Draco no entendía lo que hacía, estaba mal, él siempre había amado a Hermione, pero ahora besaba a Sarah y se ponía celoso de que fuera su hijo y no él quien se fuera a encargar del bebé de la chica. A Draco le molestaba mucho aquel pequeño detalle, era su hijo, fruto de su amor por Sarah, aunque claro eso no podía saberse jamás. Era más de veinte años mayor que ella y su compañera de trabajo.
No paraba de darle vueltas a lo mismo, pero por mucho que lo pensara no podía deshacer nada. Sin saber como sumido en sus pensamientos acaba en la torre de astronomía, asomado por la barandilla, oliendo profundamente ese olor a hierba recién cortada que tanto le gustaba
- Cada noche huelo ese mismo olor, en mis sueños, junto con tu rostro.
Draco se da la vuelta y ve de quien proviene esa voz, Hermione.
- ¿Cada noche?- Dice el chico mirando al suelo.
- Si...- Le contesta ella sonriendo, parece algo avergonzada.- Pero no se lo digas a Ronald.
Draco se da la vuelta y apoya los antebrazos en la barandilla. Hermione lo sigue y hace lo mismo. Su camisa se levantó levemente dejando al aire parte de la cicatriz que Bellatrix le hizo cuando escribió con u cuchillo en su piel "sangre sucia".
- Dios mio... Había olvidado esto...- Draco parece verdaderamente dolido.
- Y yo esto...- Contesta Hermione levantando la manga de la camisa de Draco dejando al aire su marca de mortífago.- Yo...
- No digas nada, no tenemos por qué avergonzarnos de estas marcas, ninguna es cierta.
Hermione mira a Draco a los ojos, ambos notan algo, se miran como solían hacerlo cuando iban a Hogwarts, como cuando se veían a escondidas y no podían evitar dejar que sus mutuos sentimientos salieran sin detenerlos.
Draco se inclina, acerca sus labios a los de Hermione, están a punto de rozarse. Hermione nota la respiración acelerada de Draco, quiere que sus labios se junten y no se vuelvan a separar. Pero no puede permitirlo. Se aleja bruscamente de él.
- No, lo siento, Draco estoy casada.
- Lo siento, lo sé, no, no quería.
- No mientas, si que querías y yo también pero no podemos. Ahora debes preocuparte de otras cosas, te recuerdo que vas a tener un hijo con una veinteañera que da clases aquí.
Draco pone los ojos en blanco, pero en ese momento llega una lechuza marrón y le entrega una carta a Hermione. Ella la abre y la lee. La cara que pone no indica buenas noticias.
- Es Ronald.- Dice ella. Draco la mira asustado, a saber.
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Hola hola, bueno, llevo como siglos sin escribir, pero bueno ya está aquí el nuevo capítulo, aquí ya hay Dramione siiii, bueno y ahora se complican las cosas. Besitos gracias por leer, comentad y votad, gracias.