"Cena en Mónaco"
12/Agosto/2022
CAM'S POV:
Llevaba pocas horas en Mónaco.
Charles me invitó a quedarme en su departamento toda la semana, la primera vez me negué, pero insistió en que sería divertido y que pasaríamos grandes días, entonces accedí a quedarme.
Eran aproximadamente las 11:00am y apenas abría los ojos.
Charles fue a recogerme a la estación de trenes muy temprano, además había tenido un vuelo terrible, entonces me sentía cansada.
Al salir de la habitación de huéspedes, pude ver a Charles viendo un partido de fútbol.
—¡Buenos días Cam!, ¿Dormiste bien?—preguntó Charles con una sonrisa.
—Hola Charlie, sí, todo bien—le devolví la sonrisa.
Charles volteó los ojos al escuchar el ridículo apodo.
—El desayuno ya está servido, puedes traerlo a la sala—señaló la mesa en la cual estaban servidos unos waffles con fruta y un café latte.
—Gracias.
Tomé la bandeja, posicionándola en la mesa de centro de la sala.
Charles cambió el partido por una película.
—Quería hablarte de la sorpresa—dijo poniéndole pausa a la película.
Volteé a verlo, aún tenía el waffle en la mano.
Charles respiró profundamente antes de hablar.
—He alargado mi contrato con Ferrari otros dos años—sonrió de oreja a oreja.
—¡Oh Dios Charles eso es genial!—me abalancé sobre él para darle un abrazo.
—Eres la única que lo sabe, aún no sale nada a los medios.
—Me alegra tener el privilegio de la mejor amiga.
Estaba por volver a mi desayuno pero Charles volvió a hablar.
—Ah y otra cosa, invité a Max a cenar hoy—soltó.
Casi escupo el waffle que aún tenía en la boca.
Soy una estupida, había olvidado completamente que Max también vive en Mónaco.
Charles aún no estaba enterado de la situación, pero tampoco quería decirle.
Tenía que actuar con normalidad, ver si de alguna manera esta cena podría cancelarse.
—¿Y eso a qué se debe?
—Quiero llevarme bien con todos los pilotos, además creí que te alegraría pasar tiempo con él.
No dije nada.
¿Acaso Charles sabe algo que yo no con respecto a Max?
Solo me encogí de hombros como si no me importara.
Pero la verdad es que si me importaba, y mucho.
Había hecho un pacto conmigo misma, contacto cero con Verstappen y todo lo relacionado a él.
Tenía que encontrar una manera de zafarme de esa cena o que Charles la cancelara.
—¿Por qué el interés repentino de llevarte bien con todos?
Charles me vio y después se rió, una risa que no lograba entender.
—Cam, quiero tener una relación saludable con todos y bueno, a Max lo conocemos desde pequeños y sabes los problemas que hemos tenido en los últimos meses—hizo una pausa—quiero dejar todo eso en el pasado y empezar a llevarnos bien.
Eso era lo que yo también quería hacer, pero es difícil cuando la persona a la que anteriormente odiabas empieza a hacerte sentir de alguna manera mejor cuando está a tu lado, te pone nerviosa o solo sonríes con verla.
—Charles entiendo eso en su totalidad, pero, al menos de mi parte quería salir hoy en la noche—mentí tratando de que sonara lo más real posible.
—Cam le prometí a Max que cenaríamos los tres, así que no puedes irte.
Mierda.
Si fuera otra persona me hubiera dado igual y me hubiera ido antes de la cena, pero estamos hablando de Charles, mi mejor amigo, a él no podía fallarle.
—Bien, ¿Qué cenaremos?
Charles sonrió al ver que no puse otra traba.
—Vamos a cocinar pasta y salmón al horno, Max traerá el postre.
Asentí.
El solo pensar en la cena de más tarde hacía que mi estómago doliera.
MAX'S POV:
¿Por que demonios había aceptado la cena con Charles?
No tenía ninguna intención de ir, sobre todo teniendo en cuenta que Camille estaría ahí.
Pero tampoco quería sonar como un cabron inventado una estupida excusa para no ir.
Quería dejar atrás mis problemas con Leclerc, por un lado esa era la razón por la cual acepté la cena, pero cuando me enteré que Camille estaría ahí, quise cancelar, ya que también quería dejar atrás esos sentimientos que estaba comenzando a desarrollar por ella.
Pero ya había aceptado, y no era una buena persona inventando excusas, así que decidí ahorrarme el problema y simplemente aceptar.
Estuve al menos dos horas tratando de pensar en una tema de conversación.
Y otra media hora encontrando algo decente para ponerme.
Me probé dos camisas diferentes y ninguna me convencía.
Al final terminé optando por una playera negra, pantalones de mezclilla y unos zapatos de calzar cafés.
Tomé mi chamarra junto con la pequeña bolsa que estaba en la mesa y caminé hasta el estacionamiento.
Me subí al Aston Martin, puse la radio y comencé a conducir al departamento de Charles.
De fondo sonaba alguna canción que pude identificar que era de Lana del Rey, Cam había mencionado que era de sus artistas favoritos.
Sonreí ante el recuerdo, fue cuando comimos un helado después de entregar los premios de Karting.
Realmente quería no pensar en Camille, pero me era una tarea difícil, teniendo en cuenta lo fácil que me había sido abrirme ante ella.
Ella no me juzgó, no se rió de mí y mucho menos me interrumpió.
En el último mes me sentí seguro y tranquilo a su lado.
Eso era lo que más me dolía, que yo me sentía tan bien a su lado y ella no se molestaba por sentirse igual.
Estacioné el auto afuera del departamento y salí de él, le envié un mensaje de texto para avisarle a Charles que ya había llegado.
Subí por el elevador y me planté en la entrada del departamento 116.
A los pocos minutos abrió Charles con una sonrisa.
—Adelante—hizo una seña y se movió a un costado de la puerta.
Al entrar busqué con la mirada a Camille, aparentemente Charles se dio cuenta de eso.
—Salió por el vino, ahora regresa.
Me senté en el sillón de la sala de Charles, cerca estaba el piano de cola, y en las paredes había varios recuadros.
Uno de ellos era una foto de Charles y Camille pequeños, ambos traían su traje de karting y sonreían enormemente con sus trofeos en manos.
Cam siempre ha tenido ese brillo en sus ojos.
—Oh por cierto, traje el postre—dije pasándole la pequeña bolsa a Charles.
Charles sacó el envase de la bolsa y miró el contenedor antes de sonreír.
—Helado de chocomenta, el favorito de Cam.
—¿En serio?, no tenía idea—mentí.
Charles caminó a la nevera y lo metió ahí.
Conversamos de cosas triviales en lo que regresaba Camille, y a decir verdad me sentía bastante cómodo.
Fue el momento en que escuché las llaves en la puerta cuando me tensé por completo.
Camille entró al departamento con esa sonrisa de siempre.
Pero ella también se tensó al verme ahí.
Aparté mi mirada inmediatamente.
Camille puso las bolsas en la mesa.
Vi de reojo como Charles le dio un suave codazo a Camille.
—Hey Max—se acercó a la sala y se sentó en el sillón junto con Charles.
—Hola—es lo único que pude responder.
Charles se levantó al instante, diciéndonos que terminaría unas cosas de la cena y que ahora regresaría.
Asentí y saqué mi celular, para distraerme un rato.
Camille hizo exactamente lo mismo.
Tenía tantas ganas de hablar con ella como esas tardes que habíamos pasado juntos.
Pero ella no se molesto en levantar la vista de su celular.
El ambiente era incómodo y de alguna manera tenso.
Charles regresó de la cocina para indicarnos que todo estaba listo, que le hiciéramos el favor de alistar la mesa.
Camille fue la primera en levantarse, yo caminé detrás de ella.
No era la primera vez que estaba en casa de Charles, la última vez que había venido fue a una fiesta, entonces estaba algo familiarizado con el lugar de las cosas.
Abrí uno de los gabinetes que estaban en la pared, pero al instante Camille también puso su mano sin darse cuenta que la mía estaba ahí.
Nuestros dedos rozaron levemente, haciendo que una descarga eléctrica recorriera todo mi cuerpo.
Instantáneamente apartó su mano.
—Disculpa—susurró.
—No hay problema.
No pude evitarlo y sonreí, haciendo que le contagiara mi sonrisa y ella también lo hiciera.
Haría lo imposible por ver esa sonrisa todos los días.
De alguna manera la tensión se disipó.
Nos sentamos a cenar, todo lo que habían cocinado Charles y Camille había quedado espectacular.
Me encargué de abrir la botella de vino y servirnos a los tres.
Empezamos a hablar de nuestras últimas carreras, de nuestras últimas semanas en vacaciones y en general anécdotas graciosas.
La botella de vino se fue vaciando poco a poco, mientras la conversación se volvía cada vez más entretenida.
—Una vez Cam y yo hicimos una broma que salió mal, la idea era ponerle unas mentas a una gaseosa y sacudirla, para después ver si explotaba o no—comenzó a contar Charles.
Cam soltó una sonora carcajada, poniéndose la mano en la boca.
Me imaginé como fue que acabó la historia.
—Cam creyó que no había funcionado, entonces me arrebató la botella y la agitó más fuerte, cuando abrió la tapa, toda la gaseosa impactó contra mí cara, a tal punto que me caí en el pasto—terminó de contar Charles entre risas.
—Ahora te ríes, pero cuando pasó eso estabas llorando en el piso—dijo Camille antes de volver a estallar en carcajadas.
Su anécdota me hizo reír.
—¿Cuántos años tenían?—pregunté.
—Alrededor de ocho—respondió Camille.
A esa edad mi padre me obligaba a correr, no me daba oportunidad para hacer cosas como esas.
No disfruté mi infancia tanto como me hubiera gustado.
Seguimos hablando, riendo y contándonos cosas que no supiéramos del otro.
En un momento de la noche, Charles se levantó de la mesa para traer más vino.
Camille y yo nos quedamos callados cuando los vimos alejarse de la mesa.
Ella fue la primera en romper el silencio.
—¿Alguna vez hiciste una tontería así cuando eras pequeño?
Negué con la cabeza.
—Nunca tuve tiempo para eso, siempre estaba compitiendo, además mi padre no me dejaba hacerlo.
El semblante de Camille cambió por uno de tristeza.
—Eso está por cambiar—dijo levantándose rápidamente de la silla.
Caminó hasta la sala, y del tazón donde Charles tenía algunos dulces tomó unas mentas.
—¿Qué haces?—pregunté.
—Ven, confía en mí—tomó mi mano y la jaló hasta la terraza del departamento de Charles.
Su suave tacto hizo que mi corazón latiera con fuerza.
Salió rápidamente a la cocina y regresó con una grande botella de refresco.
Charles venía detrás de ella con un gesto de confusión en la cara.
Al ver las mentas en la mesa de la terraza, Charles se apresuró a decirnos que era una estupidez lo que estábamos a punto de hacer.
Reí, tomé las mentas y las metí a la botella de refresco.
Camille tomó la botella y la agitó.
Se podía ver el gas incrementando en la botella, al mismo tiempo que ésta comenzaba a inflarse.
—Solo piensen que es un podio y esto es champaña—gritó Cam emocionada.
Charles y yo nos reímos.
Al momento de abrir la botella, ésta explotó, la gaseosa nos cubrió por completo.
La botella vacía impactó con la cabeza de Charles.
Charles reía levemente, mientras que Cam y yo nos carcajeábamos.
Cam se acercó, pero el piso lleno de gaseosa hizo que se resbalara, haciendo que cayera en el piso, provocando que sus carcajadas se volvieran más sonoras.
Charles caminó hasta ella, tomó su brazo y la ayudó a levantarse.
—Si si si, muchas risas, pero ustedes van a limpiar este desastre—dijo Charles.
—Ay vamos Charlie.
Charles salió de la terraza, regresando con una cubeta, escobas y un trapeador.
—Ustedes limpien en lo que yo sirvo el postre—dijo saliendo de ahí algo molesto.
Cam fue la primera en levantarse a limpiar, traté de ayudarla, pero ella se negó.
—No te preocupes Max, esto fue mi idea, yo lo limpio.
Dijo mientras tiraba un poco de agua con jabón el la terraza para después comenzar a tallar con la escoba.
—Cam, por favor déjame ayudarte—me acerqué a tratar de tomar el trapeador, Cam lo alejó de mí.
Me acerqué a arrebatárselo, pero el agua jabonosa hizo que me tropezara, haciendo que cayera al piso.
Cam comenzó a reírse de nuevo, contagiándome la risa.
Era como si el resto del mundo no existiera.
Cam me tendió la mano para levantarme.
CAM'S POV:
Le tendí la mano a Max, quien gustoso la aceptó.
Quedó muy cerca de mí, sentía su mirada sobre la mía, su respiración cálida en mi rostro.
Estábamos muy cerca el uno del otro.
—¡APÚRENSE YA QUIERO COMER HELADO!—gritó Charles desde la cocina.
Max y yo nos separamos rápidamente.
—Ve, yo terminaré aquí—le dije.
Max aún anonado caminó hasta la cocina.
Maldita sea Camille Watson.
Había roto mi promesa y de la manera más estupida posible.
Aún sentía mi corazón latir con fuerza.
Regresando a la pista todo sería diferente, ahora sería un hecho, ignoraría totalmente a Max.
Esta vez no rompería mi promesa.
No solo era porque quería concentrarme en el campeonato y él era el rival número uno, además había un tipo de regla social que nos impedía salir con el otro, así que de ninguna manera podría pasar algo.
Terminé de limpiar y regresé al interior del departamento.
Max y Charles estaban sentados en la sala comiendo helado.
Helado de chocomenta.
Sonreí internamente.
Charles me ofreció un vaso con helado y una cuchara, inmediatamente me senté a su lado.
Un silencio abrumador se sumió en la sala.
Max dejó a un lado su plato.
—Me tengo que ir.
Inspiré hondo al escuchar eso.
Ni siquiera me levanté del sillón, solo fingí tener la boca llena y sacudí mi mano en su dirección.
Charles acompañó a Max a la puerta.
Dejándome completamente sumida en mis pensamientos.
¿Qué mierda acababa de pasar?
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DIOS MÍO CAM Y MAX LUCHAN POR ESTAR SEPARADOS PERO EL DESTINO (ÓSEA CHARLES) LOS VUELVE A JUNTAR.
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Max cuando vio a Cam entrar al departamento:
Charles haciéndola de cupído viendo como Max y Cam estaban cerquita el uno del otro:
Todos al ver como Cam es la curita al corazón de Max chiquito:
Ustedes cada que se menciona a Jos Verstappen en la historia:
~Con amor, la autora🫶🏻