Capítulo 42

215 21 1
                                    

—¿Q-qué haces?

No podía negar que estaba asustada. Me miraba raro, tenía la horrible sensación de que era mi último día en la tierra. El bate estaba demasiado lejos para que pudiera alcanzarlo, y por si fuera poco, la única testigo estaba frita. Si me mataba, no se enteraría.

—Quiero pedirte disculpas.

Osea... ¿Qué? La mala uva, ¿disculpándose?

—Sé que he sido muy borde, sobre todo contigo. Lo siento de verdad. Soy bastante tímida, me cuesta hacer amigos y suelo recurrir a una capa de maldad. Me costó siglos acostumbrarme a Nair y Sara, para que ahora aparezcais vosotras. Pero no quiero llevarme mal contigo, así que enterremos el hacha de guerra. ¿Te parece bien?

Me miraba con sus ojos azules. Quería hacerlo, mi corazón decía que debía perdonarla. Todos tenemos algún amigo más tímido. Pero mi conciencia gritaba: "Alarma. Cometes un error". Aún hoy día, sigo sin entender qué decía mi conciencia.

—Vale—sonreí.

Estrechamos nuestras manos y me abrazó, con una risilla.

—Me alegro de que por fin seamos amigas.

—¡Ostias!—Nair se levantó de rebote, asustada.

—¿Y a ti qué te ha picado?

—Acabo de acordarme de algo que vi ayer cuando me emborraché.

Sonia y yo nos miramos, asustadas. Justo entonces, entró Sara, contenta.

—¡Tú!—Nair la señaló, enfurecida.

—¿Qué?—miró con interrogación a las tres.

—¡Ayer te enrollaste con Blas!—acusó, haciendo que mi boca se abriera. Sara se puso pálida.

—Yo...

—Tú nada. ¡No eres capaz ni de decirme algo! ¡Se supone que eres mi mejor amiga!

—Estabas borracha, y no tuvo importancia. Solo fue un beso.

—Já, un beso. Pau, ¿qué opinas?

—Hombre... Él ya no es mi novio, así que si quieres...

—¿Qué? ¡No! Solo fue un impulso. No volverá a pasar.

—Ya, ya...—dijimos a la vez.


Internadas (Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora