Drew estaba depositado en el sillón del hogar de su hermano con varios invitados rodeándolo. Obviamente todos eran los integrantes su pequeño grupo de amigos.
Se habían reunido ya que Ana y Zac habían decidido anunciar su embarazo formalmente, además de visitar al castaño. Todos estaban muy felices de saber que la pareja iba a tener un nuevo miembro en la familia, pero también estaban fascinados con el tema de que Drew haya recordado a Zac.
—¿Tienen ideas para algún nombre?—Preguntó Luke.
Ana miró a su esposo.—Todavía estamos en la búsqueda, aunque si es una niña nos encantaría ponerle Carol.—Se encogió de hombros.—Aunque si es varón sería un problema.
—¿Por qué un problema?— Sam frunció el ceño al ver como su esposo y Zac compartían una risa cómplice.
La chica puso los ojos en blanco.—¡No pienso ponerle Goku a mi hijo!—Vio como todos estallaron en una carcajada. No podían creer que realmente a Zac se le haya ocurrido tal idea.
—¡Que buen nombre, yo se lo pondría a mi hijo!—Acordó Jack. Luke lo miró de mala forma automáticamente y él otro decidió mejor callar.
Los comentarios siguieron acompañados de más risas por parte de todos los presentes. Drew no se había dado cuenta pero realmente había extrañado este entorno, esta sensación de familiaridad que parecía perdida desde el accidente.
Cuando pareció que todo se iba al carajo, pero poco a poco las piezas de rompecabezas se iban uniendo nuevamente. De todas formas el joven sentía que aún no estaba completo, algo faltaba, mejor dicho alguien.
—¿Saben algo de Thaiel?—Volvió a hablar Sam como si pudiera leer los pensamientos de Drew.
Los primeros segundos todos se repartieron miradas silenciosas, nadie sabía nada desde que Drew había salido del hospital y ya había pasado casi una semana desde eso. Era extraño que el pelirrubio no diera señales de vida por tanto tiempo ya que siempre llevaba su celular en mano a causa de su trabajo. Además él siempre quería pasar el máximo tiempo posible con Drew, algo no andaba bien.
—¿Lo has llamado?—Preguntó Matt.
Sam negó.—Le envié un mensaje ayer por la tarde, pero no respondió.
Algo extraño estaba pasando, definitivamente.
—Esto es extraño—Soltó Jack.—Él siempre está al pendiente si de Drew se trata. Algo debe andar mal.
Todos comenzaron a pensar intentando sacar hipótesis frente a la mirada confusa de Drew quién también lucía preocupado.—¿Quizás le robaron su teléfono?—Sugirió Ana. —O lo perdió.
—Oh, puede ser.—Exclamó Tom.—¿Tal vez deberíamos llamarlo al departamento?
Drew sentía que eso sería lo menos probable, sentía que algo no andaba bien desde la otra noche, cuando después de unas horas de descanso el otro joven había desaparecido de su vista y la única explicación que escuchó fue la de su hermano diciéndole que se había ido con una chica. ¿Quién sería? ¿Tal vez alguien importante en su vida? Drew se preguntó si tal vez conocía a esa chica pero la había olvidado.
No quería seguir con más dudas, se colocó de pie decidido a hacer la llamada él mismo. Tomó su teléfono celular indicándole con tan solo un gesto a todos los presentes de que él se encargaría.
Salió de la habitación si mirar a nadie más dirigiéndose al pequeño patio trasero de la casa.
Marcó el número de celular de Thaiel, efectivamente nadie contesto. No le quedó más remedio que llamar al teléfono de línea, después de varios segundos de espera desistió pensando que nadie iba a contestar, pero increíblemente Thaiel respondió antes de que el menor cortara la comunicación.—Drew.—Su voz sonaba seria.
El menor se sintió nervioso.—Hey Thai.
—Murmuró.—Lamento molestarte, pero llamaba para preguntar si ibas a venir ya que están preguntando por ti y...
—Ah sí, lo siento pero no creo que pueda ir.—Su respuesta lo sorprendió dejándolo inmóvil, su voz era dura, fría, casi podría decirse que se escuchaba cargada de resentimiento.
Drew se removió incómodo.—Oh, está bien, no hay problema.
Se escuchó la respiración profunda de Thaiel del otro lado de la línea, el ambiente era otro. No sabía cómo explicarlo pero parecía que una tensión estaba siendo emanada de ambos lados de la conversación.—Bien, si eso era todo adi...
—¡Espera!—Llamó el joven nervioso evitando que el pelirrubio cortara la llamada. Necesitaba hablar con él, saber porqué su voz se oía así y había perdido su hermosa tonalidad alegre y llena de energía. Necesitaba escucharlo decir que nunca lo abandonaría, que era su mundo. Y no sabía exactamente el motivo. Necesitaba estar seguro de lo que pasaba.—¿Ocurre algo malo?
—No.—Respondió Thaiel automáticamente. Las dudas incrementaron.
Drew se apoyó sobre el viejo árbol que había, situado a un costado del jardín, las hojas de este bailaban al compás del viento que poco a poco iba recibiendo a la primavera. Ya habían pasado tres meses desde el choque que dio un giro radical en sus vidas, parecía que el tiempo pasaba volando. Y lo peor de todo es que Drew aún no había podido recordar quién era Thaiel, no había podido recuperar todos los momentos vividos junto a ese chico y mucho menos había podido volver a amarlo.—Es que te noto extraño.—Cerró sus ojos tomando aire.—Te siento lejos.
Hubo un silencio, pero luego una pequeña risa se le escapó al otro.—¿De que estas hablando? Vivimos a tan solo unos minutos de distancia.
Drew puso mala cara a pesar de que sabía que Thaiel no podía verlo.—No es eso lo que quiero decir y lo sabes.
Esto no estaba yendo como Drew esperaba, sabía que algo extraño le estaba pasando a Thaiel y no entendía qué. Con el poco tiempo que tenía de conocerlo-después del accidente por supuesto-se había dado cuenta que es un chico bastante sincero con lo que respecta a sus sentimientos, nunca se calla las cosas en ese aspecto y las dice de frente. Y también sabía que si las callaba, era para evitar herir a alguien. ¿Pero a quién?—Bien entiendo a lo que te refieres.—Su tono de voz era un poco divertido.
—Realmente no pasa nada.
—¿Por qué me mientes? ¿Acaso no confías en mí?—Drew estaba exasperándose.
—Sabes que confió en ti más que en nadie.—Admitió.—Pero es que...—Justo en ese momento Drew vio que la pantalla de su celular se iluminaba indicándole que estaba llegándole otra llamada, no podía ser verdad. Vio el identificador, Lea.
Drew quiso cortarle automáticamente pero no lo hizo cuando una idea se le vino a la cabeza.—Thaiel estoy recibiendo una llamada, pero escucha, en media hora estoy en tu casa.
-De acuerdo...espera ¡¿qué?!
Drew sonrió y canturreo un "Adios" antes de cortar la comunicación y atender a la otra llamada. Realmente necesitaba un respiro.
—Lea.—La saludó tratando de sonar lo más alegre posible.
—¡Drew Anderson, ¿Cómo puede ser que no me avises de que estuviste en el hospital?!—Su voz sonaba furiosa del otro lado. Había olvidado avisarle a Lea porqué además de que estuvo pocos días internado, no le pareció ni siquiera necesario hacerla ir por una tontería como esa. No había sido tan grave—Me preocupé mucho cuando me enteré. ¿Estas bien?
Suspiró.—Sí, todo bien. Solo fue un pequeño ataque por una acumulación repentina de recuerdos.
La chica se quedó en silencio unos segundos, su voz al hablar parecía cuidadosa con cada palabra que decía.—Podría ser acaso que tu...recordaste a...—Drew le dio la negación y la chica volvió a respirar aliviada. No todo estaba perdido.
—¿Y cómo te enteraste de que estaba en el hospital?—¿Acaso alguno de sus amigos le había envidado un mensaje? Era muy poco probable sabiendo sus reacciones al tenerla aquí.
La incomodidad tomo su voz.—Es que...ahmm...tengo una amiga que trabaja en el hospital y te reconoció entonces...
Drew asintió.—Ah lo entiendo.—Aunque su respuesta era un poco extraña.
Pero el rumbo de la conversación cambió inmediatamente.—Drew, hoy salgo de trabajar un poco más tarde, pero me gustaría saber si podríamos encontrarnos.
Ahora la incomodidad había tomado al joven, no podía decirle que iba a estar en casa de Thaiel, lo mejor en esta situación sería mentir.—Ahora mismo están mis amigos en casa, así que si me desocupo más tarde, te llamo.
—De acuerdo cariño, nos vemos.—Y así finalizó la conversación.
No podía hacer mucho más parado allí como un idiota, tenía que salir ahora mismo para casa de Thaiel.
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Obviamente tuvo que tomarse un taxi ya que no era aconsejable que condujera sabiendo que podría darle un ataque de un momento al otro. Ni siquiera se había molestado en pedirle prestado el auto a su hermano. Y mucho menos después de ver la mirada pícara que le habían entregado todos cuando Drew había pronunciado la frase "Voy a casa de Thaiel".
Le pagó al taxista y cerró la puerta del vehículo suavemente al bajar. Ahora que lo pensaba ni siquiera sabía qué departamento era, solo sabía que era el quinto piso. Decidió no arriesgarse con el portero eléctrico y le mando un mensaje a Thaiel. Este respondió instantáneamente y cinco minutos después estaba abriendo la puerta viendo a Drew apoyado contra una de las columnas del edificio.
Thaiel tragó saliva nervioso.—Hola—Asintió en su dirección cuando Drew se acercó, el menor le dio un asentimiento e ingresó. Siguió al mayor hasta el ascensor donde se encerraron indicándole a través del botón su función de ascender al aparato. Ambos estaban quietos, se sentían incomodos uno con el otro y no entendían porqué. Esto ya no pasaba, ellos se habían acostumbrado a estar juntos después de tanto tiempo. ¿Qué estaba ocurriendo ahora?
La tensión entre ellos continuó aún cuando ingresaron en el departamento, ninguno decía nada, solo estaban en silencio. Thaiel invitó a Drew a ponerse cómodo con tan solo una mirada y el menor aceptó depositándose en el sillón. Sus ojos cafés seguían al pelirrubio por lo largo de la habitación, lo miraban moverse camino hacia donde estaba Drew y depositarse frente a él.
—¿Tienes sed? ¿Quieres algo para beber?—Le ofreció cortésmente.
—No, así estoy bien.—Respondió Drew.
Ahora que tenía la oportunidad de verlo mejor Drew notó que Thaiel se veía desmejorado. Su piel estaba más pálida de lo normal, tenía ojeras debajo de sus hermosos ojos, lucía más delgado y una barba de tres días estaba apareciendo en su rostro. Parecía un hombre de cuarenta años cansado de la vida. No era él.
—¿Cómo estás?
Drew se encogió de hombros.—Supongo que mejor, aunque no puedo decir "bien" hasta que no recuerde todo lo que olvidé.—Eso hizo sonreír a Thaiel. Aunque era una risa lastimosa, no alegre.—¿Estás enojado conmigo? ¿Es eso?
Thaiel levantó una ceja confuso.—¿Qué?
—Es que, estas raro y probablemente sea mi culpa.—Drew se estaba poniendo nervioso, su tono de voz había aumentado mucho el volumen y sus manos no dejaban de moverse intentando explicarse.—Realmente lo lamento, pero no es mi culpa y además...
—Espera, espera.—Lo detuvo el otro joven intentando aclarar su mente, pasó sus dedos por su cien.—¿De qué estás hablando?
Drew estaba enfureciéndose.—¿Acaso me vas a negar que estás enojado porqué lo recordé a Zac y no a ti?
Los ojos del mayor se abrieron de par en par, su boca cayó sorprendida y negó con la cabeza en silencio. Drew estaba nervioso, su respiración agitada.
—No, no, no es nada de eso.—El menor se sintió estúpido.—¿Cómo quieres que me enfade por eso? Sé que es algo que no controlas Drew. Creo que no soy un niño como para enfadarme por una cosa así.
—Entonces ¿por qué tu...?
Thaiel suspiró.—Es más difícil que eso, no es lo que crees. Yo te amo Drew y sé que prometí quedarme a tu lado hasta que recuperes tu memoria, pero no sé qué hacer.—Escondió su rostro con ambas manos.—Mi cabeza ahora mismo es un lío.
Drew lo estaba mirando sin entender bien lo que estaba ocurriendo, colocó su mano en la espalda del contrario dándole consuelo.—No entiendo que está pasando Thai, pero todo tiene solución.
El joven negó.—Esto no tiene ninguna solución.
—¿Cómo no la va a tener?—Le reprochó Drew.—Vamos, cuéntame.
Pasaron unos segundos en silencio antes de que Thaiel decidiera hablar, miró al chico sentado a su lado con una mueca triste.—Drew.—Bajó la mirada.—Creo que voy a tener que renunciar.
—¿A que, a tu empleo?
Negó.—No, me refiero a ti.
—¿Qué?
—Voy a tener que dejarte ir.—Murmuró Thaiel dejando la habitación en un silencio profundo. Drew lo estaba mirando sin creerse lo que había dicho. No entendía porqué de repente estaba diciendo esas cosas.
Negó con su cabeza nervioso.—¿Qué estás diciendo?—Fue lo único que le salió al menor.
Thaiel mordió su labio inferior.—De verdad no quiero hacer esto.
—¡Entonces no lo hagas!—Se colocó de pie.—Thaiel dime ahora mismo lo que está ocurriendo.—Su voz había alcanzado el nivel máximo en volumen. Estaba furioso, ¿Por qué iba a hacer algo que lo haría infeliz? No entendía nada. Necesitaba una explicación ahora mismo.
Los ojos azules como el mar encontraron los de Drew.—Voy a casarme.
El mundo se detuvo en ese mismo instante. Drew sintió como si el palpitar en su pecho se hubiera detenido, creía que había oído mal. No podía haber dicho eso después de todas las cosas que le había confirmado.—¿Qué?
—Que voy a casa...
Lo interrumpió.—¡Escuché perfectamente esa parte!—¿Por qué estaba tan molesto al respecto?—¿Cómo es que vas a casarte? ¿Desde cuándo? ¿Con quién?
—Es una larga historia-Drew le indicó con un gesto que tenía todo el tiempo del mundo para oírlo.—De acuerdo, te contare.
El menor volvió a su lugar acomodándose para presenciar el relato. Y preparándose mentalmente para lo que sea que tenía que escuchar.
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¡Vamos que la historia va tomando su forma! ;)
Negación esta por llegar a las 200.000 lecturas, MUCHÍSIMAS GRACIAS♥
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Saludos.
Secrets.