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Oleh Raksha_Nevianni

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โ ๐‡๐š๐ฅ๐Ÿ ๐จ๐Ÿ ๐ฆ๐ฒ ๐ก๐ž๐š๐ซ๐ญ ๐ข๐ฌ ๐ฌ๐ญ๐ข๐ฅ๐ฅ ๐ญ๐ก๐ž๐ซ๐ž, ๐ˆ'๐ฅ๐ฅ ๐๐จ ๐ฐ๐ก๐š๐ญ ๐ˆ ๐œ๐š๐ง ๐›๐ฎ๐ญ ๐ˆ'๐ฆ ๐ฌ๐œ... Lebih Banyak

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Oleh Raksha_Nevianni

▬▭▬
FILE 006 ; SIXTH

❝The weakness❞
˚₊𓆩༺🕷༻𓆪₊˚

Jadeo de cansancio, los latidos de mi corazón van a un ritmo anormal y una presión se asienta en mi pecho. "Es demasiado", pienso para mí misma. Miguel estaba en lo correcto cuando dijo que podía ocupar mi enojo como un vector y no como una limitante; ¿y qué mejor que quedarse él mismo como el objetivo?

No es mi culpa, a veces es irritante, sabe bien cómo provocarme.

Era difícil seguirle el ritmo, y francamente no entiendo la razón, pues en circunstancias normales estaría a su nivel y los entrenamientos no me costarían tanto... quizá necesito hacerme un chequeo.

— Ojos en mí — su orden me hace despabilar y regreso mi mirada hacia su cuerpo.

Trago saliva, mi boca se siente seca y quisiera pegarme a una botella de agua. Ruedo por el piso esquivando el golpe que me lanza y me alejo lo más que puedo, no estoy en condiciones de una pelea cuerpo a cuerpo.

No puedo creer que este fue el mismo hombre que me salvó de morir en un ataque de ansiedad hace dos días.

— Débil — me dice él.

Miro la pared, tiene cientos y cientos de armas diferentes. Levanto mi mano, un par de cuchillos vuelan por los aires y Miguel me mira con una sonrisa intransigente cuando se entierran en el suelo sin tocarlo.

— Fallaste.

— ¿De verdad? Da dos pasos al frente, los mismos que retrocediste... — Miguel frunce el ceño —. Ahora dime si realmente fallé.

Él bufa, sabe que tengo razón. Me mira a los ojos de forma desafiante, está demasiado perdido pensando en qué nuevo reto ponerme como para darse cuenta del halo de fuego que comienza a formarse en sus pies. Escucho su jadeo en el momento en que deja de ver mi cuerpo y las llamas lo rodean en su totalidad.

Me cuelgo del techo, quedamos frente a frente, yo de cabeza frente a él. No puede moverse, o de lo contrario va a quemarse, una gota de sudor baja por su línea capilar hasta su frente.

— ¿Qué pasa? ¿Te molesta un poco de calor? — me burlo suavemente, lo oigo bufar por el tono que usé.

Cuando creo que es demasiado para mi cuerpo bajo del techo y las llamas se consumen por sí solas. Aunque me divierte ver a Miguel frustrado es imposible ignorar el malestar general que me acongoja, me siento demasiado agitada para tan poco entrenamiento, tengo la boca seca y siento las piernas débiles.

Camino hacia la puerta donde está el dispensador de agua, mi mano temblorosa toma un vaso desechable y comienza a llenarlo con el líquido. Lo bebo de golpe y me dan náuseas.

Sacudo la cabeza para despejar el malestar y trato de caminar nuevamente hacia donde está Miguel.

No me siento bien.

Las piernas se me doblan, siento los latidos de una clara taquicardia golpearme los oídos y siento que el corazón se me saldrá del pecho. Varias veces estos días había tenido esos síntomas, pero nunca en medio de un entrenamiento.

Una de las telarañas de Miguel se pega a mi pecho y siento mi cuerpo ser jalado sin demasiado esfuerzo hasta el suyo. Él me inspecciona superficialmente, tengo la cara pálida, ojos hundidos y labios secos. Me apoya sobre él, sus manos sostienen mi cuerpo y yo no puedo evitar aferrarme con la diestra a su hombro para ganar estabilidad ante el mareo que me ataca.

— ¡Lyla! — le llama él, veo el holograma de Lyla aparecer e inspeccionarme. Su tono mandón es reemplazado por uno de nata preocupación.

— Parece una hipoglucemia — dice ella insegura.

Pero es lo último que recuerdo antes de que todo se vuelva negro.

˚₊𓆩༺🕷༻𓆪₊˚

Bebo a duras penas del vaso de batido color verde, su sabor no es demasiado desagradable, pero me ayudaría a recuperarme. El líquido verde lleno de nutrientes sube por la pajita hasta mi boca.

Miguel me mira incrédulo. Su mirada cambia de mis ojos a la pantalla que tiene enfrente, se pincha el puente de la nariz con estrés para posteriormente pasarse las manos por el rostro como si estuviera exasperado. No puedo evitar pensar que se va a arrugar si sigue teniendo el ceño fruncido y esos gestos. Me cruzo de brazos, cohibida.

— Sólo es anemia... — expreso encogiéndome de hombros.

— ¿Sólo es anemia?— él repite mis palabras en una pregunta, veo que espacia cada una de ellas dándole severidad —. Estás genéticamente mutada, ¿sabes qué grado de descuido necesita un spider para quedar anémico?

¿Alguien olvida quién es el médico aquí? Claro que sé que es grave, sobre todo por las cifras que veo en la pantalla.

Casi le respondo algo como "Ay, perdona, es que estaba muy triste como para alimentarme correctamente", pero sé que eso sólo desataría más su furia, y por hoy ya me siento lo suficientemente agotada como para seguirle la corriente en una pelea.

Mi mente se pierde un poco mientras lo oigo murmurar y caminar de un lado a otro cosas como "No es una sorpresa que tuvieras un rendimiento tan bajo". Espera... ¿bajo? ¡pero sí le gané la pelea pasada!

— Perdón por decepcionarte con mi rendimiento — expreso con sarcasmo ante su molestia.

Veo que se contiene de darme un golpe en la cabeza cuando se me acerca. Me quejo cuando toma un folder y me golpea levemente la cabeza con él... bueno, no se contuvo demasiado.

— Hice que te esforzaras de sobremanera en los entrenamientos, ¡esto pudo ser algo más grave que un desmayo!

Bueno, eso era clarísimo, muchas veces desde el primer entrenamiento llegué a mi habitación sintiéndome horrible y cayendo a mi cama perdiendo la consciencia en cuanto mi cuerpo sentía la cama.

— ¿Estás enojado conmigo por eso? — expreso genuinamente confundida e incrédula, sus reacciones y falta de explicaciones vuelven la situación muy ambigua.

— No... ¡Digo, sí! — me expresa él, frunzo el ceño cuando su corrección no me aclara nada —. Si te sentías tan mal debiste haberlo dicho.

Miguel es demasiado orgulloso para decir que no está enojado conmigo, sino consigo mismo por hacerme trabajar a marchas forzadas tanto tiempo y no prestar atención a mi salud.

— Ibas a decir que era débil... y yo no soy débil, Miguel.

— Ya lo sé. Ya sé que no eres débil — me aclara, suspira antes de dirigirse a las pantallas —. Tienes que cuidar de ti misma, ¿Cómo planeas cuidar de alguien más en este estado?

Permanezco callada, esto se siente extraño. ¿Pero saben qué es todavía más extraño? Que me gusta esa extraña tensión que a veces es por coraje, y a veces es por algo más...

— Bien... — murmuro aceptando el regaño a regañadientes.

— No vas a entrenar... al menos hasta que tus niveles vuelvan a estar estables.

— No puedo quedarme sin hacer nada — le replico, y es irónico, porque hace menos de veinticuatro horas estaba haciendo berrinche por dejar de entrenar.

— Mujer terca... — lo escucho murmurar entre dientes —. Cuídate un poco, después veremos qué harás mientras esperamos a que puedas volver a tu entrenamiento.

— ¿Por qué no enseñarle el análisis, descarte y reducción de anomalías? Nos vendría bien otro par de ojos mirando las pantallas y cuidando de los diferentes universos — Lyla expresa, apareciendo en uno de los monitores.

Miguel suspira. En realidad no es mala idea, pero él parece un poco indeciso, creo que no le agradaría mi compañía en los monitores. Sólo me permite ayudarle con registros y papeleos de un par de universos, fuera de todas las carpetas y documentos donde yacen las grabaciones de los eventos.

— Ya veré... — dice él, vuelve a mirarme —. Ve a comer algo, no me obligues a ordenarle a Jessica que mantenga un ojo sobre ti.

Le miro mal, me trata como si fuera una niña. Pero termino por retirarme hacia el comedor.

˚₊𓆩༺🕷༻𓆪₊˚

Llevo todo el día en cama, pero irónicamente no puedo dormir. Casi caigo de la comodidad del colchón cuando Lyla aparece de sorpresa.

— Hora de cenar — me avisa ella como si fuera un reloj.

— No tengo hambre, Lyla. Puedo bajar a desayunar mañana.

Ella suspira y se queda en silencio, la veo desaparecer antes de volver a cerrar los ojos, a los minutos casi me pongo de pie de golpe cual soldado ante general cuando la voz de Miguel retumba en mi habitación diciendo mi nombre, abro los ojos, está Lyla frente a mi cama, parece que divertida mientras enlaza la llamada.

— Cena. Ahora mismo — es la orden que escucho antes de gruñir y levantarme de la cama.

Lyla me sigue, abro la puerta con intento de ir hacia el comedor pero casi tropiezo pues frente a mi puerta hay un pequeño carrito metálico que se mueve hasta entrar en mi habitación. Quito la cubierta solo para encontrarme la cena más saludable y necesaria que alguna vez en mi vida he probado, en un pequeño compartimento hay un total de cuatro cápsulas que reconozco como vitaminas y suplementos.

— Gracias... — murmuro, sé que Miguel sigue en la línea, lo escucho suspirar, pero no dice nada de vuelta. Él está a punto de colgar —. ¡Espera! ¿Puede quedarse Lyla?

No voy a admitir lo mucho que detesto comer sola, y él parece no insistir, simplemente me da una respuesta afirmativa antes de colgar y veo a Lyla moverse por toda la habitación mientras habla de cosas que no termino de entender pero que hacen más amena mi cena.

— Miguel y tú pelearon menos hoy — me expresa ella —, y no sé si fue porque te desmayaste, o porque entrenar directamente con él y no con hologramas te parece más relajante.

— Miguel me irrita a veces, golpearlo en los entrenamientos me hace sentir mejor — bromeo con la IA.

— Hoy fue menos intenso contigo —. Mastico un pedazo de zanahoria, recién notando que, en efecto, Lyla está en lo correcto.

— Quizá se dio cuenta que no me sentía bien, debo admitir que mi semblante deja mucho que decir —, expreso al ver mi rostro en el reflejo de los cubiertos, arrugo la nariz al verme tan demacrada.

— Bueno, es cierto, pero sigues siendo una mujer hermosa — le sonrío a Lyla.

— ¿Miguel te programó para subirle el ánimo a los spider, también? — bromeo con ella.

— No, pero sí que me programó con algo nuevo hoy. Ahora tengo todos tus horarios de comida para darte recordatorios de alimentarte, escaneos diarios, gráficas de balance, el horario de tus medicinas. Ah, y ordenó al personal de la cocina que te dieran un nuevo menú planificado en base a las deficiencias que tu anemia arrojó.

— ¿Él hizo eso? — pregunto con sorpresa.

— ¡Claro que sí! Miguel es una buena persona... Digo, creó este lugar para tratar de proteger a todas las personas de todos los universos, ¿esa no es una prueba clara?

— No dudo que sea una buena persona, Lyla. Sé que lo es, es sólo que.. pensé que yo no le agradaba, de hecho, pensé que me odiaba.

— Miguel es complicado, no sabe expresarse muy bien. Pero puedo asegurarte que no te odia.

Estoy segura que parezco una niña con herida de rechazo, y me hace bufar que las palabras de Lyla traen un poco de calma a mi corazón... porque yo no odiaba a Miguel.

— ¿Crees que Miguel me deje ir pronto a misiones?

— ¿Te refieres a volver a tu universo?

— No, no. He visto que envía spiders a erradicar anomalías de ciertas tierras, yo podría hacer lo mismo.

— No lo dudo. ¿Pero por qué otras tierras y no la tuya?

— Porque... en realidad no sé si quiero volver a casa ¿Sabes?

He terminado mi comida muy a duras penas, me dan náuseas con cada alimento, como si mi estómago lo rechazara, ahora entiendo que esto es producto de la severa anemia con la que me cargo. Abro nuevamente la botella de agua e ingiero las cápsulas que se me dan en un compartimento aparte.

˚₊𓆩༺🕷༻𓆪₊˚

El holograma de Lyla aparece frente a Miguel.

— Bueno, ya está arropada. Justo como pediste — la voz de Lyla es juguetona.

— No te dije que la arropes, sólo te pedí echarle un ojo — expresa él cansadamente.

— Claro — se mofa la fémina artificial con sarcasmo.

— ¿Comió adecuadamente? — cuestiona él tras unos momentos de incómodo silencio.

— ¡Ja! ¡No me vuelvas a decir que no te preocupas por ella! — expresa la IA —. Pero sí, sí comió lo suficiente y seguramente en unos días la tengas de vuelta... pero, si la extrañas demasiado, siempre puedes ir a visitarla a su habitación.

— No la extraño.

— Y yo no te creo nada.

Miguel rueda los ojos, volviendo a enfocarse en los monitores frente a su rostro.

❝𝓤𝓷𝓭𝓮𝓻 𝓽𝓱𝓮 𝓔𝓪𝓼𝓽, 𝓰𝓸𝓽𝓽𝓪 𝓵𝓮𝓪𝓿𝓮, 𝓘 𝓷𝓮𝓮𝓭 𝓪 𝔀𝓪𝔂 𝓸𝓾𝓽
𝓛𝓸𝓸𝓴𝓲𝓷' 𝓪𝓽 𝓶𝓮, 𝓬𝓸𝓵𝓸𝓻𝓲𝓷' 𝓪𝓵𝓵 𝓸𝓯 𝓽𝓱𝓮 𝓵𝓲𝓷𝓮𝓼 𝓷𝓸𝔀
𝓨𝓸𝓾 𝓸𝓷𝓵𝔂 𝓫𝓻𝓮𝓪𝓴 𝔀𝓱𝓮𝓷 𝔂𝓸𝓾 𝓽𝓪𝓴𝓮 𝓽𝓱𝓮 𝓫𝓮𝓷𝓭 𝓽𝓸𝓸 𝓯𝓪𝓻❞

Una disculpa porque el sábado pasado no pude actualizar, la universidad me mantuvo llena de tareas y exámenes.

¡Nos leemos pronto! ♡

-𝑨𝒔𝒉.🕷

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