Afraid of love (Harry Styles)

Capítulo 46: Quiero escucharla.

Me desperté a la mañana siguiente y al girar la cabeza me encontré con Harry profundamente dormido. Tenía los labios ligeramente separados y los ojos suavemente cerrados. Solo ver su cara inspiraba calma. Me costó salir de la cama sin despertarle, ya que nuestras piernas estaban entrelazadas y tenía un brazo rodeando mi cintura.

Bajé a la cocina a preparar el desayuno y ya de paso coger una pastilla para Harry, porque cuando se levantase probablemente tuviera una resaca de campeonato. Puse todo en una bandeja y con cuidado de no tirar nada, volví a subir las escaleras con dirección a su dormitorio. Dejé la bandeja en la mesa al lado de la cama y me volví a tumbar a su lado a esperar a que se despertase.

-Buenos días- dijo con la voz grave que caracterizaba sus despertares.- ¿qué es eso que huele tan bien?

-Buenos días. Eso es el desayuno, que he bajado hace un rato a prepararlo.

-Entonces habrá que comerlo, si puedo con esta resaca.

Nos incorporamos en la cama y pusimos la bandeja sobre nuestras piernas. Desayunamos todo lo que había preparado y Harry se tomó la pastilla que le había cogido.

-¿Sabes que te vendría bien para la resaca?

-Sorpréndeme.

-Una buena ducha.

-¿Vas a venir conmigo?- dijo con una sonrisa pícara.- No recuerdo del todo bien la ducha que nos dimos al volver.

-Tuviste suficiente anoche. Por cierto, ¿qué tal la rodilla?

-Bueno, me duele un poco, pero es soportable, un simple golpe.

-Eres muy torpe, Harry. Vamos, anda. Voy a prepararte la ducha.

Fui al baño y tras dejar las toallas encima del lavabo, me acerqué a la ducha para poner el agua en la temperatura correcta. Cuando estaba todo casi listo, noté unas manos en mi cintura y poco después a Harry pegado a mi.

-¿De verdad que no te vas a duchar conmigo?

-De verdad, Harry. Entra a la ducha y déjame ya.

Me costó que entrara a la ducha si entrar yo con él pero finalmente lo logré. Entré en la habitación y las pantallas de nuestros móviles no paraban de parpadear. Desbloqueé mi móvil y me encontré con 2586 mensajes del grupo. Al parecer estaban ya todos despiertos porque los únicos que no hablábamos éramos Harry y yo, que según ellos seguíamos durmiendo o por lo que decía Louis, haciendo el intento de tener gemelos hasta que salieran impares. Reí y bloqueé de nuevo el teléfono.

Harry no tardó en salir de la ducha y tras venir a darme un beso, fue al armario para coger ropa. Cuando levanté la cabeza para verle, venía hacia mí con unos pantalones de deporte y una camiseta de manga corta, secándose el pelo con una toalla.

Después de pasar el día juntos, Harry me llevó a casa por la noche, diciéndome que mañana pasaba a buscarme para ir juntos a desayunar y después ir a clase. Y así fue, a las 7:30 de la mañana Harry ya estaba llamando al timbre de mi casa. Bajé las escaleras y tras despedirme de mis hermanos, salí de casa.

-Buenos días, princesa.

-Buenos días. ¿Has soñado toda la noche conmigo?- dije riendo.

-Hoy y todos los días- me respondió guiñándome un ojo.

Entrelazamos nuestras manos y fuimos caminando hasta la cafetería a la que íbamos siempre. Tras saludar a los dueños, que eran amigos de nuestros padres, nos sentamos y pedimos el desayuno. Una vez nos lo trajeron, desayunamos tranquilamente ya que aún nos sobraba tiempo. Salimos de allí tras pagar, cosa que Harry no me dejó hacer, alegando que él me había invitado y que él pagaría.