Después de la detención del detective Solano las muestras de nerviosismo en la comisaría de policía eran más que evidentes ya que el capitán Soto puso a todos los presentes en sobre aviso de que el detective de actitud intachable y el mejor en su categoría había sido arrestado minutos antes en su domicilio.
- Muchachos por la evidencia que existe se cree que el detective Solano fue el autor principal del asesinato de Gonzalo Lineros. - Dijo el capitán a todos los detectives presentes allí así como también a los detectives infiltrados que estaban pendientes a la información que daba. - Según el detective Mejía el autor material de los hechos se presentó ayer en la comisaría y confesó su participación y quién lo había contratado para hacerlo..., el detective Solano. - Dijo finalmente el capitán dejando a todos los presentes atónitos por no creerse lo que estaba diciendo. - Comprendo que ésta información tiene que ser muy dura para todos nosotros, por eso preferí comunicárselas yo personalmente.
- Todo eso es mentira capitán..., ¿es que no lo entiende? - Habló primero Juan Capote que creía ciegamente en la inocencia de su amigo al que consideraba como un hermano. - Yo estaba con Nacho el día del operativo de rescate de María Gómez y no pudo haber mandado a matar a Gonzalo Lineros...la oficial Jota estaba conmigo, después dos oficiales más, todos eran testigos de que Nacho no pudo hacer una cosa así, me extraña que usted lo crea capitán. - Seguía enfadado Juan Capote dando su versión de los hechos acompañado por la oficial Lourdes Jota que se había incorporado recientemente al grupo policial.
- Juan, lo que crea yo en este momento ahora no importa, lo importante es la evidencia y la declaración de éste sujeto es contundente..., declaró que Nacho lo había contratado esa misma mañana y que le dió toda la información para que cometiera el crimen. - Le contestó el capitán preocupado por lo que fuera a pasar.
- Es una trampa capitán..., ¿qué no lo ve? - Dijo Capote mientras que los detectives infiltrados miraban para otro lado haciéndose los desentendidos. - Nacho está siendo víctima de alguien que...que quiere verlo caer por ser un detective recto, intachable e incorruptible.
- Comprendo que esto sea difícil para nosotros pero tienes que comprender...
- ¡No capitán! Usted no entiende, no lo comprende. - Contestó Capote alterado y marchándose del lugar por querer y no poder contarle todo lo que había detrás del plan en contra de Zafiro pero tenía que andar con cuidado de no ser descubierto.
El detective se fue enfadado a su oficina y pegó un portazo en la puerta de la misma impotencia por no poder hacer nada para ayudar a su compañero y en ese mismo momento sonó su teléfono.
- ¿Sí, diga? Habla Capote. - Respondió el detective.
- ¿Juan? - Preguntó María al otro lado del teléfono muy nerviosa y llorando.
- Sí, habla María. - Juan, se llevaron a Nacho arrestado. - Pronunció María inconsolable. - Vivieron unos policías y un detective y lo acusaron del asesinato de Gonzalo, ¿puedes creerlo?
- Sí, yo también acabo de enterarme María. - Respondió Capote afectado.
- Juan...¿Qué está pasando? No, no, no entiendo cómo pudieron arrestarlo por la muerte de Gonzalo sino existen pruebas contra él..., Juan, ¿Qué significa esto?
- María trata de tranquilizarte que es lo mismo que estoy intentando yo...en este momento voy a ir al centro de detención para averiguar qué está pasando.
- ¿Dónde está eso? Yo, yo, yo también quiero ir...
- Sí, sí, sé dónde es, nos vemos allá...Juan, Nacho no puede quedarse arrestado.
- Esto es una injusticia María y no lo vamos a permitir. - Le contestó por último el detective para colgar el teléfono y marcharse rápidamente del lugar pasando por delante del capitán sin decir ninguna palabra.
- ¡Juan! - Llamó el capitán Soto.
- Yo me voy capitán. - Contestó el detective sin mirarlo.
- ¡Espérate por favor! Tenemos que esperar a lo que dice el detective Mejía. - Rogó el capitán apoyando la mano en su hombro.
- ¡No capitán, no crea que yo me voy a quedar aquí cruzado de brazos! - Gritó al capitán Soto apartándose bruscamente para que no le tocara. - Este es el momento de actuar, de evitar que se cometa una injusticia y los desgraciados que quieren hundir a Nacho no se van a salir con la suya, yo se lo juro. - Contestó por última vez y se fue dejando a todos sin contestar ninguna palabra.
Al mismo tiempo que pasaba lo del arresto de Nacho, en la empresa Gómez se encontraba Luisita en la oficina de Sebastián buscando los documentos que demostraban que la empresa de su padre se había asociado a otra desconocida.
La abogada con nerviosismo de que entrara alguien y la descubriera revisó ligeramente los documentos para confirmar lo que sospechaba y dejando todo como se lo había encontrado anteriormente, se marchó de la oficina para sacar fotocopias y dejar el original en el mismo sitio para cuando llegara Sebastián no encontrara nada raro de lo que él tenía guardado.
Al mismo tiempo por los pasillos venía hablando Sebastián con su hermano Federico, aunque en la pelea que tuvieron sobre la homosexualidad el menor le dijo que nunca más contara con él en relación a los malos comportamientos que tenía, luego pensó que sería mejor tenerlo de su lado para el plan que tenía en mente.
- Disculpe licenciado, la señora Luisita llegó hace un rato. - Informó la secretaria a Sebastián cuando se acercó a la mesa de recepción.
- ¿Luisita?¿Y por qué no me avisó? - Sebastián le preguntó con tirantez en su voz.
- La señora dijo que no era necesario porque vino a buscar unos documentos.
- ¿Qué documentos? - Preguntó Sebastián esquivando la mirada hacia su hermano.
- No sé, no me lo dijo, los está buscando en el archivo de su oficina.
- ¿Usted ve muy normal que alguien ajeno a esta empresa entre a buscar un documento a la oficina del presidente? - Preguntó Sebastián enfadado y llamándole la atención a la secretaria.
- Señor discúlpeme pero la señora Luisita es dueña de esta empresa y no puedo negarle nada, no necesita pedir permiso. - La secretaria se defendió.
Sebastián del mismo enfado ni siquiera le contestó y la dejó en su lugar para ir a su despacho y buscar el documento que no quería que nadie viera.
Entró en la oficina abriendo la puerta de un portazo y se fue al archivador donde tenía guardados los documentos más importantes.
-¿Dónde estará? - Preguntó Sebastián en voz alta mirando a su hermano.
- ¿A qué habrá venido Sebastián?¿A buscar los documentos de la fusión? - Preguntó Federico haciéndose el desentendido.
- No tengo idea. - Respondió distante.
- Todavía estará aquí por los pasillos, Rosita tiene que haberla visto.
Luego de que había conseguido lo que venía buscando salió por los pasillos del lugar antes de encontrarse con Sebastián pero lo que no esperaba es que su marido ya se había interpuesto en su lugar.
- Hola, Rosita me dijo que estabas por aquí. - Habló primero Sebastián al encontrarse de frente con su mujer que parecía un poco nerviosa.
- Sí, no quise molestar porque Rosita me dijo que estabas en una reunión muy importante.
- Debiste avisarme... - Contestó Sebastián con cara de pocos amigos. - ¿Y a qué viniste? - Le preguntó a Luisita poniéndola más nerviosa que estaba.
- Sí, sí, vine a buscar esto. - Contestó Luisita con cara desencajada enseñando la carpeta que tenía en sus manos.
- ¿Y ahora a dónde estabas?
- En el baño amor, ahora iba a ir a buscarte para decírtelo.
-A ver...aahh, el documento de la fusión con Global Corporation. - Dijo Sebastián pasando las hojas del documento.
- Sí...lo encontré en tus archivos. - Respondió la abogada esquivando la mirada y apartándose el pelo detrás de su oreja.
- Luisita...¿Por qué no me pediste una copia del documento o el documento en sí y yo te lo hubiera llevado? Pero eso de entrar a mi oficina...a escondidas... - Decía el empresario desconfiando de su mujer.
- ¿A escondidas Sebastián? - Preguntó Luisita con duda. - No, no, yo vine a pedírtelo a tí pero estabas ocupado en una reunión y no quise molestarte así que pensé en ganar tiempo...lo que pasa es que María quería leerlo, ya sabes, como ya no trabaja aquí... tú sabes cómo es. - Decía Luisita con una risa falsa nerviosa contagiando a su marido.
- ¿Ella está dudando de la fusión?
- No, no amor, ella sólo quería revisarlos como para estar al tanto de todo, para ser parte de la empresa, es todo, hay que entenderla ¿no? - Luisita ya no sabía qué excusa ponerle para que la creyera.
- Sí, sí, yo la entiendo...¿Pero por qué no esperamos que ella se recupere un poco y cuando estemos toda la familia junta lo comentamos? ¿Te parece? - Preguntó Sebastián quitándole la carpeta de las manos en la que tenía el documento.
- Sí, sí claro. - Respondió Luisita de mala gana.
En ese instante sonó el teléfono de la rubia rompiendo la tensión del momento.
- ¿Sí dígame? - Preguntó Luisita sin mirar la pantalla del teléfono.
- Luisita se llevaron a Nacho arrestado...- Respondió María llorando.
- ¿Qué? - Preguntó Luisita mirando a Sebastián.
- Por el asesinato de Gonzalo.
- María no entiendo... ¿Qué pasó?
- ¡No sé Luisita, no sé! Yo llamé ahora a Capote y dice que nos vamos a encontrar en el centro de detención para averiguar qué pasó...,Luisita...¿Tú podrías ir por favor? Por favor... - María rogaba a su hermana para que fuera e hiciera todo lo posible por su cuñado.
- Sí, sí, por supuesto, voy para allá... escúchame María, no te angusties porque todo esto tiene que ser una equivocación. - Respondió la abogada a su hermana mirando con los ojos llenos de rabia y aguantando la postura hacia su esposo porque ya estaba pensado que Sebastián tenía que ver con todo eso que estaba pasando.
- Luisita por favor no te tardes. - Fueron las ultimas palabras de María antes de colgar el teléfono.
- ¿Qué pasó? - Preguntó Sebastián al ver la cara descompuesta de la rubia.
Luisita le miró con cara distante y recordando las palabras que un día pronunció Amelia.
- Es un tipo muy astuto y tiene lazos muy cercanos a la familia de María y Luisita, de quién nadie jamás sospecharía, capaz de pasar por encima de cualquier cosa con tal de obtener su objetivo Nacho, que era hacerse con el control de las empresas Gómez.
- Arrestaron a Nacho por el asesinato de Gonzalo, Sebastián... - Respondió Luisita mirando con desprecio a su todavía marido.
- ¿Qué? - Preguntó Sebastián haciendo el desentendido. - ¡Eso no puede ser! Nacho estaba en el rescate de María, no pudo haber estado allí. - Sebastián hacia el teatro para que pareciera afectado.
- ¡Claro que no puede ser Sebastián! Esto es una injusticia y yo voy a averiguar de qué se trata todo esto. - Luisita no podía aguantar más la falsedad de su marido y cogió las llaves del coche de su bolso para marcharse de la empresa.
- ¡Luisita! - La llamó Sebastián agarrándola de brazo. - Dile a Nacho que puede contar conmigo para lo que sea. - Respondió el empresario con cara de pena hacia su mujer poniéndola todavía más enfadada.
Cuando llegaron al lugar los agentes acompañados por Nacho arrestado con las esposas, fueron a la sala principal para tomarle sus huellas y hacerle las fotos pertinentes para que quedara constancia de que era un preso más hasta que no se demostrara lo contrario.
- Detective Solano ponga de su parte...¿Dónde conoció usted a su cómplice de los hechos? - Preguntó el detective Mejía intentando aclarar toda la situación y perdiendo la paciencia.
- Ya le dije que yo no tengo a ningún cómplice, ¿Es que no me oyó? - Respondió Nacho gritando enfadado.
- Acabemos con esto cuanto antes detective, su cómplice confesó que usted lo contrató para que matara al señor Gonzalo Lineros.
- ¿Usted no se da cuenta de que estoy siendo víctima de una trampa? Yo...no... contraté...¡A ningún cómplice! - Nacho pegó un golpe en la mesa enfadado por la situación en la que se encontraba.
- Detective Solano, diga la verdad y ahorrese de estar varios años en la cárcel.
- Todo esto está siendo una trampa, quieren verme caer...¿Es que no lo entiende? - Nacho no sabía ya cómo explicárselo.
- Deje ya de mentir...¿Cuánto le pagó a su cómplice para que cometiera el crimen del señor Lineros?
- No pienso decirle nada sin tener delante a mi abogada. - Respondió Nacho con una mirada desafiante hacia el detective.
El detective Mejía se levantó de su silla y se fue de la sala de confesiones dando por terminada la conversación con Ignacio Solano.
En otro lugar, precisamente en el estudio de Laura Jota, Amelia se encontraba hablando con Marina de los últimos acontecimientos en relación a Zafiro para llevar a cabo un plan y encontrar alguna prueba que pudiera hacerlo y en ese mismo momento llamaron a la puerta sorprendiendo a la morena que tuvo que colgar el teléfono y despedirse de su amiga.
Amelia fue a mirar por la mirilla de la puerta y al otro lado se encontró una hermosa mujer de ojos claros y bastante sexy.
- ¿Sí quién es? - Preguntó la morena para recibir una respuesta.
- Señorita, venía preguntando por Laura Jota. - Respondió la chica misteriosa.
Amelia abrió la puerta y se encontró de frente con esa bella mujer de ojos claros a la cuál no sabía responder.
- Buenos días, ¿Se le ofrece algo?
- Mi nombre es Lourdes Jota, venía buscando a la pintora de éste estudio. - Respondió la chica a la morena.
- ¿Lourdes Jota? - Preguntó Amelia sorprendida al llevar el mismo apellido que Laura haciendo reír a la chica.
- Soy hija de Laura Jota y vengo de traslado a esta ciudad, trabajo en la comisaría de policía desde hace poquito tiempo...¿Y usted es...? - Preguntó la chica alargando su mano para presentarse.
- Lu...Luimelia. - Respondió Amelia utilizando el alias que ponía en todos los cuadros que pintaba y estrechando su mano.
- Encantada Luimelia, el placer es mío. - Lourdes le respondió quedándose mirándola fijamente hipnotizaba por la belleza de la morena.
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Hasta aquí el capítulo, ante todo perdón por la tardanza pero a veces me falta tiempo y no salen las palabras 😩🤦🏼♀️ Parece que apareció algún familiar de nuestra pintora favorita, ¿Qué traerá entre manos?🤭🤔 Comenten qué les pareció este cortito capítulo y den sus ideas de lo que viene con nuestro detective porque parece que lo van a meter entre rejas 😬. Gracias por seguir leyendo y todas vuestras estrellitas ⭐⭐⭐
Alejandra ❤️