Bueno, mirandolo a posteriori, puede que no fuera una idea tan brillante lo de... Esto...., ya sabeis, irme a casa con unos tios que no conozco de nada.
Al final resulta que la supuesta casa un apartamentucho de 20 metros cuadrados con un pequeño cubiculo de cuarto de baño y una ventana de 15 × 15, solo habia dos camas el litera, una mesa, dos armaritos, y una pequeña cocina, bueno, si lo que entiendes por cocina es un triste fogón y un microondas, con una mininevera, y claro, en la mesa, un televisor de pantalla plana con una X-box, y una PS4, que parecian valer mas que todo el apartamento junto. Claro, si tienes videojuegos, ¿para que quieres comida?
Solo una palabra:
Chicos...
¿Quien los entiende?
Bueno, el caso es que Nico, (sorprendentemente) me prestó su cama como todo un caballero, unos modales impecables, e de decir, me sorprendió.
Yo pensaba que sería el típico muchacho gotico que se hacia el malote y hacia un drama de una uña rota.
Puede que estuviera equivocada, la situación fue algo así:
Al entrar por la puerta, (despues de pasar por un par de angostos callejones que dejaban mucho que desear) me quede sorprendida de la claustrofobia que sentí al entrar en aquel minusculo habitaculo.
-¿Cuando fue el derrumbamiento? - pregunté yo mientras pasaba la mirada por aquellas paredes de color beis sucio.
-¿Que? - preguntaron ellos confusos.
-Oh, lo siento, pensé que la otra mitad del apartamento se habia destruido - bromeé yo, haciendome la inocente, a la vez que pasaba la mano por uno de mis largos bucles rubio ceniza.
Ellos rieron ante aquello, y se dispusieron a explicarmelo, bueno, Jason me lo explicó, Nico se fue al baño a ponerse el pijama (o eso supuse yo).
- La verdad es que no planeabamos quedarnos por aquí mucho tiempo, solo teníamos que hacer un recado para... Un amigo - titubeó él un tanto nervioso, decidí dejarlo pasar, aunque claro, puede que cambiara de opinión rápido, soy una adolescente, somos famosas por eso, ¿quien osaría desafiar a un cliché?
- Aah,eso lo explica todo, -rectifiqué - bueno, casi todo.
-¿Casi? - dijo él como temiéndose lo peor.
- Claro, no explica como es que ahí hay un pijama de rayitos y truenos ¿que tienen, cinco años? - bromeé yo en tono jocoso.
Él rio, aliviado por mi respuesta, poco después Nico salió del baño, vestido únicamente con unos pantalones de pijama negros (como no), lo cual me hizo sonrojar, muy en contra de mi voluntad y Jason aprovechó para entrar a cambiarse.
Entonces se me ocurrió algo en lo que no había pensado antes.
-¿Donde dormiré? - le pregunté a Nico, ni si quiera habia sofá, ¿donde se suponia que debia hecharme?
-¿En el suelo? - volví a preguntar yo, con impaciencia.
-¿!Qué¡? - parecia horrorizado - claro que no, tú dormiras en mi cama, y yo en el suelo, con una manta.
- Nico... no creo que pueda aceptar tanto, ya es mucho que me dejeis quedarme aqui, no....
-No hay discusión posible, - exclamo él, tajante, - tú eres la invitada, jo permiriré que lo pases mal, y yo, de todos modos, nunca duermo.
-¿Nunca?, ¿por qué? - pregunté yo con intriga, dejandome caer en la litera de arriba, dado que, la de abajo, es demasiado pequeña e incómoda para mi metro setenta. Aun asi Nico me sacaba un buen trecho.
¿Como podía ser que alguien no durmiera nunca?
-Cosas de familia niña - dijo él de repente enfadado.
¿Que le pasaba a aquel tío, estaba loco?
Primero pasaba de mi, luego era todo un caballero, y ahora, es un borde. Negué interiormente fon la cabeza. No hay quien le entienda.
Como Jason tardaba en salir, me tumbé en la litera, y me puse a pensar.
¿Como había llegado yo a esta situación? Hace apenas un dia mi vida era perfecta, ahora no tengo nada, y vivo en casa de unos desconocidos totales.
Entre estos alegres pensamientos, me quedé dormida.
Hasta que en mitad de la noche, me despierta un gemido terrorifico y un grañido monstruoso.