Una flor sin pétalos

By G-Kuin

227K 18.2K 2.5K

Todos en algún momento de la vida, nos encontramos con alguien en nuestro camino. Una persona a quien no pued... More

Llegó el día. (Capítulo 1)
Idiota. (Capítulo 2)
Preparándome. (Capítulo 3)
Me llamo Jimin. (Capítulo 4)
¿Qué le pasa? (Capítulo 5)
Bajo el mismo techo. (Capítulo 6)
No soy su criada. (Capítulo 7)
La primera noche juntos. (Capítulo 8)
Págamelo después. (Capítulo 9)
Una confesión de Jimin. (Capítulo 10)
¿Interrumpo algo? (Capítulo 11)
Ahora lo sé. (Capítulo 12)
Él no es mío. (Capítulo 13)
Sólo una amiga. (Capítulo 14)
¿Verdad, o mentira? (Capítulo 15)
Házmelo saber. (Capítulo 16)
Miedo. (Capítulo 17)
¿Qué pasó aquí? (Capítulo 18)
¿Qué me está pasando? (Capítulo 19)
Las cosas van en serio. (Capítulo 20)
¿Café? no lo creo. (Capítulo 21)
¿Es una cita? (Capítulo 22)
Sé que está mal. (Capítulo 23)
Del odio al amor. (Capítulo 24)
Cúrame. (Capítulo 25)
Regreso a casa. (Capítulo 26)
¿Los Ángeles? (Capítulo 27)
Lo prometo. (Capítulo 28)
Así te quiero. (Capítulo 29)
Sin límites. (Capítulo 30)
Te amo. (Capítulo 31)
Juntos. (Capítulo 32)
Incapaz. (Capítulo 33)
Amor antibalas. (Capítulo 34)
Margaritas (Capítulo 35)
El momento en que te perdí. (Capítulo 36)
Por favor... (Capítulo 37)
Plumas. (Capítulo 38)
Morir de amor. (Capítulo 39)
¡PREGUNTA!
Amor de papel. (Capítulo 40)
Dejarlo ir. (Capítulo 41)
Nuevo camino. (Capítulo 42)
Realmente. (Capítulo 43)
Un hecho irremediable. (Capítulo 44)
Feliz cumpleaños. (Capítulo 45)
Esa mujer. (Capítulo 46)
Tú. (Capítulo 47)
Esperanza. (Capítulo 48)
Conflicto. (Capítulo 49)
Comercial ╮(─▽─)╭
Enferma. (Capítulo 50)
¡AVISO!
5 minutos. (Capítulo 51)
Mil por hora. (Capítulo 52)
Mírame. (Capítulo 53)
Avanzar. (Capítulo 55)
Quizá. (Capítulo 56)
Deshojando al corazón. (Capítulo 57)
Ya no más. (Capítulo 58)
He vuelto.

Brindemos. (Capítulo 54)

2.3K 207 7
By G-Kuin

Sentí un ligero jalón hacia atrás, girando así sobre mis talones.

SooYun.

Me quedé en completo silencio, mirándolo. Sólo estaba ahí parado, tomándome del brazo, y me estaba sonriendo, pero lucía tan... diferente. Tan... ¿amigable?

—SooYun... —pronuncié. 

—Hola, ¿qué haces aquí? —me sonreía.  

—Oh, eso... Espero a alguien.  

—¿Jimin? —alzó la ceja.

Tragué saliva.

—¿Por qué piensas eso? —negué con la cabeza.

—Escuché que volvió.

—Ah, sí pero...

—¿Se reconciliaron? —me interrumpió.

—¿Qué? —fruncí el ceño.

—Lo siento, aún no entiendo que debo dejar de meterme en asuntos que no son míos —se rió un poco, rascándose la cabeza.

—Claro... —lo miré con cierta indiferencia. ¿A qué se refería? 

—Bueno, tengo qué irme. Ten cuidado, ¿de acuerdo? No andes por ahí sola de noche, es peligroso. Te veo después ¿si? —me soltó el brazo, y se marchó al instante.

Ni siquiera me dio tiempo de preguntarle, fuera por cortesía o no,  cómo se encontraba, o qué más había pasado desde aquella noche. La última vez que lo vi, no había sido un buen momento.

Me quedé ahí, parada, mirándolo alejarse. ¿Ese era el SooYun que conocía? ¿Ese chico violento, grosero y lleno problemas? 

No, definitivamente no lo era. Había algo muy diferente en él, algo positivo. Posiblemente, en verdad había cambiado como dijo aquella noche. 

Sonreí para mí misma. En el fondo, parte de mí se alegraba por él, nadie podía ser tan malo para siempre. 

Suspiré.

Me di la media vuelta para seguir mi camino, pero justo al instante di un saltito por la impresión. Suga estaba enfrente de mí.

—¿Qué hacías hablando con él? —lucía extrañado.

—Yo...

—¿Te hizo daño? —me interrumpió, abrazándome impaciente.

—Suga, tranquilízate, no pasó nada —enredé mis brazos en su torso.

—¿Estás segura? 

—Sí, tranquilo —sobé su espalda. 

Amaba que se preocupara por mí.

—Es que, no puedo ni verle la cara a ese tipo... —me apretó a él.

—No es tan malo como piensas... —apreté los labios.

—¿Que no es tan malo? Por favor, es un maldito desgraciado y...

Lo besé, para que dejase de hablar.

Y vaya que lo hizo. La tensión de sus hombros desapareció casi al instante y me dejó adueñarme de su boca en segundos . Lo apreté a mí, acariciando su espalda. Amaba tenerlo así.

Nos detuvimos, y me sonrió.

—Amo cuando tomas la iniciativa... —se mordió los labios. Sí, definitivamente ya no estaba molesto.

—Tú me haces tomarla —dije coqueta.

Me sonrió de nuevo.

—Ven, vamonos —tomó mi mano, y caminamos a su auto.

Subimos y nos pusimos el cinturón de seguridad.

—Y... ¿Qué quieres hacer? —pregunté, cuando Suga metía las llaves.

—Bueno, podemos ir a mi casa como dijiste ayer. Me cancelaste a último momento pero...

—Sí, lo siento por eso, no tenía planeado todo lo que pasaría hoy... —suspiré— Pero, vayamos a tu casa —le sonreí. 

—Vayamos entonces —sonrió con los labios.

Suga arrancó el auto, alejándonos del lugar después de echarle un último vistazo al edificio.

Seguía algo inquieta y preocupada de no haber hecho nada de lo que me había pedido Scott, además estaba segura de que se enteraría del escándalo que había causado en el primer piso. 

Sí, me esperaba un buen regaño.

—¿Estás bien? —me preguntó, al notar mi inquietud.

—Sí, no es nada... Es sólo que, mi jefe seguramente estará decepcionado de mí mañana.

—¿Por qué?

—Me pidió hacer ciertas cosas y... 

—¿Lo tomaste a la ligera?

—Algo así —me encogí de hombros.

—Bueno, habla con él mañana y pídele una disculpa. Sólo asegúrate de que no vuelva a suceder algo así. 

—Lo haré, créeme. Además, los tontos de Eun Ji y Tae Hyung me quitaron casi todo el día. Creo que fue mala idea haberlos invitado. Si me despiden, les echaré la culpa a ellos —reí.

—¿Qué? ¿Tuviste a esos dos de invitados? ¿No rompieron algo? —preguntó divertido.

—Por suerte no, pero estaba segura que lo harían en cualquier momento —me reía.

—Bueno, entonces tuviste suerte —se rió también. 

—Lo sé, pero esos dos consumieron todo mi día hasta terminar haciendo nada, además llegó también Jimin y... —reaccioné. 

Tragué en seco. 

Mierda.

Noté al instante, cómo Suga apretó el volante discretamente con su mano. Carajo, carajo, había metido la pata.

—¿Aún lo ves? —preguntó sin expresiones, mirando al frente mientras conducía.

—Suga, no... Por supuesto que no, yo...

—¿Entonces qué mierda hacía ahí? —me interrumpió—. Lo vi, Giselle. Lo vi cuando subía a su auto antes de que tú salieras. No quise decirte nada porque creí que había sido una coincidencia pero...

—Suga, escúchame —lo interrumpí—. No tengo nada que ver con él. Sí, lo vi y lo admito, estuvo incluso en mi oficina —apreté los labios—. Pero puedes estar seguro de que las cosas entre él y yo, terminaron.

Terminaron.

—¿Entonces es él quien te está molestando? —parecía molesto.

—Mira, ni siquiera yo lo se del todo pero, tiene cierto asunto con mi jefe. Es por eso que ha ido al edificio estos días, yo soy la encargada de tomar sus citas y atenderlo, es mi trabajo... Fue sólo una coincidencia que ambos tenemos que soportar —me encogí de hombros.

Se quedó en silencio, mirando al frente. 

Sí, definitivamente estaba celoso.

—¿Me prometes que es verdad? —apretó los labios.

—Te lo prometo —hablé firme.

Suspiró.

—Perdóname por haberme exaltado...

—Está bien, no importa. Perdóname por haberte hecho pensar así —puse mi mano en la suya. 

Sonrió con los labios.

—¿Te gustaría que te lleve a cenar algo? —preguntó contento. 

Sí, Suga podía a llegar a ser muy, muy bipolar.

—Seguro —le sonreí. La verdad estaba hambrienta.

Después de haber pasado ese pequeño momento de tensión, el ambiente volvió a la normalidad. 

Suga condujo por algunos minutos más, y llegamos a un pequeño restaurante que estaba de paso. Bajamos del auto y nos dirigimos adentro. A pesar de ser pequeño era muy lindo y acogedor, la comida era casera, y eso la hacía mucho mejor.

Al pasar aproximadamente 1 hora de estar comiendo, y sólo hablando de tonterías, regresamos de nuevo al auto. Estaba satisfecha, y con ganas de dormir a penas y tocara un colchón. 

—Gracias por la cena —le dije cuando entró al coche.

—No agradezcas, tengo que mantenerte carnosa como me gusta —sonrió pícaramente.

—¡Hey! —golpeé su brazo.

Soltó una pequeña carcajada y encendió el auto.  

Y después de unos minutos más de conducir por el centro de la ciudad, llegamos por fin a casa de Suga. No tenía ni idea de que vivía en un departamento.

Bajamos del auto y entramos al edificio de unos 20 pisos de alto. Era muy elegante, amplio y bonito. Nos metimos en el ascensor y pulsó el número 18. 

Las puertas se abrieron después de haber subido. Salimos, y nos dirigimos por el pasillo hasta su puerta. 

Dios, era divino.  

Lo más moderno que había visto, en tonos blancos, rojos y tintos. El piso de mármol negro, cortinas por todos lados cubriendo las enormes ventanas que iban desde el suelo hasta el techo, y la luz tan tenue y obscura a la vez era tan perfecta. Simplemente impecable.

—¿Te agrada? —preguntó divertido, al ver mi cara, mientras se quitaba la chaqueta. 

—¿Cómo pagas esto tú solo? —pregunté, incrédula. 

—Bueno, tengo mis métodos —se encogió de hombros—. Además, papá aún me manda algo de dinero de vez en cuando.

El padre de Suga era una persona influyente en las cuestiones políticas del país, así que sí, vaya que tenía dinero. Sus padres eran divorciados, pero aún tenían una buena comunicación.

—Me encanta, está lindísimo.

—Me alegra oír eso —sonrió—. ¿Quieres algo de tomar? —caminó a la cocina.

—Sí, por favor —me senté en el sofá blanco.

Mientras Suga estaba en la cocina, yo tomé mi teléfono, eran las 11:17 pm. Revisé si no había alguna llamada, o algún mensaje "amigable" de Scott.

Y en efecto, lo había.

Scott: Te espero en mi oficina mañana temprano. Que pases una buena noche. 10:36 pm.

Me mordí los labios, nerviosa. Definitivamente se había molestado.

Y al instante Suga regresó, sacándome de mis malos pensamientos.

—Tal vez no deberíamos pero... Brindemos —apareció con una botella de vino tinto y dos copas en las manos.

—¿Brindar? —ladeé la cabeza.

—Sí —puso las cosas en la mesa de cristal frente al sofá, y se sentó junto a mí.

—¿Brindar por qué?

—Porque se me da la gana —destapó la botella.

Reí. 

—Bueno, suena lógico para mí —dije divertida. 

Sirvió ambas copas al mismo nivel y las levantamos al aire.

—Porque se nos da la gana —dijo, sonriéndome. 

—Porque se nos da la gana —repetí.

Y chocamos el cristal, bebiendo el vino hasta el fondo. 

*

Ya habían pasado horas. 

Suga había puesto algo de música en el estéreo, mientras charlábamos vagamente y bebíamos sin prisa. Nos habíamos terminado casi toda la botella entera nosotros solos. Mis piernas apenas y las sentía, lo bueno era que seguía sentada, sino seguramente ya me habría caído. El rostro ya no lo sentía para nada, y mi cuerpo se sentía como una pluma en el agua.

Sí, definitivamente estaba ebria. 

Suga lucía incluso menos estable que yo, sólo un poco, porque se reía de absolutamente todo, pero de igual manera a ambos se nos habían subido los tragos de más. 

Entonces mi teléfono comenzó a sonar. 

¿S-si? —respondí, tratando de sonar sobria.

Cariño, ¿dónde estás?

Oh, mamá... Aún estoy con Suga —apreté los labios.

¿Y a qué hora piensas regresar? Ya pasa de la 1 de la mañana, jovencita.

¿Qué? —miré el reloj. Era la 1:37 am. 

Me quedé sorprendida, ni siquiera me percaté de lo rápido que habían pasado las horas. 

Lo siento, no tomé la noción del tiempo... —me dio hipo.

Bueno, sólo asegúrate de regresar pronto, sé que ya puedes cuidarte sola pero me da pendiente que estés fuera de casa tan tarde.

Pues, podría dormir aquí esta noche —reí, bromeando.

Ni siquiera yo sabía lo que decía.

Está bien, sólo asegúrate de no faltar al trabajo.

Me quedé en silencio.

¿Qué?

Mamá, era broma. No hablaba en serio —aún tenía hipo.

Yo sí.

¿Eh? —fruncí el ceño. 

Suga sólo me miraba, mientras se bebía el resto de la botella junto a mí.

Cariño, créeme que me siento más preocupada de que regreses a esta hora, a que te quedes en casa de Suga. 

¿Hablas en serio?

Por supuesto. Él es un buen muchacho, además, creo que tienes la edad suficiente como para actuar de manera madura en una situación así —sabía a lo que se refería. 

Apreté los labios, tratando de esconder una sonrisa. Apreciaba demasiado que me tuviera tanta confianza.

Entonces... ¿te veo mañana? —le dije.

Más te vale, diablilla —reí—. Por cierto, antes de que se me olvide, alguien estuvo preguntando por ti hace un rato.

¿Quién?

No lo sé, llamó a la casa varias veces pero no dijo su nombre. 

Fruncí el ceño.

Qué extraño... 

¿Scott tal vez? No, me habría marcado a mi teléfono directamente. 

Bueno, ya es tarde, ve a dormir. AMBOS, vayan a dormir —resaltó su sarcasmo.

Sí mamá —rodé los ojos, algo divertida. 

Cuídate cariño. Hasta mañana. 

Hasta mañana. 

Colgué la llamada.

—¿Qué pasó? —preguntó Suga, mirándome curioso. 

—¿Qué tan grande es tu cama? —ladee la cabeza, sintiendo los ojos muy pesados. 





Continue Reading

You'll Also Like

167K 9.6K 17
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...
96.6K 4K 32
𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭, +16, 𝐜𝐮𝐭𝐞 todos los personajes son mayores de edad todos los personajes le pertenecen a Haruichi Furudate <3
552K 74.9K 45
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
162K 12.3K 77
"Moriría por tí" • Historia de Alexa Grimes, de 22 años, Militar, hija del Sheriff Rick Grimes. En medio del apocalipsis conoce a Daryl Dixon, un ca...