Anxiety | Max Verstappen

By montxee

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El mundo da un vuelco cuando la primer mujer en la Fórmula 1 se hace presente en el Paddock. Camille Watson... More

Personajes
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
FOTOS
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 12.5
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51

Capítulo 33

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By montxee

"Tuyo"

Recomendación: Reproduzcan "I Wanna Be Yours" de Arctic Monkeys cuando se los indique, mejorará su experiencia de lectura.

12/diciembre/2022

Ningún mensaje, ninguna llamada, ni una sola señal de vida.

"Ahora vuelvo"

Me quedé 15 minutos más cerca de la barra con el corazón en un hilo, pero no volví a ver a Max esa noche.

Le mandé un montón de mensajes de texto, llamada tras llamada, pero parecía que se había evaporado de la faz de la tierra.

Y eso me hacía sentir mal, me hacía pensar que yo había sido la culpable, que si Mick me había besado es porque yo se lo había insinuando, que si Max no me hablaba era enteramente mi culpa.

Habían pasado sólo dos días de eso, pero sentía un enorme vacío.
¿De que servía que Kelly ya no fuera un impedimento para nuestra relación si Max no se molestaba en hablar?

Afuera llovía fuertemente, Luna tenía la mirada pegada en la puerta, pero se mantenía serena a mi lado.

La televisión sonaba pero no le prestaba atención, mi mente divaga en escenarios en los cuales Max sí regresaba al club y me decía que lo sentía, que no importaba el beso y que en realidad podíamos volver a la "normalidad"

Luna se levanta del sillón y corre a la puerta, no ladra, pero mueve la cola eufóricamente.

Extrañada, camino hacia su dirección, afuera de puede ver la figura de una persona.

Miedo y pánico fue lo primero que me invadió, pero si Luna no ladraba y movía la cola eso significaba que había una persona que conoce detrás de la puerta.

Respiré hondo antes de abrir.

Max estaba empapado, el cabello pegado en su frente, las gotas lluvia cayendo por su rostro, los labios y la mejillas rojas, claro símbolo de su cuerpo buscando calor desesperadamente, su intensa mirada azul y la gabardina pegada a su cuerpo, mojada por completo.

Traté de mantenerme firme pero el solo hecho de verlo ahí afuera me hacia sentir feliz y decepcionada al mismo tiempo.

—Soy un completo idiota— habla por fin.

Estoy paralizada, apenas y puedo procesar lo que pasa.

—Max...

—No debí dejarte, tenía que haberme quedado para hablarlo— sus palabras suenan torpes pero maquinadas.

—Max...

—No sé en que estaba pensando, fui un inmaduro.

—Max...— estaba comenzando a perder la paciencia.

—Tus sentimientos son importantes para mí, y los pasé por alto, soy un imbecil.

—¡MAX!— alzo la voz para que deje de hablar y me ponga atención, lo cual funciona porque calla inmediatamente y me ve expectante a lo que tengo por decir.

—Entra, no quiero que te enfermes— me hago a un lado de la puerta.

Max me ve con clara duda en sus ojos, pero cuando se da cuenta que tengo un gesto serio, no chista más y entra por completo a la casa.

Cierro la puerta y me doy cuenta que las gotas de lluvia restantes en su ropa caen sin control en la alfombra.

Luna se acerca a saludarlo pero cuando se da cuenta que está empapado, se aleja.

—Cami, lamento tanto todo— agacha la cabeza.

Aún tengo la mente hecha un lío, pero creo que es algo que podemos discutir más tarde.

—Creo que deberías darte un baño, lo digo en serio, no quiero que te de un resfriado.

Max me ve, confundido.

—Ven, vamos— tomo su mano sin entrelazar nuestros dedos porque aún me duele que me haya abandonado en ese club.

Subimos a la segunda planta de la casa.

Busco ropa térmica y algo que lo cubra del frío que se siente en el ambiente.

—Cami, ¿Podemos hablar de esto?

Lo ayudo a quitarse la gabardina, por debajo trae un suéter que está igual de empapado.

—Te escucho— lo acompaño al baño de la habitación principal, entregándole unas toallas.

—No reaccioné de la manera correcta, debí quedarme para hablarlo.

No digo nada, aún no quería hablar.
Solo quería que Max dijera todo lo que tiene por decirme y después pensar que sería lo mejor por responderle.

—Tenía que tomar aire, cuando me dijiste lo de...— las palabras se quedan estancadas en su garganta— cuando me confesaste lo de Mick me sentí sofocado, necesitaba salir a tomar aire.

Le ayudo a pasar el suéter por encima de su cabeza, su torso está rojo y húmedo.

—Eso no explica que después no contestaras mis mensajes y llamadas— me volteo para buscar el interruptor de la calefacción.

—No, en eso no me excuso, solo... necesitaba un momento para pensarlo todo.

Me quedé estática cuando dijo eso, volteándome nuevamente a verlo, con miedo.

—Max pudiste decirme desde un inicio, me lastimaste, ¿Sabes?

Max agacha la cabeza, sigue estando medio desnudo, pero ahora al menos el calor estaba comenzando a sentirse en la habitación.

¿Es la calefacción o solo yo lo siento así?

—Me hiciste creer que ya no tenías nada que ver conmigo, que lo nuestro ya había llegado a su fin y que si habíamos acabado fue enteramente mi culpa.

—Cami...

—No, ya te escuché, ahora tu escúchame a mi.

Me acerco a Max, me es imposible actuar distante con él, me es imposible no quererlo, no tocarlo.

Paso mis manos por sus brazos, bajando hasta su manos, tomándolas entre las mías.
Su piel está helada, tanto que suelta un jadeo al sentir el contacto tibio de mis manos sobre las suyas.

—Max, estoy enamorada de ti, ya te lo he dicho antes, puedo afirmarte que los únicos labios que deseo besar son los tuyos.

Max sonríe de lado, su cabello sigue empapado y sus mejillas siguen rojas, pero creo que ésta vez es en consecuencia del comentario que hice.

—Y créeme cuando te digo que jamás haría algo para lastimarte.

Subo mis manos hasta sus mejillas, su rostro está tibio, supongo que es el sonrojo.

—Fuiste un completo y enorme idiota al no volver al club para aclararme todo, fuiste aún más estupido al no dar ninguna señal de vida y para terminar de joderla, es probable que te resfríes al estar esperando que te abriera la puerta sin siquiera tocar el timbre— lo veo seria.

Max no dice nada, solo trata de leer mi mirada, buscado algún indicio de broma en mis palabras.

—Cami, créeme que mi intención nunca fue lastimarte, realmente lo siento tanto. Créeme que no volveré a hacerlo

—¿El qué?

—Huir si no quiero o me da miedo hablar las cosas— suelta un suspiro sonoro.

Sonrío, pero es una sonrisa pequeña.

—Toma la ducha, estaré abajo preparándote un té o algo caliente para cenar, en serio, no te vas a enfermar bajo mi cuidado, cariño— le guiño un ojo, pero sé que sonríe porque he vuelto a llamarlo con un apodo.

—¿No la quieres tomar conmigo?— su mano atrapa mi cadera.

Me quería reír, pero aún no acabábamos de hablar sobre nuestra relación, aunque la oferta suene tentadora.

—No Verstappen, suéltame— trato de alejarlo de mi, pero en cambio termino mas cerca de su cuerpo, su piel está tibia.

—Dejamos algo pendiente en la gala— susurra en mi cuello.

Me hizo cosquillas y me sentí muy tentada en seguirle el juego, así que me separé abruptamente de él.

—Sí, pero será para otra ocasión, por ahora déjame cuidarte— bufa cuando salgo de la habitación.

Vuelvo a bajar las escaleras, Luna está dormida en su cama, apacible, pareciera que no se inmutó por la presencia de Max.

Los siguientes quince minutos los tomo para hervir agua, cortar vegetales para una sopa de verduras y buscar miel para endulzar el té.

MAX'S POV:

Salí del baño con una toalla en la cintura y con otra secándome el cabello que aún seguía húmedo.

En la cama había unos pants y una sudadera negra de Mercedes, reí al verla, sé que hizo eso a propósito. A pesar de tener otras quince opciones diferentes me dio la de Mercedes.

Hacía frío y me gustaría sacarle una sonrisa, entonces me la puse.
Mis zapatos seguían empapados, así que tomé las pantuflas que dejó cerca.

Salí de la habitación, antes de bajar las escaleras, algo llamó mi atención.

El monoplaza que le regalé yacía encima del piano de cola color blanco.

Sonreí al recodar ese precioso día, cuando una noche antes habíamos confesado nuestros sentimientos y tuvimos nuestro primer beso.

Habían pasado casi tres meses de ese día, y ese recuerdo aún me hace sonreír como el mismo día que pasó.

Tal vez sea momento de hacer la pregunta, la cual tenía mucho miedo de escuchar la repuesta, pero aún así moría por hacerla.

Imaginarme a Mick y Cam tomados de la mano y besándose me destanteó ese día, realmente quiero sacarme ese pensamiento de la cabeza.
No puedo tener celos, no al menos cuando no somos nada, cuando no soy suyo y ella no es mía.

No podía reprocharle nada, como ella dijo, no había sido su culpa, pero aún así imaginármelo me ardía.

Pensar que sus labios tocaban los de Cami, los de mi chica.
Sacudo la cabeza, tratando de olvidar todo y concentrarme en que a ella le dolió mucho más que a mí.
Tenía razón, fui un enorme idiota.

Bajo las escaleras, un delicioso aroma cautiva mi olfato, Luna se acerca moviendo la cola.
La saludo acariciendo su cabeza.

—Huele increíble— me acerco a Cam que inmediatamente voltea verme.

Suelta una carcajada al ver que traigo puesta la sudadera de Mercedes.

—Creí que no te la pondrías.

—Era eso o pasar frío, y aunque esto es una terrible traición, también quería sacarte una sonrisa.

—Bueno eso definitivamente lo lograste— vuelve a sonreír.

Me siento en uno de los bancos de la barra de la cocina.
Cam me entrega un plato de sopa de verduras, una taza de té y una caja con pastillas antigripales.

Le da la vuelta a la cocina y finalmente se sienta frente a mi.

—Tal vez sea momento de hablar del elefante en la habitación.

Siento el corazón latir rápidamente.
No lo había notado, pero tiene los ojos cansados y unas pequeñas ojeras comienzan a ser presentes en su rostro.

Me vuelvo a sentir como un idiota.

—Lo sé— suspiro, Cam es una persona con la que podría hablar de cualquier cosa y sé que no sería juzgado, pero ésta vez me sentía increíblemente nervioso.

Tomo la pastilla con un trago del té.

—Max, quiero que sepas que me daba temor contarte lo de Mick porque algo dentro de mí me decía que no terminaría bien, pero aún así lo hice porque en este punto no me considero soltera, y aunque no tengamos nada formal, me gusta la exclusividad, creo que jamás tocamos ese tema, y si no estás de acuerdo, lo entiendo, pero al menos yo no podría estar en una relación así— me ve a los ojos, no puedo evitar sentirme algo vulnerable por sus palabras, por la manera en que habla y por toda la situación.

Tomo sus manos, enlazándolas con las mías.

—Lo entiendo y lo respeto, estoy totalmente de acuerdo con la exclusividad.

Hago una pausa para acomodar mis pensamientos.

—Reaccioné de una manera terrible y te seré sincero, me dieron celos. No de los celos tóxicos y posesivos, esas cosas no van conmigo. Más bien de los celos que te hacen sentir inseguridad y miedo que lo nuestro pueda desaparecer en cualquier momento.

Cam no pronuncia palabra, solo me ve con un gesto tranquilo, así que continuo hablando.

—El día que Mick te fue a visitar al hospital y le devolví su billetera, me di cuenta que estaba abierta, dentro había una foto de Luna y de su perrita. Ese momento, más el hecho que él te haya besado hizo que sintiera que lo nuestro podría esfumarse en cualquier momento, sentí miedo e intranquilidad. Por eso salí corriendo, soy un cobarde que no pude afrontar la situación, lo siento como no te imaginas Cami.

Cam suspira.

—Bueno esa es otra cosa Max— hace una pausa antes de hablar— Hace unos cuantos años, cuando era piloto de Fórmula 2, salí con Mick, cosa que con mi llegada a la Fórmula 1 tuvo que cambiar, rompimos. Eventualmente lo superé, ya no me dolía y dejé de sentir cosas por él. El día que me besó, inmediatamente me aparté, no solo porque hace rato que no veo a Mick de esa manera, también porque estoy enamorada de alguien más, y bueno eso ya lo sabes Max, estoy enamorada de ti.

Siento un vuelco en el estómago al principio, saber que Mick había estado con Cam hizo sentirme tal vez peor, pero luego que dijo esas últimas palabras sentí las mejillas calientes y no me di cuenta pero estaba sonriendo.

—Estoy demasiado ocupada siendo tuya como para ver a alguien más, Max— esas últimas palabras hacen que abra los ojos, siento mi corazón estallar.

La sonrisa no me lo podría borrar nada.

Me gustaría hacer la pregunta, la pregunta que cambiaría nuestra relación, pero no ahora, quiero que sea algo especial.

—Cam, me haces sentir cosas que nunca había sentido antes y créeme que eso me asusta, pero al mismo tiempo me emociona como no puedes imaginarlo, te quiero, te quiero en mi vida.

Cam también sonríe, así que tomo sus mejillas y no dudo en unir nuestros labios, saboreando el momento.

Una de sus manos sube a mi nuca y otra a mis mejillas, intensificando el beso.

—Me encanta, me encanta que digas eso, que tu eres mía y yo soy tuyo— me cuesta decirlo entre besos pero cuando termino de hablar Cam sonríe contra mis labios.

—¿Eres mío?— pregunta sin despegar mi boca de la suya.

—Todo tuyo...

Nos levantamos de la barra, Cam enreda sus piernas en mi cintura.
Con cuidado subimos a la habitación, sin despegar nuestros labios.

Comienza a bajar por mi cuello, dejando besos húmedos y leves mordiscos.
No puedo evitar jadear.

Llegamos a la habitación, Cam me arrincona contra la pared, sus manos se cuelan por debajo de la sudadera, su sudadera.

Ni siquiera imaginaba que terminaría así la noche, pero no me quejaba.

—Joder Max...— ahoga un gemido.

Sé que lo disfruta por la manera en que sus manos están aferradas a las cobijas de la cama.

Ni siquiera recordaba que habíamos estado sin hablarnos, el placer me estaba cegando.

....

Comiencen a reproducir la canción

CAM'S POV:

A la siguiente mañana el sol se cuela por las ventanas, ha dejado de llover.

Siento el cuerpo de Max abrazando el mío.
La última vez no había estado ahí cuando despertamos y me parece agradable la sensación de calor que aún hay en la habitación.

Sus brazos abrazan mi cintura, me tomo el momento de contemplarlos, están contorneados, fuertes y un poco rasguñados.

Siento su tibia respiración en mi hombro y eso me hace sonreír.
Jamás imaginaría que acabaría así la noche pero supongo que nos lo merecíamos.

Me volteo con cuidado de no despertarlo, ahora admiro su rostro.

Max es un hombre atractivo, no basta decirlo, es jodidamente guapo. Su marcada mandíbula, su cabello rubio oscuro rebelde que cae por su frente, su lunar en su labio superior, su poca barba rubia y sus carnosos y rosas labios.
Parece sacado de un cuento de ficción, es el hombre más guapo que han visto mis ojos.

Pero no solo eso, es caballeroso, con esos ojos preciosos que te transmiten paz, gentil y en general es un rayo de sol, es el hombre perfecto en todo el sentido de la palabra.

Probablemente mi yo de nueve años vomitaría al ver la manera en que veo y describo a Max.

Y eso me causa tanta gracia, la vida da muchas vueltas.

Max abre los ojos de par en par.

—Hola— susurro con una sonrisa.

Max también sonríe.

—Hola bonita.

Me da un beso en la coronilla y me atrae a su torso desnudo.

Más tarde hacemos el desayuno, la ropa de Max está seca, así que se cambia.
Estamos sentados hablando, terminando de tomar nuestros alimentos cuando tocan la puerta.

—Dame un segundo— voy a la puerta a recibir un paquete y vuelvo en dirección de Max.

No recuerdo que ordené, aveces pasan meses antes de que llegue un paquete. Ésta vez había pedido tres cosas diferentes, entonces no sabía cuál de las tres podría ser.

—¿Qué es?— Max se acerca a mi, pasando una mano detrás de mi espalda.

Abro la caja con cuidado y me sorprendo al ver un set de pintura que había pedido hace unas cuantas semanas.

Saco todo de la caja, variedad de colores de pintura, una extensa gama de pinceles, tres godetes, un pequeño caballete, lienzos de pequeños, medianos y grandes.

—Hace unas semanas pedí un kit para pintar, por fin llegó— sonrío al ver todas las cosas.

Max ve las pinturas con detenimiento, y sonríe al ver la extensa cantidad de materiales.

—¿Quieres probarlas?

Max asiente con una enorme sonrisa.

Horas más tarde estamos en la mesa del jardín, todas las pinturas están alineadas por tonalidad.

Cada quien tiene un godete para depositar la pintura de su agrado.

Max se encarga de servir las copas de vino mientras que yo le paso los materiales que ocuparía.

Afuera el clima cambió demasiado, el cielo es azul, las nubes estaban aborregadas y no hace frío.

—No sé que pintar, ¿Y tú?— le pregunto a Max.

Max se queda pensando un rato pero después me sonríe.

—Tengo la idea perfecta— susurra al momento que toma un pincel.

Pasamos media hora en silencio, concentrados en nuestras respectivas pinturas.
De fondo suena "You Are In Love" de Taylor y no puedo evitar sonreír.

Mi pintura es una bonita playa con un atardecer rosa por detrás, hay unas cuantas gaviotas volando por encima del océano y la luz se refleja en el azul del mar.

Me gusta, creo que definitivamente lo pondría en mi librero, al lado de todas mis decoraciones.

—¿Cómo vas Max?

Max inhala aire antes de voltear su lienzo.

Siento el corazón latir con fuerza y el estómago dar un vuelco cuando veo las palabras "¿Puedo ser tú novio?" pintadas con color azul y un marco de flores blancas.

—¿Es una broma?— no daba crédito a lo que veían mis ojos.

Max niega con la cabeza.

—No schatje, es una pregunta que he querido hacerte hace mucho tiempo, Kelly habló conmigo y me comentó que también lo hizo contigo. Y aunque es arriesgado, no es como que nuestro trabajo no tenga riesgos suficientes, quiero hacer esto.
Sobre todo cuando ayer dijiste que eres mía y yo soy tuyo, creo qué tal vez sea el momento indicado, bueno, solo si así lo deseas.

Por primera vez en mi vida sentí lo que se le denominan "mariposas" en el estómago.
Fue una sensación como de cosquilleo.
Definitivamente mis mejillas están rosas, el corazón me late al mil por hora.

—Así que te lo digo con palabras, ¿Puedo ser tú novio?

Estaba paralizada, pero no del miedo, ahora era felicidad, esa felicidad que se instala en tu pecho y hace que sientas todo el cuerpo adormecido.
Lo que dice Max es cierto, nuestro trabajo tiene muchísimos riesgos y aún así lo hacemos sin problema alguno.
¿Por qué no arriesgarnos a la oportunidad de ser algo? Algo real.

Me abalancé sobre él para abrazarlo.

—Sí, sí, sí, claro que sí— ambos caemos al pasto porque Max se destanteó cuando me abalancé sobre él.

Soltamos una carcajada sonora que creo que se podría escuchar en toda la cuadra.
Beso sus labios, una sensación de esperanza me invade, la felicidad no cabe en mí.

Max sonríe en el beso y yo también.

Lo que dicen es cierto, después de la tormenta siempre viene la calma.

****
Fui la persona mas feliz escribiendo este capítulo y realmente espero les haya gustado leerlo.

¿Qué les pareció?
Quiero leerlo todoooo🥳

El verdadero War is Over (no es cierto, se vienen cositas pero por el momento los dejaré ser felices)

Lxs team Max leyendo este capítulo:

Ustedes viendo que les corté la escena smut:

Max cuando Cam le dijo que sí tuvo algo con Mick:

Max afuera todo mojado esperando que Cam lea su mente y abra la puerta:

Ustedes viendo como Cam y Max pueden pasar de hablar normal a ser tremendos hormonales:

Todxs cuando "¿Puedo ser tu novio?":

Comenten mucho y voten, sus comentarios me hacen el día y me incentivan a actualizar mas rápido.
Ahora no hay meta así que ustedes dense con los comentarios.

Lxs amo mucho, con cariño.
~mon💞

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Esta novela no es mia, creditos a la escritora. Ya esta TERMINADA. Espero que os guste. Twitter: https://twitter.com/NoControlMyLiam