Un Inesperado Nosotros

By AndreaSmithh

121K 19.1K 8.7K

¿Y si es muy tarde para empezar de cero? Cuando Gia Davies se muda a Nueva York, está huyendo. Se ha dado cue... More

S i n o p s i s
P r ó l o g o
· U n o ·
· D o s ·
· T r e s ·
· C u a t r o ·
· C i n c o ·
· Siete ·
· Ocho ·
· Nueve ·
· Diez ·
· O n c e ·
· D o c e ·
· T r e c e ·
· C a t o r c e ·
A d r i e n
· Q u i n c e ·
· D i e c i s é i s ·
· D i e c i s i e t e ·
· D i e c i o c h o ·
· D i e c i n u e v e ·
· V e i n t e ·
· V e i n t i u n o ·
· V e i n t i d ó s ·
· V e i n t i t r é s ·
· V e i n t i c u a t r o ·
· V e i n t i c i n c o ·
· V e i n t i s é i s ·
· V e i n t i s i e t e ·
· V e i n t i o c h o ·
· V e i n t i n u e v e ·
· T r e i n t a ·
· T r e i n t a & U n o ·
· A d r i e n ·
· T r e i n t a & D o s ·
· T r e i n t a & T r e s ·
· T r e i n t a & C u a t r o ·
· T r e i n t a & C i n c o ·
· T r e i n t a & S e i s ·
· T r e i n t a & S i e t e ·
· T r e i n t a & O c h o ·
· T r e i n t a & N u e v e ·
· C u a r e n t a · (FIN)

· Seis ·

2.6K 438 239
By AndreaSmithh

🎶 Change 🎶

"Tonight we'll stand, get off our knees,

fight for what we've worked for all these years"

(Nos levantamos,

peleamos por los que hemos trabajado todos estos años)


Agatha es muy clara respecto al apartamento. Debemos enviarle nuestra información y el propietario escogerá al mejor candidato. Tenemos hasta el final de la semana para hacerlo.

Sin embargo, existe un problema un poco mayor: ya no solo compito contra Adrien. Hay otras tres personas interesadas que también entrarán en el juego. Al final, puede que ninguno de los dos consiga el apartamento.

F.

—¿Qué tal ha ido el día?

Sonrío a Finn y me encojo de hombros. Me está ayudando con la cena de esta noche. Desde que llegué al piso me he hecho cargo de la comida. Ya estaba acostumbrada porque siempre cocinaba en la universidad, pero además aquí me hace sentir útil. Es una forma de devolverles el favor por dejarme estar en su casa estos días.

Ahora mismo estamos haciendo chili con carne.

—Agridulce —contesto al cabo de un rato.

Creo que no podría haberlo descrito mejor.

—¿Qué es eso que estás cocinando?

La voz de Adrien me sobresalta. Se ha pasado las últimas horas de la tarde sentado en el sofá, metido en sus asuntos. En realidad, tiene un aspecto bastante pensativo, porque ni siquiera está viendo la televisión. Por eso me sorprende cuando aparece a nuestro lado.

—Comida —contesto.

—No jodas, y yo que pensaba que estabas preparando tu próxima pócima de bruja.

Me vuelvo hacia él con el ceño fruncido, pero no voy a dejarle ganar, así que me esfuerzo en suavizarlo y con una sonrisa de lo más dulce replico:

—Esa la tengo ya lista en un lugar especial. Un brebaje idóneo para espantar a idiotas como tú.

—¿Sí? Pues debes de ser una bruja nefasta porque no veo que esté funcionando.

Mi sonrisa flaquea y la suya asoma. ¿Qué ha querido decir? Pero no llego a averiguarlo porque Finn nos interrumpe para tratar de evitar un conflicto inmediato.

—Chicos, haya paz, por favor.

Decido morderme la lengua por él. No se merece soportar otra de nuestras peleas que, dicho sea de paso, son más bien indirectas cargadas de odio. Como flechas en llamas, las lanzamos directas hacia el otro para ver quién se quema primero.

Adrien toma una cucharilla del cajón y en cuanto intuyo sus intenciones me lanzo directa a pararlo.

—¡Ni se te ocurra probarlo todavía! —exclamo.

Sin embargo, me ignora totalmente. Me abalanzo sobre él para apartarlo, pero se limita a poner una mano sobre mi hombro y frenarme. Hunde la cuchara en el puchero humeante, sopla y lo prueba.

Después arruga la nariz y me suelta.

—Está soso, polilla.

Increíble.

—Pues no lo comas.

—También le falta picante.

—Tranquilo, echaré uno muy especial en tu plato.

Finn se lleva la mano a la cara y se aleja de nosotros, dándonos por perdidos. Adrien lanza la cucharilla al fregadero y sigue a su amigo.

Me dedico a apaciguar mi mal humor removiendo el puchero. Y puede que añada un poco más de sal.

Solo un poco.

Mi hermano regresa a casa al poco tiempo de haber terminado el guiso. Él y Finn sirven la comida, pero esta vez nos sentamos en la barra de la cocina. Nadie quiere arriesgarse a que se caiga algo de chili al sofá. Además, así estamos más cómodos.

— Antes de que se me olvide, quería deciros algo —comento mirando hacia Gabriel—. ¡Me han llamado del trabajo! Mañana es mi día de prueba.

La expresión de mi hermano no es la que me gustaría. Para describirlo de una forma suave, digamos que parece que alguien le hubiera golpeado en la cara con un calcetín sudado y maloliente.

—Enhorabuena, Gia —me felicita Finn, y pasa un brazo por mis hombros para abrazarme aprovechando que estoy sentada a su lado—. Ya verás como irá genial.

—Sí, genial —murmura mi hermano, no sé si con intención de que lo escuche, pero lo hago.

Todos lo hacen, y hasta Adrien deja de comer y observa con curiosidad a Gabriel.

—Pensé que estabas de acuerdo en que podía trabajar donde yo quisiera —le digo a mi hermano, con la mirada puesta solamente en él—. Teníamos un pacto.

—Que puedas hacerlo no quiere decir que me entusiasme. Tú vales mucho más que eso. Además, ese sitio, sus uniformes... No me gusta para ti.

—Preferiría contar con tu apoyo y lo sabes, pero soy adulta y voy a hacer lo que yo quiera.

No sé por qué tengo la necesidad de reafirmar mi mayoría de edad con esas palabras. Aunque amo estar con mi hermano, lo quiero y a su lado me siento segura y feliz, odio que me trate como a una niña.

—Por supuesto que vas a hacerlo. —Hay un matiz ácido en su tono—. Siempre lo haces.

—¿Qué quieres decir con eso?

Finn carraspea y capto cómo niega con la cabeza hacia mi hermano, que también lo mira. Al final Gabriel suspira y la tensión en sus hombros se relaja.

—Nada —responde por fin—. No quería decir nada.

Es obvio que se trata de una mentira. ¿Acaba de insinuar que siempre me salgo con la mía? Estas peleas son como cuando éramos pequeños, pero ahora parecen más intensas. Siento que empiezo a agobiarme y necesito un poco de espacio. Observo mi plato, ya casi he terminado. Me limito a acabarlo en silencio mientras Finn se ocupa de cambiar a otro tema de conversación.

Cuando me pongo de pie, comento:

—Voy a salir a por una crepe.

Adrien y Finn continúan hablando, pero mi hermano se vuelve con el ceño fruncido.

—Es muy tarde.

—¿Y?

—Ha anochecido, es peligroso.

Contengo la tentación de poner los ojos en blanco. ¡Y volvemos con el hermano sobreprotector!

—Esto es Nueva York, hay gente hasta de madrugada, sin importar la hora. No me pasará nada.

Mi hermano parece listo para volver a replicar, en cambio, se lo piensa dos veces y al final cierra la boca. Yo agarro una chaqueta, las llaves y conecto los auriculares al teléfono antes de salir.

Llevo conviviendo con él más tiempo del que esperaba y está empezando a suceder lo que más me temía: enfadarnos. Gabriel es mi única familia, pero los dos hemos crecido y eso complica las cosas. Necesito que ese apartamento sea mío. Saldré de su casa, de su habitación, y nuestra relación no se resentirá.

A veces es necesario poner distancia con tu familia, aunque la ames con todo tu corazón. Justo por el bien de continuar siendo eso: una familia.

En lugar de tomar el ascensor, bajo por las escaleras. Change de Taylor Swift suena a través de mis auriculares, aislándome de todo lo demás justo como necesito.

Salgo a la calle y me uno a la gente que camina por la acera, solo que yo voy sin rumbo fijo. Me limito a mirar los escaparates, los restaurantes con las mesas prácticamente llenas, a los transeúntes con los que me cruzo... Y paseo tratando de mantener la mente en blanco.

Llevo por lo menos diez minutos deambulando cuando siento que alguien toca mi hombro. Me sobresalto y me vuelvo tan rápido que uno de los auriculares se me escapa de la oreja. Sin embargo, quien está detrás de mí no es ningún ladrón. Es mucho peor.

—¿Cuánto tiempo llevas siguiéndome? —exclamo llevando la mano al corazón.

—Desde que saliste del piso —responde Adrien.

—Mierda, eres un maldito acosador.

Me quito el otro auricular y los guardo en el bolsillo de la chaqueta sin dejar de mirarlo con hastío.

—Pensé que necesitabas tiempo para pensar y... airearte.

—¿Y por qué me seguías?

Adrien guarda silencio durante unos momentos, sopesando sus palabras. Alzo las cejas cuando comienzo a impacientarme y al final responde:

—Tengo que hablar contigo. Vamos, te invito a tomar esa crepe.

Cuando ve que no me muevo, añade:

—Es sobre el apartamento que hemos visto hoy.

Me muerdo el labio inferior y me parece notar que sus ojos se mueven en esa dirección. Sopeso mis opciones, pero la intriga me puede, así que asiento y vamos a la crepería, la misma en la que he estado esta mañana.

La pido con nata en lugar de chocolate. Nos sentamos en una mesa libre y pincho un pedazo antes de comenzar la conversación:

—¿Has decidido ser un buen samaritano por una vez en tu vida y cederás para que yo me quede con el apartamento?

Adrien tira de la comisura de sus labios en una sonrisa de sabelotodo. Él se la ha pedido salada, de queso y jamón.

—En tus sueños, polilla.

—En mis sueños tú no existes.

Se lleva la mano al corazón y finge estar herido, pero no contesta. En su lugar, va directo al grano:

—Tengo una propuesta para ti.

—Te escucho.

Por muy mal que eso suene.

—¿Qué te parece compartir el apartamento? Nos ahorraríamos un buen dinero.

Guardo silencio mientras sus palabras toman forma en mi cabeza. Porque eso es, literalmente, lo último que esperaba escucharle decir.

—Estás loco.

—Piénsalo. Es nuestra mejor opción.

Frunzo el ceño porque está claro que sí que se ha vuelto loco. De remate. Lo suyo ya no tiene solución. Es un caso perdido.

—Adrien, no creo que...

—Solo piénsalo —me interrumpe—. Si somos dos en el contrato vamos a tener más posibilidades de que nos den el apartamento. Dos sueldos equivalen a una mayor probabilidad de conseguirlo frente a los demás candidatos.

Bueno, debo darle un punto en eso. Al final el dueño quiere no solo a alguien responsable, sino también alguien que le asegure el pago a tiempo cada mes.

Aun así, no termino de verlo.

—Pero... solo tiene una habitación.

—¿Y?

Vale, claro. Él dormirá en el sofá.

—No sé si puedo vivir contigo.

—Entonces quizá debas seguir viviendo con tu hermano, porque está claro que no tienes opciones de conseguirlo.

—¿Cómo estás tan seguro? Tengo ahorros.

—Y yo un trabajo estable. Y los otros candidatos a saber. No los conocemos.

Mierda.

—Es una locura —susurro.

—En eso estoy de acuerdo contigo.

—Entonces ¿por qué me lo propones?

—Porque necesito salir de mi piso cuanto antes, pero no me devolverán la fianza al irme sin haber finalizado el contrato y créeme, es mucho dinero. No puedo dormir en el sofá de tu hermano para siempre y tampoco pagar los precios de esta ciudad de locos.

—No te gusta nada Nueva York, ¿eh?

Me lanza una mirada que me pide que no profundice más en el tema, pero que también me da la razón.

—Y luego ¿qué? —pregunto por fin.

—¿Qué de qué?

—Quizá pueda tolerar compartir piso contigo, no sé... ¿un mes? ¿Dos?

—¿Tolerar? —repite divertido, sin ocultar la sonrisa.

Me alegro de que al menos a uno de los dos todo esto le divierta. Ojalá fuese a mí.

—Es en serio, Adrien. No me caes bien.

—Auch —susurra y vuelve a llevarse la mano al pecho al tiempo que finge dolor—. Si vivimos juntos tienes que trabajar en tu actitud, polilla. No haces más que meterte conmigo.

Abro la boca con indignación.

—¿Yo? ¿Y qué hay de ti?

—No me meto contigo.

—Sí, claro. Solo me llamas polilla porque me tienes en alta estima —ironizo—. En cualquier caso, no he dicho que acepte el trato.

Y decido dar por finalizada la discusión mientras arremeto contra los últimos trozos de mi crepe. Sin embargo, Adrien no tiene pensado darse por vencido. Debería haberlo visto venir, es bastante cabezota. Si no lo conociera bien, pensaría que realmente tiene ganas de compartir piso conmigo y no solo es que esté desesperado.

—Tampoco tiene que ser para siempre, solo hasta que uno de los dos encuentre algo mejor —dice, aunque dudo que eso vaya a suceder—. O hasta que te canses de esta nueva vida y regreses con tu novio.

Entrecierro los ojos mirando hacia él y noto la punzada de rabia que surge en mi interior. Por unos segundos, mientras valoro su propuesta, me he olvidado de lo desagradable que puede ser y lo mucho que consigue sacarme de mis casillas.

—Exnovio —puntualizo—. O hasta que tú abandones Nueva York.

—Claro, sí. Eso también puede pasar.

No parece nada convencido, pero yo lo conozco desde hace muchos años. Nunca le gustó la ciudad, es un chico que ama la tranquilidad del campo. Soy incapaz de entender por qué ha decidido trabajar en Nueva York, ¡si se queja todo el rato! Tal vez solo estuviese tratando de probarse a sí mismo.

Esperaré hasta que se aburra, no tardará mucho. Lleva solo unas semanas más que yo y no le ha ido nada bien.

No tardará en irse.

—Está bien —digo tras un largo rato de silencio—. Haremos eso.

—No te arrepentirás, polilla.

Agh. Ahí está el maldito apodo de nuevo.

—Empiezo a hacerlo justo en este mismo momento...

¿Quién caerá primero? ❤️ Hagan sus apuestas.

Continue Reading

You'll Also Like

839 127 30
NUNCA DEBI DE HABLARLE, DE HACERME AMIGA DE EL, MI ERROR FUE CONOCERLO, MIRARLO SOBRE TODO SEGUIRLO. SI SE PUDIERA RETROCEDER EL TIEMPO YO ESTARÍA DE...
137K 8.7K 41
Tras el viaje a Tokio, Robin y Starfire son pareja oficialmente, y durante los primeros días todo parece ir bien, sin embargo, la llegada de un crimi...
182K 11.1K 37
Lalisa Manoban Jeon Jung Kook Lizkook. Dos idols en busca del amor y la aceptación. "Yo tengo todas las de perder en esta relación, Jungkook" "¿No te...
667K 82.9K 55
▐♛❤♚🥀♛𝐑𝐄𝐃 𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐒... ━━━━ Ella adoraba cortar cabezas, él adoraba hacer sombreros. Ella quería que él le haga sombreros a las cabezas qu...