.............................................................................................................
Sorprendentemente, no fue Charlie la primera en despertarse a la mañana siguiente. Lucifer se despertó con la tenue luz de la mañana que brillaba más allá de las cortinas de encaje. Adormilado, se tapó la cara con el edredón, deseando dormir unos minutos más. No se escuchó el chirrido distante de la alarma de su hija ni las cálidas ráfagas del desayuno de Lilith en la cocina. Moviéndose ligeramente hacia su derecha, gruñó mientras aterrizaba de espaldas, tirado en el suelo de la sala de estar.
Conmocionado, su mirada se posó en el reloj de la pared. Sorprendido, se dio cuenta de que apenas eran más de las cinco, todavía dos horas antes de que las demás despertaran.
Recogiendo sus zapatos y su sombrero, Lucifer se retiró a su habitación y a la de Lilith, y rápidamente se cambió y se puso una simple camisa blanca con botones y un par de pantalones rojos. Entró suavemente a su oficina y reunió una gran carga de archivos, papeleo para nuevas enmiendas educativas, certificados de nacimiento que debían firmarse e informes que leer de otros anillos, se preparó para irse cuando un papel brillante encima lo hizo detenerse.
Lo recogió y lo examinó, con el miedo llenando su estómago.
‘Lucifer Morningstar, ángel caído y gobernante del infierno, por la presente eres convocado a una reunión en la embajada celestial más cercana. Se espera su pronta llegada a las nueve de la mañana para que la reunión se desarrolle según lo previsto’
ーJoderー, susurró Lucifer mientras dejaba los archivos. ーPlumas, plumas…
Ser convocado para una reunión no era nada nuevo, pero ésta era la primera desde que Cor había llegado a la mansión. Normalmente, si Lilith estuviera aquí, no tendría problemas. Pero solo estaban Charlie y él. Charlie no podía faltar a la escuela, no con los exámenes finales de invierno tan cerca.
Y llevar a Cor era imposible. Era como llevar un corderito diminuto directamente al foso de un león, incluso si había un león vestido de oveja.
ーEsos malditos bastardosー. Sabían lo que estaban haciendo al enviar esto. ーEsos imbéciles saben que el alma gemela de mi hija es uno de sus caídos.
Echando humo, respiró con fuerza, enviando el gas negro por el aire. Rompiendo la citación y arrojándola a la basura, el gobernante recogió sus archivos y salió con cuidado de su oficina. Tal vez estuviera furioso, pero eso no despertaría a su hija ni a su futura nuera. No tenían necesidad de preocuparse por algo que él tendría que resolver solo.
Necesitando calmar su ira, Lucifer llegó a la sala, dejando caer la pila de papeles con un suave golpe. Caminando suavemente sobre el suelo ondulado, llegó a la cocina. Lilith les había dejado algunas comidas preparadas para antes de que él tuviera que cocinar, algo en lo que no era bueno. Su esposa siempre bromeaba sobre cómo podía hacer que un pecador se volviera a morir de lo malo que era en la cocina.
Pero, mientras miraba dentro del refrigerador, descubrió que los alimentos familiares que se habían convertido en su dieta durante los últimos seis meses le revolvieron el estómago. De pronto sintió náuseas por siquiera considerar comerlos, su mirada se dirigió al cartón de huevos que estaba a un lado. Sabía que en el interior había una docena completa. Al haber sido comprado sólo dos días antes, no había habido posibilidad de usarlo.
Agarrando el cartón y cerrando la puerta, Lucifer lo dejó en el mostrador, tamborileando con los dedos, considerando algo. Finalmente, sacando un vaso corto, tomó dos huevos, los partió suavemente. Después de retirar las cáscaras, le añadió un pequeño chorro de agua. Tendría una bebida mientras tomaba un libro de cocina del estante decorativo de su esposa y se sentaba a la mesa.
Al hojear las páginas, cada una hacía que se le revolviera el estómago. Estaba repleto de recetas de sopas, guisos y caldos, cada una con una nota adhesiva sobre cómo se podían sustituir ciertos artículos por alimentos celestiales. Pero al llegar al fondo, la única parte intacta, su mirada se posó en una receta sencilla de panqueques de arándanos y miel.
Siendo una de las pocas cosas que su esposa había podido digerir mientras tenía a Charlie, Lucifer había aprendido a cocinarlas. Incluso terminaban con algunos fondos quemados, había pocas posibilidades de que lo arruinara como con algo más avanzado. Además, esos panqueques eran los favoritos de Charlie, algo que usualmente pedía.
Con pesar, terminando su bebida y poniendo el vaso en el fregadero, Lucifer comenzó a reunir los ingredientes necesarios para los panqueques. Harina, azúcar, bicarbonato de sodio, huevos y más pronto se derramaron sobre el limitado espacio del mostrador y la mesa de la cocina.
ーA Duckie y Angelito les gustarán estosー, pensó mientras se acercaba para encender la radio. Suavemente, pasando a un segundo plano, el leve zumbido de la radio lo ayudó a comenzar el proceso de preparación, sabiendo que apenas estaría terminado justo a tiempo para que Charlie y Cor bajaran.
…
El suave crujido de las cebollas y el golpeteo del cuchillo contra el plástico llenaron el aire mientras la hora cambiaba lentamente a las seis y media. Presionado contra el mostrador, Lucifer cortó lentamente la cebolla mientras los rayos del amanecer iluminaban lentamente lo que sería el último día cálido antes de los meses fríos.
Tarareando la melodía de la radio, vertió con cuidado un tercio de la masa en su propio plato. Ya había separado la masa de Charlie y Cor en dos tazones diferentes. El de Charlie era solo arándanos y miel, mientras que el de Cor era arándanos, miel y media taza de leche celestial.
Para él, era la combinación más extraña de todas: arándanos, miel y cebolla. Normalmente, no probaría nuevas combinaciones debido a su profundo odio a desviarse de la rutina. Pero últimamente, su esposa se había mostrado inflexible en ayudarlo a adentrarse lentamente en un territorio nuevo e incierto. Pero sabía que si ella veía su combinación más reciente, algo que no le provocara ganas de vomitar, Lilith podría cuestionar su cordura.
Una vez que tuvo media taza de cebollas en su masa, el resto se puso en un plato. Medio balanceándose sobre sus talones, el gobernante del infierno se encontró mordiendo los restos amargos.
Sin esperar a Charlie o Cor hasta dentro de media hora, pero sabiendo que estarían hambrientas cuando despertaran, comenzó a cocinar el desayuno de las chicas, cada uno en su propia sartén. Al dividir la masa, quedarían cuatro panqueques para cada tazón, doce en total.
Usando la espátula para revisar ocasionalmente la parte inferior, tiró nerviosamente del puño de su camisa, encontrando difícil el estar sobre una estufa caliente. Su cabello, una vez limpio y cepillado, comenzaba a encresparse y enredarse, algo que sólo otro buen cepillado podría corregir.
Lucifer decidió dejar que los panqueques se cocinaran y volvió al refrigerador y vio una pequeña bolsa de fresas precortadas, algo que a Cor le encantaba. Tomando eso y un recipiente con sopa sabrosa para Cor, los dejó en la mesa, que había sido limpiada previamente. Rápidamente, transfiriendo la sopa a un recipiente, agregando algunas galletas saladas en otro, se preparó un almuerzo para llevar.
ー¿Qué estás cocinando?ー La voz suave y somnolienta de su hija le alertó de su entrada a la cocina. ーPuedo olerlo desde todo el pasillo.
Lucifer volcó su último panqueque en el plato, creando una gran pila de tres panqueques pesados. ーMi desayuno, Duckie. El tuyo es rojo y el del angelito es azul.
Asintiendo adormiladamente, Charlie se dejó caer en su asiento una vez que Cor tropezó con el suyo. ーHuele raroー, se quejó la princesa arrugando la nariz. ー¿Con qué hiciste el tuyo?
ーCebolla, arándanos y mielー, comentó sin pensarlo dos veces, comenzando a verter almíbar sobre el suyo. ーTengo un poco de cebolla sobrante en el plato si deseas comer un poco. Pero te diré que es mejor cocido que crudo.
Cor miró entre los dos y señaló el plato colocado en el medio.
ー¡No!ー Charlie rápidamente retiró su mano antes de que la joven pudiera probar uno. ーNoー, repitió lentamente una vez que Cor la miró. ーCréeme, Cor. No te gustarán.
ーCharlie, Cor irá a la escuela contigo hoyー, anunció Lucifer una vez que los tres se acomodaron completamente en la mesa. ーMe convocaron para una reunión en la Embajada Celestial.
ー¿Será seguro para… ー Su mirada rubí se posó en donde Cor estaba comiendo, sin darse cuenta de la conversación. ーSolo con salir unas horas ayer se cansó, papá. No quiero que haga demasiado.
ーElla va contigo a la escuela. O viene a la embajada.
Dejando escapar un fuerte gruñido, sus cuernos empezando a sobresalir de su cabello desordenado, Charlie casi rompió su tenedor. Cor no iba a acercarse a ese lugar, donde ella podría ser el objetivo principal. La princesa ya temía el día del exterminio que se acercaba rápidamente, para el cual faltaban seis meses.
Al ser un ángel caído y siendo tan débil, Cor sería un objetivo principal para las exorcistas. A pesar de ser su alma gemela, no caería bajo el estatus protector como lo hicieron ella, su padre, madre y todas las demás almas nacidas en el infierno.
Cor era considerada una pecadora por haber caído del cielo.
ーElla vendrá a la escuela conmigoー, cedió Charlie cuando Cor le apretó la mano y vio sus cuernos. ーDe todos modos es el día de las elecciones. Entonces, son solo conferencias por la mañana y luego clases prácticas por la tarde.
ーCon suerte, no tomará tanto tiempoー, aseguró Lucifer mientras raspaba más trozos de cebolla en su plato y les echaba almíbar. ーPero, con esta reunión, finalmente sabremos el verdadero nombre de Cor en el Cielo. Por mucho que le quede Cor, es solo un apodo cariñoso. Merece que la llamen por su nombre.
ーTambién me gustaría saber cuándo es su cumpleaños para poder prepararme. Ella merece lo mejor de lo mejor, algo que no creo que haya recibido de su familia.
Charlie podía recordar los pocos recuerdos tenues que había visto. Por lo que se vio, su familia había sido numerosa y el dinero escaso. Si bien la princesa había visto que sus hermanos y su madre amaban a Cor, el dolor de no recibir lo que se merecía aún se desarrollaba.
ーUna vez que terminemos de comer y ustedes dos estén vestidas, nos iremosー, dijo Lucifer mientras comenzaba a limpiar su parte del desorden, juntando las pocas sobras en un recipiente para llevar. ーHablaré con la administración mientras tú y Cor van a su primera conferencia.
.............................................................................................................