La Princesa De The Vamps ©

By CascBall

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Nada es fácil cuando no tienes padres y tienes un hermano menor. Menos aún cuando estás ligada a un pasado qu... More

Esta soy yo
1.- ¿Panqueques?
2.- Una caja de pañuelos
3.-Harry Styles
4.- Peores Amigas. Mejores Enemigas
5.- Splash
6.- Urgencia
8.-Wild Heart
9.- Preguntas
10.-FriendZone
11.- Ups
12.- ¿Qué haces aquí?
13.- Apodos, Besos y Regalos
14.- ¿Ojos grises?
15.- Error
16.- Ella
17.-¿Separarnos?
18.-Mucho
19.- La nueva
20.- Malas noticias
21.- No me iré
22.- De Negro
23.-Es hora de aclarar algunas cosas
24.- Parks Company
25.- Sin responsabilidad
26.- 2 meses

7.- ¡SOBRE MI CADÁVER!

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By CascBall

Narra Alicia:

-Vamos preciosa, te llevaré al mejor restaurante de la ciudad- dijo rodeándome con su brazo por la cintura. Me sentía feliz, linda y querida por sobre todo. Ese chico me estaba cambiando la vida.
Subimos a su auto, la noche era perfecta. Las estrellas brillaban más que otras veces. La luna, la luna era enorme. Era lo más hermoso que había visto. Él, vestía muy bien. Con su chaqueta de cuero y su camiseta blanca bajo ella, sus jeens negros y zapatos del mismo color. Su pelo alborotado a la perfección le daba un toque seductor. Sonreía satisfecho. No sabía la razón. Lo único que sabía era que yo también lo hacía, sonreía. Sonreía porque al fin el chico que tanto me llamaba la atención estaba en otra cita conmigo. Todo era irreal. Conducía tranquilo con una mano en el volante y la otra en los cambios. Yo miraba el camino tranquila.
Ya estando en el centro de la ciudad aceleró un poco. Pasamos fuera de un restaurante, era precioso, al parecer costoso, pero él no se detuvo.

Tal vez sea otro

Unas cuadras más allá pasamos otro restaurante y él no paró el auto. Seguía insistiendo a mi cabeza que no se preocupara, que pronto llegaríamos a nuestro destino. Confiaba en él. Tomó el camino hacia las afueras de la ciudad. Me llamó un tanto la atención, pero no me alarmé. Solo me causó intriga. Entonces incorporé de nuevo en mi asiento.

-¿Donde nos llevas?- dije y sonrió. -No te preocupes, ya llegaremos- dijo

Pasaron 10, 15, 20 minutos hasta que por fin detuvo el auto. Miré a mi alrededor y no era un restaurante cuatro estrellas, no alcanzaba ni para dos. Ni siquiera era un restaurante, no había nada. Solo una bella vista hacia el horizonte. Además de árboles, muchos árboles.
Miré hacia afuera, la noche y el clima habían cambiado. Las hojas se movían alborotadas por el fuerte viento. La luna ya no se veía. Solo daba a conocer su blanco resplandor a través de las oscuras nubes que cubrían el cielo. Algo no andaba bien.

-Bueno, si no vamos a un restaurante, bajemos a ver- dije con una mano en la puerta del auto. Traté de abrirlo, pero escuché ese ruido que hacen las puertas al cerrarlas con seguro. Él sacó las llaves del auto y las metió en su bolsillo.

-Vamos, que haces- dije un tanto angustiada. Esto no tenía buena pinta. Me miró, serio al principio. Luego con una sonrisa perturbadora. Ya no era esa sonrisa de galán, ni de buen chico. Era otra persona.

-Me estas asustando- dije. Traté de abrir la puerta sin resultados. Era inútil. Solo él podía hacerlo. -Vamos a divertirnos Ali- dijo -¿Sabes? Eres una chica hermosa. Quizá, podrías mostrarme bajo ese bonito vestido que llevas puesto. -dijo jugando con los tirantes del vestido que efectivamente llevaba puesto.

-No, no quiero hacer nada contigo. Mejor abre la puerta- dije insistiendo otra vez con la puerta .

-¿Así que no quieres? Vamos Ali preciosa, si no es por las buenas- puso su mano en mi barbilla, como si estuviera examinando cada centímetro de mi rostro- será por las malas.- su tono de voz cambió. Su actitud cambió. Su posición cambió. Ya no estaba sentado con el cuerpo en dirección al frente. Ahora estaba frente a mi, molesto. Con intensiones que no quería imaginarme.
Tomó una de mis muñecas, sin intención de soltarla y desabrochó él cinturón de su pantalón con su otra mano. Tenía que salir de ahí. Yo seguía gritándole que me soltara. Pero no lo hacía. Comenzó a besarme a la fuerza. Sentía sus fríos labios en mi cuello. Me daba asco, repugnancia. Pero no me soltaba. Insistí gritándole, "suéltame". Pero parecía disfrutarlo, reía y besaba mi cuerpo mientras lo hacía.

-Grita todo lo que quieras, no te van a oír. -dijo jadeante. Estaba desesperada. Tenía que hacer algo. Con la fuerza suficiente golpeé su abdomen con mi rodilla.

Mala idea

Se volvió más violento y apretó más mis muñecas. Esta vez estaba decidido a terminar con mi tortura. No le iba a conceder el favor. Volví a golpearlo con mi rodilla que aún seguía libre. Él instintivamente fue con sus manos a la zona afectada, así soltando las mías. Con increíble agilidad apreté él botón que abría las puertas del auto. Escuché el ruido que que confirmaba que lo había hecho y abrí la puerta. Pero él jalo mi brazo hacia adentro. -No te hagas la difícil.- tenia una pierna afuera y otra dentro del auto. Este chico, no quería jugar al té conmigo, no señor. Esto era serio.

-¡Suéltame!- grité. Él río y jaló con más fuerza. Miré el suelo y en él una roca de gran tamaño. Era mi oportunidad. La tomé y con fuerza traté de golpearlo. Pero fue más rápido y detuvo mi mano. -Chica ruda tal parece- dijo. Le escupí en la cara. Era un bastardo. Dejé caer la piedra en su pierna. No con fuerza, pero provocándole el dolor suficiente para que soltara sus sucias manos de mi. Era mi momento. ¿Pero adónde debía ir?. Estaba rodeada de árboles.
Vi un pequeño sendero entre ellos y me largué a correr. Llevaba zapatos altos, era lo más estúpido que se me había ocurrido. Jamás lo volvería hacer. Escuché sus pasos tras los míos, que se iban intensificando, al igual que sus gritos. -¡Alicia! ¡Alicia!- Pero el sendero no terminaba.

-Alicia, Alicia ¡Alicia!- eran sus ojos claros frente a mi. Respiré profundo con una bocanada de aire. Como cuando sales del agua porque te falta oxigeno y me restregué los ojos. -¿Estás bien? - me incorporé en mi cama y asentí. -Tuviste una pesadilla.

-¿Qué hora es? -dije mirando a mi alrededor

-Son las 06:32 AM. ¿Quieres agua? Estás sudando. ¿Segura que te sientes bien?

-Sí, James gracias. Por cierto, ¿que haces despierto tan temprano y, en mi cuarto a éstas horas?

-Bueno, siempre salgo a trotar un rato por las mañanas. Y pasé a la cocina por algo de comer y te escuché gritar. Me asusté, la verdad. Bajé corriendo y vi retorcerte en la cama, mientras gritabas para que alguien te soltara.

Más que una pesadilla era un maldito recuerdo. Que no había pasado por mi cabeza, hasta el otro día.

-¿Te pasa seguido?- estaba sentado frente a mi con el ceño fruncido. Tenía su mano puesta sobre mi pierna, que solo las separaba las mantas sobre ella.

-Bueno, pues no. Lo cierto es que no. Empezó otra vez desde que... tu sabes. Desde que me topé con Stefan hace una semana.

-Y ¿por qué no me lo dijiste?

-Porque no había necesidad. Además, ya se me pasará. Solo son pesadillas.

-Alicia, dime la verdad. ¿Era él quien aparecía en tu sueño?- bajé la mirada.- Vamos Alicia, me preocupa.

Dudé un segundo -Sí, era él.

-Y tu sueño... ¿era solo producto de tu mente o era un recuerdo?

-Creo que son suficientes preguntas - resoplé

-Vamos Alicia, respóndeme.

-Sí, James. Era un recuerdo. Un recuerdo que me atormenta desde más de un año. - dije con mi tono de voz un tanto elevado.
!Al darme cuenta disminuí el volumen y seguí hablando. Incluso sentí una lágrima deslizarse por mi mejilla- Y que no había pasado por mi cabeza hasta que me topé con él de nuevo. -Suspiré -Es un odioso recuerdo, que me tortura. Incluso cuando duermo.

-Podré ser algo insistente con esto pero... Necesito, necesito que me digas que hizo ese idiota.

-¿Quieres que te lo diga?- dije con la voz entrecortada. Sentía mi vista borrosa, aun así por la poca luz de la habitación se me dificultaba verlo

-Pero si no quieres, no lo hagas. No voy hacerte pasar un mal rato- tomó mi mano con comprensión

-El mal rato ya me lo hiciste pasar -Sonreí a medias y él también.- pero creo que es bueno que alguien sepa que clase de persona es él

-¿Alguien más lo sabe? -negué con la cabeza -Pues puedes estar segura que puedes confiar en mi. - limpié una lágrima con mi mano -Gracias -dije

-¿Y bien?

-Bueno, no es sencillo. No se que palabras usar. No se si es lo correcto o si...

-Alicia, solo dime.

Suspiré -Hace un año y algo más, creo. Bueno él, él trató de violarme. -Sentí apretar su mano sobre la mía y tensó la mandíbula -Era nuestra tercera cita, todo era perfecto, hasta que me llevó a hacia las afueras de la ciudad. En su auto. Pensé que veríamos el paisaje un rato, pero el puso las puertas con seguro. Entonces... -sacudí la cabeza, como tratando de borrar las imágenes de mi mente, James lo noto y con su pulgar acarició mi mano- Bueno, me las ingenie para huir y salir del auto -tragó saliva -¿y luego? -dijo - Bueno y luego me incorporé en el bosque que rodeaba el lugar. Hacia frío, estaba oscuro. Incluso juré escuchar el aullido de los lobos. O perros, no lo sé. Todo era confuso. Yo seguí corriendo entre los árboles y él seguía detrás de mí. Llamándome "Alicia, Alicia, Alicia, no corras, sabes que de igual forma te encontraré". Reía, como si para él fuera un juego. Yo tenía miedo James, mucho. Solo tenía 16 años y el 18. Seguí corriendo como idiota, sin saber en que dirección. Miré hacia atrás y efectivamente él seguía detrás de mí, a paso lento. Con las manos en los bolsillos como si esperara algo. No lo sé. Parecía que fuera su trabajo. Y ahora que lo pienso si lo era, tal vez. Parecía una verdadera película de terror. Después de tanto correr, tenía que llegar a alguna parte, ¿no? -asintió - pues llegué a la carretera, lógico. Justo a un lado del cartel que dice a cuantos kilómetros estás de la ciudad. -suspiré -20. 20 kilómetros lejos de la ciudad. Crucé el camino y me quedé parada ahí. Mirando los árboles del otro lado, con la esperanza de que Stefan se hubiese aburrido y tomado su auto. Pero de entre los árboles emergió, con la misma calma de siempre. Cruzó la calle, pero yo no me moví. No tenía sentido seguir corriendo, ni por el bosque, ni por la carretera. Se paró frente a mi y me tomó de cuello. Me dijo que era una escurridiza y no me haría nada fácil desde ese momento. Pero no dejaba de apretarle el cuello -James tragó saliva una vez más- no me digas que él pudo...-lo interrumpí -De que pudo hacerlo, podía. Pero no lo hizo. Alguien lo llamó.

-Sí la tengo conmigo, ¿pero porqué?. Okey. Okey. . No, no la lastimaré. Estás segu... Bueno. Adiós.

-Entonces ¿Luego?- dijo James.

-Me soltó y caí al suelo. Me miró y sonrió maliciosamente. No dijo nada. Solo se arregló el pelo y se fue por donde vino. Yo, por mi parte me quedé tirada en el suelo. Por al menos unos 10 minutos, llorando. -Imití un pequeño sollozo- Tratando de asimilar lo que había pasado. Por suerte pude llevar mi celular conmigo. Era tarde. No muy tarde, pero hacía frío. No podía quedarme ahí, así que caminé los 20 kilómetros a casa. A penas. Pero lo hice.

James tenía los ojos cristalinos, lo noté porque la luz del sol comenzó a entrar por la pequeña ventana de mi cuarto. No dijo nada solo se me quedó mirando. Entonces me abrazó -Eres una chica fuerte, muy fuerte. Eso lo valoro mucho. Desde ahora no te preocupes, yo estaré para cuidarte. ¿Entendido?

-¿Que pasó con el James frío y alejado?

-Sigue aquí, solo que está oculto por un rato.

-Gracias

-¿Por qué?

-Por defenderme la semana pasada y por escucharme ahora.

-Descuida- volvió a abrazarme- Aquí estaré, no lo dudes.

(...)

-Okey Tyler te me cuidas, si alguien te molesta no dudes en buscarme ¿Entendido? -dije y el asintió, para luego salir corriendo en dirección a su salón.

Fui a mi casillero, como de costumbre. Había olvidado que se encontraba cerca de el de Elenna. Solo nos separaba el casillero de un chico. Toda la semana tuve la suerte de no toparme con ella, pero la suerte no existe. Ella estaba ahí, sacando sus cuadernos y textos. Al parecer de matemáticas. Los mismos que debía sacar yo. Nos tocaba la misma clase. Cerró el casillero de golpe y suspiró pesadamente. Yo seguía en lo mío.

-Ali- se me pusieron los pelos de punta

-¿Si?

-Odio estar así contigo. Perdóname ¿sí? Fui una desconsiderada y una tonta

Y estúpida, no olvides estúpida.

-Bueno, Elenna yo...

-Si necesitas tiempo, bueno. Te daré el tiempo que quieras, solo quiero que volvamos hacer las amigas de antes

Sonreí a medias- Okey

-¿Nos vamos a clase?

-Supongo -suspire

Caminamos hasta el salón sin decir nada. No era un silencio incómodo, era todo lo contrario. Era un silencio de calma y comodidad. Habían muchos asientos disponibles. Las chicas de adelante la llamaron para sentarse con ellas pero Elenna no aceptó, me siguió hasta los bancos de atrás. Era como antes, ella sonreía y yo también. Su actitud era la misma de semanas anteriores. Tal vez era una buena señal de que todo iba a mejorar.
La clase pasó muy rápido. Igual que el recreo. Me tocaba la segunda clase, química. Que compartía con Megan.

Me senté en mi lugar, sola por suerte. El profesor dio las indicaciones y nos hizo u a demostración con los químicos en su escritorio. Se veía fácil. Lo único difícil era aprenderse los nombres de los químicos. Entonces tuve que confiar en mi memoria fotográfica.

Puse en el frasco el líquido azul y traté de recordar que seguía. Al parecer era dos gotas del líquido rosa.

¿O era el rojo? No, el rosa.

Después 2cc del verde y luego lo revolví. Tenía que esperar que no me explotara en la cara o que se formara un volcán en mis manos. Por suerte solo cambió de color. Había acertado. Al parecer. El profesor observó el liquido de color que había creado y me felicitó. Era un peso menos de encima. A mi lado estaba Megan con una de sus amigas. Que discutían por el rojo y el rosa. Su amiga le decía el rosa y Megan el rojo. Y como Megan Harrison nunca pierde, término echándole el rojo. Comenzó a regañar a su amiga porque increíblemente había funcionado. Solo que era de otro color al correspondiente. Su amiga le advirtió algo en el frasco y Megan la ignoró. Yo me percaté de que hablaba la chica y no tenía buena pinta. Del frasco comenzó a emanar un humo anaranjado. Muy leve,ė pero no era normal. Megan se dio cuenta segundos después y observó el frasco de cerca.

No es buena idea hermanastra

Miró hacia adentro y agitó un poco el frasco

Dios, soy una buena persona. Pero por favor, una vez en la vida causale el mal a alguien que odio. Déjala sin cejas. Por favor.

-Señorita Harrison, ¿Que fue lo que hizo?-dijo el profesor cruzado de brazos frente a ella.

Ella seguía agitando el líquido dentro del frasco, mientras lo observaba desde arriba-No lo sé profesor yo solo...

Gracias, Dios todo poderoso.

Un estruendo apoderó la sala y los detectores de humo se activaron. Me salí aguantando la risa mientras otros salían despavoridos de la clase. Megan por otro lado seguía con la boquilla del frasco agarrada con la mano. Y cuando digo la boquilla era solo eso, la lo demás había desaparecido. Junto con sus delgadas cejas. Creo que tendría que comenzar a pintárselas. Pero se veria del asco, ella rubia y cejas... ¿negras? ¿castañas? Porque ¿cejas rubias? ¿Se notarían? No lo creo.
Su pelo estaba chamuscado, solo las puntas y creo que emanaba un poco del humo naranja.

Nunca más volvería a faltar a química, se había transformado en mi clase favorita.

Luego pasó la tercera clase, Español. No entendía nada.

-Muy bien estudiantes . ¿Alguien sabe alguna canción en español?

-Yo -dijo un chico de la otra fila.

-Pues cantela

El chico se puso de pie. Todos lo miraban expectantes. Se aclaró la garganta y cantó una nota. Como si estuviera ensayando. -Dale a tu cuerpo alegría Macarena, que tu cuerpo es pa' darle alegría y cosa buena. Dale a tu cuerpo alegría Macarena ...¡Ehh... Macarena!

(...)

-¡Cat! ¡Rose!

-¡Alicia!- dijeron al verme. Estaban sentadas una al lado de la otra con sus almuerzos frente a ellas.

-¿Como están?- dije sentándome con mi bandeja en la mesa. Ellas comían con la boca llena, eran unas verdaderas ardillas.

-Bien ¿y tu?- dijo Cat. Me limpié la comida masticada de Cat de mi cara y Rose rió. -Perdón- dijo Cat avergonzada

Reí- no te preocupes. -le di un sorbo a mi jugo- ¿Alguien sabe una canción en español?

-¿Español?- dijeron al unísono

-Sí, tengo que cantar una para la próxima semana. Cosa que realmente no voy hacer, pero por si las dudas.

-El taxi- dijo Cat

-¡Ni se te ocurra! -dijo Rose- Esa canción me da cáncer- reí

-Lo tendré en mente -comí un poco -Oigan, les tengo una propuesta.

-¿Cual?- preguntó Rose- Todo depende, no quiero humillarme como el otro día, cuando vinimos a la escuela y no había clases- metió su tenedor a la boca

-¡Pero si te dije!- dijo Cat mientras le daba un sorbo a su agua mineral- Te dije, nunca me escuchas

-No mientas, nunca me lo dijiste.

-¡Que sí! Recuerda que te llamé al celular y te dije "Rose, no vayas mañana a la escuela. Recuerda que no debemos ir" y tu dijiste "Oh sí, sí, claro"

-¿Enserio dije eso?

-Que s...- Cat se calló. Miré a mi lado y había una bandeja más. Dos manos la sostenían. Los seguí hacia el o la dueña y, la vi, sonriente, mientras se sentaba. Era Elenna.

-Hola chicas- dijo mientras abría su botella de agua

-¿Hola?- dijo Cat- ¿Te equivocaste de mesa?

-No, vine a almorzar con mi mejor amiga- dijo abrazándome por los hombros. - y bien ¿Que decías Ali?

Que nadie te invitó

-Bueno pues... decía si querían venir a mi casa. Derek vuelve mañana.

-Por mi bien -dijo Elenna. Cat y Rose miraron. Al parecer no les agradaba la presencia de ella.

-Yo creo que sí-dijo Cat terminandose su postre- solo si ella se disculpa - Elenna puso los ojos en blanco

-¿Algo que decir? ¿Elenna?- pregunté

Ella resopló- Bien. Cat, Rose... El otro día actué como una niña. Fue muy infantil de mi parte. Estaba celosa de ustedes. No podía creer que mi mejor amiga me hubiese cambiado. ¿Me perdonan?

-No lo sé -dijo Cat- lo veré después. Te he puesto a prueba. Hay algo raro en ti, lo sé. -Elenna frunció el ceño. Y Cat se levantó a botar la basura de su bandeja.

Pelea de fieras. Próximamente

(...)

-¡Voy!- dije mientras corría a abrir la puerta. Las chicas vendrían y presentía algo raro. No sabía que, pero esa sensación de inseguridad no se me quitaba.

Teresa estaba en la cocina. Tyler en quien sabe donde en alguna parte de la casa y Megan encerrada en su cuarto.

-Oh Rose, pasa, pasa. ¿Y Cat?

-Dijo que ya vendría. Creo que estaba arreglándose- dijo Rose. Justo después de eso llamaron a la puerta. -Te lo dije

Volví a la puerta para abrirla. Cat, estaba esperando afuera. -Hola Cat. Wow, pasa. Estas muy linda.

-Gracias-dijo- ¿Segura que estoy bien? ¿Ni un grano? ¿Maquillaje corrido?

-No no no nada. Pero lamento decirte que Connor ni los chicos están

-Ósea ¿me peiné y arreglé para nada?

-Lamento que sí- Cat bufó y se dejó caer en el sofá.

El timbre volvió a sonar. Abrí pensando que sería Elenna pero esta vez era un chico repartidor con su gorra roja y camiseta blanca. -¿Megan Harrison?

-Eh no, soy su hermanastra. ¿Necesitas que la llame?

-No es necesario. Es solo un pedido a su nombre. ¿Puedes firmar aquí?- dijo pasándome un lápiz. Hice lo que me pidió y me entregó una caja- Gracias, adiós.
Cerré la puerta y fuí a la sala con el paquete en las manos. -¿Que es?- preguntó Rose

-No lo sé- dije

-Pero que dice- dijo Cat

-Dice "Cejasbonitas.com" -abrí y cerré los ojos con fuerza por si había leído mal. -Pero que mierda. ¡Megan! ¡Te llegó un paquete!- Escuché una puerta abrirse y luego Megan bajo corriendo con un pañuelo en la cabeza. Solo se veían sus ojos. Tomó el paquete entre sus brazos y subió corriendo las escaleras.

-Alguien me explique que fue eso -dijo Cat.

Antes de que pudiera responder llamaron a la puerta. Elenna esperaba tras ella.

-Hola, ¿puedo pasar?- asentí. Elenna se sentó en el sofá frente a Cat y Rose y yo me senté a su lado. El momento más incómodo de mi vida.

-¿Y los chicos?- rompió el silencio Rose.

-Están grabando un nuevo video.-dijo Elenna

-¿Y tu como sabes?- dijo Cat con el ceño fruncido. Elenna le mostró su celular el cual tenia el chat de ella y de James abierto. Él le había dicho.

-¿Nuevo cover?- pregunté

-Claro que no, nuevo video, de una canción de ellos

-¿Y sabes cual es?- preguntó Rose

-Me parece que Wild Heart -el celular de Elenna comenzó a sonar. -¿Hola? Oh sí, bien ¿y tu? Me alegro cariño. Espera ¿Que? Eh sí claro, claro. Pero cálmate James. No grites. Respira. No es tan grave. Claro que puedo hacerlo. Tengo a las chicas. En 15 minutos, okey. ¿En la furgoneta? Perfecto. Adiós, nos vemos allá.

-¿Pasó algo malo?-pregunté

-Nada tan grave, pero James está de los nervios.- dijo poniéndose de pie, al igual que nosotras.

-¿A que te refieres?

-Las chicas que saldrían en el vídeo cancelaron.

-Que mal -dijo Rose -¿Que harán?

-No harán, haremos.

-Espera ¿que?

-En 15 minutos Joe pasará por nosotras. Saldremos en el vídeo. - dijo Elenna

Mierda mierda mierda mierda mierda.

-¡SOBRE MI CADÁVER!- chillé

(...)

-Los odio a todos -dije mientras la maquillista me daba los últimos retoques, al igual que las chicas.

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