- Pensé que esto de ser parte de la "Orden del Fenix" sería más emocionante - Bostecé mientras estaba sentado en el sofá frente a la chimenea en el cuartel, con Lily sentada entre mis brazos leyendo un libro de defensa.
- ¿Con "más emocionante" te refieres a más batallas? - Comentó Remus, apoyado en el marco de una ventana mirando la luna – En ese caso prefiero menos emoción.
- Estoy totalmente de acuerdo con Remus - Dijo Rose, la que estaba trenzando el cabello de Ayra, sentadas junto al fuego de la chimenea, mientras la metamorfomaga estaba con la mirada perdida en algún punto de la habitación - Hemos tenido dos meses muy tranquilos y sin desapariciones ni muertes cercanas... yo me doy pagada con eso.
- Yo creo - Habló la pelirroja entre mis brazos - Que cuando Sirius y Frank lleguen sanos y salvos de la misión que les encomendó Dumbledore... tendremos tranquilidad.
- Debían haber vuelto hace ya tres días - Dijo Ayra en voz casi inaudible mientras su cabello se degradaba continuamente de color quedando casi blanco y Rose lo analizaba fascinada.
Sirius se había ofrecido voluntario para la misión de lograr entablar alianza con los gigantes de las montañas solo una semana después de que había logrado arreglar la situación con Ayra... lo que la metamorfomaga no tomó del todo bien.
- No se preocupen por eso - Me acomodé en el sofá usándolo de cama cuando Lily se puso de pié y caminó a la cocina - Si algo malo les hubiera sucedido ya nos habríamos enterado ¿No? Las malas noticias siempre vuelan primero, suele decir mi madre.
- Alice ya no da más de la preocupación - Dijo Rose al terminar su "trabajo" de peluquería con Ayra - Ya casi no come nada, parece muerto viviente. Claro que no la puedo culpar... Ayra y ella están en la peor posición con sus hombres en una misión tan arriesgada.
- Sirius es un imbesil - Comentó Sparks tratando de esconder su preocupación tras un tono de molestia... - y tú - Me miró acusadoramente - Tú y él tienen la misma mentalidad sin madurar - Suspiró poniéndose de pié y caminando por la pequeña sala - ¡Creen que esto es un juego! ¡Una aventura más en sus travesías por los terrenos de Hogwarts! ¡Hey, vamos a misiones donde arriesguemos nuestra vida, qué emocionante! - Se acercó a mí, mirándome enfadada - Tú y tu amigo no entienden que esto es una guerra. ¡Personas mueren en las guerras!
- ¡Hey! - Me defendí poniéndome de pié y enfrentándola - ¿Qué quieres entonces? ¿Qué me quede sentado como alma en pena llorando por los que salen en misiones hasta que regresen?
- ¡Es tu mejor amigo y estás aquí como si nada! - Me gritó y pude notar como sus ojos cambiaban de color y se bañaban en lágrimas - ¡Sin preocuparte de que está arriesgando su vida en esto! ¡No le ves la dimensión al asunto, Potter!
Todos se mantenían en silencio, solo observándonos.
- ¿Crees que no me preocupo por él, Sparks? ¡Claro que lo hago pero sé que seré más útil si mantengo mi cabeza fría!
- Si fuera Lily la que estuviera afuera tratando de lidiar con gigantes no estarías igual de calmado ¿O sí? Puedo apostarlo.
- Si Dumbledore enviara a Lily en una misión es porque sabe que ella puede lidiar con eso.
La puerta principal se abrió de golpe, dejando entrar una ventisca de nieve que invadió la entrada de la casa mientras dos figuras caminaban hacia nosotros, cubiertos por capas gruesas.
- ¡La misión fue un fracaso! - Frank se quitó la túnica gruesa y casi por arte de "magia", Alice, su esposa, apareció en el comedor y corrió a abrazarlo. Ambos habían sido nuestros compañeros en Hogwarts.
Sirius imitó la acción de Frank, dejando ver una gran herida ya a medio cicatrizar en el lado derecho de su cara, desde la frente hasta el mentón por lo que tenía que mantener ese ojo cerrado por la hinchazón de la piel
- No hemos podido congeniar con los gigantes. - Sonrió resignado.
Ayra apretó los labios y se dio media vuelta, caminando rápidamente hacia las escaleras y se alejó.
Sirius borró la sonrisa mientras la seguía con la mirada.
- ¿Qué te ha pasado en la cara? - Me acerqué a él examinando su herida - ¿Has tratado de coquetear con una gigante o qué? - Sonreí y lo abracé.
- ¿Por qué tardaron tanto? - Remus se acercó también a Sirius pero él nos hizo a un lado y corrió escaleras arriba tras Ayra.
Pasada la media noche ya todos estaban dormidos y en la sala solo quedábamos Lily y yo recostados en un sofá.
- Ayra no está molesta contigo... - Me rebatía mi pelirroja - Solo se descargó contigo, que es diferente.
- Bah' que se descargue con Sirius - Me encogí de hombros mientras jugaba con su cabello rojo - De todos modos Sirius ya llegó y ella sigue molesta ¿Quién la entiende? Además se supone que ya ni siquiera están juntos, ¿para qué tanto show?
- Yo la entiendo, James - Lily se acomodó para quedar frente a mí - No comprendes el miedo de Ayra. Perdió a toda su familia y solo un par de semanas después Sirius se ofrece voluntario para una misión peligrosa. Tiene motivos para estar así. Además no terminaron, sólo se distanciaron un poco por la estupidez de Sirius.
- Lils - Acaricié su mejilla - Todos aceptamos entrar a la Orden y todos sabíamos a que veníamos ¿No? Es peligroso, eso se sabe... Ayra tendrá que superarlo en algún momento.
Mi novia me miró fijamente.
- Si tú hubieras ido en lugar de Sirius... ¿Cómo crees que hubiera estado yo aquí?
- Lily, nada me hubiera pasado...
Ella bufó y se puso de pié.
- Ayra tiene razón - Habló sin mirarme - Tú aún no entiendes que esto es una guerra.
- Pero, Lily...
- Iré a dar una vuelta- Me interrumpió - Te veo mañana.
- ¿Una vuelta adonde? - Me puse de pié acercándome a ella pero me evitó y caminó hacia la puerta. - ¡Lily!
- Solo saldré, estoy agobiada de pasar días y días dentro de este cuartel - Tomó su chaqueta.
- Es más de media noche ¿Dónde vas a ir? Déjame acompañarte... algo puede pasarte...
- ¿Para qué te preocupas? - Me miró seria - Nada me pasará - Utilizó el mismo tono que yo hace unos minutos atrás y me resigné, dejándola ir y volviendo a sentarme en el sofá.
Sentí la puerta abrirse y luego cerrarse de golpe.
Mujeres... estar sensibles es su especialidad.
Me recosté en el sofá y antes de poder cerrar los ojos una explosión hizo que de un salto me pusiera de pié. Algo mareado miré hacia la puerta del cuartel, por donde Lily había salido hace menos de un minuto, ahora estaba completamente destrozada junto con las paredes.
Lily
Tomé mi varita y corrí hacia allá pero otra explosión me hizo volar hacia atrás, golpeándome contra la pared que colindaba con la cocina.
Pasos apresurados comenzaron a bajar la escalera mientras yo me ponía de pie, aturdido.
- ¡James! - Sentí la voz de Rose y segundos después la vi tomando de mi brazo - ¿Estás bien?
La risa descontrolada, ese sello personal de Bellatrix lestrange se hizo presente.
- ¡Encontramos su madriguera pequeñas ratas! - Su voz hizo eco por la sala y miré alrededor buscando la fuente.
Siete encapuchados entraban a la sala y un octavo, más alto que los demás se abrió paso hacia nosotros mientras empujaba desde un hombro a Lily, sujetándola firme.
Alguien me tomó rápidamente del brazo para detenerme una fracción de segundo antes de que arremetiera contra Voldemort sin pensarlo.
- Uno de mis amigos... - Comenzó a hablar éste mientras Lily luchaba por soltarse - Creyó oír... que aquí se estaban juntando los de... ¿Cómo lo llaman? ¡Ah, sí! Orden del Fenix... - Los mortífagos rieron burlándose del nombre - Y según muy bien sé... todos los que aquí están piensan en... crear pequeños planes para poder derrotarme - Esta vez fue él quien rió y sus mortifagos lo secundaron rápidamente - ¡Entonces decidí venir a ver si aquella teoría era cierta! Pero claro... - Comenzó a pasearse por la sala mientras todos los de la orden en ese momento estaban inmóviles - ¡Su ratonera estaba muy bien protegida! ¿Cómo podía yo pensar que Dumbledore dejaría a sus marionetas desprotegidas? ¡Muchos encantamientos protectores...! ¡Deja de forcejear, niña! – Se quejó Voldemort y Rodolphus Lestrange movió su varita para que unas cuerdas ataran a Lily, dejándola inmovilizada.
Yo apreté los puños, mientras Voldemort siguió con su relato como si nada hubiera pasado.
- ¿Me creerán que ni siquiera puede verse la casa desde afuera?... Pero bueno, la suerte está siempre del lado más fuerte ¿No? ¡Esta pelirroja salió cuando ya nos íbamos a ir y rompió uno de los hechizos protectores y entonces todo apareció! - Rió - Y por eso la mataré primero - Tomó a Lily de las mejillas apretándoselas - Será su regalo por dejarnos entrar... ¡Morirá sin dolor!
- ¡APARTA TUS ASQUEROSAS MANOS DE ELLA! - Grité y Voldemort enfocó sus ojos en mí, sonriendo de lado - ¡No me importa quien seas! ¡Te atreves a lastimarle un pelo y te juro que te hago volar en pedazos!
- ¡Creo que tenemos otro candidato a morir primero! - Rió Voldemort - ¡Imperio!
Sin poder evitarlo caí al piso. La voluntad de mi cuerpo ya no me pertenecía. Arrojé mi varita lejos y choqué con el mentón contra la alfombra de la sala.
- ¡Prongs! - Pude ver los pies de Sirius frente a mí, se había puesto como mi escudo.
- ¡Sirius! - Gritó Ayra desesperada.
- ¡Oh esto será interesante! - Voldemort alzó la voz - Vamos a jugar un poco... veamos... tenemos en este momento a... ocho de ustedes, dos inmovilizados y la mayoría son niños... ¿Creen que podrán contra nosotros sin Dumbledore de su lado? - Rió - Muy bien, yo soy benevolente... eso siempre lo he dicho. ¡Qué nadie diga que Lord Voldemort es injusto!
De pronto mi cuerpo se puso de pié y empujé a Sirius mientras caminaba hacia Lily. Mi varita voló seguramente por el conjuro de alguien y volvió a mi mano. La empuñé y levanté la varita apuntando al rostro de Lily.
- ¡NO! – Grité en mi mente tratando de impedir que mi cuerpo siguiera realizando lo que Voldemort le ordenaba.
- Solo uno morirá esta noche – Habló Voldemort y los mortífagos comenzaron a murmurar enfadados, pero su amo los hizo callar con una mirada y empujó con fuerza a Lily haciéndola caer al piso - Como decía, solo uno morirá esta noche... y será asesinada por uno de ustedes mismos. ¡No es maravilloso! - Alzó las manos como candidato a primer ministro- ¿No soy benevolente? - Los mortifagos comenzaron a aplaudirlo. - Podría matarlos a todos, pero solo morirá uno.
Miré a Lily, la que me devolvía la mirada asustada y con la cara bañada en lágrimas. Mi estómago estaba apretado, mi corazón estaba siendo estrangulado y yo no podía hacer nada. Ella estaba ahí, atada, indefensa y yo no podía hacer nada para salvarla.
- ¡Nos vas a tener que matar a todos! - Gritó Sirius - ¡No te tenemos miedo asqueroso ególatra!
- ¡No eres más que un imbécil con ansias de poder! - Gritó Rose - ¡No te tenemos respeto ni aceptaremos ninguno de tus tratos!
Voldemort sonrió de lado y apuntó su varita hacia mí. Yo no aparté la vista de Lily, mientras sin importarme nada comencé a llorar. La perdería, la perdería a manos mías. Mi cabeza daba vueltas, ya no podía pensar nada.
- Te amo - La ví murmuran con los labios mientras mantenía la mirada verde esmeralda fija en mí. Eso sería lo último que verían sus ojos... eso sería lo último que verían mis ojos, porque luego de que ella ya no existiera yo tampoco lo haría.
Te amo, pensé. Porque ya no podía hablar... solo podía pensar. Te amo más que a mi vida.
Alcé mi mano apuntándola con mi varita y mi voz y mi boca actuaron fuera de mi voluntad.
- ¡Avada kedavra!
Un rayo de luz verde emanó de mi varita y luego todo se transformó en caos. Volví a tener el control de mi cuerpo repentinamente; alguien había distraído a Voldemort con un ataque y me había dejado. No podía ver nada, había fuego en la sala y rayos de diferentes colores y explosiones varias invadían todo.
- ¡Desmaius! - Escuché la voz de Alastor Moody, que había aparecido de la nada para ayudarnos.
Pero nada me importaba. Me lancé hacia lo yo creía que era donde había estado Lily antes y comencé a buscar su cuerpo entre el humo.
Yo la había asesinado. Yo. YO.
Jamás me lo perdonaría, yo no podía seguir viviendo sin ella...
Alguien me empujó y caí al piso, sobre algo... sobre alguien...
- ¡AMOR! - Grité abrazándola y ella no se movió, no reaccionó. - ¡LILY! ¡LILY! - Gritaba en medio de toda la confusión que era la sala.
Tomé su cara entre mis manos. Sus ojos estaban cerrados y su cuerpo caído.
- ¡JAMES PROTEGETE! - Escuché la voz de Remus desde alguna parte - ¡ROSE CUIDADO, ROSE!
Pero nada me importaba. ¿Qué me protegiera? ¿Para qué? ¿Para asegurarme de seguir viviendo?
Pero entonces entendí que algo me faltaba, que algo debía hacer primero.
Matarlo. Matar a Voldemort.
Besé a Lily en la frente y me puse de pie.
Estaba en una batalla con Alastor. Caminé sin cuidado de desviar ataques o protegerme y apreté mi varita en la mano hasta casi hacerme daño. Jamás había que querido matar a alguien en mi vida. Jamás había deseado tanto acabar con alguien... hacerlo sufrir.
- ¡CRUCIO! - Grité desde lo más profundo de mi garganta apuntando hacia Voldemort y éste cayó al piso de golpe, con la sorpresa marcada en su rostro pero luego cambió esa expresión por dolor.
Entonces caí, sentí como que un cuchillo había atravesado mi espalda y caí al piso. Vi sangre, mucha sangre. Todo lo que podía ver era sangre... y entonces ya no vi más.
Sentía que alguien apretaba mi cabeza muy fuerte. El dolor era enorme, el más grande que había vivido en mi vida. Pero no solo era físico... Todos los recuerdos volvieron a mí y apreté los ojos. ¿Había muerto? ¿Yo estaba muerto?
Abrí los ojos con miedo y entonces lo confirmé. Lo estaba.
Estaba muerto y ahí estaba aquella mirada verde esmeralda esperando por mí. Había muerto, pero estaría con ella. Era perfecto. ¿Por qué debía temer a la muerte entonces?
- Perdóname - Logré murmurar apenas. Mi voz casi no salió, mi garganta estaba seca.
- Tranquilo, amor - Lily sonrió y sentí su caricia en mi mejilla - Estamos bien. Estamos juntos.
- Perdóname - sentí las lágrimas caer de mis ojos - perdóname... - cerré los ojos tratando de que lo único que sintiera fueran sus caricias - yo quería formar una vida contigo, amor. Casarnos... tener una familia y yo...
- Aún podemos - Susurró y sentí sus labios sobre los míos - Aún nos queda mucho, James. Tranquilo.
- No... - Abrí los ojos - Yo terminé con todo... yo...
- ¿Despertó? - La voz de Sirius logró que abriera los ojos con sorpresa y lo buscara con la mirada. - ¡Prongs! ¡Sabía que saldrías de esta, hermano!
¿Sirius?
Comencé a mirar atentamente alrededor, ya que hasta el momento solo había mirado los ojos de Lily, solo me había enfocado en ellos.
- ¡Que alegría, James! - Exclamó Dumbledore emocionado - ¡Ahora tenemos motivos para celebrar!
Mareado me senté como pude y comencé a mirar todos los rostros conocido al rededor mío. ¿Entonces no estoy muerto? Busqué a Lily con la mirada y la vi sonriéndome.
- Yo... - Hablé apenas - Yo no comprendo nada... Voldemort... me obligó... yo lancé un hechizo... yo...
- ¡Voldemort cae siempre en el mismo error, James! - Dumbledore se sentó a los pies de mi cama y me miró sonriendo con la mirada tras sus lentes de media luna - Voldemort en su ignorancia te obligó a ti a matar a Lily... ¡A ti que la amas! ¿Cómo podrías matarla tú?
- Pero yo lancé el hechizo y... - Miré nuevamente a Lily para cerciorarme de que ella estaba bien - Yo la ví en el piso... traté de que se moviera....
- Las maldiciones imperdonables son las más peligrosas pero no cualquiera puede lanzarlas... ¡Debe tu corazón desear lo que el hechizo manda y tu corazón solo ama a Lily! ¿Cómo podría querer acabar con su vida? El hechizo le llegó, la aturdió pero no logró su finalidad.
Aún todo me daba vueltas y me costaba asimilar lo sucedido.
- No hubo bajas esa noche, James... de milagro. Para ninguno de los dos lados. Lamentablemente tuvimos que cambiar de cuartel y no podremos volver ahí ya que seríamos un blanco demasiado fácil...
Dumbledore siguió hablando sobre detalles a los que dejé de ponerle atención.
Pasé la mirada por mis amigos. Remus lucía pálido y amoratado. Sirius abrazaba a Ayra y ambos se veían bien. Y Lily...
- Cásate conmigo - Hablé sin dudar y apretando la mano de mi novia mientras la miraba fijamente. Todos me miraron sorprendidos - Lily cásate conmigo.
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¡Hola mis queridas! ¿Cómo están? Espero que de maravilla. Yo he estado algo mejor fisica y animicamente.
He tardado 10 días en subir capítulo pero aquí se los traigo. ¡Espero que les guste! Un capítulo Jily.
Creo que nuestro azabache aprendió de golpe lo que significaba realmente esta guerra y lo que está en juego ¿no?
Bueno, para las nuevas lectoras: BIENVENIDAS! y para las de siempre, saben que tienen mi corazón!
Quiero conocer quienes son todas todas por lo que voy dedicandoles cada capítulo a una de ustedes que comentan! ¡Cómenten y capitulos les serán dedicados por ser las mejores!
La dedicación de hoy va para:
Pali2014: Sweetie! Sabes que amo tus comentarios, me encantan. Y lo mejor y lo que más agradezco es que siempre están presentes. Muchas gracias por tus palabras de animo, de apoyo y comprensión. Gracias por el amor a la novela y por decir que soy tu idola! jajaj me subes el ego que no tengo <3 Te quiero enviar un super abrazo bien apretado! Espero de corazón que sigas aquí hasta el final de la historia. Te quiero!
¡Un gran abrazo de merodeadora para todas!
Atte: Nathy.