En el momento en que su mano tocó el pomo de la puerta, Shen Siwei se detuvo de repente.
Había cámaras de vigilancia por todo el pasillo del hotel. Aunque sólo la policía pudo acceder a las imágenes de vigilancia, quién sabe si Klet tenía otros medios para comprobarlas.
Para estar seguro, era mejor no utilizar la entrada principal.
Con eso en mente, Shen Siwei soltó el pomo de la puerta y regresó a la ventana.
Tranquilamente en cuclillas en el alféizar de la ventana, Shen Siwei tenía más de la mitad de su cuerpo fuera de la ventana. El fuerte viento soplaba a través del ala de su sombrero, agitando su cabello rubio frente a su frente, pero no podía estropear su hermosa mirada.
Saltar desde el séptimo piso hasta la azotea del edificio residencial adyacente no fue difícil, pero como tenía un cuerpo tan pequeño, parecía innecesario saltar.
Soltando el marco de la ventana, la figura negra saltó y cayó desde el séptimo piso.
La fuerza del impacto debida a la gravedad no fue dolorosa ni le provocó cosquillas a Shen Siwei. Se puso de pie, se bajó la gorra de béisbol y siguió las indicaciones del mapa hacia la central eléctrica.
Shen Siwei evitó las carreteras principales fuertemente vigiladas y navegó por callejones oscuros, encontrándose ocasionalmente con grupos de tres a cinco refugiados deambulando con botellas de alcohol. Le resultó fácil utilizar los callejones para evitarlos.
Sin embargo, cuanto más se acercaba a la central eléctrica del centro de la ciudad, más refugiados había en la carretera.
Parecían disfrutar del ambiente de la ciudad, jugando a las cartas bajo las farolas y charlando en la carretera como pasatiempo.
Al poco tiempo, Shen Siwei se encontró con una multitud masiva de refugiados.
Las calles antes vacías se llenaron de refugiados cargados de emociones, y cuatro autos modificados estaban aparcados uno al lado del otro en la carretera principal. Una mujer vestida provocativamente estaba parada en medio de la calle, ondeando una bandera blanca y negra.
Parecía que la ciudad desolada se había convertido en una pista de carreras perfecta y estaba a punto de tener lugar una carrera de autos.
Lo que preocupó un poco a Shen Siwei fue que tuvo que cruzar esta carretera principal para llegar a la central eléctrica al otro lado. Ahora que la carretera principal se había convertido en una pista de carreras cerrada, no podía simplemente pasar sin ser visto.
Cuando se agitó la bandera blanca y negra, cuatro bestias rugieron desde la línea de salida.
De hecho, los conductores refugiados ignoraron cualquier norma. Aunque el camino por delante era recto y sin obstáculos, algunos conductores comenzaron a embestir a sus oponentes con sus autos. Después de recorrer una distancia de sólo cincuenta metros, uno de los autos volcó tras ser atropellado.
Quizás compañero del auto volcado, el conductor del otro vehículo abrió el techo solar y levantó una ametralladora, disparando contra el auto involucrado en la colisión.
Una carrera perfectamente buena se convirtió en una carrera a muerte. Al presenciar esta escena, los refugiados que estaban a ambos lados de la calle de repente comenzaron a insultarse unos a otros. Fue entonces cuando Shen Siwei se dio cuenta de que la carretera se había dividido en dos facciones y, por sus insultos, parecía que habían estado guardando rencor durante mucho tiempo.
—¡De tal dueño, tal perro! ¡Barn es sólo una persona mezquina!
—¿Qué hay de malo en chocar entre sí si se supone que las carreras son salvajes? ¿Quién demonios disparó primero?
—Todo es por culpa de ustedes, bastardos...
La batalla verbal se intensificó y finalmente alguien sacó un arma.
Hace apenas un momento, Shen Siwei pensó que no podía cruzar la calle casualmente, pero ahora la carrera se había convertido en un tiroteo y la carretera estaba sumida en el caos. Nadie le prestó atención.
Bajándose el ala del sombrero, saltó la barandilla, cruzó rápidamente la calle sin ser visto y se deslizó hacia un callejón cercano. Durante este tiempo, muchos insultos llegaron a sus oídos, lo que confirmó aún más su pensamiento anterior de que Klet y Barn llevaban mucho tiempo enfrentados.
El tiroteo se detuvo rápidamente cuando algunos individuos racionales dieron un paso adelante para evitar que los refugiados pelearan entre ellos.
En la actualidad, los refugiados y los militares estaban en un punto muerto, y esas luchas internas eran una desventaja para todos los involucrados. Un refugiado guardó su arma y le dijo a la persona que estaba a su lado: —Había una persona vestida de negro que pasó hace un momento. Las balas lo impactaron como si nada. ¿Viste eso?
La otra persona respondió casualmente: —Tal vez lo viste mal.
Después de un tiempo, Shen Siwei finalmente se acercó a la central eléctrica de Ciudad Z.
Había de tres a cinco refugiados custodiando cada corredor exterior de la estación. Con solo acercarse a la central eléctrica, los refugiados en posiciones altas lo notarían.
Como la defensa era tan estricta, era seguro que Klet también lo sabía muy bien. La razón por la que los militares no habían lanzado un contraataque a gran escala fue probablemente porque estaban preocupados por la situación desconocida en la central eléctrica.
Forzar su entrada estaba fuera de discusión. Si estuviera seguro de que habría algo que ganar después de entrar, entonces no sería una mala idea. Sin embargo, Shen Siwei claramente no podía correr ese riesgo.
Por el momento, parecía que no había escapatorias. Shen Siwei encontró un rincón oscuro y comenzó a observar el patrón de cambio de turno de los refugiados.
Por otro lado.
La puerta del apartamento se cerró de golpe, haciendo un ruido fuerte. Medio dormido y medio despierto, Malken saltó de su silla e instintivamente alcanzó el arma que llevaba en la cintura.
Pero cuando vio que era Klet quien entraba, suspiró aliviado, retiró la mano y preguntó: —¿Está resuelto?.
—Está resuelto— Klet se sentó impaciente en el sofá. —Se produjo una pelea a mitad de la carrera.
Hace media hora, Klet recibió una notificación de que había un tiroteo en la carretera principal. Se apresuró a ir al lugar y descubrió que el motivo de la pelea entre los dos bandos era un asunto trivial.
—Tsk—, Malken sacudió la cabeza. —¿Por qué a esta gente le encanta causar problemas?
Klet frunció el ceño con impaciencia y miró la pantalla holográfica en el aire. —¿No hay movimiento allí?
—Ninguno—, Malken se encogió de hombros. —Parece que nuestro negociador se está portando bien.
Malken instaló un programa de recordatorio que haría sonar una alarma si alguien aparecía en el pasillo. Entonces, incluso si no estuviera constantemente mirando la pantalla, no se perdería ninguna actividad de Shen Siwei.
Pero de repente, Klet miró el patrón de ondas en la pantalla y preguntó:—¿Cuánto tiempo lleva sucediendo este estado?
—Um...— Malken también notó que algo andaba mal y trató de recordar.—¿Diez minutos? ¿Veinte minutos?
El patrón de onda estaba conectado al micrófono que Klet colocó discretamente fuera de la puerta de la habitación del hotel. Aunque la claridad del micrófono no era tan buena como la de un insecto, podía captar con precisión todos los sonidos dentro de su alcance.
Incluso el leve sonido de las zapatillas rozando la alfombra se reflejaría en el patrón de ondas.
Pero ahora, solo había una línea recta en el patrón de ondas, lo que indicaba que Shen Siwei no había emitido ningún sonido, o tal vez...
Él no estaba en la habitación.
Antes de que pudiera sentarse cómodamente, Klet se levantó impacientemente del sofá. —Iré a echar un vistazo.
Después de observar la central eléctrica por un tiempo, Shen Siwei de repente se dio cuenta de que no era el momento adecuado para que él estuviera allí.
Klet le había advertido que por la noche habría muchas actividades para los refugiados. No le prestó mucha atención, pensando que era sólo porque había más noctámbulos. Pero pensándolo bien, esos refugiados vivían en el desierto todo el año, donde la temperatura era extremadamente alta durante el día. Ya deberían haberse adaptado a estar activos por la noche.
En otras palabras, la noche era cuando estos refugiados estaban más alerta.
Los refugiados que custodiaban no daban señales de cambiar de turno y la defensa de la central eléctrica seguía siendo impenetrable.
Después de observar un rato más, Shen Siwei decidió regresar primero y regresar mañana en otro momento.
En el camino de regreso, la carretera principal se llenó de grandes vehículos de limpieza de inteligencia artificial que se ocupaban de los cuerpos de los refugiados. Quizás debido al conflicto, casi no había refugiados bebiendo al borde del camino, y el camino estaba aún más despejado que cuando él llegó.
Al regresar al callejón detrás del hotel una vez más, Shen Siwei miró hacia la altura de la ventana de su habitación y luego saltó de un lado a otro entre el edificio residencial y la pared exterior del hotel, regresando fácilmente a su habitación.
Todavía era temprano a esa hora, así que se dirigió directamente al baño y se quitó la ropa negra.
El agua caliente seguía saliendo del grifo de la bañera. Justo cuando Shen Siwei estaba a punto de probar la temperatura del agua, de repente se escuchó un golpe rápido desde afuera.
—¿Negociador?
Los nervios de Shen Siwei se tensaron de inmediato porque reconoció la voz de Klet. Rápidamente fue hacia la puerta del baño, se puso la capa blanca que acababa de comprar y en ese momento, la voz afuera de la puerta volvió a sonar:—¿Estás ahí?
Shen Siwei abrió la boca, listo para responder, pero antes de que pudiera emitir ningún sonido, la puerta se abrió de repente.
Klet entró en la habitación e inmediatamente miró a su alrededor, luego se volvió hacia Shen Siwei y le dijo: —Estás aquí. ¿Por qué no dijiste nada?
Shen Siwei miró la puerta que habían abierto de una patada y miró a Klet con incredulidad: ¿esta persona le dio siquiera la oportunidad de hablar?
Desde llamar a la puerta hasta patearla, solo tomó tres segundos. Shen Siwei incluso sospechaba que el objetivo final de Klet era irrumpir.
No, no era una sospecha, era una certeza.
Después de entrar a la habitación, la primera reacción de Klet fue inspeccionar los alrededores, claramente con la intención de investigar.
—¿No podrías tocar unas cuantas veces más?—Shen Siwei preguntó con el ceño fruncido.
—Tenía miedo de que estuvieras en peligro—, respondió Klet sin sinceridad, luego miró a Shen Siwei de arriba abajo.—¿Por qué sigues usando la capa?
Shen Siwei sintió una repentina sensación de alerta, como si Klet de alguna manera supiera que había salido.
—Estaba a punto de bañarme, no llevo ropa—, mantuvo un tono molesto, —¿Puedes irte por favor?
Haciendo caso omiso de su petición, Klet señaló la puerta abierta de par en par y preguntó: —¿Todavía planeas bañarte así?.
Shen Siwei respondió fríamente: —Cambiaré de habitación si no te vas.
Klet no mostró ninguna intención de irse; en cambio, caminó directamente hacia Shen Siwei y le preguntó:—¿Qué estabas haciendo antes de prepararte para bañarte?
Shen Siwei respondió: —Viendo las noticias.
Klet preguntó:—¿Qué noticias?
Shen Siwei respondió: —No es asunto tuyo.
Su conversación estuvo llena de tensión. Las preguntas de Klet no le dieron a Shen Siwei tiempo para pensar, y las respuestas de Shen Siwei no le dieron la oportunidad de hacer más preguntas.
—Entonces, ¿realmente planeas bañarte ahora?— La mirada de Klet se posó una vez más en la capa de Shen Siwei.
—¿Por qué mentiría?— La actitud de Shen Siwei fue sencilla, mezclada con impaciencia y una pizca de molestia.
Pero olvidó que Klet era alguien que no seguía las reglas. Justo cuando pensaba que podría despedirlo rápidamente, vio que el hombre de repente dio un paso adelante, su mano izquierda agarró con fuerza la espalda de Shen Siwei y su mano derecha se deslizó inesperadamente debajo de su capa.
Era evidente que Klet tenía la costumbre de llevar un arma; las yemas de sus dedos eran ásperas y callosas. Su gran mano recorrió la cintura de Shen Siwei y continuó hacia abajo a lo largo de la curva de su cadera.
Sin embargo, sus dedos sólo se tocaron brevemente antes de detenerse. Klet pareció algo sorprendido mientras miraba a Shen Siwei. —Entonces, ¿realmente no estás usando ropa?
En ese momento, la mano derecha de Shen Siwei ya estaba apoyada contra el pecho de Klet y estaba a punto de empujar a Klet a diez metros de distancia.
Pero el pensamiento de "la misión es importante" pasó por su mente y apenas contuvo la fuerza en su mano. La fuerza reprimida casi lo ahogó, dejándolo sin salida para su energía.
Con ira en sus ojos, Shen Siwei miró a Klet y apretó los dientes.—¿Qué... sobre... eso?
Un toque carmesí brilló en sus ojos azul pálido, un toque de sed de sangre que ni siquiera él notó.
Ahora Shen Siwei básicamente podía confirmar que Klet de alguna manera sabía que había salido y creía firmemente que debajo de la capa estaba el camisón que quería ocultar; De lo contrario, Klet no habría hecho un movimiento tan directo.
—Oh, entonces adelante—, Klet soltó casualmente a Shen Siwei, sin un rastro de disculpa en su tono. —Disfruta tu baño.