-Mamaaaaaaaa
-¿Qué pasa, Rosie?
-¿Puedes decirle a Josh que deje de llamar a mi puerta y salir corriendo, por favor?
Mi pequeña ya no es tan pequeña. A sus 12 años está entrando en la adolescencia y tiene sus momentos. Sus hermanos se pasan el día picándola porque saben que se va a enfadar, aunque a los cinco minutos ya están abrazándose. A veces creo que no se aclaran, pero recuerdo cuando yo hacía lo mismo con mis hermanos.
-Josh, ven aquí, deja a tu hermana- le digo al pequeño de la casa.
A sus cuatro años es el ojito derecho de su padre. De los tres, es el que más se parece a Harry, con los hoyuelos y el pelo castaño rizado de su padre, pero con mis ojos azules.. Rosie es igual que yo, pero tiene los ojos verdes. Danielle es una clara mezcla de los dos, con el pelo rubio rizado y los ojos de un tono entre verde y azul.
-Pero mamá
-Tu hermana está ocupada, pero tú vas a venir conmigo a preparar la comida. Hoy vienen los tíos.
-Bieeeeeeeen- aplaude- ¿vendrán los primos?
-Por supuesto, pequeñín.
-Yupiiiiiiiiiiii
Me lo llevo a la cocina y juntos hacemos la comida. El simple hecho de dejarle aunque solamente sea pasarme los utensilios le hace feliz, y si él es feliz, yo también. Harry aparece una hora después con Danielle en casa, le han dado un buen paseo al perro. Inmediatamente Josh olvida que me estaba ayudando y va corriendo a jugar con el perro, llevándose a su hermana con él.
-Hola, nena- Harry me coge por la cintura y tras acercarme a él, me besa. Me encantan sus labios, tan besables, deseables. Sus besos saben a menta y su olor es embriagador.
-Hola. ¿Paseasteis bien a Rocky?
Rocky es nuestro Golden Retriever. Fue el regalo de cumpleaños de Rosie cuando tenía un año. Cada vez que íbamos a casa de Liam, se pasaba el rato jugando con el suyo.
-Si, lo llevamos al parque y estuvo jugando con el perro de los vecinos. ¿Vosotros qué tal?
-Rosie encerrada en su habitación, para variar, y Josh ha estado ayudándome con la comida hasta que habéis llegado.
-Ya estaba llamando a la puerta de Rosie y corriendo, ¿no?
-Si- reímos.- Nunca falla.
-¿Necesitas ayuda?
-Pues no me vendría mal, ya que tu niño me ha abandonado.
-¿Mi niño? Sabes que te adora. Pero siento decirte que Rocky puede más.
-Serás... Vete, ya no necesito ayuda de un traidor.- bromeo fingiendo estar enfadada.
-Vamos, nena- dice abrazándome por la espalda y apoyando su cabeza en el hueco de mi cuello- no te enfades.
Deja un par de besos en mi cuello y yo me retuerzo entre sus brazos.
-Deja mi cuello- le digo haciendo una pausa tras cada palabra. El cuello es mi punto débil y el muy capullo lo sabe.
-Pero si te encanta que pasee mis labios por todo tu cuello- Como no se calle me lo cargo. No me puede hacer esto ahora.
-Déjame hacer la comida que van a llegar estos y no podremos comer. Y será todo culpa tuya.
Se separa de mi y juntos terminamos de hacer la comida. Friego los cacharros y cuando estoy aclarando el último, Harry vuelve a rodear mi cintura con sus brazos.
-Ahora ya has acabado, ¿no, nena?- Su tono de voz seductor me va devastando por dentro. Y esa costumbre suya de llamarme nena me mata lentamente.
Me giro aún entre sus brazos y nuestros labios bailan en una danza salvaje en la que ninguno tiene la intención de ganar, simplemente disfrutar. Pronto las manos de Harry están en mi cintura levantándome para sentarme en la encimera recién limpia. Le quito la camiseta y recorro su abdomen con mis manos mientras que sus labios recorren mi cuello y se acercan al borde del escote de mi camiseta.
Pero nuestra diversión tenía que acabarse, y el timbre suena indicando que nuestros amigos ya han llegado. Josh y Danielle entran corriendo en la cocina, donde estamos Harry y yo con la respiración agitada y él acaba de ponerse la camiseta. Menos mal. Josh le agarra de la mano y lo lleva corriendo a abrir la puerta. Le encanta cuando nos juntamos todos. Aunque hoy sea la excepción. Zayn y su familia no han podido venir, ya que tenían comida familiar con la familia de Bea.
Louis y Liam entraron por la puerta riendo y al poco lo hicieron mi hermana y Nat, que se habían quedado atrás con sus pequeños, que corrieron al jardín a jugar con Josh y Danielle.
-¿Y Rosie? –me pregunta Hel.
-Lleva toda la mañana encerrada en su habitación. Tuve que ir a buscar a Josh porque la estaba picando.
-No te preocupes, está en la edad. Voy a verla, ¿vale?
-A ver si a ti te hace caso. Voy a sentarme con ella a hablar seriamente, hacerle ver que puede confiaren mi, que soy su madre, no su enemiga.
-Haces bien. Bueno, voy a verla.
Hel desaparece escaleras arriba cuando el timbre vuelve a sonar. Niall y Andrea con su pequeño Tim están al otro lado de la puerta.
-Ya os vale, los que más cerca vivís y los que más tarde llegáis.
-Querida María, lo bueno se hace esperar- dice el rubio.
Una vez estamos todos juntos, nos sentamos en la mesa y disfrutamos de la comida. La verdad es que lo pasamos en grande todos juntos. Nada más acabar de comer, los pequeños se van al jardín y yo voy a la cocina.
-Rosie, ¿podrías ayudarme, cielo?
-Claro, mamá.
Una vez en la cocina dejo los platos en el fregadero y me giro hacia ella.
-Cariño, ¿sabes que puedes confiar en mi y contarme lo que sea, verdad? Te noto distante últimamente y no quiero que estés mal por nada, siempre y cuando yo pueda ayudarte. Sé que la adolescencia es una edad difícil, pero nos tienes a papá y a mi para lo que sea.
-Es que... me gusta un chico...
-Entonces no es momento ahora de hablar eso, cuando se vayan todos nos sentamos tranquilamente y me cuentas con todo detalle.
Recogemos y tras limpiar todo, salimos todos al jardín y pasamos allí la tarde. Antes de cenar, ya se han ido todos a su casa , así que aprovecho para hablar con Rosie. Me cuenta que hay un chico de su clase que le gusta un poco, pero nada más allá. Está agobiada por los estudios y todo le afecta más de lo normal.
La dejo en su habitación para preparar la cena y una vez los niños están acostados, me meto en la cama con Harry, que está viendo una serie en la tele de nuestro cuarto.
-¿Hablaste con Rosie?
-Si, todo solucionado.
-¿Pasaba algo?
-Cosas de chicas, amor.
Me apoyo en el pecho de Harry y él rodea mi cuerpo con sus brazos. Vemos la serie un rato hasta que durante los anuncios, Harry me pregunta si sigo despierta, a lo que respondo que sí.
-¿Sabes? He estado pensando en una cosa.
-¿Tú pensando?- río cuando me mira entrecerrando los ojos.
-Si. Yo pensando.
-¿En qué pensabas?
-En lo bien que estamos juntos, en la familia que hemos formado y en la vida que tenemos, cuando hace años los dos teníamos miedo al amor.
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Este es el final definitivo de Afraid of love. Más vale tarde que nunca, ¿no? Lo sé, querréis matarme porque ya habéis perdido por completo el hilo de la historia, pero tampoco quería dejarla sin un final.
Gracias a todos los que me habéis acompañado en el trayecto de la novela, sin vosotros no hubiera sido lo mismo. Millones de gracias. Espero que leáis esto y os guste el final.Yo no estoy del todo convencida, pero bueno, espero vuestras opiniones.
All the love
María.