No me sueltes.

By olibuhh

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Todo el mundo habla de lo bonito que es el amor, de la magia que sientes al encontrar a esa alma predestinada... More

Sipnosis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 19 (+18)
Capítulo 20
Epílogo

Capítulo 18

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By olibuhh



"Lo mío fue un acto de justicia.
Te robé un beso porque tú llevabas meses robándome el sueño."

-Mario Benedetti.

Mi padre solía decirme en repetidas ocasiones, que la vida había que vivirla sin miedos, había que vivirla con valentía y de no ser así, solo era una cobarde.

Y el cementerio era un lugar lleno de cobardes. Recuerdo que siempre repetía que a los muertos de miedo nadie les llevaba flores.

Solía decir que lo único que podía conseguir con miedo sería lamentarte cada mañana de lo que no había tenido el valor para hacer hoy.

Recuerdo que una vez me llevo al parque y yo solía tenerle miedo al tobogán, sentí que al lanzarme por ahí acabaría con las rodillas hechas trizas, y por más que llegaba a la cima, nunca me atreví a lanzarme, siempre por el miedo de destrozarme las rodillas.

Recuerdo que mi padre dejó pasarlo por un tiempo, pero al ver que mi miedo cada vez era más grande me tomó de la mano y nos sentamos en un banco del parque.

—¿Tu nunca sentiste miedo de algo papá?.—pregunté con una lágrima resbalando por mi mejilla.

Asintió.

—Todos los días me levantó con miedo, pero nunca dejó que él tomé el poder para decidir.—limpio mi lágrima.—Ahora es tu turno, es hora de decidir mi niña.

Mis ojos fueron de nuevo hasta el tobogán.

—Pero, dolerá...

—No importa que duela la caída, importa el valor de haberlo intentado, una y otra vez.—aseguró mi padre.

Sus palabras tuvieron un efecto muy grande en mí, ahora las idas al parques se volvieron más divertidas, dejé de tenerle miedo a la caída y me lancé. Por sorpresa mis rodillas estaban intactas me giré para ver a mi padre y esté estaba sonriéndome orgulloso corrí hasta él y esté me alzo entre sus brazos.

—Te amo, papá.

—Y yo a ti, pequeña.

Desde ese momento entendí que para lo único que me serviría el miedo sería para fracasar.

Es hora de dejar de pensar en el "Si tan solo lo hubiese hecho...", y comenzar a pensar en un "Puedo hacerlo".

Hoy tenía que hablar con Chase, él merecía una explicación, él merece alguien que lo quiera por completo, así cómo yo quiero a Elika.

Ya no tengo miedo, porque hoy estoy decidiendo sentir.

Mi cabello resbalaba entre mis hombros y al verme en el espejo dudo en si dejarlo así, o atarme una coleta.

Sophie había llegado de vacaciones y nos invitó a una fiesta en su casa para celebrar una noche buena atrasada.

Elika no tenía ánimos de ir así que tuve que insistirle y besarlo mucho para que asistiera conmigo. Por otro lado, Chase ha estado escribiendo en cada momento, e insistir en querer verme.

Él ahora estaba con sus padres así que supuse que no iría a la fiesta de Sophie, lo cuál era algo increíble ya que hablar con él en una fiesta no era la mejor opción.

Escuché cómo los pasos de alguien subían hacia mi habitación, y supuse que sería Elika.

—Recuérdame la razón por la cual asistiré a esa fiesta.

Él termino de entrar en mi habitación, y yo sonreí al verle.

Su cabello iba desordenado cómo siempre, ¿cómo podía lucir también con una simple camisa polo negra, y unos jeans desgastados?

—Porque de no ser así, algún chico podría acercarse a mí.

El bufo con fastidio.

—Vale, eso es motivación suficiente.

—Eres un celoso, no conocía esa faceta tuya Nguyen.

Lo ví sonreír por el espejo.

—Mi apellido saliendo de tus labios suena increíble.—mencionó.—Y no, no soy un celoso, te protejo de adolescentes estúpidos.

—Nosotros somos adolescentes estúpidos.

—Si, pero un poco menos que los otros.

—Eres un celoso.—finalice.

—Vale, puede que un poco.

Alce mi ceja, estaba mintiéndome.

—Okay, puede que mucho.—dijo resignado.

Seguí arreglándome, y mi debate del cabello estaba cada vez fastidiándome más.

—¿Qué haces?.—le pregunté al ver cómo estaba mirándome.

—Cuando tu cabello está suelto, puedo jurar que es mi mayor debilidad, ¿te lo había dicho?.

Y justo ahora estoy segura que soy un maldito tomate.

Me alejé del espejo y fui hasta Elika que estaba sentado en mi cama y deposite un beso en sus labios.

Decidido, el cabello suelto ganó.

—Podría acostumbrarme a esto.—sonrió y acaricio mi mejilla.

Mi celular vibro y alumbro el nombre de Chase, sentí cómo Elika cambiaba su postura y su mirada reflejaba incomodidad.

—Hablaré con él.—le aseguré.—Solo que ahora está con su familia, y no veo prudente hacerlo por celular.

—Tómate tu tiempo.—aseguró Elika.

Pero sabía que no estaba contento con eso.

—Te espero en el auto.—informo y se salió de mi habitación.

Joder.

Busqué mi bolsa, y antes de salir me despedí de mi padre. La navidad podía sentirse en clima estaba que congelaba traseros, al llegar al auto de Elika abrí la puerta del copiloto y me senté, cerré la puerta y me giré para verle y su semblante estaba serio.

El encendió el motor y emprendimos camino a la casa de Sophie.

El camino estuvo zumbido de un silencio incómodo, nadie emitía ni un sonido, lo único que casi se podía escuchar era el aire acondicionado del auto. Cansada del silencio estiré mi brazo y encendí la radio, y Bruno Mars ahora inundaba el auto.

Make the stars look like they're not shinin'

Elika comenzó a tararear la canción.

Her hair, her hair. Falls perfectly without her tryin

She's so beautiful and I tell her everyday
Yeah, I know, I know

When I compliment her, she won't believe me. And it's so, it's so sad to think that she don't see what I see.

Escuché cómo comenzaba a cantar un poco más fuerte ese pedazo de la canción.

Quiero grabarle, y guardarlo para mi despertador.

Quería su voz para levantarme, quiero escucharlo al despertarme, y al dormir. Quería escucharle siempre, y tal vez eso sonaba obsesivo pero realmente quería poder ver y escuchar todos los días de mi vida a Elika.

But every time she asks me, "Do I look okay?"
I say
When I see your face there's not a thing that I would change

Vi cómo una de sus manos abandonaba el volante y la dejaba en mi pierna.

'Cause you're amazing.—se giro para verme y cantar ese pedazo de la canción.

Joder, iba a morir si Elika seguía haciendo esté tipo de cosas.

Ambos seguimos tarareando la canción hasta que llegamos a casa de Sophie.

Realmente me imaginé que la fiesta serían algunos alumnos del instituto, y uno que otro externo de Sophie, pero estoy segura que en su casa estaba todo el maldito instituto.

No había un solo maldito lugar para estacionarse, el humor y cara de Elika cambio drásticamente.

Y lo entendía, él no quería venir y yo le insistí.

—Lo siento, podemos irnos si quieres.—asegure.

Él negó y después de dar diez vueltas por la manzana conseguimos un lugar vacío. Ahora tendríamos que buscar a Sophie por toda su casa, lo cuál sonaba cómo un trabajo fácil, hasta que te encontrabas con cientos de adolescentes ebrios, y unos cuantos teniendo sexo con ropa mientras bailan.

—Hermano, no sabía que estarías aquí.—escuché que saludaban a Elika.

Elika asintió en forma de saludo, ambos veníamos con la mano entrelazada y sentí un ligero apretón por su parte, sabía que no quería que me apartara de él.

—Vamos, los chicos están por acá.—mencionó y comenzó arrastrarnos hasta donde se encontraban los chicos del equipo.

Todos al ver a Elika se alegraron y saludaron, también hicieron lo mismo conmigo.

—Yo seguiré buscando a Sophie.—le informé a Elika, él no se veía convencido y apretó de nuevo mi mano.

—Déjala Nguyen, ella quiere ir con su amiga y no estar rodeada de tanta testosterona.—volvió hablar el chico que no conocía.

Él seguía sin estar convencido pero soltó mi mano, el que no me hablará realmente comenzaba a fastidiarme.

En fin, seguí buscando a Sophie por un buen rato hasta que la ví en la cocina sirviéndose lo que supuse sería una cerveza.

—Joder, no se supone que serían puros conocidos.

—Y vaya que lo son, todos son mis primos.—se burló.—Mira, ese es mi tío.—señaló a un idiota cualquiera.—¡Hola, tío!.—le gritó.

Ambas nos miramos cuando vimos que el chico salía corriendo, y sin más nos carajeamos.

Sophie en ocasiones le hacía justicia a lo que decían de las rubias.

—¿Chase?.—preguntó.

—Con sus padres.

—¿Elika y tú arreglaron las cosas?

Asentí y un calorcito subió hasta mi cabeza.

—Oh no, no me digas que...

Y volví asentir.

—¡AHHH!.—gritó con emoción.—Al fin, yo sabía que ustedes dos acabarían juntos.—todos al parecer lo sabían menos nosotros dos.—¿Cómo se tomó Chase la noticia?

Y sin poder responderle agache mi cabeza.

—Oh no, no, esto está mal. Muy mal.

—Lo sé, solo estoy esperando el momento adecuado para decírselo.

Sophie negó.

—Ada, nunca hay momento adecuado para decir las cosas, y menos esté tipo de cosas.—aseguró mi mejor amiga.—Tienes que hacerlo cuanto antes, no creo que Elika esté muy feliz con esto.

—Y no lo está, de hecho ahora no me habla o eso creo.

Le conté lo sucedido con el mensaje de Chase y Sophie suspiró.

—Tienes que hablar cuánto antes con Chase sobre Elika.

—Lo sé, mañana lo haré.—asegure.

Ella convencida sonrió.

—Ven, dejemos eso atrás por hoy y vamos a bailar.

Sophie me arrastro hasta la pista de baile, y comenzamos a saltar con un montón de adolescentes que no conocíamos de nada.

Después de cinco canciones de nuestra poderosa Rosalía, salimos de la pista agotadas en busca de algo para tomar.

—¿Disfrutando la noche?.—susurrando en mi oído.

—Me gustaría estar disfrutándola de otra manera con usted, señor misterioso.

Escuché la risa ronca de Elika y me giro para quedar cara a cara.

—Lo siento, Hada.

—Shh.—le puse mis dedos en su labios.—Bésame y te prometo que me olvidaré de ello.

Lo vi sonreír y atrajo sus labios hacía mí y me beso, el sabor a menta de su boca se mezclo con la mía.

Esto era delicioso.

Escuché cómo alguien se aclaraba la garganta, pero realmente el beso estaba muy bien cómo para querer separarme.

—Supongo que estás disfrutando la noche.—escuché que alguien decía a nuestra espaldas.

Un momento.

Me separé de Elika, yo conocía esa voz.

—Chase...—me tensé al verlo ahí parado.

¿Cuánto tiempo había estado ahí?

Estoy segura que lo suficiente cómo para que su semblante se viera destrozado.

Él nos vió por última vez y salió disparado del lugar.

Maldición.

Me alejé de Elika y fui tras él, escuché que me llamaban varias veces, pero tenía que buscar a Chase, no podía permitir que se fuera de ese modo.

Alcancé a Chase en el estacionamiento pero cuando intenté tocarlo el se quitó rápidamente.

—¡En tu jodida vida vuelvas a tocarme!.—me mira con asco.

Mi pecho se contrae por la decepción.

—Por favor, déjame explicarte...—le supliqué entre lágrimas.

—¡¿EXPLICARME QUÉ?!.—preguntó entre gritos.—¡¿QUE ACEPTASTE ESTAR CONMIGO CUANDO REALMENTE QUERÍA ESTAR ERA CON ELIKA O QUE TE BESASTE CON ÉL ESTANDO CONMIGO?!.—su voz se quebró por eso último, lo vi acercarse a mí y sostenerme los brazos con fuerza.—¡¿EXPLICARME QUÉ, ADA?!

Una mueca de dolor se postró en mi cara, pero él seguía sin soltar su agarré.

—Estás lastimándome.—susurré entre lágrimas.

—¡LASTIMÁNDOTE!, ¡¿Y QUE HICISTE TÚ CONMIGO?!.—preguntó incrédulo.—¡ME LASTIMASTE, ME ABRÍ A TÍ Y ESO TE IMPORTÓ UNA MIERDA!

—Eso no es cierto, déjame explicarte, por favor.—pedí.—Yo puedo aclararte todo, pero escúchame.

El Chase dulce que había conocido parecía ser solo un maldito personaje, esté loco que tenía ante mí no era ese chico, no era el dulce Chase.

—Chase , lo siento.—me disculpé.—De verdad, lo siento. Siento haberte lastimado, siento haberte dicho que si aquel día del partido. Chase lamento haberte engañado, pero no puedo lamentar tener sentimientos por Elika, porque los tengo y es lo más honesto que posiblemente te haya dicho hasta ahora.

—VETE A LA MIERDA, SOLO PERDÍ MI TIEMPO CONTIGO ZORRA DE MIER...

Y antes de que pudiera terminar esa oración, vi cómo alguien me atestaba un puñetazo en la cara.

—¡NO SE TE OCURRA VOLVERLA A TOCAR DE ESA MANERA, O SI QUIERAS PIENSES EN INSULTARLA!.—escupió Elika molesto.—¿Estás bien, te hizo algo.—se giró para verme.

Asentí entre sollozos.

Chase no era ese chico, Chase no era ese idiota.

Escuchamos cómo una risa brotaba de sus labios.

—Tú madre tenía razón, ustedes son solo una maldita escoria.

Y sin pensarlo Elika se fue encima de él y comenzó a golpearlo.

Uno de los chicos del equipo comenzó a separarlos pero era casi imposible, Elika estaba furioso.

—BASTA ELIKA, NO VALE LA PENA. Por favor detente.—pedí y mi voz se quebró al decir eso último.

Elika lo soltó y vino hacía mí, yo lo arrastré para sacarlo de allí, busqué entre sus bolsillos la llave de su auto y una vez le quite el seguro nos montamos en el.

—Tenemos que curarte.—mencione mientras veía los nudillos de Elika lastimados.

No sabía a donde deberíamos ir, cualquier de nuestros padres al vernos así haría mil preguntas.

—Mi padre no estará en casa.—mencionó Elika cómo si me hubiese leído la mente.

Encendió el motor y condujo hasta su casa, al estar dentro de ella busqué en donde ellos tenían el botiquín u comencé a curarle las heridas a Elika.

—Lo siento, de verdad, lo siento mucho.—me disculpé mientras pasaba un algodón con alcohol por sus labios.

—No tienes porque disculparte, Ada.—aseguró Elika.—No tienes culpa de nada, ese idiota se sobrepasó contigo, merecía una buena golpiza.

Ambos sabíamos que los golpes nunca serían la solución en ninguna ocasiones, pero sabíamos cuando era necesario patear traseros.

Y aunque yo lastime a Chase, eso no le daba el derecho de tratarme cómo una zorra o apretarme los brazos de esa manera.

—No quería arruinar la noche.

—No lo hiciste, de hecho al fin puedo decir que le partí el trasero a alguien que se estaba metiendo contigo, y no al revés.

—Idiota.—sonreí.

—No dejes de hacer esto.

—¿Hacer el qué?.—pregunté confundida.

—Sonreír, Hada. Puedo asegurarte que cada que lo haces, un hada nace.

Sonreí por la estupidez que acaba de decir, y una mueca de dolor se posó en su cara.

—Vaya, no volveré hacerte ningún cumplido.—se quejó.

—Lo siento.—sonreí de nuevo.

—¿Mañana puedo llevarte a un lugar especial?.—preguntó.

¿Un lugar especial?

—Puedes llevarme hasta la luna si deseas, solo si me llevas de la mano.

Y sin más se acercó para unir nuestros labios de nuevo.

Y siempre lo supe, estaría a salvo en cualquier lugar que él estuviese.

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