-¡Felicidades!
Pegué un grito. Mi sueño se acababa de ver interrumpido por tres locas. ¿No esperarían que las abrazase?
-¿Pero qué hacéis?
-Tranquila, a mí me lo han hecho hace cinco minutos.
Me sonrió mi hermana, ya vestida. De hecho, era la única que no llevaba el pijama.
Sara fue la primera en darme un gran abrazo, luego vino Nair y por último, Sonia. Esta fue algo más sobria en su abrazo, pero no esperaba mucho. Rocío me abrazó con fuerza.
-Feliz cumple, tía-lo dijimos a la vez.
-Y luego yo soy la rara-susurró Sara.
Me reí. Todas nos vestimos y fuimos al comedor. Desayunamos entre felicitaciones de los que lo sabían.
-Ahora que sois mayores de edad, podemos hacer party-hard.
-Si pudiéramos salir de aquí, sí. Pero no es el caso, Sara, así que olvidalo.
-Jo... Es que me aburro, y podríamos hacer algo por vuestro cumple...
-Si queréis hacer algo por mí, aprobad ese examen-asintió Rocío.
-Tranquila. Nos tuviste dos noches con eso, te aseguro que vamos a aprobar-la relajó Nair.
-¿Todos?-dijo Sara-. Porque hay algunos que no dan palo al agua.
Recordé lo que había visto hace dos noches y miré a Rocío como loca.
-¿Y a ti qué te ha picado ahora?
-Carlos, tú, beso.
-¿Hablas indio?-Sara me miraba raro.
-¿Te has besado con Carlos?-Nair sí lo entendió.
Rocío asintió, roja como su pelo.
-¡Pero eso es genial! Así aprobará.
-No sé si por eso... Pero le he dicho que hablaremos del tema si aprueba el examen.
-Que lista eres, hija...
-Deberíamos irnos. El examen dura dos horas...