedo esperar a sacarte esa ropa." Gruñó.

Lo mire en estado de shock cuando me estaba levantando en el calor familiar de su duro pecho, Miguel comenzó a caminar conmigo en sus brazos hacia el coche.


¿Seríahijaputa si lo dejará aquí? :,v    


Perdón por los errores como falta de comas y acentos. La narración igualmente pésima. Sorry. 

dark ↮rubelangel™Where stories live. Discover now