P.O.V. Liliana.
Ana Ju y yo fuimos a la habitación de nuestros padres para leerle un libro a mamá como siempre.
—Que bueno que ya vinieron—dijo mamá—¿que me van a leer hoy?
—Mira—le enseñe el libro con una sonrisa—.
—Quiero... quiero un amor para soñar—las dos nos miramos—.
—¿Ya no estás enamorada de mi papá?
—El amor en una pareja que lleva tantos años, cambia, de trasforma. Pero ustedes están apunto de vivir su primer amor, van a sentir maripositas en el estomago, ese sentimiento de enamoramiento es tan lindo.
—Bueno... pero no contestaste mi pregunta—dijo Ana Ju—últimamente los siento más separados, ya no se abrazan ¿ya no se aman?
—Su papá siempre ha sido muy lindo conmigo, pero pues ahora tiene muchísimo trabajo—yo asentí—les voy a contar una cosa, ¿quieren saber quien es el amor de mi vida?.. Ustedes—las dos sonreímos—si, son ustedes. El día en que llegaron a mi vida, todo cambió. Me acuerdo cuando las cargué la primera vez, me sentí una mujer importante, con rumbo.
—Te amamos, mami—dije y ambas tomamos sus manos—¿cómo fue el día que nacimos? Espero que no hayamos sido un embarazado difícil.
—No, no, fueron un parto natural—sonreímos—perdónenme, porque siento que después del accidente no he sido la madre que ustedes se merecen.
—Ay, no digas eso—le dijo Ana Ju, las dos nos recostamos a su lado—.
—Tú has sido la mejor mamá del mundo—dije—y nuestros mejores momentos son contigo, porque tú siempre confiaste en nosotras.
—Si, y cuando éramos unas niñas y nos sentíamos tristes, te llevabas nuestro dolor con tus caricias.
—Tenían unas pesadillas horribles, y yo lo único que quería era que no se sintieran solas, que sintieran que ahí estaba su mamá para apoyarlas—sonreí—y ya cuando se calmaban, nos poníamos a leer ¿se acuerdan cuando nos poníamos a leer juntas cuando eran chiquitas? Siempre se peleaban por los libros—reímos—.
—Si, nos regalabas los mejores libros—dijo Ana Ju—y nos impulsaste a conocer más sobre este mundo.
—Porque siempre quise que fueran más inteligentes que yo, más fuertes que yo, que nunca nadie les cerrara el camino, que nunca las hicieran sentir menos.
—Yo estoy segura, de que te vamos a ver caminar pronto—le dije—y te vamos ayudar a ser esa mujer que siempre quisiste.
P.O.V. Angie.
Estaba acostada con Kika, yo la abrazaba pues esta no dejaba de llorar. Decía que nadie la quería escuchar, que sentía que no le importaba a nadie.
No podía evitar sentirme mal, era consciente de que Kika no recibía el amor que quería, y eso me dolía.
La puerta del cuarto sonó, Kika se limpió las lágrimas rápidamente.
—Adelante—hablé—.
Mamá entró a la cocina con dos tazas de chocolate caliente, quizás alguna de mis primas lo había hecho.
—¿Cómo están dos de mis niñas favoritas de la casa?—habló mamá, sonreí, Kika también lo hizo levemente—aquí les traigo esto para que puedan dormir muy bien.
—Gracias mami—sonreí y tome mi taza—.
—Ten Kika—mi prima tomó la otra y mama se sentó frente a nosotras—.
—Gracias tía, Tania—dijo ella—.
—No es nada, saben que me gusta consentirlas—nos guiño el ojo, las dos reímos—¿quieren que les traiga algo más?
—No mami, gracias—sonrei—.
—De hecho, quería proponerle a Angie ver una peli—dijo Kika con un tono de ilusión—¿quieres quedarte?
—Mmm ¿Y qué tal si la vemos en nuestro cuarto? Podemos invitar a tu tío Alex, a Oliver y a todos tus primos—sonrió mamá, ella rió—.
—Me parece bien, pero yo escojo la película—mamá rió—.
—Bien, iré hacer palomitas, las espero en el cuarto—dijo saliendo de ahí—.
—Gracias Angie—sonrió Kika—a veces siento que mi tía Tania es más mi mamá que mi propia madre.
—Ay Kika, nosotros te queremos mucho—sonreí—ahora vamos al salón para que escojas la película.
Ella asintió sonriendo y salimos para allá.
Mis primas, hermano y yo llegamos a la prepa. Cuando íbamos a entrar aparecieron Itzel y Teo.
—¿Que onda chicos?—nos saludó Teo—.
—Hola—dijimos todos—.
—Lili ¿cómo te fue con tu lap? ¿No se daño, verdad?
—No le pasó nada, Teo—rió ella—ya quítate esos nervios de encima.
—Itzel, te cortaste el pelo, se te ve padrísimo—dije sonriendo—.
—Gracias—dijo ella pero miraba a Teo, me di cuenta de reojo que este tenía unas flores hechas a mano y le hacía señas a su hermana, sonreí sabiendo a quien se las daría—voy-voy a lo de americano pero en un ratito nos vemos ¿vienes conmigo Josh?
—Si, si, vamos—ambos se fueron—.
—Ana Ju y yo también nos vamos a la biblioteca—hablé, mi prima me miró confundida—te quiero enseñar algo ven, adiós chicos.
P.O.V. Liliana.
Todos se fueron dejándome ahí con Teo, así que lo volteé a ver con una sonrisa.
—¿Sigues nervioso, Teo?—le pregunté divertida—.
—Eh... si, mira—sacó un ramo de flores hechas de papel—los hice yo mismo y es-espero que me puedas perdonar por dañar tu lap—una sonrisa se ensanchó en mi rostro sin poder evitarlo—es un detalle tonto.
—Para nada es tonto, Teo, están padrísimas—sonreí—no sabía que eras tan hábil con el papel, gracias—le di un beso en la mejilla—.
P.O.V. Angie.
Con Ana Ju íbamos hacia la biblioteca, pero unos gritos nos hicieron detenernos. Ambas no acercamos y vimos que eran Kika e Itzel las que peleaban. Benjamín y Josh intentaban separarlas. Ana Ju y yo también nos metimos, y después Lili y Teo quienes llegaron también.
—¡Se van a la dirección inmediatamente!—habló la profesora separándolas—¡a la dirección!
—¡¿Pero por qué yo? Fue ella!—grito Itzel—.
—¡A la dirección, no me interesa!
Y así nos llevaron a todos hacia allá.
—Francisca Torrenegro se la pasa ofendiéndome, y yo solo me defendí—habló Itzel—.
—Ni al caso, tú eres lampona porque me tienes envidia porque soy inalcanzable.
—¿Envidia de que?
—Perdóname Kika, pero la verdad es que ahí si estás medio cucú—habló Benja—tú fuiste la primera en ofender regacho a Itzel.
—Eso es cierto Kika, tus comentarios estuvieron de más—dijo Josh—.
—Si Kika, estás insufrible—dijo mi prima—.
—Son unos traidores, Josh y Ana Ju—dijo Kika—.
—Señorita por favor—la regañó el director—.
—Lo errores se deben aceptar, Kika—hablé—tanto tú como Itzel se equivocaron al pelearse—ella me miró mal pero solo suspiró—.
—Sus acciones tendrán consecuencias, sus padres ya vienen en camino.
Todos nos miramos.
—Las alumnas Kika e Itzel quedan suspendidas por tres días, a la siguiente falta serán expulsadas.
Kika e Itzel volvieron a discutir, bufé ya cansada.
—Señor director, vamos a catar sus sanciones—habló el tío Gael—pero si quieren que reflexionen en realidad se necesita hacer algo más, suspenderlas es como mandarla de vacaciones.
—Estoy de acuerdo—habló la mamá de Teo e Itzel—.
—¿Y que tiene en mente, señor?—preguntó el papá de los dos chicos—.
—Que hagan trabajo en equipo.
Las dos se negaron y casi empezaron otra discusión pero las detuvieron.
—Las dos para que limen las perezas, y entiendan que no deben pelearse—dijo el tío Gael—.
—No, no, no, ¿yo trabajar con esta?, safo—dijo Kika—.
—No es que es mutuo, ¡yo tampoco quiero trabajar contigo!—siguieron discutiendo, mis primas y yo nos miramos—.
—¡Kika, Kika, silencio, ya no compliques más las cosas!—la regañó el tío Gael—.
Después de que decidieron que harían las dos, salimos de la dirección. Ahí estaban Leona y mamá. Me acerqué a ella y la abracé.
—¿Qué pasó? Todo bien—preguntó mi mamá—.
—Si, ya todo está solucionado, gracias a mis sobrinas, a Josh y... a ti también—miró a Benja—muchas gracias, por ayudar a detener la pelea ¿cómo te llamas?
—Eh Benjamín, para servirle señor—ambos se dieron la mano—mucho gusto, a sus órdenes, Bueno si quiere decirme Benja también se puede.
—¿Benja? Si, Benja, me gusta mucho más Benja—dijo el tío Gael con una sonrisa—hay que tener valor y coraje para enfrentar a tus compañeros, especialmente a mi hija Kika...
—¿No quieres avergonzarme más, papá? De una vez pide que me pongan a trapear los pisos—se fue—.
—Se nota que vienes de buena cuna, tus padres te criaron muy bien—siguió el tío Gael—.
—Pues aquí está mi madresita santa, ella fue la que me cocinó mejor que el pan—reímos—oiga, usted es el patrón de la señito Leona ¿verdad?
—Así mismo es.
—Bueno, le voy a encargar que la cuide muchísimo—él rió—.
—Todos cuidaremos a Leona en la empresa y en la casa—habló mamá abrazando a Leona por los hombros, ella sonrió—.
—¿Usted es la mamá de Angie?—preguntó Benjamín—.
—Si, así es—sonrió mamá—.
—Se parecen mucho—reímos—es un placer conocerla.
—El placer es mío, Benja—él sonrió—.
—Ya vente mijo, vámonos, que el señor Torrenegro y la señora Villarreal deben estar muy ocupados—le dijo su mamá—con permiso.
—Adiós—dijo Benja—chao Angie—se acercó y me dio la mano, yo le sonreí—te espero otro día en la peluquería.
—Ahí estaré—reí, él me dio un beso en la mejilla—.
—Nos vemos Jacinta, adiós Benja—dijo Leona y ellos se fueron—.
—¿Que fue eso?—me preguntó el tío Gael riendo, mis mejillas se sonrojaron—.
—Alguien está enamorada—se burló Lili—.
—Lo dice la que lleva un ramo de flores—dije divertida, todos la miraron—.
—Vaya, nuevo país, nuevos amores—rió mamá, el tío Gael también rió—.
Vi a Josh que bajó levemente la mirada, fruncí el ceño.
—Leona, nosotros ya nos vamos—dijo la mamá de Itzel y Teo, Itzel me dedicó una leve sonrisa y le correspondí—.
—Consuelo y Cristobal ¿correcto?—ellos asintieron—es un placer, es un honor conocer a la familia de Leona.
—Es terrible volver a saber de usted en estas circunstancias—dijo la señora Consuelo—.
—Disculpe ¿cómo dijo?
—Es que yo les había contado de mi trabajo—dijo Leona—mi familia sabe los objetivos que yo tengo con ustedes.
—Tío, mejor nos vamos con Kika antes de que se ponga peor y se la agarre contra alguien—habló Ana Ju—.
—Ve con tu jefe Leona, nosotros podemos encárganos de Itzel—dijo el señor Cristobal—.
Nosotros salimos de ahí siguiendo al tío Gael. Para encontrarnos con Kika parada en la puerta de entrada.
—Kika, vamos Kika, vamos—la llevo el tío Gael—.
—Neta te pasaste papá y además ¿tenías que humillarme delante de esa señora?
—No, Leona está aquí para respaldarme, así que la respetas como si fuera tu madre. Y en estos tres días de suspensión vas a estar conmigo todo el día, Leona te va asignar actividades para que aprendas la lección y no quiero peros.
Hice una mueca, mi tío estaba súper molesto con mi prima.
—¿Quieres que te ayude con tu mochila?—preguntó Leona hacia Ana Ju ya que mamá llevaba la mía y Joshua la de Lili, mi prima se la dio y le sonrió—¿están bien?
—Si Leona, gracias—sonreí—.
—Al menos todo esto nos despertó, porque después de la noche de películas yo me dormía—habló Josh divertido, nosotros reímos—.
Terminé de arreglarme así que empecé a bajar detrás de mis primas. Sería la fiesta de bienvenida para el abuelo Ramsés. Así que todos teníamos que asistir.
—Aprovechando tus servicios ¿nos podrías tomar una foto familiar?—habló la tía Columba hacia Leona—.
Ana Ju y Lili se fueron por otro camino. Así que baje con Kika.
—Ay no me dejen afuera de la foto, quiero subirla a mis redes—dijo Kika—.
—Me encanta que nos tomen fotos, a mis hijos a mi esposo.
Los cuatro se pusieron y Leona tomó la foto.
—Salieron muy bien—dijo Leona—.
—Yo siempre, la cámara me adora—sonrió la tía Columba—.
—¿Quieren que les tome una foto?—preguntó Leona amablemente hacia mamá y papá—.
—Si, deberías—dijo la tía Columba—.
—Si, gracias Leona—dijo mamá—.
Los cinco nos pusimos y ella tomó la foto, papá dio un beso en mi cabeza y sonreí.
—Muchas gracias—dijo papa hacia Leona—.
—Con permiso, voy a ver a la señora Camila—dijo David—.
—Espérame David, voy contigo—dije colocándome a su lado, él sonrió levemente y ambos empezamos a caminar—¿cómo ves a mi tía, crees que está avanzando?
—Eso es poco a poco, pero estoy seguro que lo logrará—sonreí—.
—Gracias David—inconscientemente lo abracé, pero rápidamente me separé—perdón, es que me emociona, no llevo su misma sangre pero quiero mucho a mi tía Camila y me gusta verla feliz.
—Eres una niña muy linda y con un corazón gigante, tus padres te han criado muy bien—sonreí—.
Lo que no sabían es que cabellos de Angie habían quedados enredados en el reloj de David y eso lo ayudaría en algo.
P.O.V. Liliana.
Ana Julia y yo estábamos ayudando a maquillar a mamá, ella le pintaba los labios y yo le ponía rubor.
—Listo—dijimos a la vez—.
—Estas guapísima, mamá—sonreí—.
—¿En serio, hija? Hace mucho tiempo que no me siento guapísima—dijo ella—.
—Pues lo estás—dijo Ana Ju—se te ven muy lindos los ojos—ella los movió divertida, ambas reímos y la abrazamos—.
—Nos encanta haberlos heredado de ti—dije—.
—Bueno, yo creo que nos vamos a cambiar los zapatos ¿no?—mama asintió divertida, porque estaban muy altos—.
Las dos salimos riendo. Ahí estaban David y Angie.
—Hola—sonreímos—.
—David, estás muy elegante—dije divertida, él rió—.
—Gracias, ustedes están muy lindas.
—Gracias, mamá está ahí en su habitación, ayúdala por fa—dijo Ana Ju, él asintió y entró—.
—Acompáñanos a cambiar los zapatos, así nos ayudas a elegir otros—le dije a Angie y ambas la tomamos del brazo, ella rió—.
¿Pido mucho si quiero un Teo? Jajaja