• | Ocultando La Belleza | •

By thewriter_zyx

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Owen Collins un chico de 18 años de deslumbrante belleza, al cual todo el mundo quedaba pasmado tan solo al v... More

Sinopsis
Capítulo 1: Nuevo comienzo
Capítulo 2: Universidad
Capítulo 3: Pensamientos indebidos
Un día trágico para tod@s
Capítulo 4: Sentimientos de un enamorado
Capítulo 5: Intriga
Capítulo 6: Como una flor
Capítulo 7: Biblioteca
Capítulo 8: Evento
Capítulo 9: Nueva oportunidad
Capítulo 10: De vuelta a la universidad
Capítulo 11: Carta anónima I
Capítulo 12: Nueva visita
Capítulo 13: El chico misterioso
Capítulo 14: Comenzar a ser adulto
Capítulo 15: Roto
Capítulo 16: Carta anónima II
Capítulo 17: Una visita llena de anhelo
Capítulo 18: Loco de amor
Capítulo 19: Tomar todo de él
Capítulo 20: Incertidumbre
Capítulo 21: Magia entre melodías
Capítulo 22: Algo bueno
Capitulo 23: Carta anónima III - Sumamente aterrador
Capitulo 24: Primer amor
Capítulo 25: ¿Tickets para el cyber-café de la confusión? I
Capítulo 26: Un poco de sinceridad

Capítulo 27: Interrupción en el entrenamiento

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By thewriter_zyx

Después de tanto correr, lanzar y atrapar Owen se apartó un poco y se dejó caer sentado en el césped, la ropa deportiva que Blake le había conseguido de los camerinos estaba empapada en sudor y ahora cuando se levantara seguro tendría pequeños pedazos de grama pegados. No lo importó mucho, estaba tan agitado que le costaba respirar correctamente.

¿Cómo a las personas les puede gustar sentirse así todos los días? Mis músculos arden y me duele el pecho... Por supuesto, no tener experiencia en ejercicios cardiovasculares le daba cero ventaja no orientación en la técnica correcta de respiración para no agotarse tan rápido. Con su condición, también sus piernas temblaban y al darle vueltas a la cancha tuvo miedo de que le fueran a fallar en algún momento y caer. Miró al muchacho que todavía estaba haciendo circuitos que él mismo puso con energía como si fuera lo mas emocionante del mundo y negó. Que locura...

—¿Que pasó abejita? ¿Ya te cansaste? —llegó Blake a su lado, igualmente sudado, sin embargo, se veía reluciente y animado, no como él que se sentía en una película de zombies.

—Te dije que los deportes de eran lo mío.

—Pero si apenas hicimos unas vueltas y funcionales —le reprochó, divertido y se sentó a su lado en el pasto, suspirando, también cansado de haber ejercitado antes y ahora con él, pero notó que la respiración del pequeño era muy errática—. Respira hondo varias veces —le aconsejó y evidenció cuánto le estaba costando regularse. Se arrodilló frente a él y lo hizo tumbarse boca arriba—. Levanta las piernas y coloca tus brazos sobre la cabeza —lo guió y Owen acató extendiendo sus brazos y dejándolos reposar en el pasto—, relájate y respira hondo —el pequeño obedeció y siguió los ejercicios de respiración que le indicó Blake, quien al final lo hizo recoger las piernas sobre su pecho y vió como el menor estaba ya tranquilo y estable. Rió—. En serio no tienes futuro como deportista.

—Doy gracias por eso —sonrió, y ya calmado se quiso incorporar, pero Blake lo empujó devuelta.

—Quédate así un poco más.

Así lo hizo Owen, y se sintió complacido al igual que sorprendido cuando se encontró relajado del todo.

—Eres muy bueno en esto —lo halagó.

—¿En hacerte sudar? —lo miró con su atrevida sonrisa ladina, y Owen negó avergonzado.

—Mi condición física no es tan buena, y me canso muy rápido, pero con lo que me hiciste ahora me siento muy bien.

Blake cerró los ojos por un momento pues sabía que si a penas se atreviera a mirarlo de reojo, sufriría un mal vergonzoso que coloría las mejillas, pasar por eso otra vez frente a él sería un hueco profundo en su orgullo.

—Si, bueno, cuando llevas un tiempo en esto es inevitable aprender este tipo de cosas, al entrenar tan duro en cada práctica,  la exigencia es tan alta que es normal ver que de repente alguien se tira al suelo sin aliento, de hecho me sorprende que hayas podido darle la vuelta entera a este enorme estadio —bromeó y Owen sonrió en respuesta—. Pero sin un paramédico cerca, uno tiene que asumir el papel.

Owen asintió.

—Fue divertido, excepto por la parte de la hiperventilación.

Blake lo miró con una sonrisa, pero tuvo que desviarla de inmediato cuando sus miradas se cruzaron. Este maldito mal... Maldijo para sus adentros. Frotó el muchacho sus ojos intentando desviar su atención, pero su mirada volvió a caer sobre el pequeño cuerpo a un lado suyo, que tendido sobre el pasto se veía sereno y pleno, la tranquilidad reflejada en su semblante se le contagió, y el tono tierno de sus mejillas rosadas lo hicieron desear tocarlo aunque fuese un poco.

—Owen, ¿tienes pareja?

La repentina pregunta azotó el semblante pacífico de Owen, tornando su cara hacia el muchacho que ahora lo veía con interés.

—¿Por qué preguntas eso tan de repente?

—Solo es curiosidad, pareces ser muy reservado como para unirte a alguien, pero tengo una extraña sensación, así que anda, dime —insistió recargando sus brazos sobre sus rodillas flexionadas.

Owen se sentó igualmente, lo complicado que se estaba volviendo él solito despertaba todas las alarmas de Blake.

—A-Algo como una pareja, no... no creo —dudó en como responder, se sentía nervioso.

—¿No tienes a alguien que te guste tampoco? —siguió preguntando, afilando su mirada perspicaz, a esa que poco se le escapa.

—B-Bueno... —se encogió sobre sí mismo desviando su rostro, teniendo miedo de que al ver su expresión se descubrieran sus secretos.

—Hey —lo llamó, y Owen se alarmó por la forma abrupta en la acortó la distancia de repente. Su aliento mentolado le hizo cosquillas en su cuello, pero se quedó inmóvil tras escuchar sus próximas palabras—, alguien nos está observando desde las gradas.

Su primer reflejo fue voltear a comprobar, pero si barbilla fue mantenidos en su lugar por los fuertes dedos de Blake, disimulado como una caricia, manteniéndolo muy cerca para que incluso los susurros salidos de sus labios fueron muy confidenciales.

—No voltees —le ordenó—. No mires a otro lugar, solo a mi —entonces Blake notó el temblor en las piernas de Owen—. Vamos. —Y sin más lo cargó entre sus brazos y lo sacó de la cancha, haciendo pasar la escena como un momento pícaro entre personas que se coquetean, tal vez no fue la mejor jugada, pero al caminar se iba a notar en la inestabilidad de las piernas del joven que estaba nervioso.

Owen se aferró a él y rodeó su cuello, dejándose llevar hasta los camerinos. Ahí, Blake cerró la puerta con el pie y lo depositó en una de las bancas del centro. Se sentó a su lado cuando vio su expresión severa.

—¿Era él?

Los labios de Owen temblaron casi imperceptiblemente.

—No puedo estar seguro, nunca lo he visto en persona más que su silueta, y muy vagamente —explicó, y es que cuando era cargado por en mayor aprovecho para asomar la mirada a las gradas de atrás, sin tardar en ubicar la figura de un hombre sentado en las últimas gradas mirándolo, no podía ver su rostro, pero la sensación que le daba, esa de pesadez tan fuerte, le daba a entender solo eso. Luego de tanto pensar, se sintió agotado y sacudió la cabeza—. Lo siento, creo que esto arruina el resto del entrenamiento —sonrió con suavidad.

Blake no sonrió, solo lo miró por un largo rato, intentando descifrar algo, queriendo grabar algo en su memoria, queriendo hacer o decir algo imposible. La expresión complicada que Owen intentaba ocultar tal vez, o como jugaba nervioso con sus pequeñas manos sobre sus muslos, o bien, puede ser como mordisqueaba sus propios labios por dentro de su boca. Todas sus mañas a flote, le demostraban lo inseguro que se había sentido en ese momento, por lo que lo empujó hacia él y dejó una mano en su hombro.

Al dar con la calidez del cuerpo contrario, se sintió confundido. Alzo la mirada pero Blake no lo miraba, parecía resistirse a hacerlo, solo lo mantuvo en un medio abrazo. Entendió que estaba intentando hacerlo sentir mejor, y sonrió.

Luego de un rato el mayor se tiró sus ropas y lo dejó para él cambiarse también en un espacio aparte. Saliendo de la cancha caminaron en silencio por un rato.

—Gracias, por cuidarme y por sacarme de allá —dijo Owen.

—No te preocupes —le restó importancia de forma despreocupada—. Debes tener cuidado, si de verdad es un acosador o lo que sea debes prevenir cualquier cosa que pueda perjudicarte —advirtió.

—Lo sé, aunque no estoy muy seguro de como hacerlo.

—Relaja esa expresión, no me han acosado jamás, pero he lidiado con mucha basura antes, si algo pasa solo dímelo y haré algo.

—¿Algo como qué? —lo miró con los ojos entrecerrados, receloso.

Esa expresión le pareció chistosa al muchacho y solo le sonrió ladino, lo que no le dió mucha confianza al menor, aunque le fue inevitable se le contagiara después. Llegando el campus central que come taba todas las facultades, su bolsillo empezó a vibrar con el tono de llamada predeterminado de su móvil. En la ventana de notificaciones se asomaba un texto de parte de Liam diciendo:

"—Hoy estaré hasta tarde en la oficina, enviaré al chófer para que te recoja"

Owen le texteó de inmediato de vuelta y guardó su teléfono, siguiendo su camino. Y Blake, siendo tan pícaro, tuvo la osadía de mirar de reojo en la pantalla del móvil y entendió por el mensaje, que se había abierto una oportunidad enorme para él.

—¿Tienes planes para esta noche? —le preguntó haciendo como que la duda surgió por pura casualidad y espero la respuesta del menor.

—No en realidad, ¿por qué preguntas?

—Nada en especial, solo pensaba que sería divertido salir y continuar con nuestra sesión en algún otro lugar —sugirió con total naturalidad.

—Me gustaría mucho, pero tendría que consultarlo primero con mi hermano.

—Vamos, ya no eres un niño, ¿en serio necesitas informarle de todo lo que haces? Si realmente es así y por lo que me has contado de lo sobreprotector que es, estará en desacuerdo con la mayoría de las cosas que quieras hacer por tu cuenta, por lo que, ¿en qué momento vas a disfrutar de tu independencia? —caminó para mirarlo directamente—, no parece muy atractivo para un prospecto de salud social, ¿no crees? Hay cosas que vas a hacerlas por tu cuenta, independientemente de si los demás lo aprueban o no.

Owen bajó la mirada pensativo y mordió sus labios, indeciso. Luego de mirar a la persona a su lado entonces decidió tomar el riesgo.

—¿A dónde iremos?

Blake sonrió victorioso y apretó el hombro del pequeño, ambos retomando su rumbo sonrientes.

.   .   .

—Vale, te veo afuera en cinco minutos —colgó la llamada y corrió escaleras abajo, vestido con capucha, pero más colorido que lo que había acostumbrado para ese estilo.

Le dió una mirada a todo antes de tomar sus llaves y cerrar la puerta tras de él. Afuera, el motor de la Mitsubishi negra con sonoros escaparates, muy cliché para lo que esperaba de un muchacho que aseguraba ir encontrá de ellos, lo recibió con una sonrisa y, algo más que llamó su atención.

—Una chaqueta de cuero, ¿de verdad?

—Es un estilo muy explotado, pero no es mi culpa que me luzca tan bien —su sonrisa confiada y vivaz hizo al pequeño desviar su mirada.

Antes de admitirlo, decidió callar y no darle esa satisfacción de afirmar sus palabras. Pero es que mirándolo, tenía toda la razón, le Lucia de maravilla ese estilo motociclista, la chaqueta resaltaba los lugares correctos de su esculpido torso. Tanto que se sintió avergonzado.

Tomó el casco que le ofreció y se lo colocó mientras preguntaba:

—¿Queda muy lejos a dónde vamos?

Blake lo miró entretenido con como evadió su comentario.  Luego se colocó también su casco y se subió a la moto.

—No es tan lejos, ¿por qué?, ¿no confías en que te traiga a salvo? —hizo sonar el motor con unos apretones a los volantes.

—¡No, no es eso! Solo era por curiosidad —insistió, cuando realmente era porque le preocupaba que en el tiempo de ida y venida su hermano llegara y se metiera en un aprieto.

Por un momento se detuvo a pensar si era una buena idea, pero cuando pensó en las dos opciones que tenía, realmente resultaba mucho más atractivo ir de aventura a quedarse en casa holgazaneando hasta que su hermano llegara y fuera hora de dormir.

—Vayamos ya —se subió a la moto y buscó acomodarse bien siendo esa la primera vez que se montaba en una.

—Agárrate de mí, o cuando arranque te vas a caer —dijo el muchacho y tomó sus manos para colocarlas alrededor de su propio torso.

Una jugada algo ambigua, pero si estoy dentro del cliché, mejor llevarlo hasta el final con orgullo. Se dijo a sí mismo el rudo motociclista e hizo sonar el motor un par de veces antes de arrancar. Sonrió complacido cuando los brazos de Owen se afirmaron a su alrededor con el primer arranque, sintiendo su corazón palpitar con fuerza en su espalda.

Esa noche lo llevaría a un buen lugar, pasarían un momento totalmente cliché y obtendría puntos con su seducción al final de la noche.

.   .   .

¿Debería Blake obtener más que el favor de Owen?
¿Algo tal vez como un beso robado o palabras dulces?
¿Deberían ellos tener un mayor acercamiento en esta noche especial?
Y si lo hacen
¿Este nuevo acercamiento alejará a Owen de Matthew?

Esperen con ansias el próximo capítulo ~
Besos. ^^~

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