Nuvanna || El Señor De Los An...

By Sailor-Moon_1

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La Tierra Media, de esplendor inconmensurable, árboles con hojas color verde oscuro, otros con hojas verde ti... More

✦.:🍄🌱↝Antes de Leer↜🌱🍄:.✦
✦.:🍄🌱↝ Playlist ↜🌱🍄:.✦
✦.:🍄🌱
✦.:🍄🌱↝Introducción↜🌱🍄:.✦
✦.:🍄🌱↝Arco Primero↜🌱🍄:.✦
¹✦.:🌱→ Un lugar desconocido
²✦.:🌱→ Entre plantas y sol
⁴✦.:🌱→ La Compañía del Anillo
⁵✦.:🌱→ Presentaciones
⁶✦.:🌱→ El Anillo va hacia el Sur
⁷✦.:🌱→ Un largo viaje inicia
⁸✦.:🌱→ Rumbo a Caradhras
⁹✦.:🌱→ Nieve y más nieve
¹⁰✦.:🌱→ La llegada a las Minas de Moria
¹¹✦.:🌱→ Tentáculos Viscosos
¹²✦.:🌱→ La Tumba de Balin
¹³✦.:🌱→ El Puente de Khazad-dûm
¹⁴✦.:🌱→ Llegada a Lothlórien
¹⁵✦.:🌱→ La Belleza de Lothlórien
¹⁶✦.:🌱→ Descanso en los árboles
¹⁷✦.:🌱→ El Espejo de Galadriel
¹⁸✦.:🌱→ Adiós Lórien
¹⁹✦.:🌱→ La disolución de la Compañía
✦.:🍄🌱↝Arco Segundo↜🌱🍄:.✦
²⁰✦.:🌱→ El Comienzo de un nuevo viaje
²¹✦.:🌱→ Fangorn
²²✦.:🌱→ Rumbo a Meduseld
²³✦.:🌱→ El Rey del Castillo de Oro
²⁴✦.:🌱→ El abismo de Helm
²⁵✦.:🌱→ El Camino a Isengard
²⁶✦.:🌱→ Saruman, Pippin y el Palantir
✦.:🍄🌱↝Arco Tercero↜🌱🍄:.✦
²⁷✦.:🌱→ Minas Tirith
²⁸✦.:🌱→ Los Campos de Pelennor
²⁹✦.:🌱→ La última batalla
³⁰✦.:🌱→ La calma después de la tormenta
✦.:🍄🌱↝Epílogo↜🌱🍄:.✦
✦.:🍄🌱↝Agradecimientos↜🌱🍄:.✦

³✦.:🌱→ Advertencias y últimas despedidas

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By Sailor-Moon_1

A los días se le sucedieron las noches, y a las semanas los meses, a los meses los años y finalmente el año 3018 había llegado, el año en que Frodo Bolsón junto a Sam Gamyi, Merry Brandigamo y Peregrin Tuk, abandonó la Comarca, comenzando un viaje mucho más largo de lo que cualquiera de los cuatro pudiera haber previsto.

Stella estaba contenta con el papel que había cumplido hasta el momento. Se había carteado con Gandalf a través de los años ayudándolo y a la vez que este le contaba sobre sus hallazgos sobre la llegada de la jóven a la Tierra Media.

Stella le había dado la ubicación en donde Aragorn encontraría a Gollum, en las Ciénagas de los Muertos. Allí montaron una emboscada para la criatura y fue atrapada mucho antes que en el momento en que fue previsto en el libro, y les ahorró esfuerzo y trabajo de más. La jóven advirtió también la huida de Gollum, pero esto fue en vano pues aún así ese año escapó de igual manera.

No fue inmediatamente cuando llegó que la sospecha de Gandalf y Radagast de que ella fuese de su misma raza se comprobó, pues Gandalf tardó hasta finales del año pasado en ir a Lothlórien y las respuestas que obtuvo no fueron reveladoras. Contó a Stella lo que le fue revelado por la Dama Galadriel:

"Un alma de tierras lejanas fue escogida,
en un recipiente fundido en la tierras más allá del mar,
ella amoldó a su forma.
Un cambio a lo que ya fue,
de luz y esperanza será la llama,
Arda aún tiene nuestra gracia."

Gandalf aún no descifraba el acertijo, pero en sus cartas dejó a entender que podía dar interpretación a una parte, pero que no eran temas para escribir, que esperara su visita. Aunque Stella sabía que no podría visitarla, pronto el Istari se vería con las manos ocupadas.

Stella cumplía ese año cinco años de haber arribado a la Tierra Media, tenía cierta aprensión con este año, pues el desatar de una guerra no es igual vivirlo que leerlo, y además temía por Radagast. Era más que su tutor, era su amigo, ese año él parecía desaparecer, pues poco para no decir nada, se sabía del anciano Istari luego de ese año. En el poema que había escrito Tolkien, en el libro: Cuentos Inconclusos de Númenor y la Tierra Media, el autor contaba que solo un Istari había regresado, el resto debían vagar por la tierra, pero inquietaba a Stella que no se volviera a mencionar a Radagast excepto por esa muy general cita.

El día 30 de septiembre, un escarabajo, arribó a la morada en Rhosgobel de Stella y Radagast, durante su clase matutina, aunque el viejo mago le había confesado que pocos eran los secretos de la naturaleza y de los poderes de los Istari que tenía por revelarle a la joven. El escarabajo era portador de noticias que dejaron a Stella preocupada, pues Saruman, solicitaba la presencia de Radagast en Isengard, en la carta no aclaraba cual era la intención de tal reunión, a pesar de que la joven había pedido a Radagast que llevara la respuesta de que no iría a Saruman por medio de alguna criatura el mago se había rehusado:

— Eirien, debo ir, ya me has abierto los ojos, ya se que sus intenciones no son puras como pensaba antes, y que se ha dejado cegar por la codicia, se que me había estado usando, y esta es la oportunidad de retirarme por completo, no en secreto como he hecho los últimos cinco años — el Istari, tomo su vara larga, la cual encima estaba coronada por una gema verde de distintas tonalidades, comenzó a guardar provisiones en su bolso, antes de seguir se giro hacia Stella y dijo —  Estaré bien querida amiga, recuerda terminar las pociones que te encargue y leer el libro sobre bayas que esta sobre la repisa. No olvides patrullar el bosque mañana temprano, pero no vayas muy adentro — dijo mientras Stella lo ayudaba a juntar el resto de sus cosas.

Al terminar el mago se dispuso a caminar hasta la puerta, donde dió tres silbidos y las liebres que tiraban de su trineo aparecieron. Stella le ayudó a amarrarlas a este, al terminar el Istari se subió en el trineo y comenzó a revisar distraidamente si llevaba todo.

Stella dejó escapar un suspiro de preocupación, aunque no lo admitía en voz alta, Radagast para ella se había convertido en familia, se habían acercado y conocido mucho en los últimos años, y temía por su bienestar, solo esperaba que regresara a salvo. Sin decir nada Stella se acercó a Radagast, y le abrazó, este por la sorpresa demoro un momento en devolverle el abrazo, finalmente se separaron y Radagast le sonrió:

— ¡No seas tan melancólica Eirien! No me voy a la guerra, esas andanzas de luchar en el frente se las dejaré a Gandalf, y a ti, que pareces creer que no me doy cuenta cuando prácticas con esas dagas que te dejó Gandalf. Las andanzas de batallas son más de su gusto. Estaré de vuelta en unos 20 días, tengo que dejar a las liebres descansar pero mi regreso será alrededor de ese tiempo. — dijo ajustando su gorro en su cabeza.

Así, Stella lo vio partir y por los siguientes 12 días estuvo a la espera de su regreso, sin muchos percances en su rutina. En el día 13, eventos sucedieron.

Stella despertó ese día en la mañana temprano, cuando el sol aún no había salido, cubierta de un sudor frío, su corazón palpitando rápidamente en su pecho como so quisiera salirse. No recordaba mucho del sueño que la había sacado de su descanso, solo una luz blanca profunda y cegadora, y sentir, recordaba sentir una tranquilidad profunda.

No recordaba casi nada del sueño y en realidad nunca había querido aceptar la idea de Gandalf y Radagast de que quizá su llegada estaba relacionada a un Valar. Era por esta creencia y sus habilidades mágicas con afinidad por la naturaleza que habían decido que permaneciera con Radagast aprendiendo más de estas, hasta que descubrieran el por qué de ellas y de su llegada a la Tierra Media.

Deseando contarle sobre lo que habia pasado a Radagast y enviar lo más pronto posible una carta a Gandalf, preguntándole si esto era una posibilidad, Stella tomó papel y lápiz, y comenzó a redactar apresurada, enviaría la carta a Gandalf a la primera luz del alba.

Habiendo terminado la carta, la guardó en el bolsillo de su pantalón. Dispuesta a salir de la cabaña para adelantar las labores diarias, se puso sus botas de cuero, recogió su cabello con una cinta negra y al hombro se colgó un bolso, y se dirigió rumbo al bosque, no solo a patrullar en busca de criaturas corrompidas por Sauron, sino también en busca de bayas y con alimento para los animales que a su paso encontrara.

Teniendo cuidado con las raíces levantadas del suelo de los altos y fuertes árboles, fue avanzando, adentrándose en el bosque. Los sonidos de las aves, del rocío mañanero cayendo de hoja en hoja, a veces Stella extrañaba interactuar con otras personas, si bien era cierto que había escogido aislarse para no cambiar demasiado el flujo original de la historia, cada elección tenía percances y este era uno que a veces lamentaba asumir.

Suspiró y al hacerlo una sonrisa apareció en su rostro, una sonrisa de tranquilidad, incluso de vuelta en la Tierra siempre se había sentido más relajada en la naturaleza, obviando por supuesto los conciertos de piano a los que había asistido, la sinfonía de este instrumento siendo un calmante para la joven.

El graznido de un cuervo hizo eco en el bosque, este sonaba urgente, desesperado, Stella giro su cabeza rápidamente en busca del sonido, el graznido parecía familiar. Fue entonces mientras excrutiñaba con la vista entre las altas copas de los árboles que vio a Hwesta, el cuervo amigo de Radagast, el animal al que más cariño había profesado ella desde su llegada a la Tierra Media. El animal siempre le graznaba fuertemente en los oídos, a modo de juego, y cuando quería que Stella le acariciara las plumas del cuello picaba suavemente las puntas de sus dedos.

Stella avanzo hacia él, alzando la mano para que se posara en ella. Cuando el animal estuvo cerca en lugar de posarse, movió su pico hacia la derecha en un movimiento circular, Stella comprendió y dio vuelta a su mano, que ahora había adoptado una forma de vasija, como cuando se extiende la mano esperando un presente.

Sobre la palma de la chica cayó un pequeño cristal verde azulado de distintas tonalidades. Stella lo reconoció de inmediato, este cristal formaba parte de la vara de Radagast. El corazón de Stella se desbocó en un frenesí de latidos, y las palmas de sus manos se pusieron sudorosas ante la posible idea de que su maestro y amigo estuviese herido o peor.

Intentando calmarse la joven tomó una bocanada de aire y la contuvo por unos segundos antes de soltarla. Observó entonces al ave frente a ella a los ojos, intentando tal y como Radagast le había enseñado establecer un contacto con la mente del animal.

Y entonces comprendió al comunicarse con el ave, que Radagast había llegado a salvo a Isengard, pero no había emprendido el viaje de vuelta, porque Saruman había descubierto su traición, el día 23 de septiembre del año 3018 de la Tierra Media, había sido la última vez que Stella vería a su tutor.

¿Había sido por la... la muerte de su tutor que los Valar se había comunicado con ella? ¿Qué debía hacer ahora? ¿Qué era lo que habían intentado comunicarle? ¿Había alguna forma de que Radagast regresara o.....? ¿Cuanto sabía Saruman de ella? ¿Estaba a salvo en Rhosgobel?

Todas estas preguntas comenzaron a abrumar a la joven, quien se dejó caer esperando sentarse en el suelo, pero sin embargo una raíz del árbol cercano se alzó de este y le permitió sentarse en ella. Stella se sorprendió ante esto, pues era algo que solo había visto hacer a Radagast, la primera vez que vio al mago realizar tal acto recordaba que él le dijo:

"— Quizá en un tiempo aprendas ha hacerlo tu también, es simple, solo hay que estar conectado con el bosque, si te abres a las plantas y los animales y dejas un trocito de ti y de tu magia en ellos, la naturaleza que te rodea se moldeara a ti, ayudándote tanto como tú estés dispuesta a ayudarles de vuelta."

Las lágrimas comenzaron a formarse en sus ojos, y Stella las dejó salir, desahogandose, Hwesta se posó en su regazo y apretó su cabecita contra el abdomen de la chica. La carta que había escrito a Gandalf sobresalía del bolsillo de su ropa....Ella... ella debía buscar a Gandalf, avisarle sobre la traición de Saruman y sobre el sueño que había tenido. Debía abandonar Rhosgobel, ya no era seguro.

Decidida, se levantó y camino rumbo a su cabaña, donde en un bolso más grande que el que portaba ya, guardo provisiones, unas dagas que le había dado Gandalf en una de sus cortas visitas hacia unos años, a Radagast no le había hecho mucha gracia tal regalo pero no había hecho muchos comentarios tampoco.

Guardo su ropa, encontrando al fondo del closet la ropa con que había llegado a la Tierra Media, la había olvidado...  Cambió sus botas pesadas por unas más ligeras, y la holgada camisa por una verde más larga de mangas y de longitud, que le llegaba hasta la cintura, y ajustó ambos, el pantalón y la camisa con un cinto. En su cabeza coloco su gorro rojo de hongos.

Tomó otra bolsa, donde coloco comida y pociones. Y sin más salió andando rumbo a las montañas, pasó antes por la cabaña de Radagast, lo que afloró aún más lágrimas, tomó un mapa que había en ella, marcando la ruta que debía de seguir. Se giró entonces, antes de comenzar a trazar el camino a seguir hacia Hwesta:

— Busca un caballo que pueda llevarme hasta las montañas.

Sospechaba Gandalf estaría en Rivendell, pues según los libros escritos por Tolkien y las propias investigaciones curiosas de la chica de cuando aún vivía en la Tierra, Frodo había arribado a Rivendel en octubre del año 3018 y poco después se realizaría el Concilio, la reunión donde decidirían el destino del anillo.

El día de hoy era el día 13 de octubre del año 3018, en el tiempo en que Stella viajaba de Rhosgobel a Rivendel, el día en que se celebraría el Concilio estaría cerca, por ende Gandalf debía de estar en Rivendel para entonces.

Saliendo de la cabaña, se detuvo a unos metros de esta, esperando que regresara Hwesta, con suerte con un caballo. El viento despeino sus cabellos al soplar, la vista de la chica fija en las cabañas, recordando los alegres momentos que había pasado con Radagast. Se acercó al buzón, donde ahora junto a este había una segunda mini cabaña, Radagast la había puesto para ella, aunque la chica no tenía muchas personas a las que enviarle cartas salvo a Gandalf y al mismo Radagast, en reservadas ocasiones le escribía a este último pues rara vez salía del Bosque Negro.

Dándole una mirada más concentrada al buzón, vio que en este había una carta. La tomó y le dio la vuelta para descubrir quién la enviaba:

Rivendell, Año 3018 día 11 de agosto

De Elrond Señor de Rivendel
Para Radagast el Pardo

El batir de unas alas, y el sonido de cascos de caballo acercándose la saco de la lectura y de abrir siquiera la carta, se dio la vuelta para ver a Hwesta que le seguía detrás un caballo. Stella se acercó al animal, que comenzó a alzar las patas y soltar ruidos exasperados, alzando las manos y retrocediendo espero hasta que se calmara y avanzó hacia el.

Pronto Stella estuvo cabalgando rumbo a las montañas, se detuvo cuando llegó a la cabaña de Beorn, pero al ver que este no estaba no demoró mucho su estadía, y decidió dejar el mensaje con uno de los animales cercanos con los que el hombre se comunicaba.

Al llegar la noche Stella había alcanzado las montañas, y al ver que el caballo no podía avanzar, le dio un buen puñado de pienso y se dispuso a avanzar a las montañas, Hwesta la acompañaba de cerca, volando alrededor, a veces desaparecía pero a las pocas horas volvía a reaparecer posándose en su hombro o volando mientras graznaba alrededor.

Días pasaron, y pronto el frío de las montañas la hizo tiritar, deteniéndose solo en la noche, por unas pocas horas para descansar, y continuando luego la caminata fue que descendió finalmente de las montañas. Buscando entonces un medio de transporte pues sus pies estaban cansados y adoloridos de la ardua caminata.

Encontró entonces otro caballo, y montandose en el, una lluvia torrencial la recibió, calando sus huesos, y atrasando su viaje. Así, después de una semana y tres días, en la noche del cuarto día, la noche del día 24 arribó Stella a Rivendel, adolorida y cansada pero con su objetivo en mente: encontrar a Gandalf.

Desmontó del caballo solo cuando llegó por las indicaciones de unos elfos que aunque recelosos de contestarle le indicaron el camino a la residencia de Lord Elrond. Apresurada desmontó del caballo y toco apresuradamemte las grandes puertas, sin pararse a mirar mucho sus alrededores. Pronto una joven elfa abrió las puertas, Stella sin pensarlo mucho le enseñó la carta que había enviado Elrond a Radagast, y le pidió a esta que la llevara con Gandalf. La elfa apremiada por el tono urgente y desesperado de Stella, sin más miramientos la condujo hasta la sala donde el banquete después del Concilio estaba teniendo lugar:

Stella atravesó las puertas, mirando alrededor frenética y asustada. Centró sus sentidos en buscar a Gandalf, sin prestar atención a las miradas que los hobitts, elfos y humanos ahí presentes le daban. Era una vista que no se presenciaba todos los días, una mujer con ropajes rotos y mojados por la lluvia y lo que parecía era producto de un arduo viaje, cabellos húmedos y manchas de sangre en el borde de las mangas de la camisa que vestía, sin contar el aire distinto, cargado de magia que traía consigo que solo eran capaces de percibir los elfos y los Istari. Un cuervo volaba a su alrededor en círculos, posandose en una mesa cercana.

Entonces Stella vio a Gandalf, sentado de espaldas a ella, justo frente a Elrond, parecían discutir algo.

Stella caminó a paso apresurado hacia él, como sintiendo su presencia el anciano mago se dio la vuelta, abriendo los ojos en señal de sorpresa, probablemente no solo por verla de repente en tal lugar sino por el estado en que se encontraba, pues en su viaje no solo se había enfrentado a lluvias, sol abrazador y un frío terrible, sino que hacia dos días se había encontrado a un pequeño grupo de trolls había podido matar a uno a duras penas, y logró escapar del otro utilizando su magia pero le habían desgarrado una manga de la ropa y provocado un fea contusión en la cabeza y varios cortes en sus brazos, piernas.

— ¡Gandalf!— sollozo la chica al llegar a él, abrazando al Istari, quien la envolvió en un abrazo todavía sin entender la situación.

Al ella hablar en la habitación, que antes a su entrada se escuchaban solo murmullos apagados y algunas voces aisladas, se hizo silencio.

— Querida niña ¿¡Qué ha pasado!? — dijo el mago agarrandola de los hombros y observando su preocupante estado

— Gandalf... Radagast... él... él ha muerto — dijo Stella en un susurro, que sólo Gandalf y Elrond que estaba parado junto al mago llegaron a escuchar.

— Vayamos a otra habitación — sugirió Elrond a ambos, conduciendolos a una habitación donde los recibió a los tres en una pequeña mesa de madera, una larga estantería de libros y varias sillas.

Gandalf y Stella tomaron asiento, Elrond tomó una jarra con agua y un vaso que habían sobre la mesa y se dispuso a servirle agua a la joven:

— Stella querida, toma un poco agua y cuéntame lo sucedido.— inquirió Gandalf con calma.

— La mañana del 30 de septiembre un escarabajo llegó a Rhosgobel para Radagast, era de Saruman... yo... Gandalf, ¡es culpa mía! — unas lágrimas escaparon de las mejillas de la chica — Tu me dijiste que no dijera nada sobre lo que sabía, yo le advertí a Radagast, le dije que dejara de apoyar a Saruman. — Stella hizo una pausa para tomar más agua y añadió — hace cinco años estuvo retirando sutilmente su apoyo a Saruman pidiendo a los animales que dejaran de darle noticias y le mintieran, le dije que no fuera pero el se empeño en ir a Isengard. Hwesta regresó hace poco más de una semana, con esto — dijo la joven sacando de un bolsillo del bolso que llevaba al hombro el pedazo de la gema que llevaba la vara larga de Radagast.

— No sabía que hacer, y también tuve ese sueño extraño, quería repuestas y tenia que avisarte sobre Saruman. Quería avisarte de que él probablemente sepa más de lo que pensamos, pero quizá si sabe ya del destino del anillo. — terminó la chica.

— Un gran mago mi querido primo Radagast, siempre lo considere como familia. — dijo observando a través de la ventana las hojas de los árboles bailar al compás del viento — Ya sabía que le debías de haber advertido, pues note a las criaturas y a Radagast más alerta de lo que lo había visto en años. — continuó Gandalf poniendo una mano sobre la de Stella — Debes descansar ahora querida, mañana debes contarme sobre este sueño, aunque creo inferir de que se trata pues noto has cambiado, mañana hablaremos, ahora descansa— dijo y con apretón a la mano de Stella, le dió una pequeña sonrisa que pareció calmar a la joven.

Él y Elrond la condujeron al ala de enfermos, donde trataron sus heridas, y después fue llevada a su habitacion donde después de un baño ayudada por una dulce elfa, se rindió ante los brazos de morfeo, descansando de una no muy prometedora realidad.




⋆.ೃ࿔*:・⸙


¡Hola Lectores!

Es agradable estar de vuelta

¿Qué tal les va pareciendo la historia?

Espero les esté gustando, en el próximo capítulo ya aparece Legolas!!🎉

Gracias por leer y votar!
Cuídense mucho!
Los adoro!




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