Capítulo 40

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-¿Puedes ir a ver qué pasa?-temblé. Estaba bastante asustada.

-¿Yo? No, ve tú.

-Menudo hombre eres. Yo soy la chica, haz el favor de ver qué pasa...

Dani se negaba. Menuda madurez. ¿De verdad tenía que hacerlo yo por su miedo, tragándome el mío? Pues sí, eso parecía.

Caminé despacio, con Dani detrás. Adiós al machismo, gracias a personas como él. Abrí la puerta, sin saber que me encontraría. Me quedé paralizada.

Por suerte, no conocía a la persona, más que de vista. Era una chica, de un año menos. La posición en la que se situaba lo hacía aún más asqueroso.

-Ay, dios...-susurró el rubio detrás de mí-. Tenemos que llamar al director.

-Aún no, Dani. La mayoría no han vuelto de la fiesta, y como los pille están jodidos.

A la mañana siguiente, cuando todos habían vuelto, hablamos con el director. La policía se llevó el cuerpo, como había hecho las anteriores veces y nos fuimos a desayunar.

-¡Hola!-exclamé, de la mano de mi novio. Eso sonaba bien.

-Uf, cállate. Me va a explotar la cabeza-Nair se la masajeó.

-¿Y a ti qué te ha pasado?

-Que cuando dice que se capaz de controlarse... no es cierto-suspiró Sara-. Me fui dos minutos a buscar a Rocío y se bebió tres cervezas. Se supone que la madura es ella, ¿por qué tengo que cuidarla siempre?

-Porque su problema se puede evitar, y nadie lo evitó-me senté, riéndome-. ¿Encontraste a Rocío?

-No, no apareció. Y tampoco ha dormido aquí-susurró Nair, muerta por la resaca.

-¿Qué?-miré a Carlos. No estaba prestando atención a la conversación. Él sí había dormido en el internado. ¿Dónde estaba ella?

-¿Por qué me miráis así?-levantó los ojos del móvil, extrañado.

-¿Sabes dónde está tu novia?-Dani preguntó.

-Ni idea. Desapareció un rato después de tenderos la trampa.

-¿De veras? Pues yo la estoy viendo ahora mismo entrar con muletas-comentó David.

Nos giramos todos a mirar. David estaba en lo cierto. ¿Pero qué le había pasado?

-¿Dónde has estado? ¿Qué te ha pasado? ¿Estás bien?

-¿Te han atropellado?-dijo Sonia, tratando de parecer graciosa.

Miré mal a Sonia. No tenía gracia.

-No me han atropellado. Quería volver al internado y me caí en un barranco. Yo solita.

No pensaba decir sobre Álvaro, o sobre el misterioso sujeto que había hecho que cayera.

Internadas (Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora